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COLUMNA DEL DIRECTOR:

¿A qué jugamos presidente?

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Por Cliserio E. Cedillo G.

Tenemos que aceptar que la crisis económica mundial por el desplome en los precios del petróleo, que dio al traste con el Presupuesto Federal de Ingresos y con ello echa por tierra todos los programas de inversión y es posible que hasta el gasto corriente; el coronavirus que el presidente Andrés Manuel López Obrador desdeña y reta dejando besos y abrazos a su paso y que no interviene “porque si lo hace y se agrava, sus enemigos conservadores le echarán la culpa”; aunado a la serie de problemas, digamos domésticos, como son la inseguridad crónica, la falta de empleo, la desconfianza justificada de inversionistas que les impide jugársela por México, sumado todo esto al resentimiento presidencial con todo lo hecho por administraciones pasadas, dejan a nuestro país en una situación de grave vulnerabilidad ante lo que ya se acepta como una recesión mundial.

Como ejemplo, quizás incomprensible para muchos, pero que tendría graves repercusiones en la inversión, sostenimiento de empleos y dificultades para adquirir la canasta básica y no se diga para el cumplimiento de las obligaciones tributarias que tenemos todos los mexicanos, basta decir que las bolsas estadounidenses se desplomaron ayer, como el índice Dow Jones que cayó 12.9%; el peso al mayoreo cerro el lunes en 22.8785 por dólar; el petróleo WTI se deslizó 9.58% al quedar en 28.60 dólares por barril; el Brent se precipitó hasta 12.2% con 29.72 dólares por barril; no se diga de la mezcla mexicana que de por sí es la más barata.

Sobre este último punto hay que recordar que los expertos sugirieron muchas veces a López Obrador que no se la jugara con todo por la extracción y refinamiento del crudo, sino que le apostara a las energías alternativas, pero hay que reconocer que se educa a un joven, pero no a un viejo, con todo respeto.

Sí. Considero que es muy severo lo que viene. No tenemos un estadista, ni un dirigente nacional que trace el camino a seguir. Y es que si no se frena la pandemia del Covid-19 en México, el Sector Salud reconoció ya que no podría atender los 300 mil casos de coronavirus que calcula se tendrían en nuestro país. Es grave en verdad lo que se viene, nos lo advierte Italia y nos lo conforma España: “No tomen a la ligera este problema tienen que prevenirse para hacerle frente”. Sin embargo, aquí en México el mismo presidente nos pone el mal ejemplo:

“Mientras el mundo cancela actividades, propone distintas medidas de aislamiento, se cierran fronteras y se cancelan vuelos para tratar de frenar el coronavirus, López Obrador anda de gira por Guerrero, reparte abrazos y besos ignorando las recomendaciones de sus propias autoridades sanitarias y se da el lujo de decir, en la convención de banqueros de Acapulco, el viernes, que no va a hablar de la pandemia porque ese es un tema “sanitario”, pero insiste en que nuestra economía está muy bien y que en México hay “condiciones inmejorables” para invertir, dejando desconcertado hasta al último de los banqueros, muchos de los cuales, sobre todo de bancos internacionales, simplemente decidieron no concurrir al encuentro por temer al contagio”.

Y lo más desconcertante fue que “en plena convención, cuando se recomendó a los asistentes no saludar de mano o de beso, el presidente López Obrador lo hizo, lo mismo que todos los asistentes que se le cruzaron”. Es cierto, como se lee, en el diario El Universal: “La pandemia no nos debe hacer caer en pánico, pero tampoco se puede subestimar. Es un desafío global muy grave y como tal lo están tomando las autoridades de todos los países del mundo. No la derrotaremos, como dijo ayer el presidente en Marquelia, Guerrero, con “cultura”, sino con las medidas sanitarias que el propio Presidente no respeta. (…)

Por otro lado, en España los medios de comunicación han dado el ejemplo de que ante una contingencia como el Covid-19 todos los sectores, incluido el llamado Cuarto Poder, la Prensa, debe unirse más allá de líneas editoriales.

#Estevirusloparamosunidos apareció ayer como única línea en portadas de los principales periódicos españoles, como El Mundo, El País, ABC y La Vanguardia, entre otros. Lo mismo se ha hecho en redes sociales que han hecho suyo el #hashtag impulsado por la gente de ese país en cuarentena. Desde hace días los españoles han dado muestras de unidad y disciplina con la conciencia de que la contención del coronavirus requiere, sobre todo, de que la población siga las recomendaciones de salubridad.

Han hecho manifestaciones públicas sin salir para nada a las calles. En las últimas dos noches, por ejemplo, han puesto determinada hora para salir a sus balcones y ventanas y aplaudir con fanfarrias de cacerolazos al personal de los servicios de Salud, de los supermercados, transporte público, farmacias y más personas que están en la primera línea de atención a la contingencia. ¿Por qué en México no? ¿A qué jugamos presidente? ¿A caso reaccionará cuando el destino nos alcance?

