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COLUMNA DEL DIRECTOR:

La salud, en disputa

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Por Cliserio E. cedillo Godínez

Con el pretexto de la corrupción, en un parangón de como actuara la Iglesia Católica en tiempos de la colonia, “que con el símbolo de la cruz cometiera las más crueles torturas y asesinatos”, como narran las crónicas, en la “Era AMLO o de la Cuarta Transformación”, se cometen excesos y se privilegia el amiguismo y no la experiencia.

Y es que una información que circula en las redes nos hace poner en una balanza no dos proyectos de salud, como son el Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi) y Seguro Popular, sino el currículo de sus creadores, ambos expertos, pero uno en salud, el doctor Julio Frenk Mora y el otro, Juan Antonio Ferrer Aguilar, administrador de empresas, entrenado en el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INHA).

De entrada, cualquiera diría que sobre salud sabe más un doctor, pero es mucho más, aunque con el “gravísimo pecado de haber puesto todo su talento al servicio de la salud en la era del conservadurismo”, altamente criticada por el presidente Andrés Manuel López Obrador, empeñado en borrar de la historia todo lo que no coincida con su ideario político, dicen que surgido del Foro de Sao Paulo.

Alguien en las redes nos hace reflexionar sobre “la distancia entre el Seguro Popular y el Insabi” y dice que es la es la misma que existe entre la formación de sus creadores. Consideramos que hay mucho de razón. Veamos por qué:

Julio Frenk Mora, quien creó el Seguro Popular, es hijo de un notable médico endocrinólogo, Silvestre Frenk. Julio es médico cirujano egresado de la Universidad Nacional Autónoma de México, con una maestría en la Universidad de Míchigan. Fue maestro de la Escuela de Salud Pública, del Colegio de México y de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Ha publicado una treintena de libros, además de decenas de artículos en revistas especializadas. Mucho antes de ser el secretario de salud con Vicente Fox, en 1988, fue designado director ejecutivo de Investigación e Información para las Políticas de la Organización Mundial de la Salud, con sede en Ginebra, Suiza. En dos ocasiones ha sido propuesto como director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Además de diseñar el Seguro Popular, durante su periodo en la Secretaría de Salud (2000-2006) creó la Comisión Federal Contra Riesgos Sanitarios (Cofepris), la primera agencia regulatoria de salud en el país, misma que hoy vive en un profundo marasmo.  Cuando dejó la Secretaría de Salud se convirtió en consejero de la fundación Bill y Melinda Gates y dirigió el Instituto Carso de Salud. Desde 2009 es el decano de la escuela de Salud Pública T.H. Chan de la Universidad de Harvard y desde abril de 2015 fue designado también uno de los seis presidentes, el único hispano, de la Universidad de Miami.

Como se lee, Frenk es una autoridad mundial en salud pública y uno de los mejores secretarios de Salud que ha tenido el país, sin embargo, su creación, el Seguro Popular, es eliminado por otra “gran idea del presidente”, ya no la llamaremos ocurrencia: el Insabi que más parece un ente inútil e incapaz de valerse por sí mismo, debido a que las fallas por falta de análisis y planeación son muchas y al parecer incorregibles, a menos que se tomen en cuenta experiencias anteriores, pero “ni imaginarlo son conservadoras”.

No obstante, hay que considerar que el Seguro Popular daba atención a 57 millones de mexicanos y que estaba ya financiado para poder operar sin dificultades varios años más. Eso no importó al presidente, sino las prácticas corruptas de malos servidores públicos que causaron se elevara el costo de la salud, aunque no se hizo nada por corregirlos o sancionarlos, sino que bastó un “borrón y cuenta nueva”.

Entonces, aunque funcionara el Seguro Popular, con todo y funcionarios corruptos, a los que no se les ha sancionado y como no era idea del presidente López Obrador, se decidió por el Insabi que encabeza Juan Antonio Ferrer Aguilar, un administrador de empresas, muy respetable, que trabajó durante varios años en el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) como administrador de distintas zonas arqueológicas, incluyendo el INAH de Tabasco. Su relación con el presidente Andrés Manuel López Obrador viene, además de que son paisanos, de haberse conocido cuando administraba la zona arqueológica de Palenque, donde el Presidente tiene su rancho.

