Opinión
Breve historia de la inseguridad pública en México
Opinión / Hugo Alday
El PRI-mer síntoma.
Después de la revolución mexicana, comenzó el proceso de la construcción de las instituciones en la búsqueda de un Estado organizado. Los gobiernos del PRM, PNR y posteriormente del PRI, generaron un ejército sólido derivado del presidencialismo castrense, hasta fines del periodo del charro-general Manuel Avila Camacho.
De acuerdo con diversos autores, el esquema de seguridad nacional se encontraba perfectamente delimitado a las fuerzas armadas y el de la seguridad pública, se ubicaba en su delimitada función policial. Pero este esquema tuvo una seria crisis a partir del gobierno de Adolfo López Mateos.
El surgimiento de grupos de “expertos en inteligencia” comenzó a gestar la estrategia en México de la seguridad interna -hasta entonces monopolio de las fuerzas armadas- y con ello, se dio inicio al descontrol en la seguridad de todos sus niveles.
Todo comenzó con la lucha contra grupos subversivos. El Estado Mexicano se transformó en un Estado represor y homicida, desde Miguel Alemán hasta Luis Echeverría, los grupos de seguridad interna fueron expertos en asesinar, violar, desaparecer y golpear estudiantes, profesores de normales, trabajadores el campo y líderes de oposición al régimen, Rosario Ibarra pudo dar fe de ello durante décadas.
Después de los excesos en las administraciones de López Portillo hasta Carlos Salinas, y ya con delincuentes inmersos en el Estado como Fernando Gutiérrez Barrios, Javier García Paniagua, Miguel Nazar Haro o Arturo Durazo Moreno, la seguridad interna de México se convirtió en una caricatura de corrupción, que, con los homicidios de Manuel Buendía y Enrique Camarena, alcanzó su mayor clímax.
La PAN-acea nos alcanzó.
Fue entonces que, a al llegada de la transición concertacesionada entre México y Estados Unidos, Vicente Fox comenzó con una estrategia implantada para desaparecer poco a poco los sistemas de seguridad púbica locales y permear con grupos paramilitares emulando al SWAT, y a través de la AFI dirigida por el ilustre Genaro García Luna, dio inicio a este proceso.
Por su parte Felipe Calderón de 2006 a 2012 suscribe acuerdos incluso para generar una guerra interna en el país, y con ello, inundó de vehículos militares librando batallas cada esquina, cada calle, cada barrio de México, siendo patrocinada por vez primera esta guerra con fondos mixtos, nacionales y otra de recursos y armas de los buenos vecinos.
Genaro García Luna durante los gobiernos del PAN en México generó un sistema continuo de corrupción sin control. Más adelante, el despeñadero fue empantanado por un exceso de violaciones a derechos humanos y enterrada bajo las lápidas de Tlatlaya e Iguala.
Básicamente, durante las últimas tres administraciones, es decir en casi dos décadas, la estrategia impuesta por Estados Unidos ha tenido grandes resultados. La violencia y las muertes producto del narcotráfico se quedan en México y el mercado con su enorme potencial de rendimiento financiero, se queda en Estados Unidos.
Ya con una nueva administración con el pretexto de apagar los fuegos del narcotráfico y la delincuencia generados en la etapa del PRI-mer síntoma y la PAN-acea que nos alcanzó, la decisión fue enviar el ejercito de nuevo a las calles, con los ojos de todo el mundo puestos sobre nosotros con casos como “RadillaPacheco va México”, “Campo Algodonero va México”, “Rosendo Cantú vos México”, “Atenco vs México” o recientemente el caso “Tzompaxtle Tecpile y otros vs México”, como constate violador de derechos humanos.
Hoy, debemos transitar a un país que poco a poco deje de considerar a sus ciudadanos como objetivos de todo tipo de violación de derechos humanos perpetrados por quienes deberían estar atentos de la seguridad nacional, y buscar una posible salida de esta vorágine del perro que nunca se alcanza la cola.
La Cuarta Transformación, si bien es cierto ha disminuido en gran medida cifras de violencia en lo general, aun subsisten focos rojos que se deben atenderse con seriedad.
Por eso es importante definir el futuro del país después de 2024, porque el trabajo se comienza a percibir en algunas cifras, pero un falta mucho por hacer para enmendar lo que se rompió hace tantas décadas, y para ello se requiere personas con capacidad, honestidad, compromiso y valor, características que hasta hoy, solo las encontramos en López Obrador.
