Nacional
Subordinado de Murillo Karam, ligado a venta de Pegasus a la PGR

CIUDAD DE MÉXICO, 20 DE FEBRERO.- Un funcionario de la Procuraduría General de la República (PGR) fue socio fundador de una compañía ligada al grupo empresarial que vendió en 32 millones de dólares el malware espía Pegasus a la propia PGR.
Luis Fernando Ayala Puente, quien trabajaba en la oficina encargada de custodiar los bienes decomisados a delincuentes, fue socio fundador de la empresa CITELAE del Centro SA de CV, la cual registró el nombre y el logotipo de Balam Seguridad Privada ante el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (IMPI), revela una investigación de Mexicanos contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI).
Balam nació como empresa el 15 de mayo de 2012, mientras transcurría la pasada campaña presidencial, y el trámite de inscripción de su nombre comercial fue realizado por intermediación de la compañía CITELAE el 3 de julio del mismo año.
En octubre de 2014, una empresa filial de Balam, de nombre Grupo Tech Bull SA de CV, obtuvo de la PGR un contrato por 32 millones de dólares (equivalente a 450 millones de pesos de entonces) para surtir el malware de espionaje Pegasus, el cual ha sido utilizado para infectar teléfonos inteligentes de defensores de los derechos humanos, políticos de oposición y periodistas.
Rodrigo Ruiz de Teresa Treviño, uno de los accionistas de Balam, tiene vínculos con encumbrados personajes de la política. Un hermano de su papá es Guillermo Raúl Ruiz de Teresa, Coordinador de Puertos y Marina Mercante, cercano al círculo político del senador Emilio Gamboa, y su primo Guillermo Ruiz de Teresa Mariscal trabajaba en la oficina de la Presidencia de la República cuando se asignó el contrato de Pegasus a Tech Bull.
El accionista de Balam ha negado reiteradamente el vínculo con Tech Bull, pese a que una cadena de correos filtrados por Wikileaks acredita los nexos empresariales de ambas compañías.
Además, en esta investigación se corroboró que el hermano de uno de los presuntos prestanombres de Tech Bull trabaja para Balam.
Entra a PGR y a los 8 meses se asigna contrato
Cuando se asignó el contrato de Pegasus a Tech Bull, Luis Fernando Ayala Puente, socio fundador de CITELAE –la empresa ligada a Balam- tenía ocho meses de haberse incorporado como funcionario de segundo nivel en la PGR.
Ayala Puente se incorporó a la Procuraduría el 1 de febrero de 2014 por invitación de Aurelio Gancedo, quien se desempeñaba como Director de Aseguramientos Ministeriales.
Gancedo y Ayala se conocieron en la ciudad de San Luis Potosí –de donde ambos son originarios- y antes de entrar a la PGR habían trabajado juntos en la Dirección de Desarrollo Social de aquel municipio, el primero como titular de la dependencia, y el segundo, como su administrador.
Gancedo, a su vez, creció a la sombra de Jesús Murillo Karam desde el año 2009, cuando el primero era presidente del PRI en San Luis Potosí y el segundo el secretario general del mismo partido.
Desde el inicio de su gestión como Procurador, Murillo Karam invitó a Gancedo a incorporarse a la PGR, primero como director de área en la Oficialía Mayor y luego comodirector de Control y Registro de Aseguramientos Ministeriales.
Cuando Murillo ascendió a Gancedo, en febrero de 2014, éste incorporó a la PGR a Ayala Puente (el socio fundador de CITELAE) y a otros dos amigos que habían sido sus subordinados en el Ayuntamiento de San Luis Potosí: Víctor Hugo Salgado Delgadillo y José Israel Guerrero Cerrillo.
Luego, cuando Murillo fue removido de la PGR y enviado a la Secretaría de Desarrollo Territorial y Urbano (Sedatu), Gancedo se fue con él como director de Recursos Materiales y Servicios Generales. En el medio político de San Luis Potosí se identifica a Gancedo como el ahijado de Murillo Karam.
