Por Cliserio E. Cedillo Godínez

La caja de Pandora es un mítico recipiente que contenía todos los males del mundo. Según la mitología griega ésta pertenecía a la primera mujer creada por Hefesto por orden de Zeus. Esto viene al caso porque en Puerto Morelos se vive algo similar surgido tras de la toma de protesta de la presidenta municipal Blanca Merari que, al escudriñar en las entrañas de la administración, encuentra no solo deudas y malos manejos, sino a la salida de la ex presidenta y ahora diputada federal Laura Fernández Piña (con altos deseos de llegar a la gubernatura del estado) intentó proteger a sus allegados, 55 funcionarios de primer nivel, a los que con argucias logró fueran incluidos en la lista de personal sindicalizado y no solo eso, sino que se les premiara con los máximos niveles salarias con sueldos de hasta mil pesos al día, lo que significa una derrama extra para la Administración municipal de dos millones de pesos mensuales, con cargo al erario público.

Esto, que sin duda se puede interpretar como una forma de cobro de facturas por haber recomendado a Blanca Merari para sucederla en la presidencia municipal, solo por ser la viuda de Ignacio “Papo” Sánchez Cordero, quien fuera asesinado arteramente, se dio tres días antes de la toma de protesta de la nueva alcaldesa.

Y no solo eso, sino que según se comenta Laura Fernández pretendía con esa acción obtener total sumisión de la ahora presidenta municipal, mientras que presionaría con sus 55 exfuncionarios de confianza, con amenazas de paros o huelga ante cualquier acto de desobediencia de la presidenta municipal en turno, pues la estrategia completa es quedarse con la dirigencia del sindicato.

Esta acción firmada en lo oscurito, pues a los empleados sindicalizados solo se les dijo que se ampliaría la plantilla de personal de base, pero nunca con quienes, pues no se les permitió leer las listas con los nombres de los exfuncionarios de primer nivel, que con fama de “déspotas y prepotentes” ahora tratan de congratularse con el personal sindicalizado, a quienes les llaman “compañeros y les ofrecen apoyo incondicional”, según videos grabados en las oficinas sindicales que circulan por las redes sociales.
En todo esto, el más afectado es el Sindicato Único de Trabajadores al Servicio del Ayuntamiento de Puerto Morelos (SUTSAPM), que encabeza la secretaria general, Patricia Pulido Fuentes, quién ante la negativa de aceptar este atropello ha sido víctima de amenazas hasta de muerte.

Es más, sin que mediara autorización alguna por parte del sindicato y sin asamblea general de sindicalizados que avalara su ingreso y en franca violación a los estatutos de esa representación gremial, el grupo de ex funcionarios depositaron sus cuotas sindicales en la cuenta del SUTSAPM, con el fin de legitimar su ingreso, para ello presionaron por todos los medios y formas a la secretaria general, Patricia Pulido.

Ante esta sucia estrategia plagada de corrupción, los trabajadores sindicalizados con años de soportar bajos salarios y malos tratos, con toda razón protestan y se niegan a que los exfuncionarios formen parte de sus filas, además de que, de la noche a la mañana, se les premie con salarios de entre 608 y mil 119 pesos diarios, es decir entre 12 mil 100 y 19 mil 385 pesos quincenales, cuando ellos tienen más de cinco años laborando con salarios que no rebasan los cuatro mil pesos quincenales.

Por si fuera poco, “los nuevos sindicalizados” exigen también el pago de sus prestaciones a las que se creen con derecho, al subir de la noche a la mañana todos los peldaños escalafonarios hasta quedar por arriba de todos.
Para muestra un botón, entre el personal de confianza que pretende ser sindicalizado, destacan algunos, como los siguientes: Luis Pablo Pérez Torres , ex secretario particular de Laura Fernández; Héctor Alcaraz, ex Oficial Mayor; Alfonso Nolasco, exdirector de Ingresos; Gerson Caporali Santos, ex director de Fiscalización; Josué Arjona, ex director Jurídico del Ayuntamiento; Juan López Tox, ex secretario de Desarrollo Humano; Tzacil Rosado, asistente Personal de Laura Fernández, entre otros 49 funcionarios y empleados de confianza, según circula la lista completa en las redes sociales.

Sin embargo, falta dar respuesta a varias preguntas como estas: ¿Cuáles serían los puestos de los directores ahora sindicalizados? ¿Acaso se desempeñarán como jardineros, bacheadores, técnicos de mantenimiento, pintores o empleados de limpieza? O seguirán ganando, como siempre, sus sueldazos sin justificar, por lo menos esta quincena no cobraron, pues no es fácil pasar del confort a las friega de cumplir un horario.