Opinión
Paren la “celda clandestina” en la zona de acuíferos, 3a llamada
“Humanosfera”
Por: Wilberth Esquivel
Cada vez que declaran tratando de defender lo indefendible, cometen más y más errores. Ahora resulta que la Parcela 175 donde está haciéndose la “celda clandestina” de residuos, antes propiedad del empresario sascabero Angel Alvarez, tiene dos Manifiestos de Impacto Ambiental (MIA). No se que es peor, declarar eso, creerlo o inventarlo.
Un proyecto en la selva, cualquiera que sea que implique remover la vegetación, primero que nada y antes de cualquier cosa, tiene que tener un “cambio de uso de suelo forestal” gestionable ante la Semarnat. Una MIA debe tener eso. Y por la Ley Federal de Equilibro Ecológico si alguien comienza obras antes de tener una MIA, la cancelación de la obra es automática, la negación de la MIA es inmediata y con consecuencias incluso penales.

Al consultar a la Semarnat sobre cambios de uso de suelo forestal para uso de suelo tipo relleno sanitario, en el territorio de Benito Juárez e Isla Mujeres, resulta que solo existe un cambio de uso de suelo con relleno sanitario autorizado y es el del actual sitio en contingencia en la Parcela 196, ubicado al final del Ramal Norte en la zona de equipamiento urbano de la mancha urbana, bajo el PDU de la parte continental del Municipio de Isla Mujeres.
Además, supongamos que aceptamos sin conceder que hay dos MIAS, como dicen. Bueno, la pregunta es simple ¿cuándo se gestionaron?, por que además de estudios geohidrológicos exaustivos que no existen, al estar la “celda clandestina” dentro de la zona de recarga de acuíferos donde están los pozos de extracción de agua potable que surten a Cancún, debieron tener como mínimo una “anuencia u opinión técnica favorable por parte de la Conagua” ¿la tienen?. Por que hemos pregutado a ingenieros del consejo de cuenca Peninsular de la Conagua también y la respuesta ha sido contraria: No, no la hay, no sabíamos, por el contrario hay un “Plan Hídrico Peninsular” que incluso es parte de las políticas públicas de Semarnat y donde una línea estratégica es “proteger y recuperar las zonas de recarga de acuíferos”, es decir, si piden una anuencia a Conagua les contestarán que: No se puede hacer un depósito de residuos en la Parcela 175 por que es zona de recarga del acuñifero donde se extrae agua potable para Cancún”. Y les gritarán luego: ¡ Váyanse a otro lado !.

Pero insisten en que no tiene una MIA, tiene 2. Esas MIAS o alguna de ellas, se gestionó ¿antes del POEL?, (Programa de Ordenamiento Ecológico Local). Es decir, ¿desde el 2014 gestionaron la supuesta MIA? Por que en el POEL se restringe el área de reserva de agua y se prohiben asentamientos humanos, tiraderos, rellenos sanitarios, procesos agropecuarios y agrícolas que pudieran generar infiltracion de lixiviados, fertilizantes, excremento del ganado y cosas así.
Evidentemente queda descartado que hayan gestionado una MIA antes del POEL, menos desde 2014, hubieran sido unos genios futuristas. Peor aún si así hubiera sucedido, eso vendría a contradecir la “Licitación Simulada” donde buscan un predio “factible”. La lictación es un show administrativo, que convocaron el día 13 de diciembre del 2023, con tiempos recortados y apertura de propuestas el día 26 y fallo entrando en enero donde:
¡Oh sorpresa!, ganó Red Ciprés (única concursante), filial de Red Ambiental (la recolectora) y pariente cercano de Red Colectora (ganadora de contratos de limpieza de sargazo por 34 millones el semestre pasado, precisamente cuando el sargazo se fué solito y no hubo que limpiarlo), todas éstas empresas verde ecologistas son de Horacio Guerra Marroquín, un empresario de los residuos sólidos del norte del País que ha hecho grandes vínculos con la nueva clase política emergente Verde/Morena de Quintana Roo.