Vínculo con empresa ‘fantasma’
CITELAE del Centro SA de CV fue creada el 30 de noviembre de 2009 en la ciudad de San Luis Potosí, por dos empleados de Delta Servicios del Sureste, una empresa que el Servicio de Administración Tributaria (SAT) identificó desde 2014 como presunta ‘fantasma’, por expedir comprobantes fiscales sin tener infraestructura o por realizar operaciones simuladas.
En la declaración patrimonial que presentó cuando ingresó a la PGR, Luis Fernando Ayala Puente reportó que entró a trabajar en Delta Servicios del Sureste en junio de 2009, cuando tenía 24 años de edad, y que permaneció en esa empresa hasta febrero de 2011, donde desempeñaba el cargo de asistente administrativo.
Delta fue constituida en el pueblo chiapaneco de Ocozocuautla, y como supuestos dueños aparece en actas una pareja que reside en Paseo del Bosque, una colonia popular de Tuxtla Gutiérrez. Como administradora figura una señora de 68 años que declaró habitar el departamento 10 del edificio M45 en la unidad habitacional Lomas de Plateros, en la ciudad de México. Sin embargo, en una visita de MCCI se constató que esa dirección es falsa.
A los cinco meses de que declaró haberse incorporado a Delta, Luis Fernando Ayala Puenteayudó a crear CITELAE del Centro, en cuya acta constitutiva fue registrado como socio con el 33% de las acciones y una aportación de 16 mil 500 pesos al capital social.
Como sus socias en CITELAE fueron registradas María Patricia Castillo Rodríguez, quien era la encargada de la contabilidad de Delta Servicios del Sureste, con el 34% de las acciones, y Rosa Elena Herrera Rodríguez, una joven de 23 años, estudiante de contaduría, con el 33%.
En el acta quedó asentado que CITELAE se dedicaría a dar todo tipo de servicios, incluida la vigilancia industrial, comercial y bancaria; asesorías e investigaciones privadas a particulares y todo lo relacionado con la seguridad.
En asambleas realizadas en febrero de 2011 y agosto de 2013 se retiraron de la empresa las dos socias fundadoras, pero en los documentos inscritos en el Registro Público de Comercio de San Luis Potosí no aparece ninguna cesión o venta de acciones por parte de Luis Fernando Ayala Puente.
En octubre de 2013 se acordó liquidar CITELAE en una asamblea extraordinaria de la que dio fe el notario Javier Manuel Gutiérrez Dávila, de Guadalajara.
Coincidentemente el mismo mes en que fue liquidada CITELAE, nació en la ciudad de México otra empresa de seguridad ligada a Balam, de nombre Grupo Tech Bull SA de CV, también con un capital social de 50 mil pesos y con un contador público recién egresado como accionista y administrador único.
Esa empresa fue la que en octubre de 2014 –a un año de haber sido creada- obtuvo un contrato por 32 millones de dólares de la PGR para vender el malware espía Pegasus, desarrollado por la compañía israelí NSO.
Empresas hermanas
Tech Bull se creó el 10 de octubre de 2013 en la Ciudad de México, con dos presuntos prestanombres como socios: Carlos Cayetano Miguel, un joven de 26 años de edad recién egresado de la carrera de contaduría en el Instituto Politécnico Nacional (IPN), y Jorge de Jesús Sánchez, de 29 años, un técnico en informática egresado del Conalep. Ambos residen en colonias modestas ubicadas en las cañadas de Mixcoac, en la delegación Álvaro Obregón.
En julio de 2017, Mexicanos contra la Corrupción y la Impunidad entrevistó a Cayetano Miguel, quien confesó que no sabía que la empresa en la que aparecía como socio había vendido el malware Pegasus.
El vínculo de Balam y Tech Bull quedó al descubierto en una cadena de correos electrónicos filtrados por la organización Wikileaks el 8 de julio de 2015.
En uno de esos correos, fechado el 28 de noviembre de 2014, el administrador de Tech Bull, Armando Pérez Herrero, describió a Balam y a su filial como “la número uno en la PGR y en la Marina”, además de ser proveedores del Centro de Investigación y Seguridad Nacional (CISEN) y de la Policía Federal. “Acabamos de vender a la PGR (contrato ya firmado y ellos ya enviaron el dinero) el sistema NSO Pegasus”, confió en ese mismo mensaje.
