Opinión
Reflexiones sobre el cumpleaños de Don Gastón
Humanosfera
Por: Wilberth Esquivel
“Vengo de una familia de clase media con muchas limitaciones. En la casa sólo mi padre (Luis Alegre) comía huevo, porque había que alimentarlo bien; y fué gracias al esfuerzo de mi madre (Maria Luisa López) que con grandes sacrificios pagó nuestros estudios en colegios particulares. Eramos los pobres de la escuela rica.”
“Mi padre nos regalaba un taco de huevo que le preparaba mi madre; a uno le tocaba un día, a otro le tocaba otro día. Y comíamos carne dos veces a la semana. No éramos ricos y me tocó ver en la escuela que mis compañeros tenían dinero para comprar en la tienda y yo me tenía que aguantar hasta la casa”
Palabras de Don Gastón Alegre López, sobre sus orígenes, vertidas en entrevista al fallecido Francisco Verdayes Ortíz.
Ayer cumplió 90 años, Licenciado, de la Ciudad de México, del 2 de agosto de 1933.

Se pueden contar cientos de historias y anécdotas sobre Don Gastón, sobre su capacidad de emprender y hacer dinero, sobre su amor a la cultura maya, sobre su espíritu cancunense, su pionerismo, sobre su paso por la política nacional y local, fué candidato a Gobernador, sobre su despacho jurídico.
¿Cómo viene a parar a Cancún?
Durante la campaña de José López Portillo para la Presidencia de la República, le encomiendan diseñar la propuesta proselitista sobre turismo. Esa propuesta del candidato se convierte en un Plan Nacional de Turismo y el se vuelve coordinador del mismo en 1982.
Muchos piensan que fué Echeverría el genio detrás de Cancún, y si fué pero para iniciarlo, el verdadero boom llegó ya en el sexenio de López Portillo y Don Gastón era parte de su círculo cercano.
Ya en 1982 Cancún había sorprendido al mundo y ya era conocido como el Paraíso Inventado, había superado sus expectativas como proyecto.
Se decía en ese entonces que era más caro que ir a Miami por que teníamos tarifas altas, turistas que gastaban mucho dinero y un futuro prometedor.
Ya las grandes cadenas hoteleras y aerolíneas habían fijado la vista y sus inversiones en el proyecto Cancún. Estamos a mediados de los 80.
Su despacho jurídico estaba encumbrado en la Ciudad de México, incluso llegó a tener oficinas en Nueva York, Canadá, Hong Kong y París.
Y ya de ese tamaño, decide asentarse en Cancún, ya que en una de sus giras de trabajo habría traído a un grupo de periodistas de la Ciudad de México para hacerle promoción al Centro Integralmente Planeado y no había marcha atrás, ya estaba enamorado de Cancún.
Imaginen esa decisión, teniendo un despacho jurídico internacional, preferir el mar al tráfico de la Ciudad de Mexico, pensaba en lo mejor para sus hijos, me comentó una vez.
Otra actividad que su despacho jurídico manejaba era la de gestionar las concesiones de radio y permisos de varias radiodifusoras. Así que en un “Ya me toca a mi” entra a una licitación y como se las sabía de todas, gana la XHNUC FM y le llama Radio Turquesa.
Don Gastón ya tenía un exitoso despacho jurídico con sucursales en varios partes del mundo, el Plan Nacional de Turismo, una gran amistad con José López Portillo y Radio Turquesa en ese momento.
Vino el golpe de Gilberto en el 88 y antes desde 1985 una importante población posterior a los sismos de 1985. Cancún ya crecía velozmente en lo urbano, duplicaba su población cada 5 años con tasas del 20% anual.
Era ya, 1989, salieron al aíre:
” Bajé de volada, tomé el micrófono y salimos al aire por primera vez; ya no pude dormir de `puro gusto. Recuerdo que solo teníamos un disco de Julio Iglesias que estuvimos toque y toque todo el día “, narra Don Gastón a carcajadas con el brillo en los ojos que solo se da con la nostalgia.