Ferrer dejó la administración de las zonas arqueológicas para encargarse de desmantelar el Seguro Popular de probado éxito reconocido por los mexicanos más pobres, pese a todo. No se puede dejar de reconocer que fue uno de los mejores programas de salud creado bajo todas las normas y criterios internacionales, para ahora ser desplazado por el Instituto de Salud para el Bienestar “que se vendió como gratuito, pero que cobra, y mucho, por servicios que no funcionan; que no está atendiendo a la gente, que no tiene medicinas, desde las más elementales hasta las de los tratamientos más delicados y sofisticados, como el de los niños con cáncer”, dice en las redes.

Es cierto, el Insabi fue lanzado contra reloj, con prisa, improvisación y falta de sentido de la realidad, por ello ha dejado en el desamparo a los 57 millones de mexicanos que utilizaban el Seguro Popular. El Insabi, ya lo hemos dicho, no tiene reglas de operación claras ni para los pacientes ni para los administradores ni mucho menos para los médicos. Pero su titular… sabe mucho de arqueología.

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COLUMNA DEL DIRECTOR:

La herencia de la 4T

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Caminos del Mayab
Por Martín G. Iglesias

Por ser de suma importancia para el pueblo originario descendiente de la Gran Civilización Maya, no me quedé con la duda sobre la visita de la Presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, a Felipe Carrillo Puerto, donde aparte de supervisar el avance del hospital, pondría en marcha el apoyo económico de la Asamblea del Fondo de Aportaciones para la Infraestructura Social para Pueblos y Comunidades Indígenas y Afromexicanos (FAISPIAM).
Se trata de beneficiar a 82 comunidades de Quintana Roo que están en los 11 municipios, pero que tienen la característica de ser pueblo originario o descendiente de afromexicanos. El apoyo es directo de la Federación y la comunidad determinará en Asamblea qué obra de beneficio social harán, pero eso sí, quien maneje el presupuesto asignado, será una mujer.
Aunque no lo dijo en Felipe Carrillo Puerto, sí lo expresó en Champotón, Campeche, a donde fue a entregar estos apoyos; porque este es el primer año en que se entregan recursos públicos de manera directa a los pueblos originarios. Calificó que poner en la constitución a estos pueblos y hacerlos sujetos de derechos, es una herencia que dejará la Cuarta Transformación (4T) de la vida pública del país, además de aplicar la filosofía del Humanismo Mexicano.
La presidenta Claudia Sheinbaum Pardo lo explicó muy bien: La primera transformación fue la Independencia de México. Nos separamos de la Corona española, México se hizo un país independiente, libre, buscando siempre la justicia. La segunda Transformación, fue la Reforma con Benito Juárez García. Separó la Iglesia del Estado, mucho antes que muchísimos países del mundo. La tercera, fue la Revolución Mexicana de 1910, la primera gran revolución social del Siglo XX, antes que en cualquier lugar del mundo.
Esas tres Transformaciones fueron violentas, hasta que llegó la Cuarta Transformación, pero no por ello menos profunda, es igual de profunda; cambió por completo, se separó el poder económico del poder político, cada uno en su lugar, y el gobierno al servicio del pueblo.
Durante todas las Transformaciones, en la primera, en la Independencia; en la segunda, en la Reforma; en la tercera, en la Revolución Mexicana, no se reconoció en la Constitución a los pueblos indígenas y a los pueblos afromexicanos, no se habían reconocido; lo más que se llegó es a reconocer la propiedad comunal en la Constitución de 1917.
Pero en ninguna de las constituciones, ni la de 1824, ni la de 1857, ni la de 1917, se reconocía a los pueblos originarios como sujetos de derecho público con derecho a tierra, con derecho a agua y con derecho a recibir recurso público del presupuesto federal para destinarlo a lo que quieren los pueblos originarios.


El artículo 2º constitucional reconoce a los pueblos, a las comunidades, pero nunca habían recibido un presupuesto de manera directa, hasta ahora. Ahí se las dejo…
SASCAB
Por cierto, ya hay un plan para el aprovechamiento industrial del sargazo; al menos así lo dejó claro la secretaría de Ciencia, Humanidades, Tecnología e Innovación (Secihti) del Gobierno Federal, Rosaura Ruiz Gutiérrez, quien dijo, “Me parece que lo más importante es la constitución de una empresa para transformar el problema del sargazo en algo útil, que sea una ventaja aprovechable”.
Van por el diseño de una biorrefinería de residuo cero y autosustentable, en el que se transforme el sargazo en un producto principal y al mismo tiempo la generación de productos secundarios que sirvan de insumos para la industria farmacéutica, cosmética, alimentaria y el sector agrícola.
Los grupos de trabajo acordaron seguir consolidando las capacidades y fortalecer la coordinación para lograr establecer una industria nacional basada en el procesamiento de sargazo, y llevar a cabo acciones que permitan la atención, adaptación y mitigación del arribo masivo de sargazo pelágico a México, que contribuyan a reducir el riesgo en los ecosistemas marino-costeros, así como a incrementar el desarrollo socioeconómico de México y de la región del Gran Caribe, con alcances a corto, mediano y largo plazo. Al tiempo…

