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Renovar esperanza en 2020, convocatoria de AMLO y el gobernador Aysa González

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Por Juan Manuel Herrera

El próximo domingo diez de noviembre, en el Día de San León, el presidente Andrés Manuel López Obrador presidirá a las 8:30 horas en Xpujil, Calakmul, Campeche un “Diálogo con pueblo indígenas”, en que junto con el gobernador Carlos Miguel Aysa González insistirá en su convocatoria de renovar la esperanza para el 2020, pues pese a las turbulencias económicas y las señales de una recesión mundial con que se prevé cerrar el actual ejercicio, en la visión presidencial “vamos bien, y las cosas mejoran”.

El presidente Obrador mantuvo un inicio de mes de las ánimas turbulento con la matanza de miembros del clan LeBarón en la franja fronteriza entre Sonora y Chihuahua. Fueron nueve los asesinados, entre ellos seis menores de edad, y la masacre cobró relevancia internacional por el hecho de que los fallecidos eran de origen norteamericana, lo que el presidente Donald JohnTrump, el 45 presidente de los Estados Unidos de América desde el 20 de enero de 2017, aprovechó buscando tomarlo como plataforma electoral y relanzar su campaña reeleccionista. Toma a México otra vez como bandera de batalla.

Fingiendo sumo interés, incluso ofreció el apoyo del Ejército norteamericano a fin de acabar “con los cárteles mexicanos”, lo que la 4T rechazó, pero la presión mediática se había desatado, y empresarios, legisladores y asociaciones no gubernamentales del vecino país exigieron a Obrador aceptar ese respaldo. El origen de los asesinados pesa, pues masacres a mansalva como las de Acteal y Aguas Blancas, en Chiapas y Guerrero, que superan en número y brutalidad a lo acontecido a los LeBarón, parece que se minimizan al haberse dado contra decenas de campesinos, mujeres y niños pero indígenas.

Tal vez por ello fue el propio Alex LeBarón, quien fungió como diputado en Chihuahua, quien dio la respuesta más acertada y contundente a Trump al precisarle: “¿Quiere ayudar? Céntrese en reducir el consumo de drogas en EU. ¿Desea ayudar un poco más? Evite que la ATF y la Ley de Armas inyecten sistemáticamente armas de alta potencia en México…Por favor, ayude”. 

