COLUMNA DEL DIRECTOR:
Urgen más policías

Mucha razón tiene Porfirio Muñoz Ledo, presidente de la Cámara de Diputados: “el uso de la Guardia Nacional no es para detener el ingreso ilegal por la frontera sur del país… La Guardia Nacional es una solución para otra cosa, es una solución contra el crimen organizado no contra los migrantes”.
Efectivamente, los seis mil marinos y soldados enviados a la frontera sur del país, aunque con un brazalete de la Guardia Nacional (GN), deberían servir para reforzar las labores de seguridad al interior de México y no para frenar el paso de los inmigrantes, en cumplimiento del acuerdo forzado entre México y Estados Unidos. Independientemente de los resultados que se logren en 45 días, ya menos, para el cumplimiento de compromisos con el vecino país del norte, no se debe soslayar que la delincuencia en los estados y municipios del país se extiende como un cáncer imparable.
En Quintana Roo ya estamos viviendo las agresiones directas contra la policía estatal, como sucedió hace unas horas con saldo de dos sicarios muertos. De igual forma, el secretario de Seguridad Pública, Alberto Capella, denuncia que cuatro personas de su círculo cercano, entre ellos una mujer embarazada, fueron atacadas por desconocidos. “Esta es una reacción a los resultados y a la determinación de combatir a la gente perversa que le hace daño a Quintana Roo”, dice en sus redes sociales.
Sí. Hay que reconocer que hay avances en el combate al crimen, pero no los suficientes. Tenemos que señalar que de repente la delincuencia burla las cámaras de seguridad y a la misma policía, sobre todo a la estatal que avanza, en algunos casos, contundente, no así la municipal que actúa con mayor precaución. Y es que hay una razón: la protección de sus vidas, ante la sanguinaria acción y reacción de la delincuencia.
Además, hay un factor importantísimo que la federación esquiva, como reforzar la seguridad en estados y municipios estratégicos para el turismo y su consecuente generación de divisas, como Quintana Roo. Y es que la federación está más ocupada en resolver los errores del ejecutivo federal que promete cosas, sin considerar los factores que de pronto impiden cumplirlas y para lo cual “se destapan unos hoyos para tapar otros”. Este es el hecho de mandar a los seis mil elementos del Ejército y la Marina, para contener a los inmigrantes, a quienes desde octubre del año pasado se les abrieron las puertas y hasta se les ofreció visas de trabajo.
Y es que Quintana Roo debería tener cuatro mil 200 elementos de la Guardia Nacional, cuando hasta hoy solo cuenta con mil 160, debido a la reducción de más del 70% en las fuerzas federales a partir de diciembre pasado en la entidad. Dicen que de forma paulatina las fuerzas federales retornarán a Quintana Roo, donde hasta el momento hay 860 policías militares y 300 agentes federales para las tareas de seguridad en 11 municipios, lo que es totalmente insuficiente.
Según la reunión que sostuvo el gobernador Carlos Joaquín con autoridades del Sistema Nacional de Seguridad Pública, la idea es que el estado vuelva a tener tres mil 200 elementos de la Policía Militar y más de un mil de la Federal, ahora como parte de la Guardia Nacional. Es una idea, buena, pero no dicen cuándo.
Ante ello, no podemos dejar de criticar que desde diciembre pasado fueron desplazados el 70% de estos elementos al centro del país para concentrarlos en el combate al huachicoleo. Es por ello que en estos momentos Quintana Roo cuenta solo con 860 policías militares y 300 agentes federales para las tareas de seguridad en 11 municipios. A esto hay que sumar el compromiso de cumplir el acuerdo con el presidente de estados Unidos, Donald Trump, aunque para ello nos quedemos sin policías de la Guardia Nacional.
Se hacen muchos proyectos, se abarca mucho, pero nada claro. La seguridad es prioridad, porque el hampa avanza como un cáncer que cubre nuestro país, lo mismo que el sargazo para Quintana Roo, pero no parece preocuparle al gobierno Federal, ocupado en resolver los bretes en que lo mete el ejecutivo federal. ¿O no?

