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Opinión

¡Como anillo al dedo!

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“Caminos del Mayab”

Por Martín G. Iglesias

Todavía flota en el colectivo social la frase dicha por el Presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, aquel 28 de febrero de 2020, cuando informó sobre la Pandemia por el virus que causa el Covid-19, “esta Pandemia nos viene como anillo al dedo”; conocedor de las ventajas políticas y económicas que trae un desastre natural, le salió de su ronco pecho.

Estaba en proceso la desaparición del Fondo de Desastres Naturales (Fonden) por parte del Legislativo a propuesta del Ejecutivo, así que la Federación tomaría recursos no solamente de la Secretaría de salud, sino de cualquier parte donde pudiera justificar el uso para el combate a la Pandemia.

Hoy, en Quintana Roo, fuimos impactados por un huracán categoría 2 en la escala Saffir-Simpson, con vientos máximos sostenidos de 175 km/h, rachas de 220 km/h; los municipios más afectados por los vientos y la lluvia fueron Tulum, Felipe Carrillo Puerto, José María Morelos, Cozumel y la parte sur de Solidaridad.

Pero las administraciones de estos cinco municipios de Quintana Roo no podrán acceder a recursos inmediatos para atender a su población, sino que será la Federación la encargada de asignar, administrar, aplicar y distribuir los bienes y recursos económicos para los habitantes en desastre, en caso que así lo evalúe el Comité de Protección civil.

Todo ello, en caso de que el Gobierno del Estado no cuente con la capacidad financiera para atender los efectos de Desastres Naturales, imprevisibles, cuya magnitud supere la capacidad de respuesta de la dependencias y entidades paraestatales, así como de las entidades federativas.

Y es que, dinero para atender desastres naturales hay; la propia Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) ha dicho que México cuenta con el “Programa para el Fondo de Desastres Naturales” que tiene como objetivo principal el llevar a cabo programas y proyectos destinados a mitigar los daños provocados por fenómenos naturales; el presupuesto estimado para este programa en el Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF2024) es de 18 mil millones de pesos.

Además de lo anterior, el país cuenta con una cobertura adicional por medio del Seguro para Catástrofes 2023-2024 que asciende a 5 mil millones de pesos. También se ha asegurado un Bono Catastrófico 2020-2024 con un valor de 485 millones de dólares (8 mil 245 millones de pesos) con la Alianza del Pacífico; así que esperemos que la Federación no escatime los recursos para Quintana Roo y levantar lo que ‘Beryl’ haya destruido.

Solo un detalle, el dinero público manejado a discreción, es una tentación para prestarse a la corrupción. Ahí se las dejo…

SASCAB
Hay que destacar la excelente comunicación realizada por la gobernadora Mara Lezama Espinosa durante la contingencia por ‘Beryl’; así como el equipo de comunicación social del Ayuntamiento de Tulum, donde los tres niveles de gobierno y las dependencias del Estado Mexicano, decidieron instalar el centro de mando.

Gracias a esa información, los municipios con mayor afectación y el resto de Quintana Roo, pudo tomar decisiones para asegurar, primero la vida, después sus bienes materiales. Los servicios de salud funcionaron las 24 horas, los avisos de Protección Civil eran cada hora, así como las recomendaciones de las autoridades para suspender clases y todas las actividades en las costas de la Entidad.

Una vez más, la resiliencia de las y los quintanarroenses juntos con sus autoridades, queda de manifiesto que ya es una cultura en la prevención de desastres naturales propios de la región. Al tiempo…

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Opinión

HISTÓRICO GRITO DE INDEPENDENCIA: CLAUDIA SHEINBAUM SE CONVIERTE EN LA PRIMERA MUJER PRESIDENTA EN ENCABEZAR LA CEREMONIA EN PALACIO NACIONAL

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Ciudad de México, 15 de septiembre de 2025.— En una noche cargada de simbolismo y emoción, la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo encabezó por primera vez el Grito de Independencia desde el balcón central de Palacio Nacional, marcando un hito en la historia política de México como la primera mujer en ocupar este cargo y liderar esta ceremonia emblemática.

A las 11:00 p.m., ante miles de personas reunidas en el Zócalo capitalino, Sheinbaum pronunció con firmeza los nombres de los héroes patrios y concluyó con un enérgico “¡Viva México!”, seguido por el repique de campanas y un espectáculo de fuegos artificiales que iluminó el cielo de la capital.