Saetillas…

El gobernador Carlos Miguel Aysa González dio muestra extrema de tablas políticas en la semana en que celebró su onomástico al reunirse con el alcalde de Campeche, Eliseo Fernández Montúfar, a quien “le está cayendo el 20” que su precampaña adelantada en búsqueda de concretar su sueño de ser gobernador no levanta, y que por el contrario tomar a MOCI como su tabla de salvación ante el desdén del panismo, simplemente lo metió a un tobogán que anticipa una contundente derrota electoral…Tal vez por ello fue de los que más aplaudió en entre semana en la presentación del Plan Estatal de Desarrollo 2019-2021, con enfoque de la Agenda 2030, en que el mandatario estatal destacó que esta nueva hoja de ruta no es para administrar o sobrellevar las cosas, sino para fortalecer los cimientos del estado en un marco de unidad, a fin de crear escenarios más propicios de progreso y crecimiento…Sin duda tejieron fino el experimentado constructor que dirige la Seduopi, Edilberto Jesús Buenfil Montalvo y el secretario general de Gobierno, Pedro Armentía López, al lograr que el alcalde capitalino por fin entendiera que sólo en equipo se podrá avanzar más rápido en favor de los campechanos…La que parece no entender ese llamado es la diputada local del séptimo distrito electoral con el nombre de las tres vírgenes, que le hizo feo al llamado del edil capitalino a reunirse este viernes ocho de noviembre con los siete diputados que mantienen presencia en el municipio de Campeche…Son tres panistas, uno del verde ecologista y tres del PRI, pero la agenda de la legisladora María del Carmen Guadalupe Torres Arango se encuentra sumamente apretada y  le impide hacer eco de la invitación. Pierde la oportunidad de saber de primera mano el estatus de sus más de 560 oficios de gestión que esgrime no son atendidos por la Comuna cada que un ciudadano la inquiere ante gestiones fallidas… Grato sabor de boca dejó la designación de la abogada Silvia del Carmen Moguel Ortiz como nueva titular de la Fiscalía Especializada en Combate a la Corrupción del Estado. Vanos fueron los intentos de grupos fácticos de querer imponer a un zar anticorrupción a modo… El Senado de la República eligió igual este jueves siete de noviembre a Rosario Piedra Ibarra como titular de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos. Será la primera mujer en presidir el organismo creado desde el sexenio de Carlos Salinas de Gortari…Este domingo diez de noviembre el Consejo Político del partido Morena sesionará a las 9:00 horas en la Ciudad de México, y tendrá como punto central la revisión, análisis y discusión de la sentencia emitida por el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, contenido en el expediente SUP-JDC-1573/2019, mediante el cual revocó la validez del “padrón de protagonistas del cambio verdadero”, la Convocatoria del III Congreso Nacional Ordinario y las actas emanadas de la misma. No se espera una sesión tersa y sí un llamado a la rebelión nacional…Y mientras los morenistas determinan si harán una resistencia nacional con protestas y todos los problemas que ellas conllevan a los ciudadanos, el presidente Obrador sostendrán diálogos con indígenas de la Península de Yucatán, iniciando este viernes ocho de noviembre con mayas de Tekax, Yucatán; el sábado en Temozón, Yucatán y Felipe Carrillo Puerto, Quintana Roo, para concluir el domingo diez en Xpujil, Calakmul…El objetivo es escuchar los sentimientos y necesidades de las comunidades indígenas de México, y el presidente  López Obrador los inició en Putla Villa de Guerrero, Oaxaca, desde el pasado 18 de octubre…Es una nueva gira de trabajo por regiones de México donde habitan pueblos originarios, y ante los que ha insistido en que comenzó la distribución de apoyos de los ‘Programas Integrales de Bienestar’ y que el propósito es que todas las familias los reciban de manera directa…. López Obrador, quien comenzó su carrera política precisamente en el entonces Instituto Nacional Indigenista, ha subrayado su admiración a las culturas de Oaxaca, cuya organización social comunitaria, dijo, se ha preservado porque mantienen el tequio, la ayuda mutua, el respeto a la naturaleza y la forma en que se ejerce el gobierno, donde la asamblea es la que manda y decide… Por esa razón se entregan recursos directamente para pavimentar caminos hacia cabeceras municipales. Actualmente, en Oaxaca hay 50 frentes de trabajo abiertos, y el próximo año se abrirán otros 50 a fin de que en el sexenio 300 vías tengan concreto…Ya visitó igual los pueblos mayo y yaqui de Sonora, en que destacó que los Comités de padres y madres de familia, alumnos y profesores, decidirán en qué invertir, construcción de aulas, mejoras a la infraestructura, pintar fachadas e interiores o comprar instrumentos a bandas de música…En la Península de Yucatán, se reunirá con comunidades mayas, y aunque son de las entidades más seguras, pese a la espiral de violencia que creció en Quintana Roo gobernado por el PAN, dejó en claro, y seguro insistirá, que las decisiones en materia de seguridad no fortalecerán a la delincuencia ni se debilitará el Estado. “No se hará nada por la fuerza; todo por la razón y el derecho, como decía Juárez”, ha sostenido…Nos leemos a la próxima.

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UN DICIEMBRE DE BUENOS DESEOS

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“El Minotauro”
Por Nicolás Durán de la Sierra

A riesgo de caer en la demagogia filosófica, que es como la política, pero con palabras más lustrosas; dado que las fiestas decembrinas están próximas y su nimbo nos envuelve a todos, este comentario irá por el camino de la armonía y los plácemes, aunque se anota que renos y demás parafernalia sajona y teutona quedaran fuera ya que la glosa tiene aires marinos, de Creta en especial.

El Señor del Egeo, Asterión para sus cercanos, añora el cochinillo al horno con hierbas, el kourabiedes, dulce de almendras y el melomakaron, un bizcocho empapado en miel, pero sobre todo extraña el vino caliente especiado y más si es de Creta, cuna de los vinos… Mas dejemos a El Minotauro con sus griegas saudades, y vamos a los temas locales que nos competen.

