CDMX.- El titular de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), Marcelo Ebrard, anunció este miércoles que México es uno de los países seleccionados para formar parte del Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU)
A través de su cuenta oficial de Twitter, el canciller mexicano publicó que: “Tengo el honor de informar que México ha sido electo por 187 votos miembro del Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas. Gran reconocimiento a nuestro país en todo el mundo. Enhorabuena!!!!”.
Para que una nación sea seleccionada requiere de dos terceras partes de los sufragios. Es decir, entre 125 y 129, depende del número de países que participen de las 193 que están acreditadas ante las Naciones Unidas. El periodo de los países que sean seleccionados comenzará el 1 de enero del 2021.
La votación se llevó a cabo este miércoles 17 de junio desde las 08:00 horas. Los representantes de cada una de las naciones emiten su voto de manera individual, para lo cual se establecieron horarios escalonados. Juan Ramón de la Fuente, embajador del país ante la ONU, fue el responsable de manifestar el voto mexicano. Lo anterior es con el fin de respetar las medidas de seguridad por la pandemia de COVID-19, ya que no se puedo realizar la 74 sesión de la Asamblea de manera presencial.
Por su cuenta, la SRE abrió un hilo en Twitter y expresó que “El Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (CSNU) es uno de los seis órganos principales de ONU, encargado de garantizar la paz y la seguridad internacionales, recomendar la admisión de nuevos miembros a la Asamblea General y aprobar cualquier cambio a la Carta de Naciones unidas”.
En la selección de participantes habían siete países y cinco vacantes. Al ser seleccionado México, quiere decir que la opinión diplomática internacional ve con buenos ojos el trabajo que se ha venido haciendo en materia securitaria esto, porque el Consejo de Seguridad es uno de los más importantes de la ONU y se encarga de garantizar la paz entre todas las naciones por medio de políticas de cooperación y fomento a los derechos humanos para resolver los problemas internacionales.
Con ésta, ya son cinco las veces que México forma parte del consejo. La primera fue en 1946, justo después de la segunda guerra mundial; la segunda fue de 1980 a 1981, durante la presidencia de López Portillo; la tercera en 2001 a 2002, durante el periodo de la transición de Vicente Fox y la cuarta en 2009 a 2010, cuando Felipe Calderón había instaurado la llamada guerra contra el narco.
El Consejo de Seguridad es el organismo más poderoso de Naciones Unidas y cuenta con 15 miembros, cinco permanentes (Estados Unidos, Rusia, China, Gran Bretaña y Francia) y diez no permanentes seleccionados por la Asamblea General para periodos de dos años (la renovación es de cinco en cinco anualmente).
Desde antes de la votación, parecía que México e India tenían virtualmente asegurado su lugar, ya que son los únicos candidatos para América Latina y el Caribe y el grupo Asia-Pacífico, respectivamente. En cambio, Yibuti y Kenia se enfrentan por una silla y Canadá, Noruega e Irlanda se disputan otras tres.
Cabe mencionar que para el gobierno de la 4T, este cargo era algo que se anhelaba, pues en julio del 2019 fue cuando el mandatario Andrés Manuel López Obrador mencionó la intención del gobierno de ocupar un lugar no permanente en el Consejo de Seguridad. Motivo por el cual, Juan Ramón de la Fuente, ex rector de la UNAM, promovió la candidatura del país a dicho consejo.
Ahora, México tendrá una mayor presencia y peso político en dimensiones internacionales. Aunado a esto, poseerá un escaño en donde se establecerán las políticas securitarias de vanguardia, en donde se atenderán las demandas de paz a nivel mundial.
La automotriz estadounidense General Motors ha confirmado una inversión de 4 mil millones de dólares con el objetivo de trasladar parte de su producción de México a Estados Unidos. La decisión se enmarca dentro de un contexto de presiones económicas, ajustes en políticas comerciales y medidas proteccionistas impulsadas por la administración de Donald Trump, que busca fortalecer el empleo manufacturero en territorio estadounidense.
Según el informe oficial de GM, la inversión estará destinada a modernizar plantas de ensamblaje en EE.UU., particularmente en Michigan y Ohio, con el propósito de reubicar líneas de producción actualmente operativas en México. Este movimiento representa un golpe estratégico, pero también un desafío para la industria automotriz mexicana, que ha sido clave en la manufactura global de vehículos durante las últimas décadas.
Expertos han señalado que este cambio podría impactar a miles de trabajadores en México, donde GM tiene una presencia significativa en ciudades como Silao y Ramos Arizpe. La decisión también genera incertidumbre en torno a acuerdos comerciales vigentes, como el T-MEC, que regula los flujos de inversión y comercio entre México, EE.UU. y Canadá.
Por otro lado, el gobierno mexicano ha respondido con un llamado a la automotriz para evaluar estrategias que mantengan empleo y crecimiento en el país. La Secretaría de Economía ha expresado su preocupación sobre los efectos que estas decisiones podrían tener en el sector automotriz nacional, además de su impacto en el mercado laboral.
Mientras tanto, la reubicación de operaciones en EE.UU. es vista como parte de una estrategia para reducir los costos asociados a los aranceles al acero y aluminio, además de calmar presiones políticas. Con esta inversión, General Motors busca adaptarse a un entorno cada vez más volátil, donde las decisiones económicas están profundamente ligadas a los cambios en el escenario político global.
México enfrenta una nueva amenaza sanitaria con la confirmación de ocho casos de miasis humana provocada por el gusano barrenador (Cochliomyia hominivorax) en Chiapas y Campeche. Esta plaga, que afecta principalmente al ganado, ha comenzado a infectar a personas, generando preocupación entre especialistas y autoridades de salud.
El gusano barrenador es la larva de una mosca que deposita sus huevos en heridas abiertas. Al eclosionar, las larvas se alimentan del tejido vivo del huésped, causando infecciones graves que pueden derivar en necrosis si no se tratan a tiempo. En humanos, los síntomas incluyen dolor intenso, inflamación, secreción con mal olor y sensación de movimiento en la herida.
Ante la emergencia, la Secretaría de Salud ha implementado un cerco sanitario en las zonas afectadas y ha reforzado las medidas de prevención. Se han desplegado brigadas médicas para atender casos sospechosos y se han activado protocolos de vigilancia epidemiológica para evitar la propagación del parásito.
Las autoridades recomiendan a la población cubrir adecuadamente cualquier herida abierta, evitar el contacto con animales infectados y acudir al médico ante cualquier síntoma. Además, se han intensificado las campañas de información en comunidades rurales, donde el riesgo de contagio es mayor debido a la cercanía con ganado y la falta de acceso a servicios médicos oportunos.
Especialistas advierten que, aunque la miasis humana es poco común, su aparición en México podría indicar una reintroducción del parásito en el país, lo que requeriría medidas más estrictas para su control.