Sigamos con el cagadero éste …
Además la gestión de una MIA, o de 2 como dicen, tendría necesariamente que tener detrás y primero que nada: un “cambio de uso de suelo forestal”, de no tenerlo y de estar impactando la selva a lo guey, se está cometiendo un delito ambiental del orden “Federal” que puede conducir a ordenes de aprehensión y cárcel. Digo, por si se les ocurre inventar el hilo negro con impactos generados o alguna triquiñuela.
Angel Alvarez, propietario sascabero le vende a Red Ciprés el predio, para la celda clandestina, les vende la idea de dos MIAs y engaña a la Presidente Municipal y al Ayuntamiento. Lo mismo ha hecho, o quiere hacer, con un rosario de sascaberas que abrió para suministrar material a lo largo de la ruta del “Tren Maya” desde Cancún hasta Bacalar. Les vendió la parcela y la idea de que todos los sitios finales de residuos sólidos podrían ubicarse en éstas sascaberas. Por que le dijeron, la basura es de Red, entonces inventaron el esquema del comodato y dijo hipotéticamente: Ah, tengo una idea, yo hago las celdas y Red gana la operación, me paga una renta o mejor le vendo, reparto a los funcionarios corruptos y todos vivimos éste nuevo Quintana Roo feliz, feliz, feliz. Es hipotético jajaja, pudo ser peor.
Es probable, que las MIAs de las que hablan para defender la “Celda Clandestina en la Parcela 175” sean para hacer un “Banco de Materiales”, una sascabera, pero deben saber que con un “Informe de Impactos Generados” aunque la Procuraduría de Protección al Ambiente Estatal o la Secretaría de Medio Ambiente Estatal a través de alguna Subsecretaría o como sea, les firmen o autoricen, estarían enredándose en un ejercicio indebido de la función pública y con delitos ambientales consecuentes y penales.

Reitero, el cambio de uso de suelo no solo está dentro del POEL, es Federal. Y en este caso, no lo tienen, no basta con tener algo similar para una sascabera, debe ser específico para “Relleno Sanitario”, otra vez: Les engañaron.
Ahora supongamos que la MIA no se gestionó antes del 2014, y se hizo el año pasado, claro, es una aberración por que ¿cómo sabían que ganarían la licitación?. Supongamos sin conceder que gestionaron la MIA y buscaron la forma de montar el proyecto sobre el banco de materiales y están tratando de rodear a la Federación. Están dentro de 2 UGAs, el máximo que se permite desmontar ahí es el 20% en una y en la otra es del 5%, una MIA ahí sería anulable automáticamente, además de las restricciones el desmonte se tuvo que habría hecho antes de tener la supuesta MIA. Este polígono de protección del agua de los cancunenses se gestionço por la Conagua derivado precisamente de un debate cuando se quiso colocar un relleno sanitario en las Parcelas 89/90 en tiempos de Greg Sánchez. Luego les platico al final ésto.
En algunas notas de prensa se han leído declaraciones de miembros del Ayuntamiento diciendo, es que tenía una MIA vieja y otra MIA nueva, nada de ésto es cierto. Y si lo es, son para sascabera y no para relleno sanitario, no tienen “cambio de uso de suelo forestal adecuado”, tampoco una modificación al POEL, ni proyecto autorizado, no está esa MIA en Semarnat y lo peor, no tienen anuencia de la Conagua, están dentro de la zona de recarga de acuíferos y lo más importante: “No han hecho estudios geohidrológicos”, requisito indispensable para saber si al tener una rotura de geomembrana y una infiltración de lixiviados, se contaminarían los pozos de extracción de agua potable de la ciudad. Imaginen que se tiene que suspender la extracción de una batería de 40 pozos y Cancún se queda sin agua dos meses mientras se descontamina al acuífero subterráneo.