La ceremonia estuvo acompañada por un despliegue cultural que incluyó música tradicional, danzas regionales y una destacada presencia de mujeres en los actos protocolarios, reflejando el compromiso de la nueva administración con la inclusión y la equidad.

Este Grito no solo conmemora la lucha por la independencia, sino que también representa un avance significativo en la participación política de las mujeres en México. Diversos sectores sociales han celebrado el momento como un símbolo de transformación y esperanza para las futuras generaciones.

La presidenta Sheinbaum reafirmó su compromiso con la justicia social, la paz y el fortalecimiento de la democracia, en un mensaje que resonó más allá de las fronteras nacionales.

Fuente: 5to Poder Agencia de Noticias

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Opinión

Suicidio mata a uno, nos deja sangrando a todos.

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Reflexiones en el Día Mundial de la Prevención del Suicidio

Por: Alex Barrera**

Cada 10 de septiembre, duele, y duele más aún para todos aquellos que el mundo se detuvo en un instante que nunca terminó; y es que eso es lo que pasa para los familiares de aquellos que abandonaron la voluntad de seguir en su cuerpo en este plano existencial

Así que por todos ellos y por una verdad dolorosa pero urgente: se marca en el calendario del 10 de septiembre, para recordarnos que el suicidio no es sólo un acto individual, sino un problema de salud pública con profundas implicaciones sociales, emocionales y económicas.

El Día Mundial de la Prevención del Suicidio, promovido por la Asociación Internacional para la Prevención del Suicidio y respaldado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), nos convoca a mirar de frente aquello que a menudo preferimos ignorar.

“Cambiar la narrativa sobre el suicidio” es el lema adoptado para esta fecha y permanecerá así hasta 2026, me parece bastante atinado y es que pareciera ser que el discurso si debe ser modificado, pues a pesar de saber la gravedad del asunto, las cifras siguen ascendiendo, y lo único que desciende es la edad de quieres deciden abrir esa falsa puerta.

Este tema pretende promover un cambio profundo en cómo hablamos sobre el suicidio: busca romper con los mitos perjudiciales, reducir el estigma y fomentar conversaciones abiertas, empáticas y comprensivas, para aceptar que el suicidio a echado raíces tan poderosas, que ya no puede ser negado, y mucho menos ignorado, solamente porque no nos ha mirado de frente a la cara. El fallo es de todos, si, de cada uno, porque, ¿acaso no es la sociedad la suma de los uno? 

Una realidad que no podemos seguir minimizando

Las cifras globales son contundentes y abrumadoras: más de 700 mil personas mueren por suicidio cada año en el mundo, según datos de la OMS. No hablamos de un problema marginal, sino de la cuarta causa de muerte entre jóvenes de 15 a 29 años. ¿Te imaginas? 1 de cada 4 jóvenes se suicida y esto sólo son las cifras contabilizadas?

México no es ajeno a esta crisis. La Encuesta Nacional de Salud y Nutrición Continua (Ensanut) 2022 reveló un panorama alarmante: 7.6% de los adolescentes y 7.7% de los adultos reportaron haber pensado alguna vez en suicidarse. Más preocupante aún es el incremento drástico de intentos de suicidio en adolescentes: de 1.1% en 2006 a 6.5% en 2022, un aumento superior al 600%. En las mujeres, la prevalencia es significativamente mayor que en los hombres, lo que muestra la urgencia de considerar la perspectiva de género en la prevención.

Estas estadísticas no son números abstractos: detrás de cada porcentaje hay una vida interrumpida, una familia desgarrada que muchas veces no sólo lleva consigo el dolor de perder a un ser amado, sino que además en muchas ocasiones, enfrenta la incomprensión de una sociedad que lejos de brindar apoyo, les señala, estigmatiza e incluso a veces les margina, así de cruda es la realidad, el suicidio no acaba con una vida, marca a toda una comunidad.

El suicidio se puede prevenir

La crudeza de los datos requiere que se promueva y concientice sobre la verdad fundamental: el suicidio no es inevitable; y existen más allá de las lamentaciones medidas de prevención que deben ser no sólo puestas en la narrativa sino arrojadas a la realidad, puestas en marcha más allá de la campaña mediática de un único día, restringir el acceso a medios letales como armas de fuego o pesticidas, implementar políticas sólidas de salud mental y control del consumo de alcohol; buscar garantizar que los medios de comunicación informen sobre el suicidio de manera ética y responsable durante todo el año. Y lo más importante, promover la salud mental como parte de un ejercicio de bienestar continuo y no para solucionar un problema.

