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Ella es Gerber, gana $18,750 al mes por ¡fumar mariguana!

CANADÁ, 16 DE ABRIL.- Kayla Gerber tiene el que muchos considerarían un trabajo de ensueño: le pagan a $38 dólares la hora por fumar hierba.
El otoño pasado, Gerber, de 27 años, respondió a una publicación de la compañía con sede en Toronto, AHLOT, que solicitaba “conocedores de nivel experto” para fumar y reseñar cepas de marihuana, y a cambio recibirían un pago de $38 dólares por hora.
Gerber fue etiquetada en múltiples publicaciones de Instagram con respecto a este trabajo y, al principio, pensó “esto no puede ser cierto”.
“Pero no se pierde nada por intentar”, le dijo Gerber a VICE. “Así que apliqué para el empleo y no supe nada de ellos durante varios meses”. La compañía había recibido más de 25,000 solicitudes de personas que esperaban convertirse en parte de su Comité Cannábico de Curación, un grupo encargado de hacer reportes sobre los efectos de productos cannábicos para ayudar a AHLOT a armar paquetes de muestra de mariguana legal.
Seleccionaron a 25 finalistas, incluida Gerber, quien tuvo que demostrar su aptitud y conocimientos a través de presentaciones en video.
Al final, fueron seleccionadas ocho personas para formar el Comité Cannábico de Curación de AHLOT. Los miembros del comité pueden ganar hasta casi $1,000 dólares al mes reseñando productos cannábicos, incluyendo flores secas y aceites, así como haciéndole publicidad a AHLOT en las redes sociales.
Gerber dijo que comenzó a fumar mariguana a la edad de 15 años y que pronto descubrió que aliviaba los síntomas de su fibromialgia y síndrome de intestino irritable, que incluyen dolor muscular y nervioso, problemas con el consumo de alimentos y problemas para dormir. Pero no fue hasta sus 20 años que se interesó más en las sutiles diferencias de las cepas y más tarde en el CDB.
VICE se reunió recientemente con Gerber para preguntarle cómo consiguió el trabajo y para averiguar si que te paguen por fumar mariguana es tan genial como parece.
VICE: ¿Por qué hubo tantas personas que consideraron que merecías este trabajo?
“Kayla Gerber: Creo que todo se reduce a que: no solo estoy educada en el ámbito del cannabis como paciente educadora y que tengo muchos conocimientos sobre los productos, sino que además soy diversa. Tengo una educación muy artística, y muy política. Hace diez años nunca habrías visto a una mujer negra como parte de un equipo de creación de cannabis. Hace cuatro años, fui arrestada y trataron de procesarme por consumo de cannabis. Y eso también les ha pasado a muchos de mis amigos. Sabemos que la comunidad de color ha sido estigmatizada y puesta tras las rejas solo por consumir cannabis. Así que para [AHLOT] fue una oportunidad de demostrar cuán diversos pueden ser Canadá y el equipo de AHLOT con respecto a los miembros de su comité.
¿Cómo fue tu video con el que te quedaste entre los 25 candidatos finalistas?
“Para mí era importante mostrar la belleza de la ciudad de Guelph, en Ontario, así que incluí una pequeña toma del ayuntamiento en el fondo, a mí fumando un poco y enrollando algunas sábanas, usando los productos reales, moliéndolos, y haciendo un porro. Y luego algunas cosas divertidas. Hay una escena en la que simplemente me estoy riendo y chupando una paleta cualquiera. Y luego simplemente les hablo de por qué deberían elegirme.
¿Cómo reaccionaste cuando te dijeron que el trabajo era tuyo?
“Para ser honesta, sentí que me iban a decir que ‘no’. Pero me dijeron que ‘sí’ y entonces simplemente enloquecí de emoción. Gritaba y saltaba, estoy segura de que festejé moviendo el trasero frente a la cámara, lo cual no es necesariamente la forma más adecuada de responderle a tus nuevos empleadores.
¿Y cuáles son tus responsabilidades laborales?
“Mi labor definitivamente consiste hacer evaluaciones; evaluar las cepas por su olor, densidad, apariencia y sabor. Incluso nos enviaron microscopios para que podamos observar a profundidad los terpenos y tricomas dentro de la planta. Eso es absolutamente genial. Me siento como una pequeña científica en casa. Y luego debo educar a la gente al respecto. Y eso también se aplica a los aceites: hay que investigar, comprender las microdosis y asegurarse de conocer los efectos secundarios y varias cosas más. Espero que una vez que se legalicen los concentrados y comestibles, también podamos analizarlos.
