Por segunda semana, la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) clausuró cinco desarrollos hoteleros en el municipio de Tulum, ubicados sobre cerca de 16 mil metros cuadrados, entre obras de ampliación en proceso y terminadas; los propietarios pagarían más de cuatro millones de pesos y serían encarcelados hasta tres años.
Los inmuebles se ubican en la zona hotelera del municipio (131.1 kilómetros al sur), sobre la carretera Tulum-Boca Paila, donde derivado de inspecciones practicadas a los cinco desarrollos, se apreció afectación al ecosistema costero sin haber instrumentado medidas para prevenir, mitigar y compensar los impactos ambientales adversos.
El primer desarrollo inspeccionado fue “Sanara”, donde la superficie verificada fue de mil 852 metros cuadrados, distribuida en dos polígonos. En el primero, sobre cinco mil 254 metros, se detectaron seis construcciones de dos y tres niveles, así como obras para sala de yoga, spa o wellsner center y área de restaurante.
También una barda perimetral, cisterna, 12 asoleaderos y área de estacionamiento, todo dentro de duna con vegetación de matorral costero. En el polígono dos, en cuatro mil 598 metros, cuatro edificios de un nivel, andadores, terrazas y alberca, planta de tratamiento, barda perimetral, una cascada y área de descanso, entre otros.
A la empresa denominada “Ak’iin Tulum” le fue inspeccionada una superficie de dos mil 902 metros cuadrados, en la que hay un área de estacionamiento, palapas, taller de mantenimiento y dos bodegas, así como una brecha.
El tercer predio inspeccionado es “Casa Malca”, que tiene un edificio de dos niveles con restaurante, área de comensales, cocina, bodega y baños; en el segundo nivel habitación máster, además de alberca, 16 villas con 30 habitaciones, bodegas, baños y 11 habitaciones, entre otras; así como camastros y otros bienes muebles.
El cuarto proyecto inspeccionado es “Casa Gaviota”, donde hay una construcción en obra negra sobre humedal costero, donde se rellenó y niveló con sascab una superficie de 500 metros cuadrados.
El quinto proyecto inspeccionado es “Mur Mur”, en una superficie de 567 metros cuadrados, donde se detectó una palapa, un restaurante y una cocina, así como áreas comunes en baños, andador, área de descanso, almacén, cuarto de generador de energía y mantenimiento, así como un humedal artificial.
Durante las inspecciones, los propietarios, posesionarios, representantes legales, apoderados legales, encargados o posibles responsables de los desarrollos turísticos no acreditaron la autorización en materia de impacto ambiental que otorga la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat).
Ante el riesgo de más daño a los recursos naturales se determinó imponer las clausuras parciales y/o totales temporales en los proyectos, donde se observó vegetación de matorral costero con especies como uva de playa (Coccoloba uvifera), palma chit (Thrinax radiata), mangle blanco (Laguncularia racemosa) y botoncillo (Conocarpus erectus).
El mangle y la palma chit están listados en la Norma Oficial Mexicana NOM-059-Semarnat-2010, bajo la categoría de especies amenazadas. También había palma de coco (Cocos nucifera); akits (Thevetia gaumeri), riñonina (Ipomea pes-caprae), lirio de playa (Hymenocallis littoralis), romero de playa y chechén (Metopium brownei).
La Ley General del Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente (LGEEPA), establece que los desarrollos inmobiliarios que afecten los ecosistemas costeros, requieren previamente la autorización que emite la Semarnat.
El responsable podría hacerse acreedor a una multa que va de 30 a 50 mil veces la Unidad de Medida y Actualización (UMA) vigente (80.60 pesos); es decir, tendría que pagar entre dos mil 418 y cuatro millones 033 mil pesos, y de nueve meses a tres años de cárcel.