INGLATERRA, 8 DE MAYO.-  Tres goles de Lucas Moura (uno de ellos en tiempo de compensación) pusieron al Tottenham en la final de la Champions League y dejaron tendidos en el terreno de juego a los jugadores del Ajax de Ámsterdam que durante 95 minutos tuvieron en la bolsa el pase a la final. El marcador global de 3-3 favoreció a los Spurs debido al criterio del gol de visitante, pues, aunque perdieron el partido de ida en casa (0-1), e iban perdiendo 2-0 después de 45 minutos en el Amsterdam Arena, los tres goles de Lucas Moura empataron el global y les dieron el pase a la final que se jugará en el estadio Wanda Metropolitano de Madrid. No sólo es la forma de tocar la pelota de este equipo que ha revivido a Johan Cruyff, de quien aficionados locales portaban imágenes y bufandas. Es un todo. Los pupilos de Ten Haag juegan bien con y sin la pelota, y tienen planes para cada jugada. El gol que les daba tranquilidad llegó apenas a los cinco minutos. El defensor Matthijs de Ligt hizo un movimiento estudiado, se desenchufó de su marca en un tiro de esquina para vacunar la meta. El duelo mantuvo un ritmo versátil. De pronto entraba en pausas, principalmente cuando el Ajax se disponía a tocar la pelota para desesperar a su rival, y en ocasiones había jugadas desbocadas que generaban cierto peligro, pero incluso eso era mejor ejecutado por los blanquirrojos, que constantemente contragolpeaban a velocidad con sus tres hombres de arriba, que se entendían como si fueran trillizos, con todo y que David Neres no pudo jugar de último momento, y tuvo que entrar en su lugar Kasper Dolberg, lo que habla de la filosofía futbolística que tienen todos los elementos, titulares y suplentes. El tanto que prácticamente sentenciaba al equipo de Mauricio Pochettino llegó con uno de esos contraataques. Los delanteros ejecutaron un diálogo de toques exquisito, que acabó con un zurdazo radical de Ziyech. La afición ya veía a su equipo en la final. Todo estaba controlado, y el Tottenham necesitaba de un milagro para poder cambiar de manera tan contundente en un descanso de 15 minutos. Necesitaban de un prodigio que apareció y silenció al Johan Cruyff Arena. Lo mejor que pudo generar el cuadro británico fue firmado por Lucas Moura. En jugadas divididas entre arrojo y buena asociación, el brasileño anotó un doblete, al 55’ y 59’, que ponía a los suyos a solo un gol de la final. Estos son los momentos en los que aún el Ajax deja en evidencia la juventud de su plantel, porque en estas instancias de un torneo tan importante el aspecto mental puede superar el futbolístico, y los Spurs fueron mentalmente superiores, y en 45 minutos que manejaron a su placer al Ajax, que no quiso dejar de sufrir, sentenciaron otro milagro de esos que solo tienen lugar en el juego de la pelota. Con el tiempo agonizando, nuevamente apareció Moura, con un disparo raso, que venció a Onana y dejó en llanto a todo un estadio, que vivió 45 minutos de una pesadilla que no desaparecerá.