COLUMNA DEL DIRECTOR:
AUTORIDADES, ENTRE EL MIEDO Y EL CHANTAJE

“Visión Periférica”
Por Cliserio E. Cedillo Godinez*
Hay veces pienso que nuestros gobiernos empezando por la presidencia de la República, de los estados y los municipios estuvieran dirigidas por naturalistas, como Charles Darwin cuando sostenía en 1859 su idea de la selección natural al publicar su exitoso libro El origen de las especies. Y es que, mientras decenas de pueblos en todo el país van quedando desiertos al huir sus pobladores de las extorsiones, secuestros y sobre todo de la metralla de las guerrillas urbanas por la preeminencia de los cárteles de la droga, pareciera que el gobierno solo espera que se destruyan entre sí mientras miran impávidos, pues pensarán que es más fácil luchar contra el que quede que contra decenas que actúan como plagas ponzoñosas.
Desafortunadamente esta es una cruda verdad que hoy se confirma con algunas series televisivas que, con personajes ficticios, pero fieles interpretes de los reales, nos muestran las complicidades de altísimos, altos y medianos funcionarios de las diferentes estructuras de gobierno, como las propias presidencias de la República, del Ejércitos y demás autoridades federales, lo mismo que los gobiernos de los estados y sus policías estatales, tal como se narra en la serie de El Chapo que se puede ver por Netflix. Tal vez pueden tener algo de ficción, pero los hechos nos demuestran que por episodios hay veces se quedan cortos.
En esa serie, resalta uno de los capítulos donde El Chapo, que desde los años 80 se perfilaba como gran empresario del narco, se consolida como tal a partir del 2001, tras su fuga del Penal de Puente Grande, Jalisco, cuando convocó a una cumbre de capos en Monterrey a la que asistieron “lo más destacado del crimen organizado”, como los hermanos Beltrán Leyva, Juan José Esparragoza Moreno, El Azul, Ignacio “Nacho” Coronel e Ismael “El Mayo” Zambada (que recién se declaró culpable de varios delitos relacionados en Estados Unidos), entre otros. Su objetivo era planear la expansión del cártel de Sinaloa en todo el territorio nacional y más allá, además de acabar con la hegemonía de la familia Carrillo Fuentes, exterminar al cártel de Tijuana y restarle todo poder al grupo armado de Los Zetas.
A partir de entonces, la historia casi todos la conocemos, aunque no a profundidad, pero hay que destacar que, en todas las series televisivas con mucho o algo de ficción, pero con base en fuentes y declaraciones directas, siempre se habla de la participación de cómplices gubernamentales plenamente identificados, por los rasgos físicos de los intérpretes, como los grandes corruptos. Así se puede reconocer a ex presidentes de la República, secretarios de estado, senadores, diputados, jefes policiacos y hasta militares.
Claro, son series televisivas en las que se tiene el cuidado de disfrazar un poco a los personajes, sin borrar del todo su imagen, pero ahora es muy diferente con la captura y proceso de Ismael “El Mayo” Zambada, quien a cambio de la sentencia de muerte por una cadena perpetua, estuvo dispuesto a declararse culpable de narcotráfico, de dirigir una empresa criminal y de haber sobornado a policías y políticos mexicanos, al tiempo de aceptar devolver 15 mil millones de dólares en efectivo y en propiedades.
Mientras eso sucede en Nueva York, en Sinaloa (y otros estados como Guanajuato y Chihuahua) continúa la lucha sin cuartel entre cárteles por la preminencia del más fuerte. Es la selección natural a la que le apuestan las autoridades del país: es mejor pelear contra uno que contra muchos. Sin embargo, el asunto no termina ahí: qué pasaría si “El Mayo” ya dijo quienes del gobierno fueron sus cómplices… cuidado, porque si no los exhibe Estados Unidos para que los capture el gobierno mexicano, podrían ser para el presidente Donald Trump una poderosa arma de chantaje… ya lo veremos… ojalá y no.
*XX Premio México de Periodismo “Ricardo Flores Magón” 2024; director general de 5to Poder Periodismo ConSentido.
COLUMNA DEL DIRECTOR:
LA HONROSA MEDIANÍA Y LAS TENTACIONES

VISION PERIFÉRICA
Por Cliserio E. Cedillo Godínez*
“Los funcionarios públicos no pueden disponer de las rentas sin responsabilidad… no pueden improvisar fortunas ni entregarse al ocio y a la disipación, sino consagrarse asiduamente al trabajo, resignándose a vivir en la honrosa medianía que proporciona la retribución que la ley haya señalado”: Benito Juárez García.