Además, es importante señalar que más allá de las políticas, la prevención requiere humanidad. El estigma y la falta de alfabetización en salud mental siguen siendo barreras enormes para que quienes sufren pidan ayuda. Hablar abiertamente del suicidio, sin tabúes ni prejuicios, es una forma de romper con el silencio que aísla a quienes más necesitan apoyo.

Reconocer las señales, tender la mano

Tomar conciencia de que el suicidio no es un malestar oculto ni transparente es el primer paso para poder prevenirlo, existen señales de advertencia y debemos conocerlas, porque el suicidio se materializa, en voz y en conductas, por ejemplo:  hablar de querer morir, expresar desesperanza repetitivamente, aislarse repentinamente, regalar posesiones significativas de un día a otro, mostrar cambios drásticos en el estado de ánimo, sin motivo aparente, son algunos puntos clave. Signos más sutiles como cambios en los hábitos del sueño, consumo excesivo de sustancias o una súbita calma después de un periodo de profunda tristeza, pueden anticipar un intento de suicidio.

Identificar las señales no significa que podamos salvar a alguien, significa que podemos acompañarle, escuchar sin juicio, mantenerse en contacto y generar los mecanismos de ayuda para esa persona, en pro de acercarle con un profesional que pueda ayudarle.

Sobre esto último, es importantísimo considerar que no hay una garantía que se pueda ofrecer a las personas en riesgo de suicidio pues la evidencia muestra que el tratamiento psicológico y psiquiátrico reduce el riesgo, pero no lo elimina por completo.  

No hay una estadística única y global que indique con exactitud cuántas personas se suicidan aun después de haber recibido atención psicológica, el suicidio es un fenómeno multifactorial: influyen variables biológicas, sociales, culturales y económicas, además de la salud mental.

Sin embargo, es escalofriante cuando se sabe que estudios internacionales señalan que: entre un 20% y 30% de las personas que mueren por suicidio habían tenido contacto con servicios de salud mental en el año previo a su muerte.

En el caso concreto de México no existen datos que permitan establecer con claridad cuántas personas bajo atención profesional terminaron suicidándose, pero si pensamos un poco y consideramos que el IMSS ha señalado que hasta el 90 % de los intentos o suicidios ocurren en personas con trastornos mentales (como depresión, esquizofrenia), podemos deducir que el paciente en riesgo de suicidio estuvo en atención psicológica o psiquiátrica, ¿y entonces? ¿Qué se está haciendo mal?

Tratar al paciente con riesgo suicida no es una labor para cualquier especialista pues se requiere de un entrenamiento profundo y una comprensión amplia del tema además de un equipo de colaboradores que ayuden con el tema, pero sobre todo requiere la solidaridad de una amplia red de apoyo que incluya: amigos, familiares, y comunidad.

Se requiere una estrategia integral: inversión en salud mental accesible y de calidad, campañas permanentes contra el estigma, capacitación en primeros auxilios psicológicos y marcos regulatorios que promuevan la salud mental en centros educativos y de trabajo. Pero, sobre todo, necesitamos una cultura que valore la vulnerabilidad como parte de lo humano y no como motivo de vergüenza.

Crear esperanza, aquí y ahora

Recordar el Día Mundial de la Prevención del Suicidio no es un ejercicio simbólico: es un llamado urgente a la acción. Cada vida perdida es una tragedia evitable. Cada silencio roto es una oportunidad de salvar a alguien.

En un país donde la desesperanza crece entre los más jóvenes, hablar de suicidio no es sembrar ideas peligrosas; es abrir una puerta para que alguien encuentre apoyo. Crear esperanza no es una tarea exclusiva de los profesionales de la salud: es una responsabilidad que compartimos todos.

Que esta fecha de septiembre, se use para recordar que prevenir el suicidio significa apostar por la vida, por el acompañamiento y por la empatía. Porque cada palabra de aliento, cada escucha atenta y cada acción de cuidado pueden convertirse en el hilo que sostiene a alguien en su momento más oscuro.
El suicidio mata a una persona pero nos deja sangrando a todos.  

** Además de 10 años de experiencia como comunicólogo, ejerciendo el periodismo. Alex Barrera es también psicólogo por la UNAM con profundización en desarrollo.
Actualmente brinda terapia clínica con enfoque Biopsicosocial.

Si necesita ayuda psicológica puede comunicarse con nosotros.

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