VISION PERIFÉRICA

Por Cliserio E. Cedillo Godínez

Siempre he sido crítico del presidente Andrés Manuel López Obrador. No coincido con muchas de sus decisiones, me parecen atrabancadas, sin previo análisis y hasta he dicho que dista mucho de ser un estadista, actúa como ajeno a la realidad. Sin embargo, hoy debo reconocer que en su reciente gira por Quintana Roo, primero en Isla Mujeres para celebrar el Día de la Marina y después en El Tintal, para dar el banderazo de arranque a la obra del Tren Maya, fue acertado al hacerse acompañar de personas quintanarroenses selectas, entre ellas, por supuesto del gobernador del estado, Carlos Joaquín y contados representantes populares.

Sí. La senadora Maribel Villegas Canché no cupo en ese pequeño grupo de morenistas elegidos por el presidente, como el senador José Luis Pech Várguez y la presidenta municipal de Benito Juárez-Cancún, Mara Lezama Espinosa, quienes lo acompañaron durante toda la gira por el territorio quintanarroense. Qué bueno que López Obrador empieza a darse cuenta de quienes son los saltimbanquis en su gobierno y no solo eso, sino de quiénes son los traidores al pueblo… los lobos con piel de oveja.

Seguro que el presidente, con su vasta experiencia política, que de eso ni duda cabe, ya se dio cuenta de con quienes puede contar y de quiénes están con él solo por buscar el espaldarazo para dar el salto a una nueva posición. Y es que todos lo sabemos, Maribel Villegas se supo meter no sabemos con qué artimañas, pero que hasta ahora le han funcionado para escalar posiciones en diferentes partidos, para quedar esta vez entre los senadores de Morena, pero hasta ahí, porque el colmillo político de Andrés Manuel es muy grande y afilado.

Seguro que el presidente López Obrador ya sabe quién es Maribel Villegas, debe conocer bien su trayectoria política iniciada en el 2006 con su paso por el Partido de la Revolución Democrática (PRD), donde fue diputada local por el Distrito XXI; después al terminar su gestión saltó a al Partido Acción Nacional (PAN) donde permaneció por siete años, hasta el 2013 cuando renunció porque no se le favoreció para ser candidata de la alianza PAN-PRD a la presidencia municipal de Benito Juárez. Entonces tuvo el pretexto para irse al Partido Revolucionario Institucional (PRI) donde sirvió “incondicionalmente” a los intereses del ex gobernador Roberto Borge Angulo, quien la hizo diputada local por el Distrito XIV.

Claro, el haber sido diputada local por el PRI le costó servir a ciegas a los intereses de Borge Angulo, ahora preso en un penal federal de alta seguridad para enfermos mentales en el estado de Morelos. Durante su gestión como legisladora priista fue cuando más daño le hizo a Quintana Roo, ya que, entre muchas otras anomalías, avaló sin justificación el endeudamiento de Quintana Roo hasta por 22 mil millones de pesos, el segundo más alto per cápita del país.

También destaca que con su firma a favor de Aguakán logró que esa empresa extendiera su concesión por 50 años más, al igual que su campo de acción a los municipios de Puerto Morelos y Solidaridad, aunque ahora aparente amnesia y ofrezca su hipócrita apoyo a los usuarios. Hay elementos que pueden demostrar que ese sucio trabajo de Villegas Canché no fue gratuito ya que además de que se hicieron perdidizos mil 56 millones de pesos, entre su ingreso a la Comisión de Agua Potable y Alcantarillado (CAPA) y la caja de la Tesorería del estado, ella resultó hasta con casa nueva en el exclusivo fraccionamiento Lagos del Sol, en Cancún.

Al final de su gestión, como diputada local por el Distrito XIV, Roberto Borge la colocó como delegada en Quintana de la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol) Federal, puesto al que renunció el 15 de mayo de 2017 para infiltrarse en la lista de plurinominales de Morena al Senado de la República, donde ahora como senadora espera renunciar para ser candidata al gobierno de Quintana Roo. Y si no es aspirante por Morena, por cualquier otro partido, que es como acostumbra.

Y hay mucho más, como que Roberto Borge le obsequió a su esposo Jorge Parra Moguel la patente como notario número 78, en Solidaridad, en cuyo cargo se le ha acusado de cometer fraudes a través del despojo de terrenos. En tanto, Maribel Villegas, ni siquiera porque le obsequiaron la posición plurinominal para ser senadora por Morena, dejó de tener nexos con el grupo político de los ex gobernadores Félix González Canto-Borge Angulo y dejó la suplencia a Gabriela López Gómez, quien es esposa del yucateco Arturo Millet Reyes, abogado agrario, miembro del mismo grupo, a quien se le encargó la regularización de algunos terrenos entre los ejidos de Holbox e Isla Mujeres, encomienda que nunca se concluyó, en cambio dejó un desastre, pero sí ganaron mucho dinero, afirman afectados.

Seguro que esto y mucho más lo sabe el presidente López Obrador, quien reconoce públicamente la honestidad de Carlos Joaquín, quien lucha afanosamente en contra de la corrupción, razón por la que están en la cárcel Roberto Borge y su cauda de malos funcionarios. Eso, claro, no le conviene a Villegas Canché. Son sus amigos, pues.