Hasta ahora, ¿qué has reseñado?
“Hasta ahora solo nuestro Discovery Series Volumen 1, que es algo que ya está disponible con AHLOT. Contiene cinco gramos, cada gramo de un tipo diferente de cepa. Viene con un poco de todo, una híbrida, una sativa, una índica, una variedad con alto contenido de CBD.
Sé que en la oferta de trabajo decía que pagarían $38 dólares por hora y que los miembros del Comité Cannábico de Curación incluso podrían ganar casi $1,000 dólares al mes. ¿Sabes en qué nivel de esa escala estarás?
“Realmente depende de varios factores. Es seguro que trabaje para ellos de 12 a 15 horas al mes. Pero, por ejemplo, esta semana tengo tres entrevistas. Definitivamente eso es como un trabajo de medio tiempo.
¿Fijaron una cierta cantidad que debas consumir semanal o diariamente? Es un poco complicado. Para alguien como yo, es importante por lo menos probar todo semanalmente, eso si no es posible probarlo diariamente. Lo cual podría ser demasiado si te toca examinar muchas cepas distintas. Así que definitivamente tienes que trabajar tomando en cuenta todo eso. Somos expertos conocedores de cannabis, por lo que para nosotros es muy importante asegurarnos de repetir las pruebas y ver si hay alguna diferencia en el efecto, para que hagamos una evaluación muy completa.
“El consumo de cannabis no es algo que necesariamente tome mucho tiempo, por lo que supongo que lo que lleva mucho tiempo es escribir tus observaciones.
“Absolutamente. Debido a que lo que tenemos que hacer es muy descriptivo, hay que profundizar. Hay que describir cómo huele, cómo se siente, qué aspecto tiene, y todo lo que haya en medio. Debemos dar una reseña muy extensa de esta planta en particular. Y luego también debemos hacerle promoción en nuestras redes sociales.
¿Entonces hacen pruebas y descripciones, pero esencialmente también hacen promoción del producto?
“Sí, nos encanta llamarnos a nosotros mismos evaluadores. Evaluamos constantemente la calidad de la sustancia.
¿Prueban cepas que ya están disponibles en el mercado? ¿O lo que prueban es algún tipo de producto hecho bajo licencia que aún no sale a la venta?
“Ambos. Hay muchos productores con licencia que puede ser que aún no hayan lanzado su producto, y quieran saber si su calidad es lo suficientemente buena, quieran tener todo esa información, y ahora que existe el acceso a educadores cannábicos, eso es posible.
Probablemente haya muchas personas que piensan ‘wow, este es un trabajo de ensueño. Quiero que me paguen por fumar marihuana’. ¿Es tan genial como suena? ¿Es más trabajo de lo que la gente se imagina? Definitivamente es tan genial como suena. Es un trabajo de ensueño. Pero por otro lado, no se trata solo de sentarse a fumar marihuana. Sé que mucha gente usa el cannabis para relajarse, pero nosotros no solo nos sentamos a fumar y relajarnos, tenemos que pensar en todos los efectos que sentimos y vemos. Desde el momento en que abrimos el contenedor, vemos el contenido, lo olemos y sentimos, debemos observar como es cada uno de sus efectos, incluso una hora o más después haberlo consumido. Es un trabajo bastante tedioso y diligente, pero para nosotros es muy divertido. Aunque no es tan fácil como simplemente prender un porro en tu casa.
Fuente: Excélsior

Fé & Religión
El Banquete Sagrado: La Institución de la Eucaristía

Éxodo 12, 1-8. 11-14
Dijo el Señor a Moisés y a Aarón en tierra de Egipto:
«Este mes será para vosotros el principal de los meses; será para vosotros el primer mes del año. Decid a toda la asamblea de los hijos de Israel: “El diez de este mes cada uno procurará un animal para su familia, uno por casa. Si la familia es demasiado pequeña para comérselo, que se junte con el vecino más próximo a su casa, hasta completar el número de personas; y cada uno comerá su parte hasta terminarlo.
Será un animal sin defecto, macho, de un año; lo escogeréis entre los corderos o los cabritos.
