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Indulgencias y premios

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Opinión / Visión Periférica

Por: Cliserio E. Cedillo Godínez

El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, no cabe duda, es un gran estratega. Paso a paso logra acallar las críticas sobre sus proyectos emblemáticos, lo mismo que la injerencia de las fuerzas armadas en la proyección, ejecución y administración de sus grandes obras sexenales con las que, seguramente, pasará a la historia, aunque su costo final sea superior por mucho a lo inicialmente calculado.

Y no solo eso, sino que poco a poco le abre camino a quien le heredará el mando, mientras que desarma a la oposición al quitarle a algunos de sus exgobernadores que, aun sin cargo, no dejan de ser influyentes y están prestos a dirigir el voto para la sucesión presidencial. En el caso de los gobernadores, el más reciente es el de Carlos Joaquín González, de Quintana Roo, que ya es un hecho, al terminar su mandato en unos días más, se incorporará a su administración como embajador de México en Canadá.

Consideramos que con ese nombramiento López Obrador logra dos objetivos importantes, se asegura de quitar al PAN un bastión importante para apoyar a su candidato en las elecciones del 2024 y, por otro, es seguro que el todavía gobernador hará un muy buen papel de promoción en ese país que nos envía, después de Estados Unidos, la segunda mayor cantidad de turistas de alto poder adquisitivo.

Según el Consejo de Promoción Turística de Quintana Roo en 2019 llegaron a la entidad un millón cien mil visitantes, cuanto y más ahora con un hombre que sabe de este negocio. Así como Carlos Joaquín, pero en diferentes circunstancias, AMLO ha sumado a las filas de la Cuarta Transformación a otros ex gobernadores, como Quirino Ordaz Coppel, de Sinaloa, quien ya fue expulsado del PRI por haber aceptado el cargo como embajador de México en España.

Antes tuvo que esperar más de tres meses para que la “madre patria” le otorgar el beneplácito, hasta que el 8 de marzo pasado fuera ratificado por el gobierno español. Otro priista en una situación como el anterior es el exgobernador de Campeche, Carlos Miguel Aysa González, quien militaba también en el PRI y que pese al descontento y la expulsión del PRI aceptó ser embajador de México en República Dominicana.

De igual forma, la exgobernadora de Sonora, Claudia Artemiza Pavlovich Arellano, expulsada también por el CEN del PRI, por aceptar conformarse con el consulado de México en Barcelona, España. Se trata de tres priistas, donde casualmente las tres gubernaturas fueron ganadas por Morena.

Aún no se sabe si fueron premiados por su “excelente gestión”, como pago de indulgencias, por haber permitido elecciones democráticas y allanar el camino a sus ahora sucesores (miembros de Morena) o por no ser blanco de la persecución presidencial, como es el caso del campechano dirigente nacional del PRI, Alejandro “Alito” Moreno Cárdenas, a quien no le quedó más remedio que convertirse en el traidor más repudiado en la historia de su partido, so pena de ir a la cárcel. Con respecto a Carlos Joaquín, consideramos que es el único caso, de los que van hasta ahora, en que realmente se justifica el nombramiento.

Desde su llegada al poder no se anduvo por las ramas y emprendió una lucha sin cuartel contra la corrupción (Roberto Borge aún sigue en la cárcel al igual que otros ex funcionarios), no endeudó al estado y no obstante la pandemia disminuyó la deuda pública, realizó una buena administración y, pese a la carencia de recursos proyectó, gestionó y concluyó importantes obras para el desarrollo de la sociedad. No cabe duda, López Obrador es un buen estratega.

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HISTÓRICO GRITO DE INDEPENDENCIA: CLAUDIA SHEINBAUM SE CONVIERTE EN LA PRIMERA MUJER PRESIDENTA EN ENCABEZAR LA CEREMONIA EN PALACIO NACIONAL

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Ciudad de México, 15 de septiembre de 2025.— En una noche cargada de simbolismo y emoción, la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo encabezó por primera vez el Grito de Independencia desde el balcón central de Palacio Nacional, marcando un hito en la historia política de México como la primera mujer en ocupar este cargo y liderar esta ceremonia emblemática.

A las 11:00 p.m., ante miles de personas reunidas en el Zócalo capitalino, Sheinbaum pronunció con firmeza los nombres de los héroes patrios y concluyó con un enérgico “¡Viva México!”, seguido por el repique de campanas y un espectáculo de fuegos artificiales que iluminó el cielo de la capital.