En efecto. Así debería ser, pero qué difícil será para los luchadores sociales izquierdistas, inmersos en el gobierno de la Cuarta Transformación (4T), respetar y apegarse a los principios éticos y morales que después de añejas y “sufridas” luchas por la igualdad, la honradez y democracia, se ven, de pronto, frente al poder que dan los puestos encumbrados y sobre todo el dinero ganado sin medida y sin límites en un país donde hay tantos corruptos como corruptores.
Al decir sin medida, nos referimos a los altos sueldos base de los funcionarios de primer nivel, más los complementos salariales y percepciones extraordinarias por antigüedad, responsabilidad y peligrosidad, entre otros factores. A esto hay que sumarle también las percepciones extraordinarias por estímulos o compensaciones por objetivos cumplidos o situaciones especiales. De igual forma, los complementos salariales, denominados de destino, vinculados al puesto de trabajo y los específicos con que se les reconoce la dificultad técnica, responsabilidad o peligrosidad del puesto.
Lo anterior, en números suman centenas de miles al mes, sin contar las percepciones que por Ley le corresponden a todo trabajador, como son las primas de Antigüedad, Productividad y Aguinaldo, además de las percepciones extraordinarias como gratificaciones y compensaciones, entre las que se cuenta la Prima Vacacional, Seguro de Vida, Seguro Médico, ayuda para despensa, prima quinquenal, pago de defunción , así como pago y renta de sus equipos de telefonía celular y/o comunicación “para facilitar el desempeño de sus funciones”.
Como se puede ver y de acuerdo al pensamiento de Don Benito Juárez, cualquiera de nuestros altos funcionarios tiene para vivir no en la “honrosa medianía”, sino en la opulencia. Esto sin contar los actos de corrupción que les permite multiplicar, con sus honrosas excepciones, varias veces las sumas que la Ley les señala.
Entonces, con esos ingresos millonarios es creíble que con sus propios recursos el diputado federal Ricardo Monreal haya viajado con su esposa a Madrid para celebrar su aniversario de Bodas. Tiene de sobra para hospedarse en el lujoso Rosewood Villa Magna, donde fueron vistos desayunando en el restaurante Flor y Nata. Y Claro, imagínese cuánto ha ganado como gobernador de Zacatecas (1998-2004), diputado federal (1988-1991), senador de la República (1991-1997), diputado federal (1997-1998), Senador de la República (2006-2012), Diputado Federal (2012-2015), Senador de la República (2018-2024).
Entonces lo que está mal es el sistema de sueldos y honorarios para altos funcionarios y la propia Ley que les permite eternizarse en el poder, pero sobre todo el mal ejemplo que pone a los demás morenistas que, imitando, dan tentación al pueblo bueno que, aun viviendo en Benito Juárez, Quintana Roo, no tienen ni siquiera para llevar una vez al año a pasear a su familia a las playas de Cancún.
Lo criticable para los rezagados miembros de la 4T es que Monreal, como coordinador de los diputados morenistas en el Congreso de la Unión haya faltado al Consejo Nacional de Morena, argumentando motivos personales, además de que su viaje lo sufragó con sus propios recursos, según dijo. Al parecer ya se cansó de ser hipócrita como muchos morenistas encumbrados que no pueden ni gastar su dinero sea bien o mal habido.
Lo que es muy criticable también es que “Andy”, Andrés Manuel López Beltrán, hijo del expresidente Andrés Manuel López Obrador, también haya faltado al Consejo Nacional de Morena, partido del que es secretario de Organización, mientras era captado en la fila del buffet del hotel Okura, de cinco estrellas, en Tokio, Japón, junto con el diputado federal Daniel Asaf Manjarrez, quien fuera jefe de la Ayudantía de López Obrador. Imagínense para qué ir tan lejos hasta donde un simple melón cuesta al derredor de mil 500 pesos mexicanos, habiendo en México muchos buenos restaurantes… “entonces para qué queremos el dinero…” han de decir.
*XX Premio México de Periodismo “Ricardo Flores Magón” 2024; director general de 5to Poder Periodismo ConSentido.