“La hora del taxista”, un éxito total y una gran influencia social, era un programa que nació con gran visión. También buscó crear un arraigo con la campaña “orgullosamente cancunense y dignamente quintanarroense”.
Le molestó muchos años sobremanera la gente vividora, esa campaña estaba sembrada sobre su gran tristeza de ver como llegaban muchos a buscar fortuna a Cancún solo con la idea de regresarse a su lugar de origen sin importar los daños dejados atrás.
Asi que imaginemos que ayer que celebró su cumpleaños y como siempre estuvo rodeado de los políticos en turno, de muchos que no han logrado nada por si mismos que no dependa de sus servilismos partidistas, ya se podrán imaginar que mal lo hicieron sentir.
Y en su cumpleaños.
En el fondo, el no necesita ni quiere estar rodeado de vividores, él es de otra camada, pertenece a otro grupo, a los pioneros, fundadores, luchadores sociales reales, gente emprendedora que contribuye a un mejor Cancún.
Luego se dió cuenta que vivíamos aislados, que era común que los cancunenses nos limitáramos a nuestra familia primera, ya que los abuelos, tíos o primos estaban en otra ciudad, así que lanzó: “conoce a tu vecino” que buscaba precisamente crear lazos sociales y mejorar el tejido social sobre el que construimos nuestra ciudad.
Luego también lanzaría: “Trata bien al turista” que evidentemente no le llegó a los mismos taxistas que antes habían sido como reporteros por toda la ciudad y que tanto colaboraron con el, hoy es realmente denigrante verlos de cacería contra los ubers.
También su lucha por la cultura maya es notable, sus campañas a favor de preservar la lengua maya fueron importantes.
Siempre hubo un profundo sentido social en sus desiciones.
Don Gastón Alegre siempre albergó en lo mas profundo de su corazón ser Gobernador de Quintana Roo, por el PRD, que en aquellos tiempos en los que representaba la opción de la izquierda, que habría que vencer al PRI instalado en el poder por 70 años.
Si bien fué negociador y capaz siempre de llegar a acuerdos, su carácter firme y honesto no le permitió lograr sus objetivos políticos, ese fue su talón de Aquiles, se rodea siempre de políticos pero eso no lo logró. han pasado cientos de políticos por su acostumbrado cumpleaños y el ahí sigue, muchos pasan una sola vez.
¿Podemos etiquetarlo? No.
Es difícil comprender a esos hombres o mujeres que pusieron cimientos, que ayer estuviera rodeado de mediocres no lo define tampoco, no es suficiente decir que fue un gran empresario comunicador, o que amaba a los mayas o a Cancún, tampoco sería justo decir que era padrino de muchos políticos, esas son leyendas urbanas de pasillo.
Lo que es justo decir es que comenzó desde abajo, viendo a sus compañeros de escuela comer una torta en la cafetería, con hambre, y en vez de agacharse o acomplejarse por sus necesidades, se hizo más y más fuerte, se forjaba con cada torta para lograr lo que logró en la vida y aguantaba a llegar a su casa para comer.
¿Cuántos de los que llegaron ayer a verlo, que fueron a besarle la mano son así?.
Algunos nada más, contados con los dedos de una mano. De qué hay buenos, si que los hay.
Rescatemos los verdaderos valores cancunenses, esos que nuestros pioneros y fundadores imprimieron como sello de sus vidas, no la corrupción, la impunidad o la opacidad.
Rescatemos esa fé del agricultor que decide sembrar y quedarse a vivir aquí, que quema sus naves de origen, que cambia de hogar, no la del nómada que viene a robar, del corrupto que roba recursos públicos o los desvía con fines egoístas, naveguemos contra esos que vienen a agotar recursos naturales, a causar impactos ambientales y luego salen huyendo como ratas del barco.