Por ello van estos deseos, rayanos casi con la candidez, pero guiados por positivo afán. Bueno sería que cesara el centralismo estatal y se diera un respiro a las arcas de las alcaldías, pues de seguir la delgadez que implica tal concentración, todas las comunas, incluido Cancún, pronto quedarán como el de José María Morelos, que tiene que pedir prestado hasta para pagar su nómina.

Cuentan que desde la llegada de doña Mary Hernández al municipio Felipe Carrillo Puerto las arcas comunales se han enjutado, aunque por otras razones, pero tal no es un tema con espíritu decembrino por lo que quedará en pausa junto con el de José Alfredo Contreras, el edil de Bacalar, al que también señalan como autor de la delgadez presupuestal de ese municipio.

El respeto al federalismo, trazado en la constitución de 1824, parte esencial de nuestra república, es decir de lo que hoy es México y su pacto con estados y municipios, confiere a estas dos instancias soberanías y haciendas que les dan viabilidad económica, por lo que… así pues, la centralización estatal no es una buena idea, pero esto tampoco tiene aires navideños.

Como final de esta glosa, van un par de buenos deseos: que Ana Paty Peralta, la edil de Cancún, busque nueva parcela para el basurero de la ciudad, pues la “celda emergente” se está agotando, y que el congreso estatal, salvo excepciones, siga siendo un fértil sembradío de pifias, de joyas del humor involuntario para recreo de la comunidad en este inminente 2026.

Dicho esto, feliz navidad y próspero año nuevo a todos.

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Cuando el estrés se vuelve hogar

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En una mente estresada por años, el silencio se vuelve territorios peligrosos ocultando el verdadero mal

Conciencia Saludablemente

Por. Psicol. Alex Barrera

Hubo un tiempo en el que el estrés era una señal de alarma: algo no estaba bien y el cuerpo pedía pausa. Hoy, para muchas personas, el estrés dejó de ser un estado pasajero y se convirtió en una forma de vida. Muchas personas sin darse cuenta aprendieron a vivir aceleradas, hiperconectadas y con la sensación constante de que, si no estamos ocupados o tensos, estamos fallando en algo. El problema no es solo vivir con estrés, sino volverse incapaz de vivir sin él.

Durante años hemos aprendido a vivir con el estrés como si fuera una condición natural de la adultez. “Así es la vida”, decimos, mientras normalizamos el cansancio crónico, la ansiedad constante y la sensación de que, si no estamos ocupados, algo anda mal. Poco a poco, sin darnos cuenta, dejamos de preguntarnos si el estrés es inevitable y comenzamos a organizarnos alrededor de él. El problema no es sólo que vivamos estresados, sino que a de que sabemos que existe, no sabemos ni como reconocerlo, es decir, sabemos que existe el estrés, pero no sabemos cómo se siente el estrés, y mucho menos como detenerlo, aunque suene duro muchos hemos desarrollado una incapacidad real para vivir sin estrés.

Y es que cuando el estrés se normaliza, el silencio incomoda. Los espacios de calma generan culpa y la tranquilidad se interpreta como pérdida de tiempo incluso hay quien al intentar detenerlo se encuentra con la respuesta automática del cerebro una rotunda negativa, como si el propio cuerpo se negara a abandonar ese estado. Y lo grave es que aunque el cerebro lo haya normalizado, el generar estrés mantiene los mecanismos del naturales del cuerpo provocando daños clínicos en la salud de las personas.

No hablo del estrés como respuesta adaptativa —ese mecanismo biológico que nos permite reaccionar ante una amenaza real—, sino de un estado permanente de activación que se vuelve identidad. Hay personas que no saben qué hacer cuando no hay pendientes, conflictos o urgencias. El silencio les incomoda. El descanso les genera culpa. La calma se percibe como improductiva, sospechosa, incluso peligrosa. En ese punto, el estrés deja de ser una reacción y se convierte en una forma de vida.

Desde la psicología sabemos que el cuerpo no distingue entre una amenaza real y una simbólica. El sistema nervioso responde igual a un león que a un correo electrónico. Cuando vivimos en estado de alerta constante, el organismo se adapta a esa intensidad. El cortisol y la adrenalina se mantienen elevados y, con el tiempo, el cuerpo aprende a funcionar así. Entonces ocurre algo paradójico: la calma empieza a sentirse extraña, y el estrés se vuelve familiar. Incluso necesario.

