Por Cliserio E. Cedillo Godínez*

Por lo general a unas cuantas horas de dar inicio un nuevo año, como este 2024, la mayoría de mujeres y hombres adultos empezamos a desear que todo sea mejor, sobre todo nuestra salud y futuro económico. Repasamos el discurso una y mil veces con la idea de que todo cuanto nos rodea o que es parte intrínseca de nosotros mismos mejore y pedimos lo mismo para nuestros seres queridos.

Sin embargo, a unas cuantas horas de que llegue el nuevo año pocas veces reflexionamos en lo que hicimos mal, en nuestras equivocaciones o errores y nos lamentamos de tener mala suerte, cuando nosotros, por lo general, somos los que erramos, por irreflexivos, obstinados, necios o porque nuestra propia ignorancia nos arrastra.

En los últimos días de cada año no faltan los menos que escriben odas al año que se va y los más que piensan en lo importante: mantener lo que ya se tiene y se ha ganado a pulso, muchas veces con el sudor de la frente, los callos de nuestras manos o las noches de desvelo. Son quienes se aferran a un proyecto y navegan contra corriente, porque no quieren perder lo que ya tienen y que les ha costado mucho, lo mismo que a sus colaboradores que un día confiaron en ellos y que, por cambios “visionarios” de las autoridades, casi los aniquilan.

Eso es lo que pasa, sobre todo con las micro empresas periodísticas, como 5to Poder Periodismo ConSentido al que de un día para otro le exigen, como si fuera la gran cadena periodística, cumplir con todos los lineamientos fiscales a los que deben apegarse los grandes consorcios, como si el pago de sus servicios profesionales fueran millonarios. No obstante, son requisitos que hay que cumplir, aunque la tradición hiciera olvidarnos de ello.

Y no sólo eso, sino que reducen al 50% o más los acuerdos pactados con administraciones pasadas, desconocen adeudos y entones, para los nuevos funcionarios, todo es corrupción, aunque el trabajo de los servicios periodístico y de difusión esté plenamente justificado por los testigos físicos del material publicado y por las relaciones firmadas en poder de las dependencias de administración y finanzas.

Es cierto, esa forma de pagar a las pequeñas empresas periodísticas era una práctica tradicional, irregular, impropia, pero nunca corrupta, al menos que un director de Comunicación Social se llevara una tajada o que un presunto periodista cobrara sin justificación, lo cual no dudamos, pero no lo podemos confirmar, para eso están los contralores internos y los fiscalizadores oficiales.

Es cierto, con la Cuarta Transformación las reglas han cambiado: o todo es totalmente transparente o todo absolutamente oscuro, ni siquiera opaco, por tratarse de obras prioritarias, estratégicas o de seguridad nacional, como todo lo que lleva a cabo la Secretaría de la Defensa Nacional y la Marina, Armada de México. Son extremos, no hay intermedios.

También hay que reconocer que en lo estructural y obras de gran envergadura, la 4T ha traído innumerables beneficios a Quintana Roo, sobre todo, y a los estados del sureste de México. Eso es innegable, como también que tenemos a la mejor gobernadora del país, Mara Lezama Espinosa quien se asume, además, como verdadera estadista para llevar a la mujer artesana a los foros internacionales, lo mismo que el traje regional de nuestras mestizas, como lo hizo frente al Papa Francisco. No se diga de su gran intervención para promocionar al Tren Maya, las obras carreteras, lo mismo que el puente sobre la Laguna Nichupté, el Aeropuerto de Tulum e incontables obras menores, pero no menos importantes.

La verdad, la 4T del presidente López Obrador ha traído innumerables beneficios sociales y de infraestructura de todo tipo, pero también hay lastimados, como en todas las revoluciones, y uno de ellos es 5to Poder Periodismo ConSentido, al igual que muchas otras microempresas periodísticas, pero seguimos adelante y con más bríos: siempre habrá funcionarios buenos y malos, lo mismo que aciertos y errores, que habremos de reconocer o señalar, como es nuestra función periodística.

Por cierto, cumplimos ya con todos los requisitos fiscales, aunque nos haya costado tiempo, sacrificio y demandas de algunos colaboradores (aún sin resolver), lo mismo que la suspensión, esperamos temporal, de la revista semanal 5to Poder Periodismo ConSentido.

Y qué le pedimos al nuevo año… lo dice una oración portuguesa:
¿Qué le pides al nuevo año?
No quiero que me traiga nada.
Lo único que quiero es que no se lleve lo que ya tengo.
Que no se lleve el techo que nos cobija,
el plato que nos alimenta,
la manta que nos abriga,
la luz que nos ilumina,
la sonrisa de mis hijos,
la salud como tesoro,
el trabajo como sustento,
la amistad, la compañía, los abrazos, las caricias, los te quiero, los te amo, los besos.
Que no se lleve los sueños, ni los trocitos del corazón que lo forman cada persona que llevo aquí dentro.
No le pido nada al nuevo año, solo que no se lleve lo que ya tengo.
Feliz año nuevo.

• *Periodista con 48 años de experiencia en diarios nacionales y estatales, así como cadenas de radio, director general de 5to Poder Periodismo ConSentido.