Lo guardaréis hasta el día catorce del mes y toda la asamblea de los hijos de Israel lo matará al atardecer”. Tomaréis la sangre y rociaréis las dos jambas y el dintel de la casa donde lo comáis. Esa noche comeréis la carne, asada a fuego, y comeréis panes sin fermentar y hierbas amargas.
Y lo comeréis así: la cintura ceñida, las sandalias en los pies, un bastón en la mano; y os lo comeréis a toda prisa, porque es la Pascua, el Paso del Señor.
Yo pasaré esta noche por la tierra de Egipto y heriré a todos los primogénitos de la tierra de Egipto, desde los hombres hasta los ganados, y me tomaré justicia de todos los dioses de Egipto. Yo, el Señor.
La sangre será vuestra señal en las casas donde habitáis. Cuando yo vea la sangre, pasaré de largo ante vosotros, y no habrá entre vosotros plaga exterminadora, cuando yo hiera a la tierra de Egipto.
Este será un día memorable para vosotros; en él celebraréis fiesta en honor del Señor. De generación en generación, como ley perpetua lo festejaréis».
Salmo 115, 12-13. 15-16. 17-18
El cáliz de la bendición es comunión de la sangre de Cristo.
¿Cómo pagaré al Señor
todo el bien que me ha hecho?
Alzaré la copa de la salvación,
invocando el nombre del Señor.
Mucho le cuesta al Señor la muerte de sus fieles.
Señor, yo soy tu siervo,hijo de tu esclava:rompiste mis cadenas.
Te ofreceré un sacrificio de alabanza, invocando el nombre del Señor.
Cumpliré al Señor mis votos
en presencia de todo el pueblo.
1 Corintios 11, 23-26
Hermanos:
Yo he recibido una tradición, que procede del Señor y que a mi vez os he transmitido: que el Señor Jesús, en la noche en que iba a ser entregado, tomó pan y, pronunciando la Acción de Gracias, lo partió y dijo:
«Esto es mi cuerpo, que se entrega por vosotros. Haced esto en memoria mía».
Lo mismo hizo con el cáliz, después de cenar, diciendo:
«Este cáliz es la nueva alianza en mi sangre; haced esto cada vez que lo bebáis, en memoria mía».
Por eso, cada vez que coméis de este pan y bebéis del cáliz, proclamáis la muerte del Señor, hasta que vuelva.
Juan 13, 1-15
Antes de la fiesta de la Pascua, sabiendo Jesús que había llegado su hora de pasar de este mundo al Padre, habiendo amado a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el extremo.
Estaban cenando; ya el diablo había suscitado en el corazón de Judas, hijo de Simón Iscariote, la intención de entregarlo; y Jesús, sabiendo que el Padre había puesto todo en sus manos, que venía de Dios y a Dios volvía, se levanta de la cena, se quita el manto y, tomando una toalla, se la ciñe; luego echa agua en la jofaina y se pone a lavarles los pies a los discípulos, secándoselos con la toalla que se había ceñido.
Llegó a Simón Pedro, y este le dice:
«Señor, ¿lavarme los pies tú a mí?».
Jesús le replicó:
«Lo que yo hago, tú no lo entiendes ahora, pero lo comprenderás más tarde».
Pedro le dice:
«No me lavarás los pies jamás».
Jesús le contestó:
«Si no te lavo, no tienes parte conmigo».
Simón Pedro le dice:
«Señor, no solo los pies, sino también las manos y la cabeza».
Jesús le dice:
«Uno que se ha bañado no necesita lavarse más que los pies, porque todo él está limpio. También vosotros estáis limpios, aunque no todos».
Porque sabía quién lo iba a entregar, por eso dijo: «No todos estáis limpios».
Cuando acabó de lavarles los pies, tomó el manto, se lo puso otra vez y les dijo:
«¿Comprendéis lo que he hecho con vosotros? Vosotros me llamáis “el Maestro” y “el Señor”, y decís bien, porque lo soy. Pues si yo, el Maestro y el Señor, os he lavado los pies, también vosotros debéis lavaros los pies unos a otros: os he dado ejemplo para que lo que yo he hecho con vosotros, vosotros también lo hagáis».