En otro correo enviado al día siguiente, un intermediario israelí de nombre Eric Banoun les escribió a directivos de la empresa italiana Hacking Team, a nombre de Balam, para pedirles alternativas para comprar un malware de espionaje similar al de Pegasus.
“Un amigo mío, Rodrigo de Balam Seguridad, uno de los mayores jugadores hoy en el campo de las soluciones de inteligencia en México, se pondrá en contacto con usted a principios de la próxima semana con una urgente solicitud de propuesta. Su compañía recibió un contrato de PGR México por un sistema basado en infecciones para móviles basado en 500 agentes reutilizables. Originalmente, la oferta se adaptó a otra empresa, llamada NSO Pegasus. El tema principal es que Rodrigo está buscando una alternativa viable a la luz del precio exorbitante establecido por NSO”, escribió el intermediario israelí.
El correo detalla que Rodrigo Ruiz era el negociador directo con la PGR.
En la investigación de MCCI se comprobó que Carlos de Jesús Sánchez, hermano de uno de los presuntos prestanombres de Tech Bull –Jorge de Jesús Sánchez– trabaja en Balam, y mantiene una relación de amistad con Alon Dayan, directivo de la empresa de seguridad.
El ex funcionario niega ser él mismo
MCCI localizó el pasado fin de semana en San Luis Potosí al exfuncionario de la PGR cuya empresa registró a Balam Seguridad Privada, y al ser cuestionado negó su propia identidad.
–¿Luis Fernando Ayala Puente? Somos de la organización Mexicanos contra la Corrupción y la Impunidad.
-No. Está equivocado –dijo el exfuncionario.
–Él no se llama así –intervino su esposa.
-¿No es usted Luis Felipe Ayala?
-No… Está usted equivocado.
-Sí es usted. Tengo su foto.
–No, no.
-Es algo muy simple: quiero hacerle una consulta.
-No, pero no. No soy la persona que dice.
-Sí, claro que sí.
-No. Pero no tengo por qué echarle mentiras. No, no, no…
-Vamos a publicar una investigación de un asunto que involucra a la empresa CITELAE.
-Pero no, no, no…
-Y me interesa tener una opinión. No quisiera publicarlo sin la versión de usted.
-Pero no, no, no…
–Pero él no se llama Luis Felipe –intervino de nuevo la esposa.
-Está equivocado, segurísimo.
-¿Seguro?
-No tengo por qué echarle mentiras –respondió Ayala Puente y dio la media vuelta.
Momentos antes, los reporteros de MCCI habían visitado el domicilio que el exfuncionario aportó al momento de crear la empresa CITELAE, y su papá primero aseguró que no estaba disponible, y luego dijo que se encontraba en el extranjero.
-Buenas noches, buscaba al señor Luis Felipe Ayala.
-No está –respondió el papá.
-¿Sabe a qué hora lo podemos localizar?
-No, ya se fue a Europa.
En realidad, el ex funcionario de la PGR estaba a media cuadra de su casa, oculto de los reporteros.
Después de negar ser él mismo, Luis Felipe Ayala dio vuelta a la cuadra para simular que vivía en otra casa. Sin embargo, MCCI constató que a los cinco minutos entró a su vivienda, donde ya lo esperaba en la puerta su papá, quien minutos antes había asegurado que estaba en Europa.
Usaron prestanombres
Rosa Elena Herrera, quien en actas aparece como socia fundadora de CITELAE con una tercera parte de las acciones, aseguró que utilizaron su identidad sin su consentimiento.
Al enseñarle los documentos en los que aparece su nombre y domicilio, se mostró sorprendida y negó haber sido socia de CITELAE o de cualquier empresa. “Es que no, no me suena”, dijo.
-¿Usted recuerda haber pertenecido a esa empresa?
-No, no tengo conocimiento –respondió.
