COLUMNA DEL DIRECTOR:
LOS MALOS EJEMPLOS…
Visión Periférica
Por Cliserio E. Cedillo G.
“Hoy no se acaba la epidemia de #COVID19 ni la restricción de la movilidad en el espacio público”, twitteó, el subsecretario Hugo López-Gatell Ramírez, en una acción desesperada cuando la gente empezó a salir de sus casas en las ciudades de al menos 21 estados del país. La gente cansada, como todos, se arriesgó a salir a sabiendas de que en 31 estados continúa el semáforo rojo y que los contagios de la covid-19 siguen en aumento.
Y claro, el líder pone el ejemplo, en este caso el presidente Andrés Manuel López Obrador, quien tiene prisa en exhibirse en un periplo más bien proselitista que en la gira de un estadista para demostrar trabajo y llevar beneficios. Pero qué necesidad de alborotar el gallinero, dirían en el rancho, cuando sobra decir que con su pura presencia pone el mal ejemplo, pues es innegable que, si bien ha disminuido su popularidad, aún cuenta con muchos seguidores confiados en que él cambiará su destino, aunque aún está por verse si será para bien o para mal.
Es cierto que la necesidad por reactivar el empleo es mucha, pero con orden, sin romper la sana distancia y demás medidas preventivas, como lo han organizado y pensado la mayoría de gobernadores, como lo hace en Quintana Roo Carlos Joaquín. Es un plan ahora en riesgo, como en otros estados, debido a que el presidente de México actúa y se conduce como si nada pasara en el país.
Y no solo eso, sino que, pese a la pandemia y a otros riesgos, López Obrador emprende su gira por carretera y, como si fuera a recibir herencia, recorre más de dos mil kilómetros, tan solo de venida a Cancún, con todos los riesgos que ello implica, aunque por esta vez deje a un lado las marcas de autos populares para viajar en una caravana de camionetas de lujo, para envidia de los mejores ejemplos de gente fifí. Claro es el presidente y se merece esto y más, pero qué necesidad.
Tampoco esa acción del presidente era el banderazo para que la ciudadanía saliera de sus casas para inundar las calles y los comercios que amanecieron abiertos en ciudades de Nuevo León, Estado de México, Veracruz, Tamaulipas, Baja California Sur, Michoacán, Aguascalientes, Nayarit, Puebla, Guanajuato, Querétaro, Quintana Roo, Chiapas, Morelos, Guerrero, Sonora, Colima, Coahuila, Nayarit, CDMX y Sinaloa, donde sus habitantes hicieron a un lado las indicaciones de sus gobiernos locales y, siguiendo el ejemplo del presidente, salieron de su aislamiento. Ojalá y no se arrepientan.
Hay que reconocer que mucha gente si tenía necesidad de salir a las calles, debido a que, como parte de la Nueva Normalidad se dio la apertura para reanudar actividades en sectores estratégicos y primarios, como la minería, la agricultura, la pesca, la fabricación de equipo de transporte, entre otros, pero hubo abusos y se hicieron fiestas clandestinas, se abrieron comercios no esenciales y hasta peleas de gallos se presentaron.
Paralelamente a los malos ejemplos y euforia ciudadana, hay que decir que la covid-19 va en aumento en 44 ciudades y le siguen números desalentadores y más cuando el sábado anterior México rebasó a Bélgica, el país con mayor número de muertes por la pandemia y se colocó en el décimo quinto lugar en número de contagios, por encima de Canadá, según el rastreador de la Universidad Johns Hopkins.
Todo mundo, literal, se pregunta ¿Por qué México decidió precipitadamente reanudar, aunque en forma escalonada sus actividades, si los contagios van en aumento? Considero que la respuesta no es difícil: por la situación económica, no solo por la paralización de actividades a causa de la pandemia, sino por el desempleo y disminución del Producto Interno Bruto (PIB) que se viene arrastrando desde el 2019, complicado ahora por la situación mundial.
Sí, aunado a los problemas económicos y financieros que prevalecían en México, la situación se complica a causa de la covid-19 que obligó al cierre de negocios y el cese de empleados, sobre todo turísticos. Son hoteles, restaurantes y proveedores de servicios y miles de micro, pequeñas y medianas empresas (Mipymes) que se debaten en la insolvencia. En el caso de Quintana Roo, por parte del gobierno del estado, hay programas de apoyos financieros, además de ayudas alimentarias, lo mismo que subsidios porcentuales en la compra de gas doméstico y en consumos de energía eléctrica para la población vulnerable.
Sin embargo, hay que decir que, en una situación tan grave como es esta a causa de la pandemia, es lógico pensar que nada es suficiente, pero ¿Y el gobierno federal en qué apoya más allá de los malos ejemplos? Solo ofreciendo esperanzas, como lo es la inauguración de uno de los tramos del Tren Maya. En Quintana Roo hasta ayer se tenía un buen programa de reactivación escalonada con todas las medidas de seguridad y prevaleciendo la salud de la población, como ha expuesto Carlos Joaquín. Esperemos que así siga y no afecte la oferta de promesas de López Obrador.
