Opinión
Covid redujo la vida
Cicuta del Caribe LXVII
• En 2020 caída fue mayor en Cdmx, el norte y la península de Yucatán
• Xcaret Xailing espera dos ferris que unirán Cancún con isla Cozumel
• Riviera Maya: megaparque temático y futurista de la familia Chapur
• Desciende el desempleo a costa de la precarización del nivel salarial
• Mexicanos se vuelven más agresivos; pierden capacidad de diálogo
• Caribe propone hoja de ruta para proteger el medioambiente marino
Por: Carlos Águila Arreola
Un estudio de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA) reveló hace días que México ha perdido cuatro años en esperanza de vida debido a la pandemia. La covid-19 ha hecho retroceder al mundo en ese parámetro por primera vez en 70 años y, como toda región subdesarrollada, Latinoamérica se ha llevado la peor parte, más que África.
Otro análisis de 10 académicos latinoamericanos publicado el año pasado en la revista demográfica Genus, sugiere reducciones aún mayores en la esperanza de vida en la región (5.5 años en México). Otras investigaciones (Víctor García, del Colegio de México) aseguran que en 2020 la caída de la esperanza de vida en México fue mayor en la capital, el norte del país y la península de Yucatán.
Algunos mandatarios hicieron pobres esfuerzos para combatir los brotes en su país, ya sea minimizando la gravedad de la pandemia; ignorando a la ciencia o intervenciones críticas como el distanciamiento social y los cubrebocas. Todos cometieron al menos uno de esos errores, y varios todos, con consecuencias mortales debido a su inmoralidad y falta de ética.
Un trabajo de The Conversation, fuente independiente y sin fines de lucro de noticias, análisis y comentarios de expertos académicos internacionales, cita a Andrés Manuel López Obrador y a otros tres mandatarios y un ex presidente que, en mayor o menor medida, subestimaron la gravedad de la pandemia: Donald Trump, Jair Bolsonaro, de Brasil; Narendra Modi, de la India, y Alexander Lukashenko de Bielorrusia.
En el país no es que no hayan sabido qué hacer con la pandemia, es que tomaron la decisión de no hacerlo, acusa Laurie Ann Ximénez-Fyvie, microbióloga mexicana y doctora en Ciencias Médicas por la prestigiosa Universidad de Harvard, y autora del libro “Un daño irreparable. La criminal gestión de la pandemia en México”.
La científica criticó con dureza al subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell Ramírez, llamado “zar del coronavirus”, y a su jefe López Obrador, a quienes recriminó porque manejaron la pandemia por criterios “más políticos que científicos” y nunca haber tenido una estrategia para contener los contagios y apostar por la llamada “inmunidad de rebaño”.
A la par
Esa decisión, además de criminal para las víctimas mortales y sus familias, y centenas de miles más de contagiados —menos para la legión de pejezombies, chairos y demás fauna morenística seguidora del mesías de Macuspana, que son los que niegan la estólida postura—, ha costado a México cuatro años de esperanza de vida.
En su momento, con 9.2 por ciento de pacientes por cada 100 mil habitantes muriendo a causa de la enfermedad, México tuvo la tasa de letalidad más alta del planeta. Estimaciones recientes muestran que probablemente ha sufrido 617 mil muertes, a la par de Estados Unidos y la India, ambas naciones con poblaciones mucho más grandes.
Una combinación de factores contribuyó a los brotes extremos y prolongados, y “un liderazgo” nacional inadecuado fue uno. A lo largo de la pandemia, López Obrador buscó minimizar la gravedad de la situación, incluso siguió realizando mítines antes de que el 23 de marzo de 2020 llegara el confinamiento; sin embargo, con frecuencia se negó a usar el cubrebocas.
Tras heredar un sistema de salud con fondos insuficientes cuando asumió en 2018, “Lopitos” aumentó solo ligeramente los presupuestos —expertos señalaron que los recursos para hospitales son insuficientes para la tarea que enfrentan—; incluso antes de que estallara la pandemia, la política de extrema austeridad fiscal dificultó mucho más abordar una crisis de salud.
Siempre negacionista a lo que no sea sus megaobras —Tren Maya, refinería Dos Bocas su aeropuerto Felipe Ángeles—, limitó la ayuda financiera para combatir la covid-19, lo que a su vez agravó el shock económico por la pandemia, alimentando la necesidad de mantener la economía abierta durante todo el año pasado, bien entrada la feroz segunda ola invernal, de la que México apenas está comenzando a salir.