Con la celebración de la Cena del Señor nos adentramos en el Misterio del Triduo Pascual, fuente y culmen de todo nuestro año litúrgico. Año tras año nos disponemos a revivir los acontecimientos de la Semana Santa, y seguramente, como cada año, nos resuena la voz del Salmo 95 (94): “Ojalá escuchéis hoy la voz del Señor”, o la de San Pablo en la Segunda Carta a los Corintios (6,2): “Ahora mismo es el tiempo favorable, hoy es el día de la salvación…” Reconocemos la grandeza de este día y no queremos que pase de largo… deseamos sinceramente dejarnos conmover y transformar por él…
Es cierto también que el Jueves Santo concentra de tal modo el Amor humano y divino de Jesús entregado en servicio hasta el extremo, que es casi tan imposible ponderarlo acabadamente como ayudarlo a reflexionar justamente… ¿Cómo disponernos, pues, a celebrar este Jueves Santo?
Por ahora, baste decir que hoy celebramos y nos alimentamos del “Amor mayor” del cual ha sido testigo la historia humana. Un amor que nutre y fortalece todas nuestras experiencias humanas de amor y es capaz de expandirlas a modalidades “sobrehumanas”.
Descubrir este Amor se vuelve la razón de nuestra vida.
Pascua: memoria histórica y espiritual de la liberación de Dios.
La Pascua judía: es el primer mes, el de Abib (marzo-abril; cf. Ex 13.4), llamado también de Nisán (cf. Neh 2,1; Est 3,7). Pascua del Señor: La fiesta de Pascua, por estar relacionada con la liberación de los israelitas de su esclavitud en Egipto, es la conmemoración anual más importante para el pueblo hebreo (Lv 23,5; Nm 9,1-5; 28,16; Dt 16,1-2). En el NT adquiere un significado especial para los cristianos, ya que se interpreta como figura de la obra redentora de Cristo, el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo (Jn 1,29). Pascua (heb. pésaj) se asocia con el verbo pasaj, que significa saltar, pasar por alto o pasar de largo. Cf. v. 27. Estos son algunos de los elementos que se nos recuerdan en este texto de Ex 12, de una importancia decisiva para la fe de Israel y que tiene sus resonancias teológicas y espirituales para los cristianos en esta lectura del Jueves Santo.
La Pascua, antes, era la fiesta de la primavera; propiamente era fiesta de los pastores nómadas que debían comenzar su nueva peregrinación con los ganados en busca de pastos, y para ello ofrecían sus primicias de ganados buscando ser protegidos y bendecidos. Por tanto, el sentido de “salir”, de “peregrinar” tenía ya un sentido ancestral que el pueblo de Israel asumirá con la salida y la liberación de Egipto y con la ofrenda de los animales y su sangre para que fueran protegidos por el “ángel del Señor”. La fiesta de los panes sin levadura (v. 17), que duraba siete días y seguía inmediatamente a la Pascua, llegó a considerarse como parte de ésta (Dt 16,1-8; Cf. Lv 23,6-8; Nm 28,17-25), aunque tenía un sentido distinto y era propio de grupos sedentarizados y no ya nómadas. En Ex 12,1-28 se nos narra la razón por la cual los judíos celebraban la fiesta pascual.
La narración está compuesta de diferentes relatos, que proceden de tiempos diversos. Se relacionó estrechamente con la experiencia de fe de la liberación de los hebreos, esclavos en el Egipto: Ex 12,12-13.21-23. Y ya no se celebró en función de los ganados (ni de las cosechas, en el caso de la fiesta de los campesinos), sino como conmemoración de la liberación del éxodo. La fiesta comenzaba con la cena pascual y se extendía por siete días, de acuerdo con la tradición de los ácimos: Ex 12,14-20. Este es el contexto más adecuado para todo lo que se celebra en las grandes fiestas judías porque ha de coincidir con los últimos momentos de la vida de Jesús y con la última cena de Jesús, fuera ésta una cena pascual o de despedida de los suyos.

Memorial y vida de la última Cena del Señor.