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NOROÑA Y LA SERPIENTE QUE MUERDE SU COLA

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“Visión Periférica”

Por Cliserio Eleazar Cedillo Godínez*

El Partido del Trabajo (PT) último de los bastiones de la auténtica izquierda se niega a sucumbir arrastrado por el poder de quienes nacieron en sus filas, pero hoy son fieles instrumentos del sistema, ni siquiera del poder. Si. Son instrumentos de un sistema que los rodea de todo, lo necesario y lo suntuario. De los que, acostumbrados a su léxico, siguen llamando de compañeros al mismo presidente o presidenta de la República, a los que olvida que se les debe respeto, pero no sumisión a ciegas. Claro, hablo de uno solo, quien merece estos adjetivos y que, de pronto el sábado 26 de abril pretendía borrar con el soplido de sus labios a este instituto político nacido contra viento y marea el 13 de enero de 1993.

Si. Me refiero a Gerardo Fernández Noroña. Ese hombre lépero, acostumbrado a gritar y que hoy trata de refinarse como presidente del Senado de la República, pero que aún así no puede quitarse de encima esa pesada carga, que hasta hace algunos años pudiera ser calificada como de la peor ralea. Veamos por qué en una de tantas declaraciones habló así del presidente Andrés Manuel López Obrador:

“…el compañero presidente que tanto insiste en que el pueblo es tonto. Sí se equivocó: el compañero presidente sabe que nuestro pueblo es uno de los más politizados del mundo. Cómo se le olvidó eso. Cómo el poder te puede nublar a tal grado… caray dice un refrán que “el poder a los inteligentes los nubla ya los pendejos los vuelve locos… Híjole, no, no, no… No, si yo llego a responsabilidades mayores yo voy a seguir así… (y que me dicen) hey Gerardo, cabrón reacciona pon las patas en el piso… no, no, no puede cometer estos errores de soberbia, no”.

Pues que creen, ahora como presidente del Senado, se le olvidó que la militancia del PT no es tonta (lo mismo que dice que le sucedió al presidente con el pueblo de México, solo que no sabemos en su caso si él se considera inteligente o pendejo) y salió abucheado y corrido como un traidor por integrantes del Partido del Trabajo, durante su 12° Congreso Nacional realizado este sábado 26 de abril.

Todo comenzó cuando la otra defensora de la izquierda insistió en que los partidos del Trabajo, el Verde Ecologista de México y Morena (PT-PVEM-Morena) son un solo movimiento, lo cual provocó que los asistentes comenzaron a abusar de él. y pidieron a gritos que se marchara.

Y es que tontamente en un evento para profundizar en las raíces del movimiento izquierdista, con miras a trazar nuevos derroteros que los conduzcan a su fortalecimiento político, calificó a su 12° Congreso como un movimiento sectario. Es decir, intolerante, discriminatorio y promotor de odio. Esto por el hecho de rebelarse a ser comparsa y parte de “un solo grupo junto con el Partido Verde Ecologista de México y Morena”. Luego entonces, ¿de qué sirve el sistema de partidos, si Fernández Noroña propone una democracia disfrazada?

Consideramos que los petistas en ese congreso actuaron con toda la razón, buscan participar con mayor fuerza en la competencia electoral. Al parecer ya se cansaron de ser comparsa y conformarse con lo que les dejen. Por qué no aspirar a más. Tan solo en Quintana Roo tienen importantes perspectivas no solo para ser diputados, sino incluso para llegar a gobernar municipios tan importantes, como Benito Juárez o Playa del Carmen.

¿Lo dudas? Ahí está el diputado Hugo Alday, el mejor preparado y más productivo de todos los legisladores locales, pero para ello requiere de la fuerza de un verdadero partido y no solo ser parte de un movimiento. Ya veremos…

*Periodista con 49 años de experiencia; Premio México de Periodismo “Ricardo Flores Magón” 2024; director general del 5to Poder Periodismo ConSentido .

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