Es preciso señalar que el pasado 2 de junio fue encontrado el ejemplar de jaguar muerto en la carretera de cuota Autopista Tepic-Crucero de San Blas, kilómetro 18+100, terrenos del ejido de Mecatán, Municipio de San Blas, Nayarit, el cual presentaba golpes contusos y escoriaciones en parte de su cuerpo, presumiblemente a causa de un atropellamiento.
Con fundamento en lo establecido en el artículo 420, fracción V, del Código Penal Federal, se procedió a interponer denuncia penal ante la Procuraduría General de la República (PGR), a fin de que se investiguen los hechos y que podrían constituir un delito contra la biodiversidad.
En el ordenamiento legal se establece que se impondrá pena de uno a nueve años de prisión y por el equivalente de trescientos a tres mil días multa, a quien ilícitamente “dañe algún ejemplar de las especies de flora o fauna silvestres, terrestres o acuáticas en veda, considerada endémica, amenazada, en peligro de extinción, sujeta a protección especial o regulada por algún tratado internacional del que México sea parte.
Cabe señalar que el jaguar (Panthera onca) se encuentra listado en la Norma Oficial Mexicana NOM-059-2010-SEMARNAT, bajo la categoría de especie En Peligro de Extinción (P) y está incluido en el Apéndice I de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestre (CITES por sus siglas en inglés).
Por otro lado, el Agente del MP adscrito a la Delegación de la PGR en Nayarit, el cual después de realizar los dictámenes correspondientes, dentro de la carpeta de investigación, determinó que el cuerpo del jaguar se encontraba en condiciones para ser entregado a una institución educativa o pública, con fines de investigación científica así como educativos.
Ante la solicitud de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (CONANP), a través de la Dirección de la Reserva de la Biosfera Marismas Nacionales Nayarit, se instruyó a la delegación de la PROFEPA en esa entidad a entregar el ejemplar de entre 8 y 10 años de edad, con una longitud de 1.63 metros y peso promedio entre 65-70 Kilogramos, el cual mantenía bajo resguardo en estado de congelación, para evitar su descomposición.
Cabe señalar que el ejemplar deberá ser destinado para realizar toma de muestras de piel, sangre, músculo, así como de restos alimenticios en su estómago e intestino, para determinar sus hábitos de alimentación, medidas morfométricas y practicar taxidermia, recuperar la osamenta, en especial el cráneo y, una vez disecado, utilizarlo con fines de educación ambiental, difusión, capacitación a grupos de vigilancia, ejidos, ganaderos y pescadores, en cumplimiento a las acciones prioritarias de investigación y monitoreo.
Con ello se busca también determinar la zona de presencia y distribución de esta especie protegida, sobre todo con base en sus hábitos alimenticios, toda vez que se han registrado avistamientos de ejemplares desde San Blas hasta el Área Natural Protegida de Escuintla, que forman parte del denominado corredor del jaguar, y poder delimitar su área de distribución y acciones para su eficaz protección.