Se suele explicar el contexto de estas palabras o tradición de la “última cena” de Jesús según las divisiones sociales e indeológicas que alimentaban los grupos de las comunidades de Corinto. El tratado más extenso de la Cena del Señor lo encontramos en 1Corintios 10 -11. La profunda división de los creyentes corintos dio como resultado que sus reuniones para la Cena del Señor causaran más daño que bien (11,17-18). Ellos estaban participando de la Cena de una “manera indigna” (11,27). Evidentemente los ricos, no queriendo comer con las clases sociales más bajas, venían más temprano a las reuniones y se quedaban en ellas por tanto tiempo que acababan borrachos. Para empeorar las cosas, al momento que llegaba la clase trabajadora de creyentes, retrasados por las restricciones del empleo, toda la comida ya se había acabado y ellos regresaban a sus hogares con hambre (11,21-22). Algunos de los corintios fallaban en reconocer lo sagrado de la Cena, una comida de pacto (11,23-32). Los abusos eran tan escandalosos que había dejado de ser la Cena del Señor y a cambio se había convertido en su “propia” cena (11,21). Es así que Pablo pregunta, ¿acaso no tenéis casas donde comer y beber?” Si el objetivo era simplemente comer su propia comida, eso se hubiera resuelto con una cena en casa. Su egoísmo de clases y divisiones, cuando no de envidias, traicionó, de manera absoluta, la esencia misma de lo que significaba la Cena del Señor.
Sea como fuere, aquí tenemos en Pablo la tradición de las palabras de la última cena, unos de los pocos testimonios que nos ofrece el apóstol sobre el Jesús histórico, de sus palabras o de sus hechos. Sabemos que esta tradición está presente en Mc 14,22-25; Mt 26,26-29; Lc 22,15-20. Pablo y Lucas forman una variantes al respecto de la que forman Mc y Mt., que quizás responde a sus orígenes, la paulino-lucana se conoce como “antioquena” y la de Mc-Mt como “jerosolimitana”. Pero es uno de los momentos decisivos de la vida de la comunidad, de la liturgia y de la espiritualidad, donde la comunidad “recordando” las última palabras de Jesús experimenta todo su vida histórica y la fuerza de la vida nueva que ahora nos entrega como Señor resucitado. No es un simple recordatorio del pasado, sino un verdadero “zikkaron” que actualiza todo un proceso espiritual-salvífico. El ser humano puede hacer “memoria viva” y con ello logra una presencia real, verdadera, como promesa del mismo Jesús en ese mandato de “haced esto en memoria mía”.
Por tanto, es un acto memorial por medio del cual el creyente se reafirma en el “pacto”, en la “alianza” misma que Cristo quiso hacer presente en aquella noche en que les entregó a los suyos su vida antes de que se la quitaran o se la robaran injustamente por un proceso legal según ellos, pero injusto. Los profetas siempre han creado gestos extraordinarios que van mucho más allá de un significado cerrado. Este pacto une a la Iglesia con Jesús, a todos sus discípulos; hace a la misma Iglesia, como Pablo quiere recordar en todo el conjunto de 1Cor 10-11. E salgo que acontece en la celebración litúrgica con la comunidad de fe a través del tiempo y el espacio, y con toda la humanidad por la cual Cristo murió; ese es el sentido de su entrega, de su muerte de dar la vida y entregarla en el pan y en la copa de la alianza. En la celebración de la Cena del Señor expresamos la plenitud de nuestra fe, es decir, dramatizamos el evento decisivo de nuestra fe: ¿Cómo? Afirmando la presencia del Señor en medio de su Iglesia. Nos unimos como miembros de la familia de Dios alrededor de la mesa comunitaria. Tenemos un momento de comunión personal con el Señor. Afirmamos nuestra unidad con el cuerpo de Cristo. Proclamamos la victoria final de Jesucristo como Señor de lo creado y vencedor sobre la muerte. Renovamos nuestro pacto con Dios por medio de Jesucristo. porque todo lo mejor del ser humano en relación con Dios, debe renovarse continuamente.
El servidor del amor, ceñido para la lucha.
Juan no nos ofrece la tradición de las palabras de la última cena, pero sí una relato asombroso, un gesto profético que está lleno de sentido como lo estaba la entrega de su vida en el pan y en la copa de aquella noche última de su vida. San Juan dice que había llegado su “hora” de pasar de este mundo al Padre… y esa hora no es otra que la del amor consumado. El lavatorio de los pies tiene toda la dimensión de entrega que la misma acción del pan partido y repartido y la copa de la alianza nueva. Son dos gestos que pueden perfectamente complementarse. No sabemos por qué los sinópticos no nos han ofrecido esta tradición, este gesto, ni podemos conocer su origen, aunque podríamos rastrear algunos aspectos bíblicos que lo llenan todo de un sentido especial, profético y creador. Es la escena inaugural de la pasión según San Juan, que si bien es la parte más semejante a la de los sinópticos, tienes varias cosas muy diferentes, y una es esta del lavatorio de los pies. Sabiendo que había llegado su hora de pasar de este mundo al Padre (¡que espléndida teología joánica de la muerte!). Esta muerte, pues, ya no es una tragedia, como lo es para muchos… sino un triunfo que se apunta desde este comienzo de la pasión joánica.