Opinión
“No a ‘machos’ violentadores de mujeres”
Caminos del Mayab
Por Martín G. Iglesias
Ayer el gobierno del Estado, el DIF Quintana Roo, los 11 municipios y empresarios de diferentes sectores, pusieron en marcha la estrategia “Puntos Coral-Mujeres Seguras” que consiste en 581 puntos de atención, orientación y canalización de mujeres en situación de violencia, con el objetivo es prevenir, atender y erradicar la violencia contra las mujeres en todo Quintana Roo.
Me quedo con el mensaje contundente de la Gobernadora Mara Lezama Espinosa, quien dijo que “nunca más, nunca más y nunca más, vamos a tolerar la violencia en contra de las mujeres; nunca más vamos a justificar el abuso; nunca más vamos a permitir que las mujeres o que las niñas vivan con algún miedo”.
Este es un mensaje claro para todos aquellos “machos” violentadores de mujeres, quienes, por tener un cargo público, creen que pueden hacer y deshacer con la que fue su esposa, su pareja o su familiar cercano; ejemplos hay muchos, tanto en el gobierno Estatal, como en los gobiernos municipales. O aquellos que con poder económico, tratan a las mujeres como si fueran mercancías, piezas decorativas que son reemplazables; con ideologías arcaicas y carente de todo sentido de igualdad.
Por eso la Gobernadora explicó que esos puntos coral, ella como “la primera mujer gobernadora de Quintana Roo, encabeza a las mujeres de lucha, de transformación y vamos seguir trabajando en torno a ello; sì se puede, lo vamos a hacer posible, porque lo vamos a construir de la mano todos juntos. Nunca más a la violencia, nunca más, nunca más”.
Solo para hacer un recordatorio a las y los presidentes municipales, hace 9 años que en Quintana Roo, el Consejo Estatal de las Mujeres de Quintana Roo, A.C., y Justicia, Derechos Humanos y Género A.C., solicitaron la declaratoria de Alerta de Violencia de Género contra la Mujeres (AVGM), en el 2017 fue declarada por la Secretaría de Gobernación por violencia feminicida; hasta ahora todavía se están implementando las medidas contenidas en la declaratoria en Benito Juárez (Cancún), Cozumel, Lázaro Cárdenas y Solidaridad (Playa del Carmen).
El 17 de enero de 2020, la Comisión de los Derechos Humanos del Estado de Quintana Roo, logró la admisión y acumuló la solicitud de alerta de violencia de género contra las mujeres, en Othòn P. Blanco (Chetumal) y Felipe Carrillo Puerto; para ello, el Grupo Interinstitucional y Multidisciplinario elaborará un informe específico que contenga las conclusiones derivadas de la investigación que realice sobre los hechos señalados por la tercera solicitud.
Especial atención por parte de las autoridades responsables de prevenir la violencia contra las mujeres, son las que pertenecen a la tercera edad, que en ocasiones son los propios hijos quienes les infringen la violencia económica, psicológica y física; la mujeres en condición de discapacidad, quienes no solo sufren ante la sociedad, son que hay familiares que las violentan, al veces utilizadas para que trabajen bajo amenaza y beneficien a sus victimarios; ya ni qué decir de las madres solteras, quienes algunos patanes ven la oportunidad para sacar raja sexual de su condición.
Hay mucho trabajo que hacer en el legislativo, pero este proyecto del “Punto Coral” es un avance por parte del Gobierno del Estado y de empresarios comprometidos con una mejor sociedad. Ahí se las dejo…
SASCAB
Esta legislatura le corrige la plana a la pasada, pues ya decidieron que la estatua de don Andrés Quintana Roo regrese a la explanada del Congreso en Chetumal, donde pretendían construir una cafetería que Humberto Aldana Navarro había palomeado como presidente de la Junta de Gobierno y Coordinación Política (Jugocopo).
Ayer el presidente de la Jugocopo de la XVIII Legislatura, Jorge Arturo Sanén Cervantes, declaró que hacer el comedor del Congreso para empleados quedará en pausa y que regresarán el monumento al prócer que le da nombre al Estado, a penas las partes se pongan de acuerdo. Al tiempo…
Nota:Las opiniones vertidas por nuestros colaboradores son responsabilidad de quienes las emiten.