Retomemos las bases de ser cancunense, como logra extraer Verdayes Ortíz mágicamente en la entrevista que tomé para reflexionar, como lo certifica la historia de Don Gastón Alegre López, que esperemos siga con nosotros muchos años más.
Felicidades.
EN LA OPINIÓN DE:
El lado oscuro de la navidad: una mirada psicológica a la depresión invernal
Detrás de la mercadotecnia de la época de paz en el mundo, la cifra de suicidios se eleva
Conciencia Saludablemente
Por Psicol. Alex Barrera**
Cada año, cuando el invierno comienza a instalarse y los días se acortan, noto un cambio sutil pero profundo en muchas de las personas, lo cual inevitablemente a mi parecer crea una bruma en todo el ambiente, y es que mientras la gran maquinaria de la mercadotecnia nos vende un espacio de amor, familia y entornos diseñados a modo para fomentar el espíritu de dar y recibir, la realidad es que muchas veces esto es la máscara que oculta, lo que no queremos saber, pero que nuestro cerebro ya sabe. Y no es otra cosa sino la reacción biológica natural que nos alinea con la naturaleza, invierno significa el final.
Y no, no es fatalismo, es la naturaleza terminando un ciclo, es por eso que durante el invierno muchos animales se retiran a descansar, los arboles desojados esperan pacientes para poder reverdecer, la luz del día es menos, y por supuesto los seres humanos experimentamos cambios que desafortunadamente intentamos ignorar debido a que cada día nos alejamos más y más de lo natural, pensando con la soberbia que solo el razonamiento nos puede dar, que si la luz del sol se va, nosotros podemos llenarla con pequeñas luces artificiales, que se venden en aquellos puestos que ocupan miles de esquinas en el país.
Pero dejemos el romanticismo y la filosofía de lado y para no abrumarle entremos de lleno a lo que quiero en este espacio, comentarle a usted, que se toma el tiempo de leer estas líneas y es que, si hablamos de los síntomas del invierno, incluso yo, como especialista en salud mental debo confesar que experimento cierta variación en mi nivel de energía y claridad emocional.
Así pues, le hablaré de las cosas por su nombre, lo que muchas personas experimentamos no se trata simplemente de “mal humor por el frío”, sino de un fenómeno ampliamente documentado: la depresión invernal, también conocida como Trastorno Afectivo Estacional (TAE). Aunque a veces se percibe como una exageración o un invento moderno, la ciencia ha demostrado que es una condición real y prevalente, estrechamente vinculada a los ciclos de luz y a la respuesta biológica de nuestro organismo.
La American Psychological Association (APA) explica que el TAE aparece cuando la disminución de luz solar altera nuestros ritmos circadianos, los cuales funcionan como un reloj interno que regula funciones tan esenciales como el sueño, el apetito, la energía y el estado de ánimo. Cuando ese reloj se desajusta, aumentan la melatonina —la hormona del sueño— y disminuyen los niveles de serotonina, vinculada al bienestar. El resultado es una combinación de fatiga, desmotivación, tristeza persistente, irritabilidad, dificultades de concentración y, en algunos casos, un fuerte deseo de aislamiento social.
Observando desde un ángulo clínico, lo más complejo de la depresión invernal no es sólo la sintomatología, sino la forma en que suele ser minimizada. Muchas personas que pasan por este tipo de situaciones se expresan diciendo: “Debe ser flojera”, “Solo necesito echarle ganas”, “Es normal, a todos nos cae pesado el invierno”. Y aunque es cierto que los cambios estacionales influyen en nuestro ánimo, no debemos normalizar un malestar que interfiere en la vida cotidiana. Reconocer que algo no está bien permite atenderlo y evitar que el evento evolucione hacia formas más severas por ejemplo caer en depresión.
