Por Cliserio E. Cedillo Godínez

No se puede negar que la delincuencia se ha incrementado en todo el país, sobre todo desde la llegada al poder de la Cuarta Transformación; tampoco se debe ignorar que el Gobierno Federal incumple con el necesario incremento al Fondo de Aportaciones para la Seguridad Pública (FASP) que, en el caso de Quintana Roo, sólo se aumentó en un mísero 0.8% para este año y, lo peor del caso, la errada “política humanista” del presidente Andrés Manuel López Obrador que se manifiesta con frases compasivas, cuando se refiere a los criminales, como que “también son seres humanos”, o cuando dice que se les debe repeler con un “fúchila, guácala” o que, en lugar usar la fuerza pública, se les enfrente con “abrazos y no con balazos”, entre otras tonterías más.

Consideramos que esa propuesta del presidente es seria, porque así nos lo hace ver y eso, sin duda, es grave. Es decir, si esas palabras salieran de cualquier persona no tendrían mayor trascendencia, lo tomaríamos como un ingenuo chiste, pero al brotar de la boca del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, desde luego que es terrible porque alientan a los delincuentes de todos los niveles, desde el raterillo de barrio hasta el más poderoso líder del crimen organizado y, al mismo tiempo, esas expresiones del primer mandatario del país se convierten en una peligrosa afrenta contra las instituciones que salvaguardan la seguridad de todos los mexicanos y sus bienes patrimoniales. ¿Por qué? Por qué se le ha permitido a cualquier hijo de vecino que les falte al respeto a los elementos de nuestras fuerzas armadas y, no se debe dudar, todo tiene un límite,

Sin embargo, en Quintana Roo la estrategia de seguridad avanza con firmeza pese a todo. Esto, desde luego, fuera de la percepción de la ciudadanía que, con mentiras y fotografías sangrientas en los medios de comunicación, como los hay en el estado, que no solo destilan sangre y terror, sino que distorsionan el lenguaje, claro que pareciera que la lucha contra el crimen no caminara.

La verdad es que sí hay avance y lo muestran las estadísticas, pese a que el presupuesto federal para el ramo quedó prácticamente estancado este año, con una variación de apenas 1.5 millones de pesos, menos del 1% de aumento respecto al 2019. Es decir, en el Diario Oficial de la Federación se publicaron los montos de asignación a los estados correspondientes al Fondo de Aportaciones para la Seguridad Pública (FASP) que precisa un total de 186 millones 647 mil 890 pesos para Quintana Roo, contra los 185 millones 088 mil 698 pesos del año pasado. Esta variación de un millón 559 mil 192 representa un aumento ridículo de solo el 0.8%.

Esto significa que no hay el interés que todos deseamos por parte de la federación para que pueda entablarse una lucha frontal al crimen y esto, lo aclaro, no significa que propongamos una contienda de exterminio. Se trata de atacar de raíz las causas que origina la delincuencia, pero con soluciones reales y no frases tontas, que ya ni siquiera pronuncian los niños de primaria que, seguramente, se verán más maduros que nuestro presidente de la República.

Sobre la estrategia de seguridad en Quintana Roo, claro que hay resultados, tanto que es causa de los golpes mediáticos que desde hace dos años tratan de desvirtuar la labor de las autoridades de Seguridad Pública y de manera directa contra el coordinador general del Mando Único, Jesús Alberto Capella Ibarra.

Eso se confirmó el pasado 20 de febrero cundo la fundación México SOS y la Red Nacional de Mesas Ciudadanas de Seguridad y Justicia publicaron un “Manifiesto por Quintana Roo” en el que pronunciaron su apoyo a las fuerzas de seguridad estatales, “toda vez que desde 2019 se ha desencadenado en medios de comunicación convencionales y redes sociales, una campaña de desprestigio y golpeteo mediático, que afecta su imagen pública y distrae la atención de las instituciones en el cumplimiento de sus deberes”.

“Apoyo total a las autoridades de seguridad y justicia en el estado, donde medios de comunicación, “empresarios” y legisladores difunden noticias falsas y piden renuncias porque sus negocios irregulares, sus cohechos y precaria posición política no está funcionando; desean la irregularidad, la violencia, el desorden para medrar y alcanzar fines cuestionables”, indicó el empresario Francisco Cordova Lira, integrante de la Mesa Ciudadana de Seguridad y Justicia de Cancún-Isla Mujeres.

Sí, hay mafiosos que quisieran que la estrategia de seguridad no avance y, para colmo, también se cuenta a diputados locales que les siguen este sucio juego.