CANCÚN, 25 DE OCTUBRE.- La Policía Militar “sigue desempacando”, opinó Carlos Bustos Álvarez, director de la Policía Turística de Benito Juárez, quien señaló que debe darse tiempo para que empiecen a cumplir sus funciones; además que requieren de permiso del Gobierno del Estado para ingresar a algunas partes, como la Zona Hotelera de Cancún.

 “En el marco de la actuación de ellos, siempre vienen en apoyo, su presencia contribuye a tener una disuasión a cometer delitos; yo, como militar, ya me presenté ante el comandante y ya le externé cómo es la situación”, declaró el director, en entrevista.

Aceptó que se tiene contemplada la presencia de la Policía Militar en la zona turística, como parte del plan estratégico que maneja el municipio y gobierno estatal, aunque faltan las propuestas específicas de cómo distribuirán las fuerzas.

“Nada mejor que yo les enseñe de primera mano, para que conozcan la zona hotelera; cuáles con las playas públicas, zonas comerciales, zona de bares; en terreno hacer el mareo”, señaló.

No se trata de “tapizar” de elementos la Zona Hotelera, aclaró, sino “con la simple presencia basta; puede ser contraproducente; yo creo que ya quedó atrás ese tabú de que les dan miedo las armas, al contrario; yo creo que la gente quiere sentir a su autoridad cerca, aunque traiga armas largas”, afirma.

Recordó que otros destinos, como París, tienen efectivos con armas largas en las calles, por lo que al hablar de que se espanta al turista, se hace referencia a un paradigma que ya quedó atrás.

“Aquí nos aplauden o hasta nos mandan besos”, afirmó.

CAMBIOS EN OPERATIVOS

Por ahora, los operativos coordinados con la Policía Federal y otras corporaciones, conocido como el “operativo Kukulcán” serán modificados, pues “ya no tienen medidos”.

Esta renovación no implica la suspensión; la presencia de la Gendarmería continúa, con presencia en playas Delfines y Tortugas, así como en la zona de discos.

“Policía Estatal ya no hace base, pero sí hace patrullaje”, detalló.

La necesidad de renovarse, acotó, es natural y no es para alarmarse. Comparó la situación con el alcoholímetro, pues si se colocan en el mismo lugar, la ciudadanía ya lo tiene como conocido y lo evitan, de ahí que se requiera cambiar la estrategia.

En este momento, la Policía Turística opera con 16 unidades, que es con las que llevan a cabo su labor. Son 120 elementos operativos. Analizan además tener unos 60 nuevos elementos, a quienes se les piden varios requisitos, incluido contar con un cierto nivel de inglés desde el inicio, una mejor complexión física y mayor nivel de escolaridad, para lo que incluso planean un curso para formación de policías turísticos.

Fuente El Punto sobre la i