Es importante señalar que algunas personas tienen mayor vulnerabilidad biológica a este trastorno. Investigaciones del National Institute of Mental Health (NIMH) indican que quienes viven lejos del ecuador, en regiones donde el invierno tiene menor exposición solar, presentan tasas más altas de TAE. Además, quienes tienen antecedentes de depresión mayor suelen ser más sensibles a las variaciones de luz. Esto no significa que sea inevitable, sino que debemos prestar especial atención a los primeros síntomas.
En terapia, he observado que uno de los desafíos más grandes es el impacto en la percepción personal: quienes viven depresión invernal suelen sentirse “culpables” de no rendir igual, de no tener la misma energía o motivación que en otras épocas. Explicarles el componente biológico, ese juego de hormonas, luz y ritmos internos, les ayuda a comprender que no se trata de una falla personal, sino de un proceso fisiológico que puede regularse con estrategias adecuadas. Probablemente es por ello que muchas personas no son capaces de aceptar que están pasando por un mal momento, incluso ni siquiera lo reconocer, y tapan este tipo de sentimientos con conductas dañinas que curiosamente son fomentadas con el falso espíritu de la navidad, por ejemplo las compras excesivas, o el descontrol en los hábitos alimenticios.
Aun cuando se supone que la temporada enaltece virtudes como la paz, el amor, y la fraternidad, resulta preocupante observar que la disminución de luz natural y la carga emocional invernal coinciden con un aumento sostenido de suicidios en México, en donde para 2023 se registraron 8 mil 837 suicidios, lo que representa una tasa de 6.8 por cada 100 mil habitantes, una cifra más alta que la de años previos, según el INEGI. Estos datos sugieren que la temporada de oscuridad, soledad o desánimo puede agravar la vulnerabilidad psicológica (especialmente en personas predispuestas) y transformar la tristeza estacional en crisis profundas.
Sobre esto existen métodos que pueden ayudar a reducir el riesgo de padecer TAE, ninguno de ellos tan efectivo como la atención psicológica profesional. Un especialista de la salud puede evaluar el nivel del problema además el acompañamiento terapéutico brinda herramientas para detectar pensamientos suicidas, regular el estado de ánimo y reconstruir el bienestar emocional en los meses más oscuros del año.
Algunas acciones cotidianas contribuyen significativamente a reducir el impacto del TAE. Por ello, aquí te comparto tres recomendaciones basadas en evidencia para prevenir o disminuir la depresión invernal:
1) Exponte diariamente a la luz solar entre 5 y 10 minutos, siempre con la protección adecuada.
Salir por la mañana, abrir cortinas, caminar un poco o simplemente recibir la luz directa del gran astro ayuda a regular la serotonina y el reloj biológico. Puede parecer un gesto mínimo, pero su impacto es notable cuando se vuelve parte de la rutina, eso sí, no olvides el bloqueador solar y los lentes con filtro UV.
2) Mantén horarios regulares de sueño y actividad física.
Tu cuerpo necesita estabilidad cuando la luz es escasa. Dormir a horas similares y realizar ejercicio —aunque sea ligero— mejora la energía, la regulación emocional y el descanso nocturno. Aun si la noche dura más tiempo que el día es importante mantener la rutina.
3) Cultiva espacios de conexión social, incluso si la apatía te invita al aislamiento.
El invierno tiende a encerrarnos, pero el contacto humano funciona como un amortiguador emocional. Conversar con alguien, compartir actividades o participar en grupos de apoyo contribuye a mejorar el estado de ánimo.
Y, sobre todo, recuerda que la terapia psicológica es un acompañamiento fundamental durante esta temporada. No solo ofrece un espacio seguro para explorar lo que sientes, sino que te brinda herramientas para comprender tus ciclos internos, reorganizar rutinas, manejar pensamientos negativos y fortalecer tu resiliencia. En los meses más fríos del año, cuando el mundo parece apagarse un poco, la terapia se convierte en un punto de luz que ayuda a atravesar el invierno con mayor claridad y bienestar. Y no olvides que el invierno es el final que marca el inicio de algo nuevo, la navidad no sólo es época de dar y recibir, sino que también amerita un tiempo de introspección para disminuir el ritmo y reflexionar sobre lo que finalizamos y como queremos comenzar el nuevo ciclo.
