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Internacional

Posible sucesor de Raúl Castro promete gobierno inclusivo en Cuba

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CUBA, 11 DE MARZO.- El vicepresidente y probable sucesor en el ejecutivo cubano, Miguel Díaz-Canel, reconoció los retos económicos que tiene la isla de cara a un nuevo gobierno que se formará en unas semanas y aseguró que estará atento a las demandas de la población.

Díaz-Canel participó en las votaciones para diputados nacionales en Santa Clara, ciudad en el centro del país, en lo que fue el primer paso de la conformación de la Asamblea, el Parlamento unicameral que formará gobierno en abril y luego de que el actual mandatario Raúl Castro anunció que no se reelegirá.

“Va a ser un gobierno que se va deber al pueblo. El pueblo va a participar en las decisiones que tome ese gobierno”, dijo el funcionario al salir del colegio electoral.

“El pueblo también puede revocar si alguien no cumple con sus responsabilidad”, agregó Díaz-Canel, un ingeniero de 57 años, oriundo de esta provincia.

Si toma la presidencia como todo parece indicar, será el primero que no se apellide Castro o haya participado de algún modo en la gesta revolucionaria que triunfo en 1959.

La futura administración tiene como desafío sacar adelanta a la isla de una tensa situación económica y Díaz-Canel reconoció que la modernización financiera, así como los planes de apertura en este sentido se habían visto complicados.

Según el funcionario “la actualización del modelo” es “un proceso más complejo de lo que pensamos en un principio y por eso no hemos podido avanzar”.

En 2010, Raúl Castro comenzó una paulatina reforma de apertura a la iniciativa privada autorizando pequeños negocios, regularizando el mercado de bienes raíces y entregando a particulares tierra ociosa, entre muchas otras; pero en el último año las acciones en este sentido se paralizaron.

Aunque no se espera que esta nueva camada de dirigentes políticos rompa con la revolución y la llamada generación histórica, Díaz-Canel se mostró domingo con un estilo un poco más abierto pues llegó a votar con su esposa de la mano, vestido de sport e hizo cola junto a los vecinos para ingresar a las urnas.

Díaz-Canel lamentó que las relaciones con Estados Unidos se hayan deteriorado bajo la presidencia de Donald Trump y acusó a este de volver a la retórica de la “Guerra Fría” y ofender a Cuba con las medidas que distanciaron los nexos.

Fuente López Dóriga Digital

 

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Internacional

¡Infierno en el Cielo de Saná! Israel Pulveriza el Aeropuerto Principal de Yemen en Represalia sin Precedentes

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La noche cayó sobre la capital yemení envuelta en el rugido ensordecedor de explosiones y el ominoso resplandor de incendios incontrolables. El Aeropuerto Internacional de Sana’a, la puerta de entrada vital para la asediada nación, yacía reducida a un paisaje apocalíptico de metal retorcido, hormigón pulverizado y llamas danzantes tras un ataque aéreo de una magnitud nunca antes vista, perpetrado por la implacable fuerza aérea israelí.

La incursión, ejecutada con precisión quirúrgica y una potencia devastadora, fue confirmada horas después por un comunicado oficial del ejército israelí, que la calificó como una “respuesta contundente e inequívoca” al lanzamiento de un misil hutí que, en la jornada anterior, había sembrado el pánico y la disrupción en el corazón de Israel, impactando directamente las instalaciones del Aeropuerto Internacional Ben Gurion de Tel Aviv.

Los relatos de testigos presenciales desde Saná pintan un cuadro dantesco de terror y destrucción. Residentes, despertados bruscamente por una serie de estruendos que hicieron temblar los cimientos de sus hogares, describieron cómo el cielo nocturno se iluminó con destellos cegadores seguidos de ondas expansivas que rompieron ventanas y desataron el caos en las calles.

“Pensé que el mundo se acababa”, sollozó Fatima Khalil, una enfermera que vive cerca del aeropuerto, un corresponsal local a través de una conexión de internet intermitente. “Las explosiones eran como truenos multiplicados por mil. Vi bolas de fuego elevándose hacia el cielo y el aire se llenó de un olor acre a quemado. La gente gritaba, corría sin rumbo, madres abrazaban a sus hijos con desesperación.”

Las primeras evaluaciones de los daños sugieren una devastación sistémica. Imágenes satelitales preliminares y testimonios de equipos de rescate que intentaban abrirse paso entre los escombros revelan la destrucción de las pistas de aterrizaje, dejándolas inutilizables y sembradas de cráteres. Las terminales de pasajeros, antaño bulliciosas con viajeros y trabajadores, ahora son esqueletos carbonizados. La torre de control, vital para la gestión del tráfico aéreo, parece haber sufrido un impacto directo, colapsando parcialmente. Los sistemas de radar y navegación, esenciales para la operación segura de cualquier aeropuerto, también habrían sido gravemente dañados o destruidos.

La justificación ofrecida por el gobierno israelí fue tajante: el ataque al aeropuerto de Saná fue un acto de legítima defensa contra una amenaza directa y creciente. En su declaración, acusaron al movimiento hutí, que controla gran parte de Yemen, de ser una marioneta de Irán, utilizada para desestabilizar la región y atacar objetivos israelíes. “No permitiremos que nuestro espacio aéreo y nuestros ciudadanos sean puestos en peligro impunemente”, aseveró un alto funcionario del Ministerio de Defensa israelí. “La infraestructura que permite a estos terroristas lanzar sus ataques debe ser neutralizada”.

