El Torvo Morral

Por: Héctor Cobá

Bienestar y desarrollo ausentes, sí presentes la desmaña e inopia como futuro de la Universidad de Quintana Roo (Uqroo). Cerca de su séptimo lustro y aún no aprenden sus jerarcas, perdón, directivos o aprendices de ellos.

La nueva director, perdón rector Natalia Fiorentini, heredera directa del rector saliente Francisco López Mena.
Afirmación que se puede comprobar en medios informativos del año 2020. Una perlita de lodo: ella en su papel de secretaria general de la Uqroo, en el inicio del mandato de López Mena, de manera civilizada intimó a personal del sindicato universitario con levantar actas administrativas si se presentaban a manifestarse frente al edificio de la rectoría.

Fiorentini como autoridad inurbana y perniciosa de ninguna manera puede desvincularse del rector saliente y anunciarse como una opción diferente, si ella fue parte de todos los atropellos cometidos en los campus de Cozumel, Cancún y Playa del Carmen.

Quien firma estas líneas con 25 años de vivir en Cancún siempre ha pensado que en Chetumal y en Othón P. Blanco, desde antes de la existencia de Bacalar como municipio, están asentados más intelectuales que en el territorio cancunense. ¡A lo mejor muestran mi equivocación!
Traspié que se demuestra en el colofón de Presente y porvenir de una autonomía. “La presente obra muestra el resultado de lo construido a lo largo de treinta y dos años y proyecta con optimismo el porvenir de una gran institución”. 85 páginas ínfimas apretadas de una historia de 32 años, faltó papel, faltaron investigadores universitarios, faltó dinero para pagar los textos a cada ensayista, ¿faltó amor por la calidad total? Sólo mil ejemplares, sólo los chetumaleños de buena madera tendrán acceso al texto, unos 50 funcionarios de gobierno y tan tan…

Mayor falta resulta borrar el nombre de los créditos de la mayor colaboradora y editora del libro de marras Faride Aguilar Cheluja, al parecer ““por un error”” de la directora general de Comunicación Social de la Uqroo y protegida fiel de López Mena y de la nueva rector Natalia Fiorentini, Paola Ángulo Villanueva.

El trío entrante ¿o saliente? de la Uqroo contradice la página 78 del libro ¿dado a conocer a los quintanarroenses?, este 15 de agosto, sí manifiesta un rechazo a la empatía, como indica en un recuadro: “El desarrollo de la empatía en la universidad constituye una estrategia de creación de condiciones necesarias para que los conflictos en la institución educativa disminuyan, y así lograr un clima educativo favorable”. ¿Clima educativo favorable?, ja, ja, ja, ja…

Más contradicciones. La universidad que antes de ser supervisada por un gobernador tenía el 300 por ciento más de calidad educativa, editorial y cultural. Carlos Joaquín González exdesgobernador quintanarroense puso a uno de sus favoritos y se echó a perder más la Uqroo, obvio con López Pena. El pensamiento aldeano reacio a la mejora y a la bienandanza queda reflejado en la página 17 de Presente y porvenir de una autonomía, en la que se publica:
“Diversos organismos internacionales señalan cuatro desafíos que enfrenta cualquier institución de educación superior en el mundo:

• El mejoramiento de la calidad y la equidad en el acceso a la educación superior.
• El desarrollo de la investigación y la innovación.
• La internacionalización, regionalización y mundialización”.
  La ausencia de progreso en la democracia universitaria es notable. “
  

Las respuestas de orden académico, docencia, investigación e innovación deben ser producto del capital intelectual y científico de la universidad; las de orden financiero, incremento de la cobertura educativa y de inversión en campos estratégicos, así como la eficiencia y calidad en la administración, deben ser la fortaleza que dé legitimidad a la institución y la hagan progresar”.
Rectorías van, rectorías vienen, mientras propios y extraños no ven una universidad para todos y todas, una casa de estudiantes y maestros libres; sí es claro, es un nido de odios y venganzas.