-¿O le parece familiar el nombre de alguna de las personas que aparecen aquí (en el acta)?
-No, no sé. No me suena ni la empresa. No tengo conocimiento de eso.
Tras revisar los documentos, dijo que tal vez cuando era estudiante por alguna razón firmó algo sin estar plenamente consciente.
-¿Pero firmó como empresaria?
-No, no. Ni idea. Y de las empresas que me habla, no.
-¿No reconoce haber estado en la empresa ni haber vendido las acciones?
-No. No.
Patricia Castillo Rodríguez, otra de las socias de CITELAE, se negó a hablar. A través de una pariente dijo que estaba indispuesta por problemas de salud.
También se negó a opinar Leticia Ivonne Ramírez, quien fungía como administradora de la misma empresa.

Nacional
Tabasco al Borde del Abismo: La Guerra Silenciosa entre el CJNG y La Barredora Siembra Terror y Desafía la Estabilidad Estatal

La primera luz del alba apenas comenzaba a pintar el horizonte tabasqueño cuando el hallazgo macabro irrumpió en la relativa calma, tiñendo la jornada de un presagio sombrío y familiar. En la periferia polvorienta de Villahermosa, una ciudad que paradójicamente ostenta el deshonroso título de la más insegura del país según las recientes encuestas del INEGI, un cuerpo decapitado yacía como un despojo, abandonado a la vera del camino. Junto a él, un narcomensaje, un trozo de cartulina con letras amenazantes, helaba la sangre incluso antes de ser leído por los peritos de la fiscalía. Este no es un incidente aislado, sino un eslabón más en la cadena de terror que estrangula al estado, una consecuencia directa de la brutal guerra territorial entre el omnipresente Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) y la organización local, La Barredora, cuya sed de sangre no es menor.

La noticia, cruda y escalofriante, se propagó rápidamente a través de los grupos de WhatsApp y las transmisiones de radio locales, sembrando una profunda sensación de vulnerabilidad entre los habitantes de Tabasco. La brutalidad del acto, la decapitación como una firma macabra que evoca los peores momentos de la lucha contra el narcotráfico en México, resonó con fuerza en una región históricamente marcada por la violencia. Aunque las autoridades han optado por un silencio cauteloso, la confirmación tácita a través de fuentes extraoficiales fue suficiente para que el miedo se arraigara nuevamente en los hogares tabasqueños, donde las puertas se cierran con doble llave al caer la noche.
El narcomensaje encontrado junto al cuerpo, cuyos detalles específicos se mantienen bajo reserva para no entorpecer las investigaciones en curso, se presume que contenía amenazas directas y advertencias explícitas dirigidas a La Barredora. Este tipo de comunicación, directa y sin adornos, es una táctica común en la guerra entre cárteles, utilizada para intimidar al rival, marcar territorio con sangre y enviar un mensaje escalofriante a la sociedad: el control se disputa a balazos y cuchilladas, y la vida de cualquiera puede ser moneda de cambio. La mera existencia del mensaje tensa aún más el ambiente, sugiriendo que la confrontación, lejos de amainar, se recrudece con cada amanecer.

La escalada de violencia en Tabasco no es un fenómeno reciente, sino la dolorosa culminación de una lenta pero constante descomposición del tejido social y de la evidente incapacidad del Estado para garantizar la seguridad de sus ciudadanos. En los últimos meses, el estado ha sido testigo de un aumento alarmante en los enfrentamientos armados, tanto en las colonias populares de las ciudades como en las comunidades rurales olvidadas. Secuestros exprés que dejan familias rotas, extorsiones que asfixian a los pequeños negocios, el robo descarado de hidrocarburos que alimenta las arcas del crimen y las ejecuciones sumarias que engrosan las estadísticas de muertes violentas se han convertido en una preocupante rutina, alterando la vida cotidiana y sembrando el terror en cada esquina. La presencia de hombres fuertemente armados, moviéndose en camionetas blindadas y portando un arsenal que a menudo supera al de las fuerzas del orden locales, es una imagen cada vez más común en las carreteras y los caminos vecinales de Tabasco.