Jesús está dispuesto «a pasar de este mundo al Padre» y a vivir «su hora» (v. 1) con la clarividencia de su libertad divina (¡alta cristología joánica!). Para dar fuerza a su decisión personal inquebrantable, incluso a riesgo de no ser entendido por sus discípulos, va a poner en práctica una acción simbólica en tres actos, como los antiguos profetas: despojándose de su manto, ciñéndose un paño (léntion) y lavando los pies a sus discípulos secándoselos con el paño que se había ceñido. Todo esto se encierra apretadamente en los vv. 4-5. Normalmente se ha dado relevancia casi exclusivamente al lavatorio de los pies, porque además de ser el acto más humillante, culmina de forma escandalosa esta narración. Pero los otros signos no están ahí como adorno estético, sino que merecen nuestra atención, porque de lo contrario, la narración simbólica quedaría empobrecida. Juan quiere decirnos algo mucho más profundo cuando nos ofrece el dato de que Jesús «se ciñó un paño» (léntion) y cuando les seca los pies con el paño que se había ceñido (kai ekmássein tô lentíô ô ên diezôsménos). Como acción simbólica de la muerte que se quería significar hubiera bastado con que se hablara exclusivamente de que Jesús fue lavando los pies de sus discípulos uno a uno. Sin embargo, ¿por qué se vuelve a insistir en el léntion con que se había ceñido? Tampoco era necesario repetir esto cuando hubiera bastado con decir que se los fue secando, puesto que se supone que se los tenía que haber secado con un paño o toalla. Pero se vuelve a hablar del ceñimiento en el v. 5 en correspondencia con la acción del v. 4 entre las cuales se encierra el lavatorio. Si estamos ante una narración simbólica de carácter profético, entonces debemos desentrañar todas las acciones significantes. Y, sin duda, la acción de ceñirse es mucho más significante de lo que aparece a primera vista, aunque hasta ahora apenas se haya hecho notar.
La hora de Jesús, que es la hora del amor consumado, exige una lucha, una guerra con los que le quieren imponer el destino ciego del odio. Jesús no está dispuesto a que nadie le imponga su muerte, sino que es El quien impone su hora como voluntad y proyecto de Dios. El Padre se lo ha entregado todo en sus manos (v. 3) y no es posible que nadie se lo arrebate, porque la suya no es una muerte más, un asesinato de tantos como impone el odio sobre el mundo, sino que es la muerte soteriológica por excelencia. No vienen las cosas como si se tratara de una simple condena legal, como después aparecerá ante el juicio del procurador (Jn 19,7). Jesús, ciñéndose como los antiguos guerreros, debe ganar la batalla de la muerte; he ahí la paradoja, pero de la muerte redentora. Jesús no lucha para no morir, sino para que su muerte tenga sentido y no sea ciega y absurda como la muerte que da el mundo.
Si, como parece la mejor explicación, el lavatorio de los pies es una acción simbólica de la muerte de Jesús, entonces vemos cómo el Maestro se entrega a ellos, cuando deberían ser los discípulos los que deberían estar dispuestos a dar la vida por el maestro, como ocurre en las mentalidades pedagógicas de entonces, incluso de los fariseos. De ahí que en los vv. 6-11 se nos quiera explicar que Pedro no pueda entender que Jesús dé su vida por los suyos; sólo lo entenderá después (v. 7), tras la muerte y la resurrección. De ahí que podamos optar porque los vv. 6-10 representan la interpretación más antigua y acertada del lavatorio de los pies, según el recurso estilístico de las falsas interpretaciones joánicas. Esta debería ser la interpretación del diálogo entre Jesús y Pedro: «hay que aceptar la muerte de Jesús como una muerte salvífica». La interpretación posterior de un acto de humildad no es desacertada, porque en realidad la muerte de Jesús a los ojos del mundo es una humillación, un acto de humildad y un servicio de esclavo que hace el Hijo de Dios a los hombres. Pero la significación inmediata es la libertad de Jesús de morir por nosotros, tal como se pone de manifiesto en el lavatorio de los pies a sus discípulos, y para eso también era necesario que él se ciñera, porque era una guerra contra lo proyectado por el mundo. Por consiguiente, los tres gestos van unidos los unos a los otros, dando como resultado una acción profético-simbólica perfecta recogida en la narración de los vv. 4-5.

