Opinión
De nuestra enjuta clase política
Columna / El Minotauro
Por: Nicolás Durán de la Sierra
Cercano ya el inicio de las campañas por el gobierno de Quintana Roo y por la renovación del congreso estatal, el desánimo, antes que la efervescencia, es el que parece privar en gran parte del electorado, sobre todo entre los simpatizantes con la oposición a Morena, el partido a vencer en los comicios del próximo junio y el que se da por descontado que ganará las elecciones.
El problema de la oposición es que no tienen candidato alguno que pueda enfrentar con éxito a quien Morena designe como su elegido, ya sea Mara Lezama, la edil de Cancún; los senadores Maribel Villegas y José Luis Pech o Arturo Abreu, el delegado del gobierno federal en el Estado, pues la presencia presidencial es muy fuerte en todo Quintana Roo y esa sí, gana comicios.
Sin embargo, no se piense que la ausencia de una clase política, es decir de cuadros de dirigentes fraguados en el servicio público o de líderes sociales, es privativo de la nueva oposición -la del PRI y el PAN- pues dentro del propio Morena, quizá por ser un partido recién nacido, el panorama también es pobre en ese sentido. Véanse si no los sainetes de sus diputados.
Existen sí figuras con cierto renombre, los de la llamada “vieja guardia”, los salidos del PRI, que los otros partidos apenas balbucean, pero ni juntos pueden hacer frente a Morena, como se vio en las elecciones de Cancún. No obstante, es posible que sin la figura de López Obrador, el propio partido guinda tuviera serios problemas para ganar los comicios que se avecinan.
Por desgracia, la falta de cuadros en todos los partidos políticos del Estado, por hablar del patio, nos brinda el escenario electoral en el que entraremos en breve, un escenario en el que las ideas propias brillan por su ausencia y en el que el electorado tiene, en realidad, pocas opciones. Tal parece que la formación de líderes sociales se volvió accesoria para los partidos.
Opinión
Imparable avance del CO en Quintana Roo
“Caminos del Mayab”
Por Martín G. Iglesias
Una de las ventajas que tiene un reportero de nota roja, es que documenta los hechos protagonizados por el Crimen Organizado (CO) en la sociedad; es testigo de la manera en que la mancha criminalística crece en el territorio, sea municipal, estatal o nacional.
En ese contexto, desde hace casi dos décadas, Quintana Roo ha experimentado el crecimiento desmedido de este flagelo que lastima a la sociedad, enluta familias, destroza las aspiraciones de jóvenes, mujeres y hasta de menores de edad. En lugar de disminuir con las estrategias que implementas los tres órdenes de gobierno y las instancias de procuración de justicia, parece que el avance es imparable.
Explico: Poco a poco la sociedad chetumaleña pierde su tranquilidad, la otrora ciudad donde los delitos que más comentaban las personas en los corrillos, era el robo a comercio o a casahabitación; hoy, parece que las balaceras, las ejecuciones y la impunidad, son la constante y el ‘pan nuestro de cada día’.
Lo sucedido ayer frente al popular parque del Maestro, en la transitada calle Álvaro Obregón, rebasó la capacidad de las autoridades de los tres niveles de gobierno, para garantizar la seguridad a los habitantes de la Capital quintanarroense, que, ante su asombro, solo les queda persignarse y encomendarse al Ser Superior en el que crean.
Desde mi punto de vista, Othón P. Blanco tenía “casos aislados” de secuestros, desapariciones, levantones y ejecuciones extrajudiciales; pero el crecimiento de la delincuencia organizada no se detiene y, desde el 2009 que “oficializó” su establecimiento en Cancún con el asesinato del teniente coronel Enrique Tello Quiñones; para luego expandirse a Playa del Carmen, Cozumel y para el 2016 sentar sus reales en Tulum.