Cuatro años menos es el cálculo que hace Patrick Heuveline, académico de la UCLA. Su estudio estima que en todo el mundo la esperanza de vida cayó en promedio dos años, un retroceso que no se había visto desde 1950. “Ese ha sido el impacto demográfico que ha dejado la crisis sanitaria durante 2020 y 2021. Es una pérdida sustancial”, afirma el investigador.
Desigualdad
El golpe no es igual: entre más de 98 países analizados, solo ocho perdieron cuatro años o más, cinco en Latinoamérica: México, Perú, Bolivia, Paraguay y Guatemala. De acuerdo con los cálculos de Heuveline, un mexicano tenía una esperanza de vida de 72.2 años en 2019, para finales de 2021 ya era de 67.9. Una mexicana esperaba vivir casi 78 años, ahora solo hasta los 74.2 años.
En una analogía, compara la esperanza de vida con la velocidad de un coche, lo mismo sucede con la esperanza de vida: se calcula cuántos años se espera vivir en promedio, si se toma en cuenta el año en que nació, su lugar de nacimiento y su sexo, así como otros factores demográficos, y si se asume que las condiciones de vida de un país no van a cambiar sustancialmente.
El indicador es sensible al acceso a la salud, la violencia o la pobreza. “La velocidad del coche, igual que las condiciones de vida, cambian, y asumir lo contrario es poco realista” —matiza el académico—, “pero la ventaja es que es un indicador estimado para prácticamente todos los países del mundo desde la segunda Guerra Mundial o, incluso, en algunos desde hace 200 años”.
El investigador usó ese parámetro para estudiar el efecto que tuvo la pandemia en la supervivencia humana, en comparación con otros eventos —VIH, guerras y genocidios provocaron caídas en los lugares que los sufrieron—: en siete décadas no había pasado nada que rasurara a tal grado el tiempo que la humanidad esperaba vivir.
Para calcular eso se utilizan tablas de mortalidad que suelen considerar la edad promedio de quienes mueren, y cuántos nuevos nacimientos se registran cada año. Se asume que si la población crece a un ritmo estable y si el número de muertes también se mantiene, no habrá cambios considerables en cuanto se espera que una persona viva en promedio.
Durante la pandemia hubo un subregistro mundial de las muertes por covid. La Organización Mundial de la Salud (OMS) calculó que en 2020 y 2021 causó, de forma directa o indirecta, más de 15 millones de muertes, y solo se reportaron 6.2 millones, y “en México, el exceso de mortalidad es más o menos el doble que las muertes que oficialmente se reportaron por covid”, indica el académico.
Menudencias
Carlos Constandse Madrazo, vicepresidente de Grupo Xcaret, afirmó que la filial Xcaret Xailing espera dos nuevas embarcaciones que prestarán servicio en la ruta Cancún-Cozumel: “Esperamos dos ferris que tardarían entre dos o tres meses”. En promedio, la ruta a la isla reporta 300 mil pasajeros al mes; actualmente, esa empresa opera dos embarcaciones hacia Isla Mujeres, que tienen capacidad de 650 pasajeros cada una.
Ubicado frente al hotel Moon Palace, en terrenos de la familia Chapur, se erige Malltertainment Riviera Maya, proyecto de más de 100 millones de pesos que será un megaparque temático en 250 mil metros cuadrados que tendrá centro comercial, parque de diversiones, la pista más grande del mundo de go karts, globo aerostático y pista de hielo, entre otras amenidades, de acuerdo con el patriarca del grupo Palace Resorts, José Antonio Chapur Zahoul.
La tasa de desempleo alcanzó su nivel más bajo desde que inició la pandemia, sin embargo, fue a costa de la precarización del nivel salarial, de acuerdo con Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo, Nueva Edición, realizada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), que revela que durante los últimos dos años han desaparecido más de dos millones 633 mil puestos de trabajo cuyas compensaciones superaban los tres salarios mínimos diarios.
Uno de cada tres mexicanos justifica el uso de la violencia como una manera de resolver conflictos, lo que hace a México el país más violento de una medición que abarca 10 de América Latina, señala el informe “Tendencias de honestidad en Latinoamérica 2022” elaborado por la Amitai, firma especializada en ética organizacional, que destaca que respecto a la medición de 2018 los mexicanos se han vuelto más agresivos, perdiendo la capacidad de diálogo.