La ceremonia estuvo acompañada por un despliegue cultural que incluyó música tradicional, danzas regionales y una destacada presencia de mujeres en los actos protocolarios, reflejando el compromiso de la nueva administración con la inclusión y la equidad.

Este Grito no solo conmemora la lucha por la independencia, sino que también representa un avance significativo en la participación política de las mujeres en México. Diversos sectores sociales han celebrado el momento como un símbolo de transformación y esperanza para las futuras generaciones.

La presidenta Sheinbaum reafirmó su compromiso con la justicia social, la paz y el fortalecimiento de la democracia, en un mensaje que resonó más allá de las fronteras nacionales.

Fuente: 5to Poder Agencia de Noticias

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Suicidio mata a uno, nos deja sangrando a todos.

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Reflexiones en el Día Mundial de la Prevención del Suicidio

Por: Alex Barrera**

Cada 10 de septiembre, duele, y duele más aún para todos aquellos que el mundo se detuvo en un instante que nunca terminó; y es que eso es lo que pasa para los familiares de aquellos que abandonaron la voluntad de seguir en su cuerpo en este plano existencial

Así que por todos ellos y por una verdad dolorosa pero urgente: se marca en el calendario del 10 de septiembre, para recordarnos que el suicidio no es sólo un acto individual, sino un problema de salud pública con profundas implicaciones sociales, emocionales y económicas.

El Día Mundial de la Prevención del Suicidio, promovido por la Asociación Internacional para la Prevención del Suicidio y respaldado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), nos convoca a mirar de frente aquello que a menudo preferimos ignorar.

“Cambiar la narrativa sobre el suicidio” es el lema adoptado para esta fecha y permanecerá así hasta 2026, me parece bastante atinado y es que pareciera ser que el discurso si debe ser modificado, pues a pesar de saber la gravedad del asunto, las cifras siguen ascendiendo, y lo único que desciende es la edad de quieres deciden abrir esa falsa puerta.

Este tema pretende promover un cambio profundo en cómo hablamos sobre el suicidio: busca romper con los mitos perjudiciales, reducir el estigma y fomentar conversaciones abiertas, empáticas y comprensivas, para aceptar que el suicidio a echado raíces tan poderosas, que ya no puede ser negado, y mucho menos ignorado, solamente porque no nos ha mirado de frente a la cara. El fallo es de todos, si, de cada uno, porque, ¿acaso no es la sociedad la suma de los uno? 

Una realidad que no podemos seguir minimizando

Las cifras globales son contundentes y abrumadoras: más de 700 mil personas mueren por suicidio cada año en el mundo, según datos de la OMS. No hablamos de un problema marginal, sino de la cuarta causa de muerte entre jóvenes de 15 a 29 años. ¿Te imaginas? 1 de cada 4 jóvenes se suicida y esto sólo son las cifras contabilizadas?

México no es ajeno a esta crisis. La Encuesta Nacional de Salud y Nutrición Continua (Ensanut) 2022 reveló un panorama alarmante: 7.6% de los adolescentes y 7.7% de los adultos reportaron haber pensado alguna vez en suicidarse. Más preocupante aún es el incremento drástico de intentos de suicidio en adolescentes: de 1.1% en 2006 a 6.5% en 2022, un aumento superior al 600%. En las mujeres, la prevalencia es significativamente mayor que en los hombres, lo que muestra la urgencia de considerar la perspectiva de género en la prevención.

Estas estadísticas no son números abstractos: detrás de cada porcentaje hay una vida interrumpida, una familia desgarrada que muchas veces no sólo lleva consigo el dolor de perder a un ser amado, sino que además en muchas ocasiones, enfrenta la incomprensión de una sociedad que lejos de brindar apoyo, les señala, estigmatiza e incluso a veces les margina, así de cruda es la realidad, el suicidio no acaba con una vida, marca a toda una comunidad.

El suicidio se puede prevenir

La crudeza de los datos requiere que se promueva y concientice sobre la verdad fundamental: el suicidio no es inevitable; y existen más allá de las lamentaciones medidas de prevención que deben ser no sólo puestas en la narrativa sino arrojadas a la realidad, puestas en marcha más allá de la campaña mediática de un único día, restringir el acceso a medios letales como armas de fuego o pesticidas, implementar políticas sólidas de salud mental y control del consumo de alcohol; buscar garantizar que los medios de comunicación informen sobre el suicidio de manera ética y responsable durante todo el año. Y lo más importante, promover la salud mental como parte de un ejercicio de bienestar continuo y no para solucionar un problema.

