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Dejan su niñez para trabajar al menos 2.5 millones de niños en México

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CIUDAD DE MÉXICO, 30 DE ABRIL.- En México laboran 2.5 millones de niños entre los cinco y 17 años, lo que representa 8.4% de la población infantil del país; sin embargo, 12 entidades del país sobresalen con tasas superiores a 10%, de acuerdo con los datos del Módulo de Trabajo Infantil del Inegi.

Entre los estados con mayores tasas de ocupación laboral infantil destaca Nayarit, donde 14.3% de los niños realiza alguna labor productiva; le siguen en orden de población con este estatus Puebla, con 13.2%; Colima, 12.9%; Zacatecas y Guerrero, 12.1% cada una; Jalisco, 11.6%; Durango, 11.4%; mientras que Michoacán, Chiapas, Oaxaca; San Luis Potosí y Campeche tienen niveles superiores a 10%, aunque menores a 11%.

“Los altos niveles de ocupación infantil están relacionados con las elevadas tasas de pobreza que padecen estas entidades, por ejemplo, Chiapas, Oaxaca, Guerrero, Puebla y Michoacán se encuentran entre los estados con el mayor porcentaje de sus habitantes en situación de pobreza, por arriba de 55%, cuando el promedio nacional es de 43.6%”, de acuerdo con los datos del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval).

Para la Organización Internacional del Trabajo (OIT), el término trabajo infantil es “todo trabajo que priva a los niños de su potencial y su dignidad, y que es perjudicial para su desarrollo físico y sicológico”.

Constituye un perjuicio para la vida y la integridad de este sector de la población, traduciéndose en una de las principales causas de deserción escolar, su erradicación constituye el factor determinante en la superación del ciclo de pobreza que afecta a miles de familias.

Entre las entidades con los menores niveles de ocupación laboral infantil sobresalen la Ciudad de México, con 4.4%, y Baja California, con 4.6%. Otras entidades son: Aguascalientes, Morelos, Tamaulipas, Querétaro y Chihuahua, con niveles inferiores a 6%, pero mayores a 4%.

RAZONES DE EMPLEO

El 23.5% de la población infantil encuestada expresó que tiene la necesidad de trabajar para pagar su escuela o sus propios gastos; 23.5% por gusto o por poder ayudar; 16.8% porque su hogar necesita de su trabajo; 14.6% para aprender un oficio; 11.5% para el pago de deudas, y 10.1% porque el hogar necesita de su aportación económica.
El principal sector de actividad en que se ocupa la población infantil es el agropecuario (26.7%), seguido de servicios (22.6%) y del comercio en el país (20.2%).

Diferencias por sexo. Existe una marcada diferencia por sexo de acuerdo con el sector en que se ocupan, puesto que los varones lo hacen principalmente en la construcción: 99.3% de la población de cinco a 17 años ocupadas en este sector son hombres.

Lo mismo sucede en el sector agropecuario, en que 89.7% de los niños ocupados en el sector son varones en la nación. Nueve de cada 10 menores de edad que trabajan lo hacen en actividades no permitidas, donde 40% es debido a que se encuentra debajo de la edad permitida y 60% restante realizan actividades que resultan peligrosas para su salud, seguridad o moralidad y que afecta el ejercicio de sus derechos y su desarrollo integral.

El Banco Interamericano de Desarrollo señala algunas condiciones de trabajo infantil inadecuadas que pueden determinar que el trabajo se convierta en una actividad de riesgo; una de ellas es la duración de la jornada por encima del límite legal permitido.

En México, la jornada de trabajo de los menores de 16 años no puede exceder de seis horas diarias; sin embargo, 36.6% de la población de cinco a 17 años ocupada trabaja 35 y más horas a la semana.