**Además de 10 años de experiencia como comunicólogo, ejerciendo el periodismo. Alex Barrera es también psicólogo por la UNAM con profundización en desarrollo Humano.
Actualmente brinda terapia clínica con enfoque Biopsicosocial.
Si deseas contactar al especialista o necesitas ayuda terapéutica puedes comunicarte vía Whats App
Para más información del tema puede consultar:
Textos de Interes
American Psychiatric Association. (2013). Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders (5.ª ed.). Washington, D.C.: Author.
(Para la definición clínica del Trastorno Afectivo Estacional como especificador del trastorno depresivo mayor.)
Rosenthal, N. E., Sack, D. A., Gillin, J. C., Lewy, A. J., Goodwin, F. K., Davenport, Y., … & Wehr, T. A. (1984). Seasonal Affective Disorder: A description of the syndrome and preliminary findings with light therapy. Archives of General Psychiatry, 41(1), 72–80.
(Estudio pionero que define la depresión invernal y su relación con la luz.)
Melrose, S. (2015). Seasonal Affective Disorder: An Overview of Assessment and Treatment Approaches. Depression Research and Treatment, 2015, 1–6.
(Revisión general sobre causas, síntomas y tratamiento del TAE.)
Partonen, T., & Lönnqvist, J. (1998). Bright light improves vitality and alleviates distress in healthy people. Journal of Affective Disorders, 46(1), 175–181.
(Evidencia científica del impacto de la luz en el estado de ánimo.)
Rohan, K. J., Roecklein, K. A., & Haaga, D. A. F. (2009). Cognitive-behavioral therapy for seasonal affective disorder: A randomized controlled trial. American Journal of Psychiatry, 166(5), 503–510.
(Estudio que valida la efectividad de la terapia psicológica para el TAE.)
Lewy, A. J. (2007). Circadian misalignment in mood disturbances. Current Psychiatry Reports, 9(6), 517–522.
(Base científica sobre ritmos circadianos y trastornos del estado de ánimo.)
Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI). (2023). Estadísticas a propósito del día mundial para la prevención del suicidio.
(Fuente de la cifra: 8,837 suicidios y tasa de 6.8 por cada 100 mil habitantes en México.)
Lam, R. W., & Levitt, A. J. (1999). Canadian Consensus Guidelines for the Treatment of Seasonal Affective Disorder. Clinical & Academic Publishing.
(Guía clínica que respalda intervenciones terapéuticas para depresión invernal.)
EN LA OPINIÓN DE:
Extorsión: violencia económica que se vuelve trauma emocional
Aunque es un delito del que mucho se habla, pocos toman en cuenta la factura a la salud mental que significa no resolverlo.
Conciencia Saludablemente
Por: Psicol. Alex Barrera
La reciente aprobación en el Congreso de la Ley General para Prevenir, Investigar y Sancionar los Delitos en materia de Extorsión marca un antes y un después jurídico en México: la reforma aspira a homogeneizar criterios, perseguir el delito de oficio y endurecer sanciones frente a una práctica que se ha disparado en los últimos años. La votación responde a una urgencia tangible: la extorsión ya no es un daño sólo económico, es una máquina de erosionar vidas.
Los números lo confirman y, a la vez, ocultan realidades. Según la Encuesta Nacional de Victimización de Empresas (ENVE) del INEGI, en 2023 se cometieron 747 mil delitos de extorsión contra unidades económicas, cifra que ilustra la magnitud del fenómeno entre negocios formales. Cabe señalar que las estadísticas oficiales de carpetas de investigación son mucho menores por no decir engañosas, precisamente es por la altísima “cifra negra” (cantidad de delitos que no se registran en las estadísticas oficiales) que la mayoría de las víctimas no denuncia, es decir las víctimas tienen miedo o desconfianza institucional.