Una respuesta técnica a ésto es válida y como ingeniero la reconozco, al flujo de agua subterránea “por lo general” la mayor parte del tiempo durante el año va de poniente a oriente, es decir, el agua que se recarga en el acuífero fluye formando las lagunas costeras al final. Eso hace que la Parcela 175 esté aguas arriba y como argumento técnico si hubiera una fuga de lixiviados el agua no iría en dirección a los pozos. Pero, eso sucede en teoría, tambiñen se ha demostrado que hay flujos invertidos, que viajan de sur a norte y que en temporada de poca precipitación pluvial el gradiente que le da dirección al flujo podría bajar y la pendiente cambiar de dirección y si podrían contaminarse los pozos de captación de agua. ¿Cómo podemos estar seguros de ésto? Haciendo los estudios geohidrológicos adecuados y primero en tiempos de llivia y luego en tiempos de sequía. Es decir, llevan meses esos estudios y eso no es compatible con la corrupción y las prisas por armar éste comodato ficticio.
Otros me han comentado que “esas supuestas 2 MIAs”, podrían ser expedientes falsos que se están armando en la Semarnat, eso lo veo difícil por que tendrían que tener firmas de los funcionarios anteriores a la 4T, entre ellos Paquiano, cercano a Jorge Emilio González y que tal vez si lo ayudaría por que es su amigo Horacio Guerra Marroquín, pero es especulación. Yo ésto no creo que lo estñen haciendo.
La prefabricación de una MIA Fake podría igual surgir en el seno de Sema, por que en el caso de Rellenos Sanitarios la Ley de Residuos Estatal faculta a la Secretaria o Siubsecretaría, a ésta facultad, pero necesitan el “cambio de uso de suelo forestal que es materia Federal” que no tienen, para Relleno Sanitario y se jugarían la libertad por que cometerían un delito con la “Federación”.
Lo grave de ésto es que la Presidente, Síndico y Regidores, parecen comparsa, están enterados de las irregularidades sobre las que están construyendo la solución a la crisis de disposicion final de residuos de la ciudad y en vez de frenar la atrocidad, se ponen firmes en su ladrillito de soberbia y siguen defendiendo lo indepfendible, es decir: O son cómplices, son ignorantes o soberbios. Y cuando se les caiga todo ésto, por que va a caer, tendrán que regresar a la Parcela 196 llena de fugas de lixiviados, de cerros inestables, llena de mala operación heredada de Inmobiliaria Majahual y la solución de Cancún tendrá que esperar. Están perdiendo tiempo valioso.
Para hacer un “Relleno Sanitario” se requieren muchas cosas además de una celda “mal llamada emergente” y sus permisos correctos. Se necesita un camino de acceso pavimentado (que no hay), electrificación (que no hay), un proyecto ejecutivo (que nadie conoce), un desmonte perimetral, báscula para pesar los residuos y no estarle regalando dinero a las concesionarias, se necesita además tener una fosa de lixiviados y un cárcamo de rebombeo, una caseta de seguridad, se requiere vigilancia por que al rato no tengan colonias de pepenadores viviendo alrededor y causando estragos ambientales también.
Pero lo más importante, un Relleno Sanitario debe cumplir con la NOM083-Semarnat-2003, que establece para su ubicación que “NO DEBE UBICARSE EN ZONAS DE RECARGA DE ACUIFEROS”, ni zonas inundables, pantanos, marismas, lagunas, debe estar lejos del aeropuerto, lejos de centros de población ( a más de 500 m) y otros más. Violar la Norma es negación de la MIA, por que la MIA esta basada en la Norma-083.
Pero lo más chingón de todo ésto, es que “TAMPOCO ES COMPATIBLE UN BANCO DE SASCAB AHI” jajaja, es decir, deben abandonar esa zona y permitir que la selva se los coma y se recuperen esos predios. No solo va a ser calusurada esa “celda clandestina”, también el banco de materiales. ¿Quién los asesora xD?¿A quién se le ocurrió este bistec?.
