Opinión
COSTOSOS REMEDIOS

Por Cliserio E. Cedillo Godínez
He sido crítico del presidente López Obrador porque veo falta de cálculo sobre las consecuencias que traen o traerán sus decisiones, pero empiezo a entender que es un hombre bien intencionado. Cuenta con amplio sentido social por los que menos tienen y gran conocimiento de la historia de México, pero no trae a la modernidad las grandes motivaciones de nuestros próceres, como Don Miguel Hidalgo, José María Morelos, Benito Juárez o Emiliano Zapata, por citar algunos.
Esos héroes “que nos dieron patria y libertad”, como rezan los representantes populares en los “gritos de independencia”, los aniversarios de las gestas revolucionarias o el nacimiento del “coloso de Guelatao”, entre otros, tuvieron motivaciones poco conocidas, aun para la gente que lee, cuanto y más para el pueblo que se preocupa primero por comer.
Es decir, sin profundizar tanto, por ejemplo, cuando Don Miguel Hidalgo salía del pueblo de Dolores con su grupo de feligreses a iniciar la guerra de independencia, una mestiza, con voz coqueta, como le gustaban al líder insurgente, le preguntó: -“A dónde va con tanta prisa señor cura?” a lo que le respondió: -“Voy a poner el cascabel al gato para ver de qué cuero salen más correas…”
Y sí. Era el levantamiento de un criollo, contra las imposiciones españolas. Es cierto, buscaba trato igualitario para todos, pero principalmente para que los privilegios de los españoles (venidos de España), fueran los mismos para los hijos de españoles nacidos en México, los criollos, como él. Esa era la principal motivación del inicio de la Guerra de Independencia. ¿Y los indios, como todos les llamaban? “Eran carne de cañón”, según muchos historiadores, como José Luis López Villaseñor (qepd), que nos apoyó con sus conocimientos y varias decenas de libros para publicar, finalmente, una entrevista ficticia, pero apoyada fielmente en la historia, a Don Miguel Hidalgo, publicada en varias entregas en el desaparecido diario El Nacional.
Lo mismo hicimos una entrevista a Don Benito Juárez García, “El Coloso de Guelatao”, como tituló su biografía el maestro Carlos Velasco Pérez, quien fuera mi director en la Secundaria Federal 99, Margarita Maza de Juárez, donde por cierto gané un concurso sobre la vida del creador de La Reforma basada en ese libro que se convirtió en texto obligado para todo el alumnado. Es cierto, Benito Juárez antepuso su ideario político, incluso por sobre algunos de sus mejores amigos, por los que tuvo que lamentar su muerte. Así narraba en la entrevista, con interrupciones esporádicas de alguna de sus hijas con conversaciones en zapoteco. Eran tiempo de opulencia de unos cuantos y la pobreza de muchos… como ahora.
Pero, en fin, cada movimiento por buscar mejores formas de gobierno, de vida, educación o salud, tienen siempre consecuencias, pues los cambios nunca han terminado con las guerras, mucho menos con un cambio de presidente de la República. Es decir, siempre los resultados y no todos satisfactorios se han dado con el tiempo. Lo que es muy cierto, siempre habrá traidores a la causa y abusivos con el poder público (corruptos), como sucede con muchos saltimbanquis, con gran historial político gracias a lo cual se han enriquecido y que, aun así se codean con el presidente.
Y precisamente el pensamiento político del presidente López Obrador, que a toda costa trata de imponer en México, afecta a grandes intereses y claro que trae consecuencias, como la fuga de capitales, pues los ricos desconfían del futuro inmediato del país. Estábamos acostumbrados a que nadie en su sano juicio echaría por la borda una inversión de muchos miles de millones de pesos, aún estando sobre cimientos de corrupción, como fue la suspensión definitiva de lo que sería el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, en Texcoco.
Eso, claro que ha asustado a los ricos inversionistas que han preferido sacar su dinero del país. Esto, aunado a su campaña persecutoria de corruptos y evasores fiscales. Según investigadores la fuga de capitales se empezó a dar al tiempo de darse a conocer el contundente triunfo electoral de López Obrador en el 2018 y se acrecentó al implementarse las nuevas leyes contra la evasión de impuestos, a finales del año pasado.