Es así como el lavatorio de los pies adquiere esa dimensión tan particular que representa su muerte, como signo del amor consumado a sus discípulos. Diríamos que Jesús se ciñe para no morir odiando, sino amando. Esta es la guerra, como hemos dicho, entre la luz y las tinieblas, entre el proyecto de Dios y el del mundo. Jesús va hacia su propia muerte, representada prolépticamente (adelantada proféticamenmte) en el lavatorio de los pies, luchando, ceñido con el cinturón de la paz. Va a morir por todos, por eso lava también los pies a Judas que está sentado a la mesa. Y Jesús les seca los pies con el paño ceñido, sin quitarlo, porque muere luchando; no le han impuesto la muerte desde fuera según la visión joánica. Ese cinturón no volverá a quitarlo, es una imagen más, como deja traslucir Jn 13,12, en el sentido de que lo llevará hasta el momento de la cruz en que se cumple real y teológicamente su hora (cf. Jn 7,30; 8,20), que es también la hora de la glorificación (cf. Jn 12,23). Jesús, pues, se ciñe para su muerte, para su hora, porque en su muerte está la victoria divina sobre el odio del mundo. En su muerte está su glorificación, porque no es una muerte absurda, sino que se la ha impuesto el mismo Jesús como una consecuencia de su vida entregada al amor de este mundo. Este mundo no deja que viva el amor. Jesús también va a ser sacrificado por el mundo, como tantos hombres, pero no dejará que le arrebaten el amor con que ha actuado en su vida. Por eso se ciñe antes del lavatorio de los pies que representa su muerte soteriológica. Toda esta explicación se deduce por haber optado en el ceñimiento de Jesús por la tradición del cinturón de la lucha, y de haber leído todo ello en la clave de Jn 13,1-3. Es posible que a algunos les parezca una exégesis rebuscada, pero se debe considerar que estamos ante uno de los relatos más simbólicos de todo el evangelio de Juan, que ya de por sí es bastante simbólico. Además, los gestos proféticos dan pie para ello y son ciertamente inagotables en algunos aspectos. En Juan siempre nos encontramos con posibilidades insospechadas. Con ello no ponemos en duda, aunque tampoco tratamos de excedernos, la tradición histórica recogida en Jn 13,4-5 sobre el lavatorio de los pies.
Juan 13, 1-15
«Si yo, el Señor y el Maestro, os he lavado los pies, vosotros también debéis lavaros los pies unos a otros».
Recordamos aquel primer Jueves Santo de la historia, en el que Jesucristo se reúne con sus discípulos para celebrar la Pascua. Entonces inauguró la nueva Pascua de la nueva Alianza, en la que se ofrece en sacrificio por la salvación de todos.
En la Santa Cena, al mismo tiempo que la Eucaristía, Cristo instituye el sacerdocio ministerial. Mediante éste, se podrá perpetuar el sacramento de la Eucaristía. El prefacio de la Misa Crismal nos revela el sentido: «Él elige a algunos para hacerlos partícipes de su ministerio santo; para que renueven el sacrificio de la redención, alimenten a tu pueblo con tu Palabra y lo reconforten con tus sacramentos».
Y aquel mismo Jueves, Jesús nos da el mandamiento del amor: «Amaos unos a otros como yo os he amado» (Jn 13,34). Antes, el amor se fundamentaba en la recompensa esperada a cambio, o en el cumplimiento de una norma impuesta. Ahora, el amor cristiano se fundamenta en Cristo. Él nos ama hasta dar la vida: ésta ha de ser la medida del amor del discípulo y ésta ha de ser la señal, la característica del reconocimiento cristiano.
Pero, el hombre no tiene capacidad para amar así. No es simplemente fruto de un esfuerzo, sino don de Dios. Afortunadamente, Él es Amor y —al mismo tiempo— fuente de amor, que se nos da en el Pan Eucarístico.