El impacto económico también aparece con cifras contundentes. Coparmex y diversas estimaciones señalan pérdidas multimillonarias: sólo en 2025, hasta septiembre, las extorsiones han significado una erogación que supera los 21 mil millones de pesos para empresarios, además de multiplicar costos en seguridad privada y obstaculizar la inversión.
El daño no se limita a lo material. La extorsión induce estrés crónico, ansiedad, insomnio y sensación de indefensión tanto en propietarios como en trabajadores. Pequeños comerciantes describen la extorsión como un “perdón a cambio de sobrevivir”: pagar para continuar operando. Esa lógica genera culpabilidad, vergüenza y un desgaste emocional que se transmite al núcleo familiar y comunitario. Estudios sobre victimización muestran que la repetición del ataque y la impunidad fomentan trastornos de estrés postraumático, depresión y paranoia colectiva, los cuales han sido publicados por ENVE/INEGI y reportes de victimización.
Las consecuencias secundarias son palpables: zonas enteras ven cerrar negocios ante la imposibilidad de sostener pagos extorsivos o por la pérdida de clientes ante la percepción de riesgo. En Sinaloa, por ejemplo, Coparmex reportó el cierre de alrededor de 2 mil empresas en el primer semestre de 2025 atribuible al clima de inseguridad local; sin embargo, no existe aún una cifra nacional homologada sobre cierres empresariales exclusivamente por extorsión.
Ese silencio la llamada la cifra negra agrava el golpe psicológico. No denunciar porque temes represalias o porque “las autoridades no harán suficiente” es una doble privación: económica y emocional. La persona queda aislada, sin redes de apoyo formales, normalizando el temor y enquistando el daño. A nivel comunitario, esa normalización mina la confianza social y la capacidad de resiliencia colectiva, además activa un mecanismo de defensa en el cerebro sobre todo porque como miembro de una comunidad el miedo se agrava pues ya no tienes libertad de acudir a lugares recreativos, esto se convierte en una viciosa cadena, que impacta también la economía, pues la extorción desmotiva la inversión, reduce fuentes de ingreso y atemoriza a la comunidad, es decir que el daño es sistémico.
Frente a este panorama, la ley y las acciones policiales son necesarias pero insuficientes por sí solas. Es imprescindible integrar respuestas que atiendan la salud mental de las víctimas: protocolos de contención, orientación jurídica y fundamentalmente atención psicológica especializada.
La terapia ayuda a procesar el trauma, recuperar la calma y volver a sentir que se tiene control sobre la propia vida. También permite desarrollar estrategias para manejar el miedo y evitar que este se vuelva permanente. Intervenciones breves, apoyo psicoeducativo y programas comunitarios de resiliencia pueden reducir la ansiedad, mejorar el sueño y favorecer decisiones más seguras, ya sea sobre denunciar o reestructurar la actividad económica.
La extorsión ataca hogares y tejido económico, pero también hiere la confianza que sostiene la vida cotidiana. Por eso la política pública debe ir más allá de la cárcel para extorsionadores: debe contemplar la reparación integral del individuo y la comunidad, incluida la salud mental para que las personas y comunidades recuperen no sólo su patrimonio, sino su confianza. Si la ley ayer fortaleció la respuesta penal, hoy la prioridad es que la respuesta humana, psicológica y social. llegue al mismo ritmo. Buscar ayuda profesional no es solamente una medida individual: es un acto de reconstrucción colectiva.
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**Además de 10 años de experiencia como comunicólogo, ejerciendo el periodismo. Alex Barrera es también psicólogo por la UNAM con profundización en desarrollo humano.
Actualmente brinda terapia clínica con enfoque Biopsicosocial.
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