COLUMNA DEL DIRECTOR:
DETIENEN EN CANCÚN A NARCOTRAFICANTE BUSCADO POR EUROPOL
“La Última Palabra”
Por: Jorge A. Martínez Lugo.
*En La Mañanera de este 11 de noviembre, el secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, Omar García Harfuch, informó que se logró la detención en Cancún del narcotraficante europeo, Mikael Michalis “N” alias “El Griego”.
El delincuen te era buscado por Europl por delitos de tráfico de armas, drogas y lavado de dinero.
Cuenta con ficha de Interpol y orden de arresto en Suecia, al ser identificado como líder del grupo criminal Dalen.
La detención fue resultado de una investigación del CNI, elementos de la SSPC, Defensa Nacional, Marina, FGR, en coordinación con INAM y gobierno de Quintana Roo, explicó García Harfuch.
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COLUMNA DEL DIRECTOR:
ESOS CANSADOS PIES
“VISIÓN PERIFÉRICA”
Por Cliserio Eleazar Cedillo Godínez*
Recién entraba a la cabecera municipal de Dzitás, Yucatán, tres campesinos de entre 80 y 85 años de edad, llaman mi atención por su piel en exceso morena debido al sol abrazador de la Península de Yucatán, sus rostros surcados por las arrugas y una mirada luminosa con reflejos inequívocos de esperanza. Detengo mi automóvil y los sigo con la vista.
De pronto se detienen ante la puerta abierta del cajero del Banco del Bienestar, pero no entra ninguno. Por los movimientos de sus cabezas deduzco que buscan a alguien. Y sí, efectivamente, un joven veinteañero, de los conocidos como “servidores de la nación”, se dirige hacia ellos. Mientras, apago el motor de mi auto, bajo y me acerco.
Entonces escucho: – “¿En qué los puedo ayudar?”. –“Venimos por nuestro dinero”, responde uno de ellos, mientras saca de entre sus ropas un papel con el que envuelve su tarjeta del Bienestar y en el cual viene escrito su NIP. En tanto, el joven le responde: –“Claro, mire pásese, yo no debo tocar la máquina, pero le voy a indicar paso a paso lo que debe hacer”. Entonces se coloca al lado derecho del cajero automático y empieza cual paciente profesor. A cada uno les pregunta, casi al final, que cuánto quieren retirar: – “Tiene seis mil 200 pesos, a lo que cada uno, en su turno, responde coincidente: – “Todo”.
Entonces reflexiono en sus pies, los tres calzan chanclas de las llamadas “duramil”, que nuevas son casi transparentes, aunque las suyas se ven amarillentas, casi cafés por el paso del tiempo. La piel de sus talones y dedos muestran cuarteaduras, producto del trabajo duro e incesante en las pequeñas milpas hasta donde les permite la invasiva selva peninsular y por cuyas cosechas, por años, han podido subsistir.
Al ver esos pies, “Esos cansados pies”, como se titulaba una fotografía de Alfonso Carrillo, publicada hace varios años en nuestro semanario Ciudad Capital, editado en la Ciudad de México, no tuve más que reconocer que si algo se le debe agradecer a Andrés Manuel López Obrador, por encima de todas sus pifias y fracasados proyectos, que aún no terminan de corregirse pese a las inversiones millonarias, es la Pensión para el Bienestar de las Personas Adultas Mayores que se entrega de forma bimestral a hombres y mujeres de 65 años o más.
Sí. Es digno de reconocerse positivamente ese programa, aunque mientras se observan esos cuadros de gente realmente necesitada, por el contrario, en ciudades como Cancún y muchas más de todo el país las muestras de deshonestidad son comunes cuando cada dos meses se ven estacionadas brevemente camionetas de lujo y súper lujo frente a las sucursales del Banco del Bienestar.
Son los vehículos de las “viejas copetonas”, como coloquialmente se les llama en algunos países de centro y Sudamérica a las mujeres mayores o de la tercera edad de “clase social elevada” o de la alta sociedad, como también se les nombra. Es cierto, pero la mayoría de esas señoras no baja de sus unidades, sino que de ellas desciende el empleado o la empleada doméstica, para correr hasta el cajero, retirar los seis mil 200 pesos y llevárselos a su patrona que espera con aire acondicionado y el vehículo encendido. Con el dinero en mano arranca de inmediato y sale rápido, como si hubiera cometido un robo. ¿O tal vez sí?
Lo cierto es que, es un acto de deshonestidad, mucho más cuando esas señoras llegan ahí vestidas con ropa de diseñador o de marca y accesorios “premiun” que, en conjunto, suman miles de pesos que rebasan en un día los seis mil 200 pesos, de la pensión bimestral del bienestar. Usted que cree: ¿Es deshonestidad o no tienen vergüenza?
*XX Premio México de Periodismo “Ricardo Flores Magón” por Géneros Periodísticos y director general de 5to Poder Periodismo ConSentido.




