Finalmente, hoy contemplamos el lavatorio de los pies. En actitud de siervo, Jesús lava los pies de los Apóstoles, y les recomienda que lo hagan los unos con los otros (cf. Jn 13,14). Hay algo más que una lección de humildad en este gesto del Maestro. Es como una anticipación, como un símbolo de la Pasión, de la humillación total que sufrirá para salvar a todos los hombres.
El teólogo Romano Guardini dice que «la actitud del pequeño que se inclina ante el grande, todavía no es humildad. Es, simplemente, verdad. El grande que se humilla ante el pequeño es el verdaderamente humilde». Por esto, Jesucristo es auténticamente humilde. Ante este Cristo humilde nuestros moldes se rompen. Jesucristo invierte los valores meramente humanos y nos invita a seguirlo para construir un mundo nuevo y diferente desde el servicio.
«Es tanta la utilidad del abajamiento humano, que incluso lo recomendó con su ejemplo la sublimidad divina, porque el hombre soberbio perecería para siempre, si el Dios humilde no lo hubiese hallado» (San Agustín)
«Vivir supone ensuciarse los pies por los caminos polvorientos de la vida, de la historia. Todos tenemos necesidad de ser purificados, de ser lavados» (Francisco)
«El Señor, habiendo amado a los suyos, los amó hasta el fin. Sabiendo que había llegado la hora de partir de este mundo para retornar a su Padre, en el transcurso de una cena, les lavó los pies y les dio el mandamiento del amor. Para dejarles una prenda de este amor, para no alejarse nunca de los suyos y hacerles partícipes de su Pascua, instituyó la Eucaristía como memorial de su muerte y de su resurrección, y ordenó a sus apóstoles celebrarlo hasta su retorno, constituyéndoles entonces sacerdotes del Nuevo Testamento» (Catecismo de la Iglesia Católica, nº 1.337)
EL SEÑOR LES DA LA PAZ
Fuente: Jorge Armando Girón Sosa
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En la Nueva Era del Turismo, el Caribe Mexicano sigue siendo el favorito para los turistas.

-Se registran más 12.5 millones de visitantes.
-Durante el mes de julio del presente año, Quintana Roo registró un crecimiento turístico pese a los desafíos internacionales
Cancún.- Durante el mes de julio del presente año, el Caribe Mexicano ha experimentado un crecimiento significativo en la afluencia turística, alcanzando un aumento del 1.5 por ciento en comparación con el mismo periodo del año anterior, gracias al aumento en la oferta de 3 mil habitaciones disponibles y pese a los desafíos internacionales, informó el secretario de Turismo en el estado, Bernardo Cueto Riestra.
Como resultado del trabajo realizado en materia de turismo liderado por la gobernadora Mara Lezama Espinosa, Quintana Roo sigue siendo el destino favorito, con 12 millones 580 mil 647 turistas, con ello se reafirma la sólida posición del destino en el ámbito turístico internacional.
El titular de la Secretaría Estatal de Turismo (SEDETUR) Cueto Riestra, explicó que los principales mercados estratégicos continúan siendo Estados Unidos, que representa el 40.2% de la afluencia, seguido por México con 32.5%, Canadá con 10.3%, Reino Unido con 2.1% y Colombia con 1.4%. Este panorama demuestra la diversificación de la oferta turística y el interés creciente de nuestras playas, cultura y hospitalidad.
En julio de 2024, el Caribe Mexicano está conectado con un total de 103 ciudades en 2 países de Norteamérica y 13 de América, lo que facilita el acceso a Quintana Roo y es el resultado de un arduo trabajo con las aerolíneas reforzando su confianza con nuestro estado.
Además, el turismo de cruceros ha tenido un desempeño destacado, con un total de 4 millones 343 mil 514 cruceristas arribando al Caribe Mexicano hasta julio de 2024, lo que representa un notable incremento del 14.25 por ciento en comparación con el año anterior. Esta cifra subraya la relevancia de nuestros puertos y la experiencia única que ofrecemos a los viajeros de cruceros.
El Caribe Mexicano se encuentra en una senda de crecimiento sostenible, y se seguirá trabajando para promover las bellezas naturales y culturales, así como para garantizar una experiencia inolvidable para los visitantes.
A pesar de los desafíos, el primer semestre de 2024 se ha logrado consolidar al Caribe Mexicano como un destino preferido por turistas de todo el mundo, finalizó.
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