Según estadísticas, los mexicanos invirtieron en el extranjero cuatro veces más que en el 2018, mientras que el precio de las residencias en las zonas fifís de la Ciudad de México y otros estados de la República cayeron a precios sin precedente. Esta reacción es sin duda una consecuencia de la batalla emprendida por López Obrador contra la corrupción y la evasión de impuestos, debido a que México tiene la tasa de recaudación más baja entre los 37 países que integran la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).
Claro que el primer mandatario tiene tazón ¿Por qué seguir consintiendo a corruptos y evasores fiscales? Sí. Las fugas de capitales son consecuencia del cambio. Pero ¿Por qué ahora en plena pandemia, cuando se requiere tanta inversión? Ojalá y no seamos carne de cañón.

Opinión
Suicidio mata a uno, nos deja sangrando a todos.

Reflexiones en el Día Mundial de la Prevención del Suicidio
Por: Alex Barrera**
Cada 10 de septiembre, duele, y duele más aún para todos aquellos que el mundo se detuvo en un instante que nunca terminó; y es que eso es lo que pasa para los familiares de aquellos que abandonaron la voluntad de seguir en su cuerpo en este plano existencial
Así que por todos ellos y por una verdad dolorosa pero urgente: se marca en el calendario del 10 de septiembre, para recordarnos que el suicidio no es sólo un acto individual, sino un problema de salud pública con profundas implicaciones sociales, emocionales y económicas.
El Día Mundial de la Prevención del Suicidio, promovido por la Asociación Internacional para la Prevención del Suicidio y respaldado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), nos convoca a mirar de frente aquello que a menudo preferimos ignorar.
“Cambiar la narrativa sobre el suicidio” es el lema adoptado para esta fecha y permanecerá así hasta 2026, me parece bastante atinado y es que pareciera ser que el discurso si debe ser modificado, pues a pesar de saber la gravedad del asunto, las cifras siguen ascendiendo, y lo único que desciende es la edad de quieres deciden abrir esa falsa puerta.
Este tema pretende promover un cambio profundo en cómo hablamos sobre el suicidio: busca romper con los mitos perjudiciales, reducir el estigma y fomentar conversaciones abiertas, empáticas y comprensivas, para aceptar que el suicidio a echado raíces tan poderosas, que ya no puede ser negado, y mucho menos ignorado, solamente porque no nos ha mirado de frente a la cara. El fallo es de todos, si, de cada uno, porque, ¿acaso no es la sociedad la suma de los uno?
Una realidad que no podemos seguir minimizando
Las cifras globales son contundentes y abrumadoras: más de 700 mil personas mueren por suicidio cada año en el mundo, según datos de la OMS. No hablamos de un problema marginal, sino de la cuarta causa de muerte entre jóvenes de 15 a 29 años. ¿Te imaginas? 1 de cada 4 jóvenes se suicida y esto sólo son las cifras contabilizadas?
México no es ajeno a esta crisis. La Encuesta Nacional de Salud y Nutrición Continua (Ensanut) 2022 reveló un panorama alarmante: 7.6% de los adolescentes y 7.7% de los adultos reportaron haber pensado alguna vez en suicidarse. Más preocupante aún es el incremento drástico de intentos de suicidio en adolescentes: de 1.1% en 2006 a 6.5% en 2022, un aumento superior al 600%. En las mujeres, la prevalencia es significativamente mayor que en los hombres, lo que muestra la urgencia de considerar la perspectiva de género en la prevención.
Estas estadísticas no son números abstractos: detrás de cada porcentaje hay una vida interrumpida, una familia desgarrada que muchas veces no sólo lleva consigo el dolor de perder a un ser amado, sino que además en muchas ocasiones, enfrenta la incomprensión de una sociedad que lejos de brindar apoyo, les señala, estigmatiza e incluso a veces les margina, así de cruda es la realidad, el suicidio no acaba con una vida, marca a toda una comunidad.
El suicidio se puede prevenir
La crudeza de los datos requiere que se promueva y concientice sobre la verdad fundamental: el suicidio no es inevitable; y existen más allá de las lamentaciones medidas de prevención que deben ser no sólo puestas en la narrativa sino arrojadas a la realidad, puestas en marcha más allá de la campaña mediática de un único día, restringir el acceso a medios letales como armas de fuego o pesticidas, implementar políticas sólidas de salud mental y control del consumo de alcohol; buscar garantizar que los medios de comunicación informen sobre el suicidio de manera ética y responsable durante todo el año. Y lo más importante, promover la salud mental como parte de un ejercicio de bienestar continuo y no para solucionar un problema.
