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COLUMNA DEL DIRECTOR:

Insabi: “sobre las rodillas”

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Por Clicerio E. Cedillo Godíndez

Cuánta razón tiene el gobernador de Guanajuato, Diego Sinhue Rodríguez Vallejo, al afirmar que el gobierno federal debe respetar a las entidades que cuentan con buenos sistemas de salud y que han dado positivos resultados en beneficio de la sociedad. “Es un error la creación del Insabi sin tener preparación suficiente, tanto que ni el gobierno federal tiene respuestas”.

Es cierto, es por ello que los gobernadores Panistas del país, entre ellos Carlos Joaquín, de Quintana Roo, se reunirán con el presidente Andrés Manuel López Obrador en busca de respuestas sobre la operación y alcances del Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi). Aseguran algunos gobernadores del blanquiazul que este instituto no dará servicios gratuitos, como dijo el primer mandatario.

Reina la confusión y las dudas, porque será hasta el mes de junio cuando se publiquen las reglas de operación. En tanto, Marco Antonio García Ayala, dirigente del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Secretaría de Salud (SNTSA), afirma que “garantizar la atención médica gratuita es un error de información del presidente Andrés Manuel López Obrador y su gobierno” y asegura que la principal falla es que no se informó debidamente: La gente tiene dudas, los gobernadores también, incluso en los hospitales”.

En Guanajuato, afirma su gobernador, “tenemos uno de los mejores sistemas, nos lo dice la Secretaría de Salud Federal: “no tenemos adeudos, ni desabasto de medicinas. Pediremos que se respete a los estados que estamos haciendo las cosas bien”. Y precisamente esta es la clave, porque, como en la Iglesia Católica del Siglo XVI, “en nombre de la Santa Inquisición se cometieron las más crueles torturas contra los presuntos herejes”, ahora con el argumento de la corrupción se vuelve a desmantelar un organismo que cumplía con una función: llevar la atención médica a los más necesitados, el Seguro Popular.

Pero claro que no descartamos los abusos y corrupción que históricamente se han dado en todas las épocas de México, pero no se trata de dar borrón y cuenta nueva, sino de respetar lo que funciona y corregir lo que se hizo mal. Todos sabemos que el “borrón y cuenta nueva” es de sumo costoso, porque implica dar forma a una idea, con todo lo que ello implica, pero además, como en este caso, se crea inestabilidad, incertidumbre y suspicacias.

Y es que primero, López Obrador asegura que el Insabi “garantiza la atención médica gratuita”, lo que al decir del secretario general del SNTSA “es un error de información al presidente y a su gobierno. Añade el dirigente sindical que: “se afirmó que a partir de este año el Insabi garantizaría la atención gratuita y por supuesto que no es así y dice que “la principal falla es que no se informó debidamente: la gente tiene dudas, los gobernadores también, incluso en los hospitales”.

De igual forma, asegura que es falso que todos los medicamentos serán gratuitos. Ante ello se pronuncia por hacer una campaña urgente de información a la sociedad que evite la incertidumbre, lo que es obligación del secretario de Salud, Jorge Alcocer Varela.

La verdad, dice este nuevo instituto, no suple a la Secretaría de Salud, al Sistema Nacional de Saludni a los servicios estatales, sino que será coordinador de lo administrativo-financiero para que, prácticamente, lo que antes se realizaba vía el Seguro Popular se actualice”.

Luego entonces, dirían en el rancho, “¿para que tanto brinco estando el suelo tan parejo?”. Es decir, podemos interpretar que el Insabi será algo así como un organismo regulador y filtro de malas prácticas. Lo que ya falló de plano es que el este instituto no empezó a operar el 1 de enero como fue anunciado, que la medicina especializada tendrá un costo y que tampoco todos los medicamentos serían gratuitos

En pocas palabras: el Insabi no suple al Sistema de Salud, sino que coordinará lo administrativo y financiero, mientras que los gobiernos de los estados podrán uniformar sus acciones en materia de salud. De igual forma, hay que saber que el Instituto de Salud para el Bienestar, Insabi, “no es autónomo, se deberá coordinar con la Secretaría de Salud, la cual es responsable de informar, coordinarse con los estados y explicarles su funcionamiento.

En fin, todo parece indicar que la Secretaría de Salud tampoco entiende de que se trata el Insabi, tal vez espere que también se le explique con “bolitas y palitos” porque, al parecer, la explicación “está en chino”. Por lo pronto, el Seguro Popular sigue vigente en Quintana Roo, pues se siguen aceptando las pólizas, se otorgan consultas y se entregan medicamentos, además de que el programa Médico en tu Casa, creado por Carlos Joaquín, sigue inalterable.

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COLUMNA DEL DIRECTOR:

DETIENEN EN CANCÚN A NARCOTRAFICANTE BUSCADO POR EUROPOL

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“La Última Palabra”
Por: Jorge A. Martínez Lugo.

