Opinión
Los malos ejemplos se pegan
Columna: Visión Periférica
Por Cliserio E. Cedillo Godínez
-“A los periodistas hay que matarlos de hambre”: Alito
Hace años, muchos, cuando estudiaba en la secundaria número 99, Margarita Maza de Juárez, en la colonia 25 de julio, en Ciudad de México, me empecé a apasionar por la vida y obra de Benito Juárez. La razón de mi interés por este prócer de la historia de México, se debió a que todos los alumnos de la escuela teníamos que participar en un concurso sobre la vida y obra del instaurador de las Leyes de Reforma, proclamadas el 6 de septiembre de 1860, don Benito Juárez.
Y es que don Carlos Velasco Pérez, mi director y paisano del creador de la frase “Entre los individuos, como entre las naciones, el respeto al derecho ajeno es la paz”, fue el autor de la obra biográfica El Coloso de Guelatao”. Como era natural nos conminó a todos los alumnos a comprar su libro, pues todo el concurso se basaría en la vida y obra de Benito Juárez plasmada en sus 157 páginas.
La verdad es que me esforcé y logré vencer a todo el estudiantado hasta lograr obtener el primer lugar. A partir de entonces empecé a elaborar el periódico mural de la escuela, pero aún estaba lejos de pensar en que me dedicaría al periodismo. Gracias a ello me hice amigo de don Carlos Velasco. Una tarde (porque mi secundaria la hice en el turno vespertino), en su oficina de la dirección me empezó a confiar parte de su vida profesional y empezó a sembrar en mi la semilla del periodismo.
Resulta que, como maestro de primaria en la capital de su estado, colaboró en varios periódicos locales, principalmente en El Imparcial de Oaxaca, donde conoció y convivió con importantes periodistas, como Carlos Loret de Mola y Andrés Henestrosa. Era tal la fluidez de su plática y la emoción que trasmitía que el periodismo me empezó a jalar, al grado que ya en la Vocacional 6 de Ciencias Médico Biológicas fui electo para ocupar el cargo de secretario de Prensa del Comité Directivo Estudiantil y de ahí en adelante el periodismo sería mi inseparable compañero de vida.
Es decir, el hecho de dedicarme al periodismo, donde he obtenido “más miserias que grandezas”, como dijera Jesús María Amilibia en su obra Yo Periodista, Historia de más Miserias que Grandezas, se lo debo a don Carlos Velasco Pérez, quien en 1971, dos años después de graduarme en la secundaria que él dirigía fue galardonado con el Chimalli de Oro, una presea de altísimo valor simbólico que Publicaciones Fernández Pichardo, editora de El Imparcial instituyó para honrar y distinguir a colaboradores y personas destacadas en el trabajo cultural, artístico, editorial y de servicio público.
A la fecha cumplo 48 años de ejercer el periodismo en varios diarios nacionales, sobre todo en El Nacional, donde estuve durante 14 años; El Heraldo, El Sol de México y siete de sus diarios estatales en igual número de estados, entre otros; así como jefe de información de 32 estaciones de radio y, en 22 años como quintanarroense, he colaborado en varios diarios estatales y estaciones de radio. He visto, descrito y criticado los diferentes estilos de gobierno, tanto federales, como estatales y municipales, al mismo tiempo he recibido y me he adaptado a las nuevas tecnologías, pero esforzándome para no perder mi vocación periodística.
Esas nuevas tecnologías, es cierto, “facilitan la labor periodística”, tanto que ya no se necesita estudiar: ahora solo se requiere como mínimo de un teléfono. Con eso basta “para ser periodista y en el peor de los casos reportero”. El asunto es contar con muchos seguidores, pues son los que determinan la fuerza, no importa que se haga exaltando la nota roja, los malos ejemplos, el chisme y la explotación del sexo, pues eso “es lo que deja”. Entonces se olvida todo, la ética y la moral. Ya no son necesarias la práctica de los géneros periodísticos: la crónica, el reportaje, la nota informativa y el análisis casi desaparecen.