Además, es importante señalar que más allá de las políticas, la prevención requiere humanidad. El estigma y la falta de alfabetización en salud mental siguen siendo barreras enormes para que quienes sufren pidan ayuda. Hablar abiertamente del suicidio, sin tabúes ni prejuicios, es una forma de romper con el silencio que aísla a quienes más necesitan apoyo.

Reconocer las señales, tender la mano

Tomar conciencia de que el suicidio no es un malestar oculto ni transparente es el primer paso para poder prevenirlo, existen señales de advertencia y debemos conocerlas, porque el suicidio se materializa, en voz y en conductas, por ejemplo:  hablar de querer morir, expresar desesperanza repetitivamente, aislarse repentinamente, regalar posesiones significativas de un día a otro, mostrar cambios drásticos en el estado de ánimo, sin motivo aparente, son algunos puntos clave. Signos más sutiles como cambios en los hábitos del sueño, consumo excesivo de sustancias o una súbita calma después de un periodo de profunda tristeza, pueden anticipar un intento de suicidio.

Identificar las señales no significa que podamos salvar a alguien, significa que podemos acompañarle, escuchar sin juicio, mantenerse en contacto y generar los mecanismos de ayuda para esa persona, en pro de acercarle con un profesional que pueda ayudarle.

Sobre esto último, es importantísimo considerar que no hay una garantía que se pueda ofrecer a las personas en riesgo de suicidio pues la evidencia muestra que el tratamiento psicológico y psiquiátrico reduce el riesgo, pero no lo elimina por completo.  

No hay una estadística única y global que indique con exactitud cuántas personas se suicidan aun después de haber recibido atención psicológica, el suicidio es un fenómeno multifactorial: influyen variables biológicas, sociales, culturales y económicas, además de la salud mental.

Sin embargo, es escalofriante cuando se sabe que estudios internacionales señalan que: entre un 20% y 30% de las personas que mueren por suicidio habían tenido contacto con servicios de salud mental en el año previo a su muerte.

En el caso concreto de México no existen datos que permitan establecer con claridad cuántas personas bajo atención profesional terminaron suicidándose, pero si pensamos un poco y consideramos que el IMSS ha señalado que hasta el 90 % de los intentos o suicidios ocurren en personas con trastornos mentales (como depresión, esquizofrenia), podemos deducir que el paciente en riesgo de suicidio estuvo en atención psicológica o psiquiátrica, ¿y entonces? ¿Qué se está haciendo mal?

Tratar al paciente con riesgo suicida no es una labor para cualquier especialista pues se requiere de un entrenamiento profundo y una comprensión amplia del tema además de un equipo de colaboradores que ayuden con el tema, pero sobre todo requiere la solidaridad de una amplia red de apoyo que incluya: amigos, familiares, y comunidad.

Se requiere una estrategia integral: inversión en salud mental accesible y de calidad, campañas permanentes contra el estigma, capacitación en primeros auxilios psicológicos y marcos regulatorios que promuevan la salud mental en centros educativos y de trabajo. Pero, sobre todo, necesitamos una cultura que valore la vulnerabilidad como parte de lo humano y no como motivo de vergüenza.

Crear esperanza, aquí y ahora

Recordar el Día Mundial de la Prevención del Suicidio no es un ejercicio simbólico: es un llamado urgente a la acción. Cada vida perdida es una tragedia evitable. Cada silencio roto es una oportunidad de salvar a alguien.

En un país donde la desesperanza crece entre los más jóvenes, hablar de suicidio no es sembrar ideas peligrosas; es abrir una puerta para que alguien encuentre apoyo. Crear esperanza no es una tarea exclusiva de los profesionales de la salud: es una responsabilidad que compartimos todos.

Que esta fecha de septiembre, se use para recordar que prevenir el suicidio significa apostar por la vida, por el acompañamiento y por la empatía. Porque cada palabra de aliento, cada escucha atenta y cada acción de cuidado pueden convertirse en el hilo que sostiene a alguien en su momento más oscuro.
El suicidio mata a una persona pero nos deja sangrando a todos.  

** Además de 10 años de experiencia como comunicólogo, ejerciendo el periodismo. Alex Barrera es también psicólogo por la UNAM con profundización en desarrollo.
Actualmente brinda terapia clínica con enfoque Biopsicosocial.

Si necesita ayuda psicológica puede comunicarse con nosotros.

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