Aquí ando, les he ofrecido mi experiencia, pero prefieren sus triquiñuelas en lo oscurito, en el 2010 en tiempos de Greg Sánches, como Director de Servicios Públicos Municipales, quise gestionar una MIA para Relleno Sanitario en las Parcelas 89/90 detrás de la zona de captación y me metí en un debate técnico tremendo con la Conagua y perdí.
En 2010, no se hizo ahí el relleno sanitario, evidentemente. Una “duda razonable” en el derecho ambiental fué suficiente para frenar mi proyecto, en ese entonces no estaba en el POEL ni tenían los estudios suficientes para delimitar el área de recarga de acuíferos, de ahí me colgaba para ganarles algunas partidas en ese debate y eso va a suceder aquí, pero con POEL y con muchos más estudios. Por eso nos fuimos más al norte fuera de la zona de recarga, a la Parcela 196, por eso intermunicipalizamos la disposición final con Isla Mujeres, eso generó la construcción del Ramal Norte también, igual logramos aliviar a más de 6 mil familias que respiraban metano en Villas Otoch en la siguiente Amdinistracion Municipal y por eso los alrededores de la Parcela 1113 rumbo a Rancho Viejo hoy gozan de un mejor desarrollo, parques, calles y viven mejor. No piensen que ésto tiene trasfondos políticos, soy conciente que la oposición en Quintana Roo es inexsitente, no piensen que soy activista tampoco, no amigos, soy un cancunense queriendo sumar mi experiencia y viendo como empujan a la ciudad a una crisis terrible.
Como ingeniero saben en Sema que se sumarme y se colaborar con ésta administración, coordiné la mesa de disposicion final de la “Estrategia del Sargazo” y aporté mi experiencia con gusto por Quintana Roo, desde los trabajos del Plan Estatal de Desarrollo (sin cobrar un centavo).
¿Por que lo hago? Por que ya estuve en esos zapatos y fallé. Claro, ahí aprendí y luego pude vencer al sistema y se construyó con ETJ, Proyecto, MIA y todo lo pertinente el relleno sanitario actual en la Parcela 196, que desgraciadamente jodió Inmobiliaria Majahual, con una mala operación solapada durante los últimos 10 años. Yo salí de Siresol el 3 de noviembre del 2013 y Majahual comenzó ésta tragedia el 1 de enero del 2014, después de mi. Por si se les ocurre distraerse atacándome, no pierdan tiempo en mi.
El monstruo de la basura es tan grande como el monstruo de la corrupción, no se equivoquen, la basura es destructiva de políticos.
La basura les va a ganar y no habrá poder humano para frenar su destructividad, no perdona, no tiene piedad, pónganse las pilas.
EN LA OPINIÓN DE:
El lado oscuro de la navidad: una mirada psicológica a la depresión invernal
Conciencia Saludablemente
Por Psicol. Alex Barrera
Cada año, cuando el invierno comienza a instalarse y los días se acortan, noto un cambio sutil pero profundo en muchas de las personas, lo cual inevitablemente a mi parecer crea una bruma en todo el ambiente, y es que mientras la gran maquinaria de la mercadotecnia nos vende un espacio de amor, familia y entornos diseñados a modo para fomentar el espíritu de dar y recibir, la realidad es que muchas veces esto es la máscara que oculta, lo que no queremos saber, pero que nuestro cerebro ya sabe. Y no es otra cosa sino la reacción biológica natural que nos alinea con la naturaleza, invierno significa el final.
Y no, no es fatalismo, es la naturaleza terminando un ciclo, es por eso que durante el invierno muchos animales se retiran a descansar, los arboles desojados esperan pacientes para poder reverdecer, la luz del día es menos, y por supuesto los seres humanos experimentamos cambios que desafortunadamente intentamos ignorar debido a que cada día nos alejamos más y más de lo natural, pensando con la soberbia que solo el razonamiento nos puede dar, que si la luz del sol se va, nosotros podemos llenarla con pequeñas luces artificiales, que se venden en aquellos puestos que ocupan miles de esquinas en el país.