Además, es importante señalar que más allá de las políticas, la prevención requiere humanidad. El estigma y la falta de alfabetización en salud mental siguen siendo barreras enormes para que quienes sufren pidan ayuda. Hablar abiertamente del suicidio, sin tabúes ni prejuicios, es una forma de romper con el silencio que aísla a quienes más necesitan apoyo.
Reconocer las señales, tender la mano
Tomar conciencia de que el suicidio no es un malestar oculto ni transparente es el primer paso para poder prevenirlo, existen señales de advertencia y debemos conocerlas, porque el suicidio se materializa, en voz y en conductas, por ejemplo: hablar de querer morir, expresar desesperanza repetitivamente, aislarse repentinamente, regalar posesiones significativas de un día a otro, mostrar cambios drásticos en el estado de ánimo, sin motivo aparente, son algunos puntos clave. Signos más sutiles como cambios en los hábitos del sueño, consumo excesivo de sustancias o una súbita calma después de un periodo de profunda tristeza, pueden anticipar un intento de suicidio.
Identificar las señales no significa que podamos salvar a alguien, significa que podemos acompañarle, escuchar sin juicio, mantenerse en contacto y generar los mecanismos de ayuda para esa persona, en pro de acercarle con un profesional que pueda ayudarle.
Sobre esto último, es importantísimo considerar que no hay una garantía que se pueda ofrecer a las personas en riesgo de suicidio pues la evidencia muestra que el tratamiento psicológico y psiquiátrico reduce el riesgo, pero no lo elimina por completo.
No hay una estadística única y global que indique con exactitud cuántas personas se suicidan aun después de haber recibido atención psicológica, el suicidio es un fenómeno multifactorial: influyen variables biológicas, sociales, culturales y económicas, además de la salud mental.
Sin embargo, es escalofriante cuando se sabe que estudios internacionales señalan que: entre un 20% y 30% de las personas que mueren por suicidio habían tenido contacto con servicios de salud mental en el año previo a su muerte.
En el caso concreto de México no existen datos que permitan establecer con claridad cuántas personas bajo atención profesional terminaron suicidándose, pero si pensamos un poco y consideramos que el IMSS ha señalado que hasta el 90 % de los intentos o suicidios ocurren en personas con trastornos mentales (como depresión, esquizofrenia), podemos deducir que el paciente en riesgo de suicidio estuvo en atención psicológica o psiquiátrica, ¿y entonces? ¿Qué se está haciendo mal?
Tratar al paciente con riesgo suicida no es una labor para cualquier especialista pues se requiere de un entrenamiento profundo y una comprensión amplia del tema además de un equipo de colaboradores que ayuden con el tema, pero sobre todo requiere la solidaridad de una amplia red de apoyo que incluya: amigos, familiares, y comunidad.
Se requiere una estrategia integral: inversión en salud mental accesible y de calidad, campañas permanentes contra el estigma, capacitación en primeros auxilios psicológicos y marcos regulatorios que promuevan la salud mental en centros educativos y de trabajo. Pero, sobre todo, necesitamos una cultura que valore la vulnerabilidad como parte de lo humano y no como motivo de vergüenza.
Crear esperanza, aquí y ahora
Recordar el Día Mundial de la Prevención del Suicidio no es un ejercicio simbólico: es un llamado urgente a la acción. Cada vida perdida es una tragedia evitable. Cada silencio roto es una oportunidad de salvar a alguien.
En un país donde la desesperanza crece entre los más jóvenes, hablar de suicidio no es sembrar ideas peligrosas; es abrir una puerta para que alguien encuentre apoyo. Crear esperanza no es una tarea exclusiva de los profesionales de la salud: es una responsabilidad que compartimos todos.
Que esta fecha de septiembre, se use para recordar que prevenir el suicidio significa apostar por la vida, por el acompañamiento y por la empatía. Porque cada palabra de aliento, cada escucha atenta y cada acción de cuidado pueden convertirse en el hilo que sostiene a alguien en su momento más oscuro.
El suicidio mata a una persona pero nos deja sangrando a todos.
** Además de 10 años de experiencia como comunicólogo, ejerciendo el periodismo. Alex Barrera es también psicólogo por la UNAM con profundización en desarrollo.