En tanto, los funcionarios, desde el presidente de la república hasta el mando medio menos importante de la burocracia, crean sus oficinas de prensa con cientos, miles o millones de bots (programas automatizados que simulan interacción humana en las plataformas de redes sociales). Es entonces cuando compiten con los medios de verdaderos periodistas, lo mismo que con los hábiles aficionados que algún día pasaron por alguna casa editorial, aunque sea para recoger periódicos para su venta, lo que también es digno de reconocimiento, pues “No Basta con querer. Hay que saber”, como me dijera un día don Florencio Ruiz de la Peña, uno de mis maestros y quien fuera “reportero estrella” de la fuente de Economía y Finanzas de El Sol de México.
Es cierto son buenos los avances tecnológicos, pero al mismo tiempo han prohijado a cientos, miles de comunicadores mal llamados periodistas. Pero ¿y los verdaderos periodistas? -Lastimosamente se les ve igual y se les corta con la misma tijera o peor aún, se les combate pues no conviene a los malos gobiernos tener buenos periodistas que contribuyan a hacer de la democracia una realidad.
Los malos ejemplos
Ya lo dijo el dirigente nacional del PRI, Alejandro “Alito” Moreno Cárdenas: “A los periodistas no se les debe disparar, papá, deben morir de hambre”. Es decir: si un periodista se sobrepasa de “la verdad permitida” se le ponen decenas de trabas para la firma de sus convenios publicitarios o se les suspende el pago de sus acuerdos por la publicación de boletines y acciones de gobierno.
Y qué hace el periodista, editor de un diario digital o de un medio impreso caracterizados por su honestidad comprometido al pago de sueldos a sus colaboradores, simplemente aguanta hasta que se le agoten los recursos, hasta que muera por inanición. Es decir, los matan de hambre.
Es cierto “Alito” Moreno es un buen ejemplo para los malos gobiernos, y al parecer un ejemplo que se sigue al pie de la letra en Quintana Roo, sean de Morenas, del PAN, del PRD o cualquier otro. Es la forma más fácil de deshacerse de los medios incómodos y esto se da desde Sonora hasta Yucatán. Por algo Morena está impregnado de ex priistas comenzando por el presidente Andrés Manuel López Obrador, quien a diario amenaza y despotrica contra buenos periodistas.
Estamos en una selección natural donde no quedarán los mejores, sino tal vez los más corruptos que amasaron mayores fortunas en los tiempos del priismo recalcitrante o los malos gobiernos emanados del PRI, que son casi todos. Ni a cuál irle. Don Carlos Velasco Pérez, mi primer maestro de periodismo murió en el 2004. Que en paz descanse.
*Periodista con 48 años de experiencia en diarios nacionales y estatales, así como en noticieros de radio.
Opinión
Imparable avance del CO en Quintana Roo
“Caminos del Mayab”
Por Martín G. Iglesias
Una de las ventajas que tiene un reportero de nota roja, es que documenta los hechos protagonizados por el Crimen Organizado (CO) en la sociedad; es testigo de la manera en que la mancha criminalística crece en el territorio, sea municipal, estatal o nacional.
En ese contexto, desde hace casi dos décadas, Quintana Roo ha experimentado el crecimiento desmedido de este flagelo que lastima a la sociedad, enluta familias, destroza las aspiraciones de jóvenes, mujeres y hasta de menores de edad. En lugar de disminuir con las estrategias que implementas los tres órdenes de gobierno y las instancias de procuración de justicia, parece que el avance es imparable.
Explico: Poco a poco la sociedad chetumaleña pierde su tranquilidad, la otrora ciudad donde los delitos que más comentaban las personas en los corrillos, era el robo a comercio o a casahabitación; hoy, parece que las balaceras, las ejecuciones y la impunidad, son la constante y el ‘pan nuestro de cada día’.
Lo sucedido ayer frente al popular parque del Maestro, en la transitada calle Álvaro Obregón, rebasó la capacidad de las autoridades de los tres niveles de gobierno, para garantizar la seguridad a los habitantes de la Capital quintanarroense, que, ante su asombro, solo les queda persignarse y encomendarse al Ser Superior en el que crean.
Desde mi punto de vista, Othón P. Blanco tenía “casos aislados” de secuestros, desapariciones, levantones y ejecuciones extrajudiciales; pero el crecimiento de la delincuencia organizada no se detiene y, desde el 2009 que “oficializó” su establecimiento en Cancún con el asesinato del teniente coronel Enrique Tello Quiñones; para luego expandirse a Playa del Carmen, Cozumel y para el 2016 sentar sus reales en Tulum.