La industria del Caribe fijó el rumbo para proteger el medio ambiente marino durante un encuentro del Centro Regional de Emergencia, Información y Capacitación por Contaminación Marina-Caribe. La décima reunión del comité directivo (cada dos años) se llevó a cabo en Curazao, Países Bajos, donde la Organización Marítima Internacional (OMI) manifestó su apoyo para prevenir la introducción de especies acuáticas invasoras y compartir mejores prácticas.
EN LA OPINIÓN DE:
El lado oscuro de la navidad: una mirada psicológica a la depresión invernal
Detrás de la mercadotecnia de la época de paz en el mundo, la cifra de suicidios se eleva
Conciencia Saludablemente
Por Psicol. Alex Barrera**
Cada año, cuando el invierno comienza a instalarse y los días se acortan, noto un cambio sutil pero profundo en muchas de las personas, lo cual inevitablemente a mi parecer crea una bruma en todo el ambiente, y es que mientras la gran maquinaria de la mercadotecnia nos vende un espacio de amor, familia y entornos diseñados a modo para fomentar el espíritu de dar y recibir, la realidad es que muchas veces esto es la máscara que oculta, lo que no queremos saber, pero que nuestro cerebro ya sabe. Y no es otra cosa sino la reacción biológica natural que nos alinea con la naturaleza, invierno significa el final.
Y no, no es fatalismo, es la naturaleza terminando un ciclo, es por eso que durante el invierno muchos animales se retiran a descansar, los arboles desojados esperan pacientes para poder reverdecer, la luz del día es menos, y por supuesto los seres humanos experimentamos cambios que desafortunadamente intentamos ignorar debido a que cada día nos alejamos más y más de lo natural, pensando con la soberbia que solo el razonamiento nos puede dar, que si la luz del sol se va, nosotros podemos llenarla con pequeñas luces artificiales, que se venden en aquellos puestos que ocupan miles de esquinas en el país.
Pero dejemos el romanticismo y la filosofía de lado y para no abrumarle entremos de lleno a lo que quiero en este espacio, comentarle a usted, que se toma el tiempo de leer estas líneas y es que, si hablamos de los síntomas del invierno, incluso yo, como especialista en salud mental debo confesar que experimento cierta variación en mi nivel de energía y claridad emocional.
Así pues, le hablaré de las cosas por su nombre, lo que muchas personas experimentamos no se trata simplemente de “mal humor por el frío”, sino de un fenómeno ampliamente documentado: la depresión invernal, también conocida como Trastorno Afectivo Estacional (TAE). Aunque a veces se percibe como una exageración o un invento moderno, la ciencia ha demostrado que es una condición real y prevalente, estrechamente vinculada a los ciclos de luz y a la respuesta biológica de nuestro organismo.
La American Psychological Association (APA) explica que el TAE aparece cuando la disminución de luz solar altera nuestros ritmos circadianos, los cuales funcionan como un reloj interno que regula funciones tan esenciales como el sueño, el apetito, la energía y el estado de ánimo. Cuando ese reloj se desajusta, aumentan la melatonina —la hormona del sueño— y disminuyen los niveles de serotonina, vinculada al bienestar. El resultado es una combinación de fatiga, desmotivación, tristeza persistente, irritabilidad, dificultades de concentración y, en algunos casos, un fuerte deseo de aislamiento social.
Observando desde un ángulo clínico, lo más complejo de la depresión invernal no es sólo la sintomatología, sino la forma en que suele ser minimizada. Muchas personas que pasan por este tipo de situaciones se expresan diciendo: “Debe ser flojera”, “Solo necesito echarle ganas”, “Es normal, a todos nos cae pesado el invierno”. Y aunque es cierto que los cambios estacionales influyen en nuestro ánimo, no debemos normalizar un malestar que interfiere en la vida cotidiana. Reconocer que algo no está bien permite atenderlo y evitar que el evento evolucione hacia formas más severas por ejemplo caer en depresión.
Es importante señalar que algunas personas tienen mayor vulnerabilidad biológica a este trastorno. Investigaciones del National Institute of Mental Health (NIMH) indican que quienes viven lejos del ecuador, en regiones donde el invierno tiene menor exposición solar, presentan tasas más altas de TAE. Además, quienes tienen antecedentes de depresión mayor suelen ser más sensibles a las variaciones de luz. Esto no significa que sea inevitable, sino que debemos prestar especial atención a los primeros síntomas.