Actualmente brinda terapia clínica con enfoque Biopsicosocial.
Si necesita ayuda psicológica puede comunicarse con nosotros.
COLUMNA DEL DIRECTOR:
VISIÓN PERIFÉRICA

A 2000 años, Francisco Simbra al catolicismo con nueva visión
Por Cliserio Eleazar Cedillo Godínez*
Mañana será sepultado el Papa Francisco y es notable la diferencia entre la muerte del papa Juan Pablo II y él con respecto al número de asistentes comunes a su sepelio. Aunque asisten 120 jefes de estado y 20 reyes, según informes, no se ven las multitudes de millones esperadas por los grandes medios de comunicación del mundo. Pero si hay una gran diferencia, la diversidad sexual asiste a través de millas de representantes que solo lamentan que el matrimonio entre entes del mismo sexo siga siendo un pecado.
De igual forma, Francisco, aunque reticente al principio, finalmente reconoció públicamente la existencia de abusos sexuales en la iglesia, aunque ya era bien conocido este pesado lastre arrastrado desde hace cientos de años, sobre todo en las oscuras épocas del catolicismo, como en la Santa Inquisición. Sin embargo, no se ha hecho mucho para castigar con severidad a los párrocos abusivos, lo mismo que a los obispos que lo han permitido.
Para Francisco este tema no fue fácil, pues se negaba a creer que un obispo, el chileno Juan Barros, hubiera encubierto a un conocido abusador, desestimando las acusaciones como una calumnia. Ante la inconformidad de los creyentes por este hecho se vio obligado a ordenar una investigación para, posteriormente, ofrecer una disculpa pública, al admitir ante los sobrevivientes que él también era “parte del problema”.
Entonces el Papa Francisco se lanzó a fondo hasta tomar la drástica decisión, en el 2018, de ordenar la renuncia de todos los obispos de Chile, reemplazando a una gran parte de la jerarquía. Uno de los sobrevivientes de abusos, Juan Carlos Cruz, declaró en 2024: “Los que me frustra es que la gente de la curia (la administración central de la Iglesia) y los obispos de todo el mundo no estén de acuerdo. Lo que me enfurece es que los sobrevivientes caminen por este mundo sin justicia… Es como alguien con cáncer y nadie hace nada”. Es por ello que, tras la muerte de Francisco, la Red de Sobrevivientes de Abusos por Sacerdotes (SNAP, por sus siglas en inglés) pide a quien lo suceda que instituya una “ley de tolerancia cero” para el abuso sexual.
Y es que ese tema es un gran cáncer de la iglesia que desde hace cientos de años no ha podido ser erradicado, aunque se debe reconocer que el papa Francisco dio un gran paso. El otro tema que consideramos debe ser destacado como parte de los hechos trascendentes del recién difunto, es su postura más inclusiva y compasiva hacia la diversidad sexual, en comparación con sus predecesores.
Francisco llegó a afirmar que la homosexualidad no es un delito y que las personas homosexuales tienen derecho a una vida digna, con familia ya ser tratadas con respeto. No obstante, pese a las declaraciones de este Papa, la Iglesia Católica en general mantiene que los actos homosexuales son “intrínsecamente desordenados”. Sin embargo, Francisco sostenía repetidamente que ser homosexual no es un delito y criticó las leyes que criminalizan la homosexualidad.
También decía que las personas homosexuales tienen derecho a una vida digna, con familia ya ser tratadas con respeto. Con esa postura papal, en 2019, el Vaticano autorizó por primera vez la bendición de parejas homosexuales, aunque aclaró que eso no se debería confundir con el matrimonio.
Es cierto, con respecto a este tema, el Papa Francisco fue más inclusivo que sus predecesores, pero la lucha de grupos, sobre todo los tradicionalistas, dentro de la Iglesia Católica siguen manteniendo una postura más radical sobre la sexualidad y el matrimonio. Sin embargo, hay que reconocer que Francisco cimbró al catolicismo con una nueva visión, sin duda.
*Periodista con 49 años de experiencia; Premio México de Periodismo “Ricardo Flores Magón” 2024; director general del 5to Poder Periodismo ConSentido .
*Periodista con 49 años de experiencia; Premio México de Periodismo “Ricardo Flores Magón” 2024; director general de 5to Poder Periodismo ConSentido.
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