*En La Mañanera de este 11 de noviembre, el secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, Omar García Harfuch, informó que se logró la detención en Cancún del narcotraficante europeo, Mikael Michalis “N” alias “El Griego”.

        El delincuen te era buscado por Europl por delitos de tráfico de armas, drogas y lavado de dinero.

        Cuenta con ficha de Interpol y orden de arresto en Suecia, al ser identificado como líder del grupo criminal Dalen.

        La detención fue resultado de una investigación del CNI, elementos de la SSPC, Defensa Nacional, Marina, FGR, en coordinación con INAM y gobierno de Quintana Roo, explicó García Harfuch.

ooOoo

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COLUMNA DEL DIRECTOR:

ESOS CANSADOS PIES

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“VISIÓN PERIFÉRICA”
Por Cliserio Eleazar Cedillo Godínez*

Recién entraba a la cabecera municipal de Dzitás, Yucatán, tres campesinos de entre 80 y 85 años de edad, llaman mi atención por su piel en exceso morena debido al sol abrazador de la Península de Yucatán, sus rostros surcados por las arrugas y una mirada luminosa con reflejos inequívocos de esperanza. Detengo mi automóvil y los sigo con la vista.

De pronto se detienen ante la puerta abierta del cajero del Banco del Bienestar, pero no entra ninguno. Por los movimientos de sus cabezas deduzco que buscan a alguien. Y sí, efectivamente, un joven veinteañero, de los conocidos como “servidores de la nación”, se dirige hacia ellos. Mientras, apago el motor de mi auto, bajo y me acerco.

Entonces escucho: – “¿En qué los puedo ayudar?”. –“Venimos por nuestro dinero”, responde uno de ellos, mientras saca de entre sus ropas un papel con el que envuelve su tarjeta del Bienestar y en el cual viene escrito su NIP. En tanto, el joven le responde: –“Claro, mire pásese, yo no debo tocar la máquina, pero le voy a indicar paso a paso lo que debe hacer”. Entonces se coloca al lado derecho del cajero automático y empieza cual paciente profesor. A cada uno les pregunta, casi al final, que cuánto quieren retirar: – “Tiene seis mil 200 pesos, a lo que cada uno, en su turno, responde coincidente: – “Todo”.

Entonces reflexiono en sus pies, los tres calzan chanclas de las llamadas “duramil”, que nuevas son casi transparentes, aunque las suyas se ven amarillentas, casi cafés por el paso del tiempo. La piel de sus talones y dedos muestran cuarteaduras, producto del trabajo duro e incesante en las pequeñas milpas hasta donde les permite la invasiva selva peninsular y por cuyas cosechas, por años, han podido subsistir.

Al ver esos pies, “Esos cansados pies”, como se titulaba una fotografía de Alfonso Carrillo, publicada hace varios años en nuestro semanario Ciudad Capital, editado en la Ciudad de México, no tuve más que reconocer que si algo se le debe agradecer a Andrés Manuel López Obrador, por encima de todas sus pifias y fracasados proyectos, que aún no terminan de corregirse pese a las inversiones millonarias, es la Pensión para el Bienestar de las Personas Adultas Mayores que se entrega de forma bimestral a hombres y mujeres de 65 años o más.

Sí. Es digno de reconocerse positivamente ese programa, aunque mientras se observan esos cuadros de gente realmente necesitada, por el contrario, en ciudades como Cancún y muchas más de todo el país las muestras de deshonestidad son comunes cuando cada dos meses se ven estacionadas brevemente camionetas de lujo y súper lujo frente a las sucursales del Banco del Bienestar.

Son los vehículos de las “viejas copetonas”, como coloquialmente se les llama en algunos países de centro y Sudamérica a las mujeres mayores o de la tercera edad de “clase social elevada” o de la alta sociedad, como también se les nombra. Es cierto, pero la mayoría de esas señoras no baja de sus unidades, sino que de ellas desciende el empleado o la empleada doméstica, para correr hasta el cajero, retirar los seis mil 200 pesos y llevárselos a su patrona que espera con aire acondicionado y el vehículo encendido. Con el dinero en mano arranca de inmediato y sale rápido, como si hubiera cometido un robo. ¿O tal vez sí?

Lo cierto es que, es un acto de deshonestidad, mucho más cuando esas señoras llegan ahí vestidas con ropa de diseñador o de marca y accesorios “premiun” que, en conjunto, suman miles de pesos que rebasan en un día los seis mil 200 pesos, de la pensión bimestral del bienestar. Usted que cree: ¿Es deshonestidad o no tienen vergüenza?

*XX Premio México de Periodismo “Ricardo Flores Magón” por Géneros Periodísticos y director general de 5to Poder Periodismo ConSentido.

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