Por Cliserio E. Cedillo Godínez

Ninguna reforma eléctrica, más bien se trata de una contra reforma, aseguran los analistas y especialistas en el tema, mientras que, para el que esto escribe, es una necedad de cambiar las cosas con el fin de destacar, no importa que quede peor. ¿Por qué no corregir lo que está mal? No me lo explico. En cambios se opta por el “borrón y cuenta nueva”. Lo que funciona no se cambia, me enseñó hace años uno de mis maestros en administración de empresas.

Pero ¿quiénes cambian lo que funciona? -Los políticos anticuados que quieren dejar su huella, no importa que se rompan esquemas funcionales, que se atente contra acuerdos internacionales con sus posibles sanciones, que se pierdan miles de millones de pesos, se desaliente la inversión nacional y extranjera y con ello la posibilidad real de crear miles de empleos limpios, como dicen ahora: “lo que importa es que se note el cambio”, aunque con ello se caiga en el retroceso y se quede fuera de la tendencia mundial del mercado de las energías limpias.

Nos referimos a la iniciativa de Reforma Eléctrica del presidente López Obrador, el tema de esta semana del que se habla todos los día y se seguirá hablando, seguramente hasta que en el actual periodo de sesiones, que concluye en diciembre, sea discutida y seguramente aprobada, ante la disfrazada amenaza al presidente del PRI, el ex gobernador de Campeche, Alejandro “Alito” Moreno Cárdenas, de que si no vota su fracción parlamentaria por la propuesta de López Obrador se le buscarán hasta por debajo de las piedras malos manejos, desvíos, inversiones fantasmas, enriquecimiento ilícito y cualquier otro quebranto de los que están en boga y que tienen a algunos de los ex gobernadores a “salto de mata”… recordemos que “el que busca encuentra”.

El comentario de los estudiosos de tema se puede decir que es unánime: “esta reforma no abona a un país desarrollado, a un país que respeta el cambio climático, no es buena para la salud de los mexicanos, atenta contra la capacidad de generación de empleos decentes y bien pagados… en el año 2013 se hicieron reformas al sistema eléctrico, precisamente para facilitar más la inversión privada que le permitiera la entrada a las energías renovables, que le permitiera al país satisfacer la demanda de electricidad en un mundo que cada vez se hace más eléctrico y deja atrás las energías fósiles”.

Consideramos que los involucrados en el sector eléctrico tienen razón cuando advierten graves riesgos, serias consecuencias como la pérdida de inversión, lo mismo que se crearía un gran conflicto internacional por el incumplimiento de acuerdos. Ya es del dominio público que el 62% de la energía que se produce en el país proviene de empresas privadas, gracias a lo cual las empresas mexicanas tienen acceso a la electricidad, lo mismo que los hogares mexicanos.

Ya sucedió con el Fondo Nacional de Desastres Naturales (Fonden) que fue desaparecido con el argumento de la corrupción, luego entonces ¿Por qué no se aplicaron castigos ejemplares? ¿por qué no se corrigió lo que estaba mal? Nada de eso. Se optó por el “borrón y cuenta nuevas”. Y lo mismo sucedió con el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, para dar paso al de Santa Lucía, sin importar la pérdida de miles de millones de pesos y, sobre todo de empleos.

En ambos casos considero que el motivo principal de su desaparición fue el ansia por destacar, por dejar huella, aunque en el caso del Fonden es mucho peor, porque las consecuencias de esa precipitada decisión hoy se reflejan en una lenta, lentísima atención a los afectados por los huracanes, cada vez más agresivos; a quienes han perdido sus siembras y casas por las inundaciones o para los miles de damnificados por los temblores.

Es cierto, el gobierno de López Obrador no quiere aceptar que mucho de lo que ahora sucede, si bien es por la sobrepoblación en las ciudades, sobre todo es consecuencia del cambio climático, al que los combustibles fósiles, como son todos los derivados del petróleo, contribuyen a acelerarlo, por eso en el mundo la tendencia es “NO MÁS PETROLEO Y SI A LAS ENERGÍAS LIMPIAS”.

Que una de las causas que dieron origen a esta loca nueva iniciativa del presidente es que algunas empresas privadas, que suministran energía eléctrica limpia a la Comisión Federal de Electricidad cobran lo mismo por surtir energía de día que las que lo hacen de noche, cuando hay mayor carga. Pues sí es injusto, claro, pero ¿por qué en vez de corregir esto se opta por el “borrón y cuenta nueva” sin medir consecuencias de las que advierten los expertos? Que alguien lo explique, pero con peras y manzanas para que entendamos todos. No cree usted amable lector.