Pero los poderes fácticos generadores de violencia, no detuvieron su marcha, en 2018 empezamos a escuchar uno que otro ejecutado en Felipe Carrillo Puerto y en José María Morelos, situación que arreció desde el 2021 para luego convertirse en algo “normal” en la sociedad de la zona maya. ¿Cuántos jóvenes desaparecieron en estos últimos tres años?, ¿cuántas ejecuciones se realizaron en estos municipios sin que la autoridad pudiera hacer nada? Hay una cifra “negra” que hasta ahora es incierta.
Concluyo al decir que a nivel nacional no funcionó “cantarle el tiro” al CO por parte de Felipe Calderón Hinojosa (2006-2012; o la estrategia de seguridad de Enrique Peña Nieto (2012-2018); menos la de “abrazos no balazos” de Andrés Manuel López Obrador (2018-2024); porque ahora en cualquier parte del país, los asesinatos masivos están a la orden del día; ya para que les digo en Quintana Roo. Ahí se las dejo…
SASCAB
Aunque todavía estamos a 15 días de que termine oficialmente la temporada de huracanes en el Atlántico y mar Caribe, no podemos cantar victoria. Hasta ahora nos hemos salvados de al menos tres fenómenos hidrometeorológicos que amenazaron con convertirse en huracán y pasar sobre el territorio quintanarroense.
En estos días, “Sara” se aproxima a las costas de Quintana Roo y debemos estar muy vigilantes, porque la clave para evitar desastres con pérdidas humanas, es estar informado por los canales oficiales como son Protección Civil del Estado y el Servicio Meteorológico Nacional (SMN). Al tiempo…
Nota:Las opiniones vertidas por nuestros colaboradores son responsabilidad de quienes las emiten.
Opinión
Órganos internos de control, espacios políticos de colocación
“La Última Palabra”
Por: Jorge A. Martínez Lugo
- • Personajes reciclados de la política tradicional que esperaban hueso y pago de favores.
La XVIII legislatura aprobó la designación de titulares de órganos internos de control (OIC) de cinco organismos autónomos, en lo que fue una feria de repartición de cargos en medio de un proceso que ha sido muy cuestionado tanto por la falta de transparencia y autenticidad, como la falta de igualdad para hombres y mujeres.
Las y los nuevos titulares, son personajes reciclados de la política tradicional que, disciplinados, estaban en la banca esperando algún hueso, en otros casos, para pagar favores pólíticos.
Fue un proceso meramente protocolario para cumplir con la ley, pero la percepción social (percepción es realidad) es que los nombramientos ya estaban otorgados de antemano.
Los OIC ya existían desde hace varios años tanto en las dependencias del gabinete legal, ampliado y en este caso autónomos; operaban como espacios de tercer nivel, con categoría de jefatura de Departamento o de Oficina, que fueron creados porque la ley lo exigía.
La ley se acata, pero no se cumple, reza el viejo adagio. Hasta ahora estos espacios lo ocupaban servidores públicos de menor rango, burócratas que buscaban hacer méritos para comenzar alguna carrera en el servicio público, pero ahora se convirtieron en espacios políticos, si bien menores, mientras vienen mejores tiempos.
Formalmente, los OIC dependen de la Secretaría de la Contraloría incrustados en las dependencias públicas, dizque para combatir la corrupción, pero se han convertido en lo mismo. Sus titulares deben rendir cuentas a la Contraloría, no a la persona titular del organismo en el que se desempeñan, pero en realidad estaban enteramente sometidos y sus jefes en realidad eran quienes debían estar vigilados por ellos.
Teresita de Jesús, Quivén Feria en la FGE; Luis Alberto Alcocer Anguiano en el Ieqroo; Edwin Celis Madrid en el TJAyA; Karla Noemí Cetz Estrella en la CDHQR; y Francisco Flota Medrano en el Idaipqroo.
Con estas resistencias a los principios de no robarás, no mentirás y no traicionarás, el cuatroteísmo caribeño sigue dándole vueltas a la ley, con procesos fast track y herméticos, mientras piensan que el pueblo es tonto.
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