Pero dejemos el romanticismo y la filosofía de lado y para no abrumarle entremos de lleno a lo que quiero en este espacio, comentarle a usted, que se toma el tiempo de leer estas líneas y es que, si hablamos de los síntomas del invierno, incluso yo, como especialista en salud mental debo confesar que experimento cierta variación en mi nivel de energía y claridad emocional.
Así pues, le hablaré de las cosas por su nombre, lo que muchas personas experimentamos no se trata simplemente de “mal humor por el frío”, sino de un fenómeno ampliamente documentado: la depresión invernal, también conocida como Trastorno Afectivo Estacional (TAE). Aunque a veces se percibe como una exageración o un invento moderno, la ciencia ha demostrado que es una condición real y prevalente, estrechamente vinculada a los ciclos de luz y a la respuesta biológica de nuestro organismo.
La American Psychological Association (APA) explica que el TAE aparece cuando la disminución de luz solar altera nuestros ritmos circadianos, los cuales funcionan como un reloj interno que regula funciones tan esenciales como el sueño, el apetito, la energía y el estado de ánimo. Cuando ese reloj se desajusta, aumentan la melatonina —la hormona del sueño— y disminuyen los niveles de serotonina, vinculada al bienestar. El resultado es una combinación de fatiga, desmotivación, tristeza persistente, irritabilidad, dificultades de concentración y, en algunos casos, un fuerte deseo de aislamiento social.
Observando desde un ángulo clínico, lo más complejo de la depresión invernal no es sólo la sintomatología, sino la forma en que suele ser minimizada. Muchas personas que pasan por este tipo de situaciones se expresan diciendo: “Debe ser flojera”, “Solo necesito echarle ganas”, “Es normal, a todos nos cae pesado el invierno”. Y aunque es cierto que los cambios estacionales influyen en nuestro ánimo, no debemos normalizar un malestar que interfiere en la vida cotidiana. Reconocer que algo no está bien permite atenderlo y evitar que el evento evolucione hacia formas más severas por ejemplo caer en depresión.
Es importante señalar que algunas personas tienen mayor vulnerabilidad biológica a este trastorno. Investigaciones del National Institute of Mental Health (NIMH) indican que quienes viven lejos del ecuador, en regiones donde el invierno tiene menor exposición solar, presentan tasas más altas de TAE. Además, quienes tienen antecedentes de depresión mayor suelen ser más sensibles a las variaciones de luz. Esto no significa que sea inevitable, sino que debemos prestar especial atención a los primeros síntomas.
En terapia, he observado que uno de los desafíos más grandes es el impacto en la percepción personal: quienes viven depresión invernal suelen sentirse “culpables” de no rendir igual, de no tener la misma energía o motivación que en otras épocas. Explicarles el componente biológico, ese juego de hormonas, luz y ritmos internos, les ayuda a comprender que no se trata de una falla personal, sino de un proceso fisiológico que puede regularse con estrategias adecuadas. Probablemente es por ello que muchas personas no son capaces de aceptar que están pasando por un mal momento, incluso ni siquiera lo reconocer, y tapan este tipo de sentimientos con conductas dañinas que curiosamente son fomentadas con el falso espíritu de la navidad, por ejemplo las compras excesivas, o el descontrol en los hábitos alimenticios.
Aun cuando se supone que la temporada enaltece virtudes como la paz, el amor, y la fraternidad, resulta preocupante observar que la disminución de luz natural y la carga emocional invernal coinciden con un aumento sostenido de suicidios en México, en donde para 2023 se registraron 8 mil 837 suicidios, lo que representa una tasa de 6.8 por cada 100 mil habitantes, una cifra más alta que la de años previos, según el INEGI. Estos datos sugieren que la temporada de oscuridad, soledad o desánimo puede agravar la vulnerabilidad psicológica (especialmente en personas predispuestas) y transformar la tristeza estacional en crisis profundas.
