Opinión / Visión Periférica

Por: Cliserio E. Cedillo Godínez

Vivir tranquilos en Quintana Roo parece una utopía. Aunado a la grave inseguridad causada por la interminable guerra entre cárteles por el predominio de la plaza, donde a diario se registran crímenes dolosos entre delincuentes ligados al narcotráfico y de paso el asesinato de inocentes alcanzados por balas perdidas, ahora se tiene que sumar la alevosa e incontrolable disputa por el pasaje nocturno que protagonizan miembros del Sindicato de Taxistas Andrés Quintana Roo contra operadores de Uber y del autotransporte urbano de pasajeros por el servicio nocturno.

Controlar esta situación es más que un reto para la gobernadora Mara Lezama, quien tiene que empezar a poner a cada quien en su lugar. Las luchas entre taxistas y operadores del transporte urbano y conductores de Uber no son nuevas, solo que ahora con el avance de las tecnologías de la información las imágenes y malas noticias corren a la velocidad de la luz al derredor del mundo esparciendo esta mala imagen de Cancún hasta su último rincón.

Esto preocupa y mucho a los empresarios hoteleros de los tres municipios más exitosos del norte del estado quienes, a través de su dirigente, Jesús Almaguer Salazar critican ferozmente a los taxistas, aunque no con las palabras correctas, pues tilda de “deleznable” el proceder de los ruleteros, con lo que, nos imaginamos, trata de decir que esa disputa por el pasaje nocturno se realiza como si se estuviera dentro de una cristalería. Y sí que en mucho tiene razón porque esa pelea voraz puede causar gravísimos efectos a una actividad de la que vivimos casi todos en Quintana Roo, el turismo.

Con razón, el presidente de la Asociación de Hoteles de Cancún, Puerto Morelos e Isla Mujeres dice estar preocupado por la rapidez con que ha escalado el conflicto. Es una disputa que perjudica a seis mil trabajadores de la industria hotelera; se trata de quienes laboran en el turno nocturno.

Comenta el dirigente hotelero que “la gobernadora ya analiza cómo resolver el primer problema que se suscita con el gremio taxista”. Sin embargo, sabemos que no es fácil, se tiene antecedentes que en años pasados han bloqueado las principales avenidas de la ciudad, estrangulando la circulación y generando caos vial con total impunidad. Aunque si se actúa con inteligencia, todo es posible, pues está en juego la imagen de Cancún, por ser la marca más conocida de Quintana Roo.

Y tiene razón Jesús Almaguer, “es inadmisible” esa confrontación. Es cierto, no se debe permitir que choferes taxistas obliguen a cancelar algunas de las rutas nocturnas más transitadas por los trabajadores, aquellos que salen de laborar en los hoteles a altas horas de la noche. El primer caso se dio en el paradero de plaza Las Américas.

“Ellos no son los dueños de las calles de Cancún ni del tránsito; exhorto a los líderes a que entren en razón y se pongan a negociar. No es por ahí el tema”, señala Almaguer. En tanto que el gobierno municipal advierte “mano dura a los taxistas generadores de violencia”, lo que implicaría el retiro de concesiones si continúan amenazando a los operadores del transporte urbano del servicio nocturno; sin embargo, no se ve la acción.
Y el Sindicato ¿estará pintado? “Como gremio nos deslindamos categóricamente de cualquier acto de violencia o intimidación. Nos apegamos a las disposiciones oficiales o acuerdos por parte de nuestras autoridades al respecto”, dice la organización a través de su vocero, Luis Mis. Entonces, por qué no denuncia a los supuestos impostores, más bien parecen solapadores…