En terapia, he observado que uno de los desafíos más grandes es el impacto en la percepción personal: quienes viven depresión invernal suelen sentirse “culpables” de no rendir igual, de no tener la misma energía o motivación que en otras épocas. Explicarles el componente biológico, ese juego de hormonas, luz y ritmos internos, les ayuda a comprender que no se trata de una falla personal, sino de un proceso fisiológico que puede regularse con estrategias adecuadas. Probablemente es por ello que muchas personas no son capaces de aceptar que están pasando por un mal momento, incluso ni siquiera lo reconocer, y tapan este tipo de sentimientos con conductas dañinas que curiosamente son fomentadas con el falso espíritu de la navidad, por ejemplo las compras excesivas, o el descontrol en los hábitos alimenticios.
Aun cuando se supone que la temporada enaltece virtudes como la paz, el amor, y la fraternidad, resulta preocupante observar que la disminución de luz natural y la carga emocional invernal coinciden con un aumento sostenido de suicidios en México, en donde para 2023 se registraron 8 mil 837 suicidios, lo que representa una tasa de 6.8 por cada 100 mil habitantes, una cifra más alta que la de años previos, según el INEGI. Estos datos sugieren que la temporada de oscuridad, soledad o desánimo puede agravar la vulnerabilidad psicológica (especialmente en personas predispuestas) y transformar la tristeza estacional en crisis profundas.
Sobre esto existen métodos que pueden ayudar a reducir el riesgo de padecer TAE, ninguno de ellos tan efectivo como la atención psicológica profesional. Un especialista de la salud puede evaluar el nivel del problema además el acompañamiento terapéutico brinda herramientas para detectar pensamientos suicidas, regular el estado de ánimo y reconstruir el bienestar emocional en los meses más oscuros del año.
Algunas acciones cotidianas contribuyen significativamente a reducir el impacto del TAE. Por ello, aquí te comparto tres recomendaciones basadas en evidencia para prevenir o disminuir la depresión invernal:
1) Exponte diariamente a la luz solar entre 5 y 10 minutos, siempre con la protección adecuada.
Salir por la mañana, abrir cortinas, caminar un poco o simplemente recibir la luz directa del gran astro ayuda a regular la serotonina y el reloj biológico. Puede parecer un gesto mínimo, pero su impacto es notable cuando se vuelve parte de la rutina, eso sí, no olvides el bloqueador solar y los lentes con filtro UV.
2) Mantén horarios regulares de sueño y actividad física.
Tu cuerpo necesita estabilidad cuando la luz es escasa. Dormir a horas similares y realizar ejercicio —aunque sea ligero— mejora la energía, la regulación emocional y el descanso nocturno. Aun si la noche dura más tiempo que el día es importante mantener la rutina.
3) Cultiva espacios de conexión social, incluso si la apatía te invita al aislamiento.
El invierno tiende a encerrarnos, pero el contacto humano funciona como un amortiguador emocional. Conversar con alguien, compartir actividades o participar en grupos de apoyo contribuye a mejorar el estado de ánimo.
Y, sobre todo, recuerda que la terapia psicológica es un acompañamiento fundamental durante esta temporada. No solo ofrece un espacio seguro para explorar lo que sientes, sino que te brinda herramientas para comprender tus ciclos internos, reorganizar rutinas, manejar pensamientos negativos y fortalecer tu resiliencia. En los meses más fríos del año, cuando el mundo parece apagarse un poco, la terapia se convierte en un punto de luz que ayuda a atravesar el invierno con mayor claridad y bienestar. Y no olvides que el invierno es el final que marca el inicio de algo nuevo, la navidad no sólo es época de dar y recibir, sino que también amerita un tiempo de introspección para disminuir el ritmo y reflexionar sobre lo que finalizamos y como queremos comenzar el nuevo ciclo.
**Además de 10 años de experiencia como comunicólogo, ejerciendo el periodismo. Alex Barrera es también psicólogo por la UNAM con profundización en desarrollo Humano.
Actualmente brinda terapia clínica con enfoque Biopsicosocial.
Si deseas contactar al especialista o necesitas ayuda terapéutica puedes comunicarte vía Whats App
Para más información del tema puede consultar:
Textos de Interes
American Psychiatric Association. (2013). Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders (5.ª ed.). Washington, D.C.: Author.