Sobre esto existen métodos que pueden ayudar a reducir el riesgo de padecer TAE, ninguno de ellos tan efectivo como la atención psicológica profesional. Un especialista de la salud puede evaluar el nivel del problema además el acompañamiento terapéutico brinda herramientas para detectar pensamientos suicidas, regular el estado de ánimo y reconstruir el bienestar emocional en los meses más oscuros del año.
Algunas acciones cotidianas contribuyen significativamente a reducir el impacto del TAE. Por ello, aquí te comparto tres recomendaciones basadas en evidencia para prevenir o disminuir la depresión invernal:
1) Exponte diariamente a la luz solar entre 5 y 10 minutos, siempre con la protección adecuada.
Salir por la mañana, abrir cortinas, caminar un poco o simplemente recibir la luz directa del gran astro ayuda a regular la serotonina y el reloj biológico. Puede parecer un gesto mínimo, pero su impacto es notable cuando se vuelve parte de la rutina, eso sí, no olvides el bloqueador solar y los lentes con filtro UV.
2) Mantén horarios regulares de sueño y actividad física.
Tu cuerpo necesita estabilidad cuando la luz es escasa. Dormir a horas similares y realizar ejercicio —aunque sea ligero— mejora la energía, la regulación emocional y el descanso nocturno. Aun si la noche dura más tiempo que el día es importante mantener la rutina.
3) Cultiva espacios de conexión social, incluso si la apatía te invita al aislamiento.
El invierno tiende a encerrarnos, pero el contacto humano funciona como un amortiguador emocional. Conversar con alguien, compartir actividades o participar en grupos de apoyo contribuye a mejorar el estado de ánimo.
Y, sobre todo, recuerda que la terapia psicológica es un acompañamiento fundamental durante esta temporada. No solo ofrece un espacio seguro para explorar lo que sientes, sino que te brinda herramientas para comprender tus ciclos internos, reorganizar rutinas, manejar pensamientos negativos y fortalecer tu resiliencia. En los meses más fríos del año, cuando el mundo parece apagarse un poco, la terapia se convierte en un punto de luz que ayuda a atravesar el invierno con mayor claridad y bienestar. Y no olvides que el invierno es el final que marca el inicio de algo nuevo, la navidad no sólo es época de dar y recibir, sino que también amerita un tiempo de introspección para disminuir el ritmo y reflexionar sobre lo que finalizamos y como queremos comenzar el nuevo ciclo.
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EN LA OPINIÓN DE:
Extorsión: violencia económica que se vuelve trauma emocional
Aunque es un delito del que mucho se habla, pocos toman en cuenta la factura a la salud mental que significa no resolverlo.
Conciencia Saludablemente
Por: Psicol. Alex Barrera
La reciente aprobación en el Congreso de la Ley General para Prevenir, Investigar y Sancionar los Delitos en materia de Extorsión marca un antes y un después jurídico en México: la reforma aspira a homogeneizar criterios, perseguir el delito de oficio y endurecer sanciones frente a una práctica que se ha disparado en los últimos años. La votación responde a una urgencia tangible: la extorsión ya no es un daño sólo económico, es una máquina de erosionar vidas.
Los números lo confirman y, a la vez, ocultan realidades. Según la Encuesta Nacional de Victimización de Empresas (ENVE) del INEGI, en 2023 se cometieron 747 mil delitos de extorsión contra unidades económicas, cifra que ilustra la magnitud del fenómeno entre negocios formales. Cabe señalar que las estadísticas oficiales de carpetas de investigación son mucho menores por no decir engañosas, precisamente es por la altísima “cifra negra” (cantidad de delitos que no se registran en las estadísticas oficiales) que la mayoría de las víctimas no denuncia, es decir las víctimas tienen miedo o desconfianza institucional.
