Telaviv.- Las protestas contra la reforma judicial que promueve el gobierno de Israel escalaron ayer, luego del despido del ministro de Defensa, Yoav Galant.
“El primer ministro, Benjamin Netanyahu, ha decidido destituir al ministro de Defensa, Yoav Galant”, dijo la oficina del primer ministro en un comunicado.
Más de 600 mil personas salieron a las calles en las principales ciudades de Israel para protestar por la destitución de Galant.
Se anuncian huelgas en Israel que paralizarán el aeropuerto Ben Gurión en Tel Aviv. El gobierno de extrema derecha de Netanyahu podría retirar la reforma que socava el poder judicial. También pidió su anulación el presidente, Isaac Herzog, entre multitudinarias manifestaciones. pic.twitter.com/oltEBKGFpb
“Estoy comprometido con poner al Estado de Israel por encima de todo, pero los grandes cambios a nivel nacional deben hacerse mediante deliberaciones y diálogo”, dijo Galant.
Desde que el gobierno de Netanyahu presentó en enero un proyecto de reforma legal del Poder Judicial, hay manifestaciones contra el proyecto cada semana.
El proyecto propone a darle más control a los políticos y reducir el papel de la Corte Suprema.
Estados Unidos expresó su preocupación por la situación que escaló ayer.
“Estamos profundamente preocupados por los acontecimientos en Israel, que subrayan aún más la necesidad urgente de un compromiso”, dijo la portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Adrienne Watson.
Netanyahu y sus aliados defienden al apuntar la necesidad de equilibrar las fuerzas entre los políticos electos y la Corte Suprema.
Para hoy, está programado que Netanyahu sostenga conversaciones con su equipo respecto a la iniciativa.
En una jugada que ha sacudido el tablero geopolítico del continente, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ordenó el despliegue de una poderosa flota militar hacia el sur del mar Caribe. La operación incluye el envío de un submarino nuclear de ataque rápido y un crucero de misiles guiados, que se suman a tres buques anfibios ya posicionados cerca de las costas de Venezuela, Colombia y Panamá.
El objetivo declarado: combatir a los cárteles de la droga latinoamericanos, ahora catalogados por Washington como “organizaciones narcoterroristas”. Entre ellas figuran el Cártel de Sinaloa y el grupo venezolano Tren de Aragua. La ofensiva naval contempla más de 4,500 efectivos, incluidos 2,200 infantes de marina, con capacidad de desembarco inmediato.
La respuesta del gobierno venezolano no se hizo esperar. Nicolás Maduro anunció el despliegue de 15,000 efectivos en la frontera con Colombia y convocó a millones de civiles a integrarse a la milicia nacional. Denunció una “amenaza directa” a la soberanía venezolana y acusó a Estados Unidos de preparar una invasión encubierta.
Mientras tanto, la Guardia Costera estadounidense reportó la incautación de más de 34 toneladas de droga en operativos recientes en el Caribe y el Pacífico, reforzando el argumento de que el narcotráfico representa una amenaza transnacional.
Analistas advierten que esta escalada militar podría tener consecuencias impredecibles en una región marcada por tensiones migratorias, crisis humanitarias y disputas diplomáticas. La presencia de un submarino nuclear en aguas caribeñas no solo envía un mensaje de fuerza, sino que plantea interrogantes sobre los límites de la seguridad nacional y el equilibrio regional.
Ismael “El Mayo” Zambada García, uno de los líderes históricos del Cártel de Sinaloa, se declaró culpable ante una corte federal en Estados Unidos por cargos de narcotráfico y conspiración criminal. La confesión marca un momento clave en la lucha contra el crimen organizado, al cerrar el ciclo de uno de los capos más longevos y discretos del narcotráfico mexicano.
Zambada admitió haber dirigido operaciones de tráfico de drogas durante más de cinco décadas, incluyendo el envío de toneladas de cocaína, heroína y metanfetaminas hacia territorio estadounidense. También reconoció haber financiado una red de corrupción que involucraba a funcionarios públicos, militares y cuerpos de seguridad.
Como parte del acuerdo, aceptó pagar una multa de 15 mil millones de dólares y renunció a cualquier derecho de apelación. Su sentencia está programada para enero de 2026, y podría enfrentar cadena perpetua.
La caída de “El Mayo” reconfigura el panorama del narcotráfico en México, dejando un vacío de poder en el Cártel de Sinaloa y aumentando la tensión entre facciones internas. Autoridades advierten sobre posibles escaladas de violencia en regiones clave.