(Para la definición clínica del Trastorno Afectivo Estacional como especificador del trastorno depresivo mayor.)
Rosenthal, N. E., Sack, D. A., Gillin, J. C., Lewy, A. J., Goodwin, F. K., Davenport, Y., … & Wehr, T. A. (1984). Seasonal Affective Disorder: A description of the syndrome and preliminary findings with light therapy. Archives of General Psychiatry, 41(1), 72–80.
(Estudio pionero que define la depresión invernal y su relación con la luz.)
Melrose, S. (2015). Seasonal Affective Disorder: An Overview of Assessment and Treatment Approaches. Depression Research and Treatment, 2015, 1–6.
(Revisión general sobre causas, síntomas y tratamiento del TAE.)
Partonen, T., & Lönnqvist, J. (1998). Bright light improves vitality and alleviates distress in healthy people. Journal of Affective Disorders, 46(1), 175–181.
(Evidencia científica del impacto de la luz en el estado de ánimo.)
Rohan, K. J., Roecklein, K. A., & Haaga, D. A. F. (2009). Cognitive-behavioral therapy for seasonal affective disorder: A randomized controlled trial. American Journal of Psychiatry, 166(5), 503–510.
(Estudio que valida la efectividad de la terapia psicológica para el TAE.)
Lewy, A. J. (2007). Circadian misalignment in mood disturbances. Current Psychiatry Reports, 9(6), 517–522.
(Base científica sobre ritmos circadianos y trastornos del estado de ánimo.)
Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI). (2023). Estadísticas a propósito del día mundial para la prevención del suicidio.
(Fuente de la cifra: 8,837 suicidios y tasa de 6.8 por cada 100 mil habitantes en México.)
Lam, R. W., & Levitt, A. J. (1999). Canadian Consensus Guidelines for the Treatment of Seasonal Affective Disorder. Clinical & Academic Publishing.
(Guía clínica que respalda intervenciones terapéuticas para depresión invernal.)
EN LA OPINIÓN DE:
Extorsión: violencia económica que se vuelve trauma emocional
Aunque es un delito del que mucho se habla, pocos toman en cuenta la factura a la salud mental que significa no resolverlo.
Conciencia Saludablemente
Por: Psicol. Alex Barrera
La reciente aprobación en el Congreso de la Ley General para Prevenir, Investigar y Sancionar los Delitos en materia de Extorsión marca un antes y un después jurídico en México: la reforma aspira a homogeneizar criterios, perseguir el delito de oficio y endurecer sanciones frente a una práctica que se ha disparado en los últimos años. La votación responde a una urgencia tangible: la extorsión ya no es un daño sólo económico, es una máquina de erosionar vidas.
Los números lo confirman y, a la vez, ocultan realidades. Según la Encuesta Nacional de Victimización de Empresas (ENVE) del INEGI, en 2023 se cometieron 747 mil delitos de extorsión contra unidades económicas, cifra que ilustra la magnitud del fenómeno entre negocios formales. Cabe señalar que las estadísticas oficiales de carpetas de investigación son mucho menores por no decir engañosas, precisamente es por la altísima “cifra negra” (cantidad de delitos que no se registran en las estadísticas oficiales) que la mayoría de las víctimas no denuncia, es decir las víctimas tienen miedo o desconfianza institucional.
El impacto económico también aparece con cifras contundentes. Coparmex y diversas estimaciones señalan pérdidas multimillonarias: sólo en 2025, hasta septiembre, las extorsiones han significado una erogación que supera los 21 mil millones de pesos para empresarios, además de multiplicar costos en seguridad privada y obstaculizar la inversión.
El daño no se limita a lo material. La extorsión induce estrés crónico, ansiedad, insomnio y sensación de indefensión tanto en propietarios como en trabajadores. Pequeños comerciantes describen la extorsión como un “perdón a cambio de sobrevivir”: pagar para continuar operando. Esa lógica genera culpabilidad, vergüenza y un desgaste emocional que se transmite al núcleo familiar y comunitario. Estudios sobre victimización muestran que la repetición del ataque y la impunidad fomentan trastornos de estrés postraumático, depresión y paranoia colectiva, los cuales han sido publicados por ENVE/INEGI y reportes de victimización.