Esto explica por qué algunas personas, al tener un fin de semana libre, se enferman, se angustian o buscan inconscientemente un conflicto. No es mala suerte: es un sistema nervioso que no sabe bajar la guardia. La mente, acostumbrada al ruido, interpreta la quietud como vacío. Y el vacío, para muchos, resulta insoportable.

La cultura contemporánea ha hecho del estrés una medalla de honor. Estar ocupados es sinónimo de éxito. Dormir poco es señal de compromiso. Decir “no tengo tiempo” nos valida socialmente. Hemos romantizado el agotamiento al punto de sospechar de quien vive con calma. ¿Qué estará haciendo mal? ¿Por qué no corre como los demás? Así, el estrés deja de ser un problema y se vuelve un valor cultural.

Pero el cuerpo no negocia con las narrativas sociales. El estrés sostenido tiene consecuencias claras: trastornos del sueño, problemas digestivos, enfermedades cardiovasculares, irritabilidad, dificultades de concentración, distanciamiento social, ansiedad y depresión. Lo más grave es que muchas de estas señales se ignoran porque se consideran “normales”. Vivir cansados se vuelve la norma. Sentirse mal, el precio a pagar.

Hay otro aspecto menos visible pero igual de dañino: el estrés constante empobrece la vida emocional. Cuando estamos siempre en modo supervivencia, no hay espacio para el placer, la creatividad ni la introspección. Todo se vuelve funcional. Incluso las relaciones. Escuchamos a medias, convivimos con prisa, respondemos desde la reactividad. Vivir así no sólo desgasta el cuerpo; también nos desconecta de nosotros mismos.

Con frecuencia escucho frases como: “Si me relajo, pierdo el control”, “Si descanso, me atraso”, “Si bajo el ritmo, todo se desmorona”” Hay que seguir” y la más atros “Puedo con eso y más”, todas ellas de personas que puedo ver están a punto de desmoronarse. Detrás de ellas hay una creencia profunda: la idea de que sólo somos valiosos cuando estamos produciendo o resolviendo problemas. El estrés, entonces, se convierte en una forma de sostener la autoestima. Mientras estoy ocupado, existo. Cuando paro, me enfrento al vacío de no saber quién soy sin la urgencia.

En ese sentido, la incapacidad de vivir sin estrés no es sólo fisiológica; es también psicológica. El estrés funciona como anestesia. Mantiene la mente ocupada y evita preguntas incómodas: ¿estoy donde quiero estar?, ¿esto me hace sentido?, ¿qué estoy evitando sentir? Cuando bajamos el ritmo, esas preguntas aparecen. Y no siempre estamos preparados para escucharlas.

La ironía es que muchas personas buscan “manejar mejor el estrés” sin cuestionar por qué viven en un estado que lo genera de manera permanente han olvidado siquiera como se sentían, y casi puedo asegurar que ya ni siquiera lo distinguen. Hacemos yoga, meditamos cinco minutos, tomamos suplementos… pero regresamos a la misma lógica de exigencia. No se trata de eliminar el estrés —eso sería imposible—, sino de dejar de necesitarlo para sentirnos vivos.

Incluso el cerebro puede interpretar como amenazantes los ejercicios orientados a la calma y la relajación cuando ha pasado demasiado tiempo funcionando en modo de alerta. Desde la neurociencia sabemos que el sistema nervioso se adapta a los estados que se repiten con mayor frecuencia; si una persona vive bajo estrés crónico, su cerebro aprende que la activación constante es sinónimo de seguridad.

En ese contexto, prácticas como la respiración profunda, la meditación o el silencio corporal pueden generar incomodidad, ansiedad o inquietud, porque implican “bajar la guardia”. Al disminuir la estimulación externa, emergen sensaciones internas, emociones reprimidas o pensamientos evitados, lo que el cerebro interpreta como pérdida de control.