El Siglo de Torreón / El universal

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Resumen de las Primeras Planas Nacionales 00 Marzo

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Los enredos teóricos de México

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Por el Dip. y Dr. Hugo Alday Nieto*

La teoría del Derecho, desde el siglo XI con la escuela de Los Glosadores, que rescatan y recuperan gran parte del Derecho Romano para ajustar sus normas con la codificación de Justiniano, y hasta la fecha; se han sucedido diversos grupos de teóricos del derecho opuestos en varios aspectos entre sí, que han sido los causantes de los vuelcos que han dado los criterios jurisprudenciales y líneas de acción de los legisladores a lo largo y ancho del planeta.

Y con ello, queremos decir que una cosa es la ideología política del gobierno en turno, si es que todos la tienen, y otra muy diversa, es la que surge de la teoría del derecho del grupo de influencia más cercano al poder en turno que por lo general llega a trastocar todo el Estado de Derecho impactando a la población.
Así pues, en México, desde hace ya un par de décadas, las teorías del neoconstitucionalismo representado por Dworkin y el principialismo de Alexy, comenzaron a tomar el control del derecho en México, no solo del Poder Judicial Federal, sino del Congreso de la Unión, para todas sus determinaciones.

Pasando de pronto del iuspositivismo, es decir, de la interpretación del derecho a partir de la construcción de las normas, a una especie de derecho basado en la supremacía de “principios” y de “reconocimiento de derechos humanos” en la Constitución, que poco a poco generaron la idea de la existencia de una moralidad superior al Estado de Derecho que era capaz de derogar o tener por no puestas aquellas normas jurídicas que no fuesen coincidentes con aquello que para ese grupo de teóricos del derecho es considerado con un valor moral superior.

Pasado el tiempo, los jueces comenzaron a sustituir las lagunas de la Ley, basados en la teoría del principialismo o de los principios generales, que les otorga supremacía interpretativa y los convierte en legisladores. Por otra parte, el legislador común, haciendo una interpretación del neoconstitucionalismo, se arrogó facultades constituyentes que, no son posibles de adquirirse para poderes previamente constituidos, lo que se convirtió en un absurdo legislativo, muy cercano al clásico dilema de quien fue primero… el huevo o la gallina.

Con ese descontrol y dejando de lado a los iuspositivistas, que reconocen el valor real de la Ley y de su interpretación directa, sin que esta venga de un ente moral superior, se llegó a excesos por parte del Poder Judicial que tuvo a bien declarar inconstitucionales reformas constitucionales; y, por otro lado, de un Poder Legislativo, que, se erigió en constituyente y suprimió derechos subjetivos públicos inamovibles de una Constitución desde el punto de vista del iuspositivismo.

Esta guerra de teorías del derecho, tomó mayor peso cuando se llevó a las calles en una narrativa complicada para las mayorías que no comprenden de fondo dichas teorías de filosofía, impulsadas desde partidos políticos, gobernantes y legisladores, que tampoco las comprendían o no dimensionaban el tamaño del problema, acusándose unos a otros de violar la Constitución. Cuando en realidad ambas partes lo hicieron de forma cínica.

Lo cierto es que, dada la sistemática violación de la Constitución y desconocimiento de las normas y principios generales del derecho, hoy México se encuentra en una de las peores crisis constitucionales de la historia, retrocediendo, tal vez a la era de Thomas Hobbes, donde el Derecho era solamente represor para el gobernado y donde el gobernante no tenía límites establecidos en la Ley, por ser en sí mismo el origen y fin de la Ley.

No cabe duda que, de no retomar el camino iuspositivista con las teorías de Paolo Comanducci por ejemplo, lo peor estará por venir, ya que, con la nueva conformación del Poder Judicial Federal, es probable que seamos testigos de los nuevos desaciertos de futura materialización de la hermeneútica jurídica emanada de personas juzgadoras sin la debida experiencia para la correcta ponderación, interpretación o argumentación jurídica, lo que nos llevará a que la vida siga, como siguen las cosas que no tienen mucho sentido.


*(Licenciado en Derecho con Mención Honorífica, Maestro en Derecho Empresarial, Maestro en Derecho de la Propiedad Industrial, Intelectual y Derecho de la Competencia, doctorante en Derecho)

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