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DETIENEN EN CANCÚN A NARCOTRAFICANTE BUSCADO POR EUROPOL

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“La Última Palabra”
Por: Jorge A. Martínez Lugo.

*En La Mañanera de este 11 de noviembre, el secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, Omar García Harfuch, informó que se logró la detención en Cancún del narcotraficante europeo, Mikael Michalis “N” alias “El Griego”.

        El delincuen te era buscado por Europl por delitos de tráfico de armas, drogas y lavado de dinero.

        Cuenta con ficha de Interpol y orden de arresto en Suecia, al ser identificado como líder del grupo criminal Dalen.

        La detención fue resultado de una investigación del CNI, elementos de la SSPC, Defensa Nacional, Marina, FGR, en coordinación con INAM y gobierno de Quintana Roo, explicó García Harfuch.

ooOoo

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ESOS CANSADOS PIES

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“VISIÓN PERIFÉRICA”
Por Cliserio Eleazar Cedillo Godínez*

Recién entraba a la cabecera municipal de Dzitás, Yucatán, tres campesinos de entre 80 y 85 años de edad, llaman mi atención por su piel en exceso morena debido al sol abrazador de la Península de Yucatán, sus rostros surcados por las arrugas y una mirada luminosa con reflejos inequívocos de esperanza. Detengo mi automóvil y los sigo con la vista.

De pronto se detienen ante la puerta abierta del cajero del Banco del Bienestar, pero no entra ninguno. Por los movimientos de sus cabezas deduzco que buscan a alguien. Y sí, efectivamente, un joven veinteañero, de los conocidos como “servidores de la nación”, se dirige hacia ellos. Mientras, apago el motor de mi auto, bajo y me acerco.

Entonces escucho: – “¿En qué los puedo ayudar?”. –“Venimos por nuestro dinero”, responde uno de ellos, mientras saca de entre sus ropas un papel con el que envuelve su tarjeta del Bienestar y en el cual viene escrito su NIP. En tanto, el joven le responde: –“Claro, mire pásese, yo no debo tocar la máquina, pero le voy a indicar paso a paso lo que debe hacer”. Entonces se coloca al lado derecho del cajero automático y empieza cual paciente profesor. A cada uno les pregunta, casi al final, que cuánto quieren retirar: – “Tiene seis mil 200 pesos, a lo que cada uno, en su turno, responde coincidente: – “Todo”.

Entonces reflexiono en sus pies, los tres calzan chanclas de las llamadas “duramil”, que nuevas son casi transparentes, aunque las suyas se ven amarillentas, casi cafés por el paso del tiempo. La piel de sus talones y dedos muestran cuarteaduras, producto del trabajo duro e incesante en las pequeñas milpas hasta donde les permite la invasiva selva peninsular y por cuyas cosechas, por años, han podido subsistir.

Al ver esos pies, “Esos cansados pies”, como se titulaba una fotografía de Alfonso Carrillo, publicada hace varios años en nuestro semanario Ciudad Capital, editado en la Ciudad de México, no tuve más que reconocer que si algo se le debe agradecer a Andrés Manuel López Obrador, por encima de todas sus pifias y fracasados proyectos, que aún no terminan de corregirse pese a las inversiones millonarias, es la Pensión para el Bienestar de las Personas Adultas Mayores que se entrega de forma bimestral a hombres y mujeres de 65 años o más.

Sí. Es digno de reconocerse positivamente ese programa, aunque mientras se observan esos cuadros de gente realmente necesitada, por el contrario, en ciudades como Cancún y muchas más de todo el país las muestras de deshonestidad son comunes cuando cada dos meses se ven estacionadas brevemente camionetas de lujo y súper lujo frente a las sucursales del Banco del Bienestar.

Son los vehículos de las “viejas copetonas”, como coloquialmente se les llama en algunos países de centro y Sudamérica a las mujeres mayores o de la tercera edad de “clase social elevada” o de la alta sociedad, como también se les nombra. Es cierto, pero la mayoría de esas señoras no baja de sus unidades, sino que de ellas desciende el empleado o la empleada doméstica, para correr hasta el cajero, retirar los seis mil 200 pesos y llevárselos a su patrona que espera con aire acondicionado y el vehículo encendido. Con el dinero en mano arranca de inmediato y sale rápido, como si hubiera cometido un robo. ¿O tal vez sí?

Lo cierto es que, es un acto de deshonestidad, mucho más cuando esas señoras llegan ahí vestidas con ropa de diseñador o de marca y accesorios “premiun” que, en conjunto, suman miles de pesos que rebasan en un día los seis mil 200 pesos, de la pensión bimestral del bienestar. Usted que cree: ¿Es deshonestidad o no tienen vergüenza?

*XX Premio México de Periodismo “Ricardo Flores Magón” por Géneros Periodísticos y director general de 5to Poder Periodismo ConSentido.

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