Sin embargo, la magnitud y la naturaleza del ataque israelí han generado una ola de indignación y condena a nivel internacional. Numerosas organizaciones de derechos humanos y gobiernos han expresado su profunda preocupación por el potencial impacto humanitario de la destrucción del aeropuerto de Sana’a, que servía como un punto crucial para la entrada de ayuda humanitaria a un país devastado por años de conflicto y hambruna.

“Atacar una infraestructura civil de esta importancia, especialmente en un país ya al borde del colapso humanitario, es un acto de brutalidad inaceptable”, declaró un portavoz de la ONU en Ginebra, exigiendo una investigación exhaustiva y responsabilización por lo ocurrido. “Este acto podría exacerbar aún más la ya catastrófica situación humanitaria en Yemen, poniendo en riesgo la vida de millones de personas.”

La respuesta de los líderes hutíes no se hizo esperar. En un discurso televisado, un visiblemente enfurecido Abdul-Malik al-Houthi, el líder del movimiento, prometió una “venganza dolorosa y sin límites” contra Israel. “Este acto de agresión cobarde no quedará sin castigo”, bramó. “Convertiremos sus ciudades en cenizas y haremos que paguen un precio que nunca antes han imaginado.” Esta retórica belicosa ha encendido aún más las alarmas sobre la posibilidad de una escalada regional incontrolable, atrayendo a otros actores y potencias en un conflicto de consecuencias impredecibles.

La comunidad internacional se encuentra ahora en una encrucijada peligrosa. Las llamadas a la calma ya la desescalada resuenan en las capitales del mundo, pero la profunda desconfianza y la creciente hostilidad entre Israel y sus adversarios regionales hacen que cualquier intento de diplomacia parezca cada vez más frágil. El cielo sobre Sana’a, aún humeante y marcado por la violencia, se ha convertido en un sombrío recordatorio de la facilidad con la que la chispa de un conflicto puede encender una conflagración regional, con consecuencias devastadoras para la estabilidad y la paz en el Oriente Medio y más allá. El mundo guarda con tensa expectación el próximo movimiento en este peligroso juego de ajedrez geopolítico.

Fuente: 5to Poder Agencia de Noticias

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Internacional

TRUMP VS. HARVARD: UNA BATALLA QUE PODRÍA CAMBIAR LA EDUCACIÓN SUPERIOR EN EE.UU.

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La tensión entre la administración de Donald Trump y la Universidad de Harvard ha alcanzado un nuevo nivel. En un movimiento sin precedentes, el presidente de Estados Unidos ha reiterado su intención de retirar la exención de impuestos a la prestigiosa institución, acusándola de promover “enfermedades ideológicas” y de no combatir adecuadamente el antisemitismo.

El origen del conflicto

La disputa comenzó el 15 de abril, cuando Trump sugirió por primera vez que Harvard debería perder su estatus fiscal debido a lo que él considera una agenda política sesgada. Desde entonces, la controversia ha escalado rápidamente. La administración congeló 2,200 millones de dólares en fondos federales destinados a la universidad, una medida que Harvard calificó como un ataque directo a su autonomía y misión educativa.

La respuesta de Harvard

Lejos de ceder ante la presión del gobierno, Harvard ha respondido con firmeza. La universidad ha negado las acusaciones de Trump y ha dejado claro que no modificará sus programas de diversidad ni supervisará la ideología de sus estudiantes extranjeros, como exige la administración.

Un portavoz de la institución declaró que no existe base legal para revocar la exención de impuestos de Harvard y advirtió que una medida de este tipo podría poner en riesgo la capacidad de la universidad para cumplir con su misión educativa.

Implicaciones legales y políticas

El anuncio de Trump ha generado un intenso debate en el ámbito político y académico. Expertos legales han señalado que la revocación de la exención fiscal de Harvard podría enfrentar desafíos judiciales prolongados, ya que la ley federal prohíbe que el presidente solicite al Servicio de Impuestos Internos (IRS) que investigue o audite a una entidad específica.

Además, la medida ha sido criticada por legisladores demócratas, quienes han solicitado una investigación sobre los intentos de Trump de despojar a Harvard de su estatus fiscal. Según el senador Chuck Schumer, esta acción plantea preocupantes cuestiones constitucionales, incluyendo si el presidente está tratando de sofocar la libertad de expresión en los campus universitarios.

El futuro de Harvard bajo la administración Trump

Mientras la batalla legal y política continúa, Harvard enfrenta un futuro incierto. La universidad ha presentado una demanda contra el gobierno por la congelación de fondos y ha unido fuerzas con más de 200 presidentes de universidades en protesta contra las políticas de educación superior de Trump.

Por su parte, la Casa Blanca ha insistido en que cualquier acción del IRS se llevará a cabo de manera independiente del presidente, aunque la orden de iniciar el proceso de revocación del estatus fiscal de Harvard se produjo poco después de los comentarios públicos de Trump.

Conclusión

La amenaza de Trump contra Harvard no solo pone en juego el futuro financiero de la universidad, sino que también abre un debate más amplio sobre el papel del gobierno en la educación superior y la libertad académica. Con una batalla legal en el horizonte y una creciente oposición dentro del Congreso, el desenlace de este conflicto podría marcar un precedente histórico en la relación entre el poder ejecutivo y las instituciones educativas en Estados Unidos.

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