Las consecuencias secundarias son palpables: zonas enteras ven cerrar negocios ante la imposibilidad de sostener pagos extorsivos o por la pérdida de clientes ante la percepción de riesgo. En Sinaloa, por ejemplo, Coparmex reportó el cierre de alrededor de 2 mil empresas en el primer semestre de 2025 atribuible al clima de inseguridad local; sin embargo, no existe aún una cifra nacional homologada sobre cierres empresariales exclusivamente por extorsión.
Ese silencio la llamada la cifra negra agrava el golpe psicológico. No denunciar porque temes represalias o porque “las autoridades no harán suficiente” es una doble privación: económica y emocional. La persona queda aislada, sin redes de apoyo formales, normalizando el temor y enquistando el daño. A nivel comunitario, esa normalización mina la confianza social y la capacidad de resiliencia colectiva, además activa un mecanismo de defensa en el cerebro sobre todo porque como miembro de una comunidad el miedo se agrava pues ya no tienes libertad de acudir a lugares recreativos, esto se convierte en una viciosa cadena, que impacta también la economía, pues la extorción desmotiva la inversión, reduce fuentes de ingreso y atemoriza a la comunidad, es decir que el daño es sistémico.
Frente a este panorama, la ley y las acciones policiales son necesarias pero insuficientes por sí solas. Es imprescindible integrar respuestas que atiendan la salud mental de las víctimas: protocolos de contención, orientación jurídica y fundamentalmente atención psicológica especializada.
La terapia ayuda a procesar el trauma, recuperar la calma y volver a sentir que se tiene control sobre la propia vida. También permite desarrollar estrategias para manejar el miedo y evitar que este se vuelva permanente. Intervenciones breves, apoyo psicoeducativo y programas comunitarios de resiliencia pueden reducir la ansiedad, mejorar el sueño y favorecer decisiones más seguras, ya sea sobre denunciar o reestructurar la actividad económica.
La extorsión ataca hogares y tejido económico, pero también hiere la confianza que sostiene la vida cotidiana. Por eso la política pública debe ir más allá de la cárcel para extorsionadores: debe contemplar la reparación integral del individuo y la comunidad, incluida la salud mental para que las personas y comunidades recuperen no sólo su patrimonio, sino su confianza. Si la ley ayer fortaleció la respuesta penal, hoy la prioridad es que la respuesta humana, psicológica y social. llegue al mismo ritmo. Buscar ayuda profesional no es solamente una medida individual: es un acto de reconstrucción colectiva.
Te interesan los temas de desarrollo humano y bienestar intégrate a https://bit.ly/Kumaneko-SaludyBienestar es Gratis.
**Además de 10 años de experiencia como comunicólogo, ejerciendo el periodismo. Alex Barrera es también psicólogo por la UNAM con profundización en desarrollo humano.
Actualmente brinda terapia clínica con enfoque Biopsicosocial.
Si deseas contactar al especialista o necesitas ayuda terapéutica puedes comunicarte vía Whats App.
-
Cancúnhace 7 horasARRANCAN OPERATIVOS DE REDUCCIÓN DE VELOCIDAD EN CANCÚN PARA PREVENIR ACCIDENTES
-
Cancúnhace 7 horasVERBENA CANCUNENSE UNE A TRABAJADORES Y FAMILIAS EN EL PALACIO MUNICIPAL
-
Chetumalhace 11 horasQUINTANA ROO SE MANTIENE ENTRE EL SOL Y LA LLUVIA
-
Gobierno Del Estadohace 7 horasSEDETUS ENTREGA MATRÍCULAS INMOBILIARIAS Y REFUERZA LA CERTEZA JURÍDICA EN QUINTANA ROO
-
Economía y Finanzashace 11 horasDÓLAR Y BOLSA MEXICANA: CIERRE FINANCIERO DEL 16 DE DICIEMBRE 2025
-
Gobierno Del Estadohace 7 horasCHETUMAL AVANZA: NUEVA RUTA PILOTO CALZADA VERACRUZ TRANSFORMA LA MOVILIDAD URBANA
-
Gobierno Del Estadohace 7 horasAPOYO HISTÓRICO: MARA LEZAMA ENTREGA 3 MIL 640 PAVOS A FAMILIAS CAÑERAS DEL SUR DE QUINTANA ROO
-
Gobierno Del Estadohace 7 horasQUINTANA ROO INAUGURA NUEVO MODELO DE TRANSPARENCIA PARA EL PUEBLO





