Pero los poderes fácticos generadores de violencia, no detuvieron su marcha, en 2018 empezamos a escuchar uno que otro ejecutado en Felipe Carrillo Puerto y en José María Morelos, situación que arreció desde el 2021 para luego convertirse en algo “normal” en la sociedad de la zona maya. ¿Cuántos jóvenes desaparecieron en estos últimos tres años?, ¿cuántas ejecuciones se realizaron en estos municipios sin que la autoridad pudiera hacer nada? Hay una cifra “negra” que hasta ahora es incierta.
Concluyo al decir que a nivel nacional no funcionó “cantarle el tiro” al CO por parte de Felipe Calderón Hinojosa (2006-2012; o la estrategia de seguridad de Enrique Peña Nieto (2012-2018); menos la de “abrazos no balazos” de Andrés Manuel López Obrador (2018-2024); porque ahora en cualquier parte del país, los asesinatos masivos están a la orden del día; ya para que les digo en Quintana Roo. Ahí se las dejo…
SASCAB
Aunque todavía estamos a 15 días de que termine oficialmente la temporada de huracanes en el Atlántico y mar Caribe, no podemos cantar victoria. Hasta ahora nos hemos salvados de al menos tres fenómenos hidrometeorológicos que amenazaron con convertirse en huracán y pasar sobre el territorio quintanarroense.
En estos días, “Sara” se aproxima a las costas de Quintana Roo y debemos estar muy vigilantes, porque la clave para evitar desastres con pérdidas humanas, es estar informado por los canales oficiales como son Protección Civil del Estado y el Servicio Meteorológico Nacional (SMN). Al tiempo…
Nota:Las opiniones vertidas por nuestros colaboradores son responsabilidad de quienes las emiten.
Opinión
Órganos internos de control, espacios políticos de colocación
“La Última Palabra”
Por: Jorge A. Martínez Lugo
- • Personajes reciclados de la política tradicional que esperaban hueso y pago de favores.
La XVIII legislatura aprobó la designación de titulares de órganos internos de control (OIC) de cinco organismos autónomos, en lo que fue una feria de repartición de cargos en medio de un proceso que ha sido muy cuestionado tanto por la falta de transparencia y autenticidad, como la falta de igualdad para hombres y mujeres.
Las y los nuevos titulares, son personajes reciclados de la política tradicional que, disciplinados, estaban en la banca esperando algún hueso, en otros casos, para pagar favores pólíticos.
Fue un proceso meramente protocolario para cumplir con la ley, pero la percepción social (percepción es realidad) es que los nombramientos ya estaban otorgados de antemano.
Los OIC ya existían desde hace varios años tanto en las dependencias del gabinete legal, ampliado y en este caso autónomos; operaban como espacios de tercer nivel, con categoría de jefatura de Departamento o de Oficina, que fueron creados porque la ley lo exigía.
La ley se acata, pero no se cumple, reza el viejo adagio. Hasta ahora estos espacios lo ocupaban servidores públicos de menor rango, burócratas que buscaban hacer méritos para comenzar alguna carrera en el servicio público, pero ahora se convirtieron en espacios políticos, si bien menores, mientras vienen mejores tiempos.
Formalmente, los OIC dependen de la Secretaría de la Contraloría incrustados en las dependencias públicas, dizque para combatir la corrupción, pero se han convertido en lo mismo. Sus titulares deben rendir cuentas a la Contraloría, no a la persona titular del organismo en el que se desempeñan, pero en realidad estaban enteramente sometidos y sus jefes en realidad eran quienes debían estar vigilados por ellos.
Teresita de Jesús, Quivén Feria en la FGE; Luis Alberto Alcocer Anguiano en el Ieqroo; Edwin Celis Madrid en el TJAyA; Karla Noemí Cetz Estrella en la CDHQR; y Francisco Flota Medrano en el Idaipqroo.
Con estas resistencias a los principios de no robarás, no mentirás y no traicionarás, el cuatroteísmo caribeño sigue dándole vueltas a la ley, con procesos fast track y herméticos, mientras piensan que el pueblo es tonto.
Nota:Las opiniones vertidas por nuestros colaboradores son responsabilidad de quienes las emiten.