La amígdala, encargada de detectar amenazas, puede activarse ante esta quietud desconocida, enviando señales de alarma que se manifiestan como nerviosismo, tensión muscular o necesidad urgente de interrumpir el ejercicio. No es que la calma sea peligrosa, sino que resulta extraña para un sistema acostumbrado a sobrevivir desde la urgencia. Por ello, aprender a relajarse no siempre es placentero al inicio; es un proceso de reaprendizaje en el que el cerebro necesita tiempo y acompañamiento para reconocer que el descanso también es un estado seguro.

Aprender a vivir sin estrés no significa abandonar responsabilidades ni aspiraciones. Significa recuperar la capacidad de alternar entre acción y reposo reconociendo conscientemente cual es cual. Dejar que el sistema nervioso recuerde que la calma también es segura. Que no todo es amenaza. Que no todo es urgente. Que el descanso no es un premio, sino una necesidad biológica y emocional y de usar herramientas que me permitan disminuir el estrés en momentos precisos de la vida.

Este reaprendizaje no es sencillo. Para alguien acostumbrado a la hiperactividad, el descanso puede generar ansiedad, irritabilidad o incluso tristeza. Es como quitarle una muleta al cuerpo: al principio duele. Por eso, muchas personas fracasan en sus intentos de bajar el ritmo y concluyen que “no pueden”. No es que no puedan; es que están deshabituándose de un estado que se volvió adictivo.

Aquí es donde la terapia psicológica cobra un papel fundamental. No sólo para enseñar técnicas de relajación, sino para explorar qué función cumple el estrés en la vida de la persona. ¿Qué evita? ¿Qué sostiene? ¿Qué identidad refuerza? Acompañar este proceso permite construir una relación más sana con el tiempo, el cuerpo y las emociones.

Vivir sin estrés constante no es una utopía, pero sí un acto contracultural. Implica cuestionar mandatos, tolerar la incomodidad del silencio y redefinir el valor personal más allá del rendimiento. Implica, en muchos casos, aceptar que hemos estado sobreviviendo cuando podríamos estar viviendo.

Tal vez la pregunta no sea cómo eliminar el estrés, sino algo más incómodo y honesto: ¿qué parte de mí no sabe existir sin él? Mientras no nos atrevamos a responderla, seguiremos corriendo, no porque sea necesario, sino porque detenernos nos confronta con una calma que aún no sabemos habitar.

**Además de 10 años de experiencia como comunicólogo, ejerciendo el periodismo. Alex Barrera es también psicólogo por la UNAM con profundización en desarrollo.
Actualmente brinda terapia clínica con enfoque Biopsicosocial de manera privada.


Si le interesa el tema puede profundizar en los siguientes textos:
American Psychological Association. (2020). Stress effects on the body.
https://www.apa.org/topics/stress/body

Describe cómo el estrés crónico mantiene al sistema nervioso en estado de alerta y dificulta la activación de respuestas de relajación.

Porges, S. W. (2011). The polyvagal theory: Neurophysiological foundations of emotions, attachment, communication, and self-regulation. W. W. Norton & Company.
https://wwnorton.com/books/9780393707007

Explica cómo el sistema nervioso autónomo puede interpretar estados de calma como inseguros cuando el organismo está habituado a la hiperactivación.

Van der Kolk, B. (2014). The body keeps the score: Brain, mind, and body in the healing of trauma. Viking.
https://www.penguinrandomhouse.com/books/215391/the-body-keeps-the-score-by-bessel-van-der-kolk-md/

Aborda cómo personas con estrés prolongado o trauma pueden experimentar ansiedad al intentar relajarse o meditar.

Thayer, J. F., & Lane, R. D. (2000). A model of neurovisceral integration in emotion regulation and dysregulation. Journal of Affective Disorders, 61(3), 201–216.
https://doi.org/10.1016/S0165-0327(00)00338-4

Expone cómo la regulación emocional deficiente hace que el sistema nervioso perciba la calma como una pérdida de control.

Treleaven, D. A. (2018). Trauma-sensitive mindfulness: Practices for safe and transformative healing. W. W. Norton & Company.
https://wwnorton.com/books/9780393709780

Analiza por qué prácticas de mindfulness pueden activar ansiedad en personas con sistemas nerviosos hipervigilantes.

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