El impacto económico también aparece con cifras contundentes. Coparmex y diversas estimaciones señalan pérdidas multimillonarias: sólo en 2025, hasta septiembre, las extorsiones han significado una erogación que supera los 21 mil millones de pesos para empresarios, además de multiplicar costos en seguridad privada y obstaculizar la inversión.
El daño no se limita a lo material. La extorsión induce estrés crónico, ansiedad, insomnio y sensación de indefensión tanto en propietarios como en trabajadores. Pequeños comerciantes describen la extorsión como un “perdón a cambio de sobrevivir”: pagar para continuar operando. Esa lógica genera culpabilidad, vergüenza y un desgaste emocional que se transmite al núcleo familiar y comunitario. Estudios sobre victimización muestran que la repetición del ataque y la impunidad fomentan trastornos de estrés postraumático, depresión y paranoia colectiva, los cuales han sido publicados por ENVE/INEGI y reportes de victimización.
Las consecuencias secundarias son palpables: zonas enteras ven cerrar negocios ante la imposibilidad de sostener pagos extorsivos o por la pérdida de clientes ante la percepción de riesgo. En Sinaloa, por ejemplo, Coparmex reportó el cierre de alrededor de 2 mil empresas en el primer semestre de 2025 atribuible al clima de inseguridad local; sin embargo, no existe aún una cifra nacional homologada sobre cierres empresariales exclusivamente por extorsión.
Ese silencio la llamada la cifra negra agrava el golpe psicológico. No denunciar porque temes represalias o porque “las autoridades no harán suficiente” es una doble privación: económica y emocional. La persona queda aislada, sin redes de apoyo formales, normalizando el temor y enquistando el daño. A nivel comunitario, esa normalización mina la confianza social y la capacidad de resiliencia colectiva, además activa un mecanismo de defensa en el cerebro sobre todo porque como miembro de una comunidad el miedo se agrava pues ya no tienes libertad de acudir a lugares recreativos, esto se convierte en una viciosa cadena, que impacta también la economía, pues la extorción desmotiva la inversión, reduce fuentes de ingreso y atemoriza a la comunidad, es decir que el daño es sistémico.
Frente a este panorama, la ley y las acciones policiales son necesarias pero insuficientes por sí solas. Es imprescindible integrar respuestas que atiendan la salud mental de las víctimas: protocolos de contención, orientación jurídica y fundamentalmente atención psicológica especializada.
La terapia ayuda a procesar el trauma, recuperar la calma y volver a sentir que se tiene control sobre la propia vida. También permite desarrollar estrategias para manejar el miedo y evitar que este se vuelva permanente. Intervenciones breves, apoyo psicoeducativo y programas comunitarios de resiliencia pueden reducir la ansiedad, mejorar el sueño y favorecer decisiones más seguras, ya sea sobre denunciar o reestructurar la actividad económica.
La extorsión ataca hogares y tejido económico, pero también hiere la confianza que sostiene la vida cotidiana. Por eso la política pública debe ir más allá de la cárcel para extorsionadores: debe contemplar la reparación integral del individuo y la comunidad, incluida la salud mental para que las personas y comunidades recuperen no sólo su patrimonio, sino su confianza. Si la ley ayer fortaleció la respuesta penal, hoy la prioridad es que la respuesta humana, psicológica y social. llegue al mismo ritmo. Buscar ayuda profesional no es solamente una medida individual: es un acto de reconstrucción colectiva.
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**Además de 10 años de experiencia como comunicólogo, ejerciendo el periodismo. Alex Barrera es también psicólogo por la UNAM con profundización en desarrollo humano.
Actualmente brinda terapia clínica con enfoque Biopsicosocial.
Si deseas contactar al especialista o necesitas ayuda terapéutica puedes comunicarte vía Whats App.
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