Opinión
NOMÁS MILANDO…
Por Hugo Alday Nieto
La soberanía, según cita el doctor Raúl Contreras en el Diccionario Jurídico se encuentra en la clásica definición de Jean Bodin en su obra Los seis libros de la república es “el poder absoluto y perpetuo de la república“. De igual forma citando a Rousseau “establece que la soberanía consiste esencialmente en la voluntad general, pero ésta no puede ser enajenada ni puede ser representada más que por sí misma. El carácter inalienable de la soberanía va acompañado de la indivisibilidad”.
La soberanía se manifiesta claramente en la capacidad del Estado para dictar sus leyes, dirigir su política interna y externa, y en el reconocimiento de su autonomía y autodeterminación en el ámbito internacional, siempre buscando el bienestar y desarrollo de la sociedad. La soberanía se refiere al poder supremo y absoluto dentro del territorio de un Estado por sus raíces SUPER-OMNIA. Este poder supremo permite al Estado organizar su gobierno, administrar justicia, promulgar leyes, y ejercer autoridad sobre su población y territorio.
En tal virtud existen dos facetas de la soberanía: la interna y la externa. La primera se identifica con la soberanía popular, que hace residir el poder originario, máximo y esencial de una nación, y la segunda, es el poder que tiene el Estado para tomar sus propias decisiones en el concierto internacional de forma autónoma.
Desde las más altas tribunas del poder y las más abultadas transmisiones en Facebook, se han esgrimido una diversidad de mensajes y discursos pro-soberanía por si osare cualquier enemigo, limitar nuestra decisión como Estado, señalando en varias ocasiones al embajador norteamericano como un intervencionista.
Sin embargo, el concepto de soberanía en su fase externa como tal, pareciera no ser ciento por ciento aplicable en nuestra nación, ya que hace unos meses los Estados Unidos llevaron a México a exigir visados a los nacionales brasileños bajo el argumento de que dichos ciudadanos del vecino país se internaban a México con la finalidad de trasladarse a Estados Unidos como indocumentados, y a pesar del gran hueco económico que la falta de turismo e inversión brasileña ha ocasionado en Quintana Roo, y en otros estados del país, las restricciones por mandato del vecino no solo se han mantenido, sino que parecen extenderse a ecuatorianos y colombianos. ¿Y la autodeterminación de los pueblos?
Por si fuera poco, el concepto de la soberanía interna que tanto desgaste como nación nos ha costado con la reforma al Poder Judicial, sin duda tendrá repercusiones en lo exterior, ya que, a raíz de la intervención de la Corte Interamericana de los Derechos Humanos, pareciera que impactará de forma directa en los tratados internacionales comerciales que reivindican derechos humanos, o que nos compromete a contar con tribunales especializados para darle certeza a la inversión extranjera.
De momento, al primer llamado de Canadá y de Estados Unidos, México ya se dio cuenta que debe alinearse al sistema comercial internacional y dejar de coquetear tanto con China, ya que el TMEC puede ser condicionado y México es el más necesitado debido a que en promedio el 90% de sus exportaciones dependen de ello.
Así pues, en el mundo posmoderno la soberanía pasa de fronteras y de lenguajes, para centrarse en el consumo. Y si las autoridades nacionales no han llegado a esa deducción bajo el discurso de la soberanía de los 70 que se sigue representando por los caricaturistas de antaño, seguramente vamos a sufrir más descalabros como los recientemente recibidos y estaremos como Penelope en “La Odisea”, de Homero, hilando y deshilando ideas que ya no pertenecen al escenario actual.
Hoy, la soberanía se rige por el comercio de mercancías tangibles e intangibles. Como dice Slavoj Zizek en “El sublime objeto de la ideología”, que “hemos de dar el paso crucial de concebir el significado oculto tras la forma-mercancía, la significación de eso de forma expresa. Hemos de penetrar en el misterio del valor de las mercancías”, para determinar el verdadero papel de los elementos del Estado en este juego, ya no de tronos, sino de consumo. Y mientras no entendamos que el Estado posmoderno tiene reglas nuevas sobre todo cuando se trata de geopolítica, difícilmente podremos transmutar a ser un país desarrollado, y nos quedaremos como el chinito después del jalón de orejas de Trudeau…nomás milando.
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