La disputa entre el CJNG y La Barredora responde a una lógica territorial y económica despiadada. El control de las rutas de trasiego de drogas que atraviesan el estado, el lucrativo negocio del “huachicol” que sangra los ductos de Pemex, y la extorsión sistemática a comerciantes, empresarios e incluso pequeños vendedores ambulantes son los principales combustibles de esta sangrienta confrontación. El CJNG, con su vasta infraestructura y su poderío económico a nivel nacional, busca imponer su ley en Tabasco, un estado estratégico por su ubicación y sus conexiones logísticas. Por su parte, La Barredora, un grupo local con un conocimiento profundo del terreno y arraigo en algunas comunidades, se resiste a ceder su control, luchando con una ferocidad desesperada por mantener su cuota de poder e influencia.

La respuesta de las autoridades estatales y federales ante esta creciente ola de violencia ha sido recibida con escepticismo y frustración por gran parte de la población. Si bien se han implementado operativos conjuntos, con el despliegue de elementos de la Guardia Nacional, el Ejército y la policía estatal, la percepción generalizada es que las fuerzas de seguridad se ven superadas por la capacidad de fuego y la sofisticación de los grupos criminales. La falta de una estrategia integral y a largo plazo, así como las persistentes denuncias de corrupción en algunos niveles de gobierno, son señaladas como obstáculos que impiden una respuesta efectiva y contundente.
La situación de inseguridad tiene un impacto devastador en todos los aspectos de la vida en Tabasco. El sector empresarial local se ve paralizado por las extorsiones y la incertidumbre, lo que frena la inversión y la creación de empleos formales. La vida cotidiana de los ciudadanos se ve cada vez más restringida por el miedo a salir de casa, a transitar por ciertas zonas consideradas peligrosas o a realizar actividades que antes eran parte de la normalidad. La confianza en las instituciones se desmorona, y la sensación de indefensión se extiende como una sombra sobre la población. La reciente designación de Villahermosa como la ciudad más insegura del país no es una simple estadística; es el reflejo palpable del miedo y la angustia que viven sus habitantes día a día.
Ante la aparente ineficacia de las medidas gubernamentales, la sociedad civil organizada comienza a movilizarse con mayor determinación. Colectivos de víctimas que buscan justicia, organizaciones no gubernamentales que trabajan en la defensa de los derechos humanos y ciudadanos preocupados que exigen un cambio han convocado a marchas silenciosas, foros de discusión y campañas de concientización para visibilizar la magnitud del problema y presionar a las autoridades para que actúen con firmeza y transparencia. La demanda unánime es por un Tabasco donde la paz no sea una utopía y donde el Estado de Derecho deje de ser una promesa incumplida.

El gobierno estatal, liderado por el Gobernador Carlos Manuel Merino Campos, ha emitido comunicados oficiales condenando enérgicamente los actos de violencia y reiterando su compromiso de trabajar en coordinación con las fuerzas federales para restablecer el orden. Sin embargo, estas declaraciones contrastan con la cruda realidad que viven los tabasqueños, quienes exigen resultados tangibles y una estrategia clara para frenar la espiral de violencia. La magnitud del desafío requiere una acción que vaya más allá de los operativos reactivos y que aborde las causas profundas de la violencia, incluyendo la desigualdad social, la falta de oportunidades para los jóvenes y la impunidad que protege a los criminales.
La crisis de seguridad en Tabasco no es un problema aislado, sino un síntoma alarmante de la compleja y multifacética lucha contra el crimen organizado que enfrenta México en varias regiones del país. Sin embargo, la particular dinámica entre el CJNG y La Barredora, con sus propias reglas no escritas y códigos de confrontación, exige un análisis detallado y soluciones adaptadas a la realidad local. La inteligencia policial efectiva, la desarticulación de las redes financieras que sostienen a estos grupos, el fortalecimiento de las instituciones de justicia para romper el ciclo de impunidad y la implementación de programas de prevención del delito con un enfoque social son elementos cruciales para intentar revertir la tendencia actual.
Mientras la violencia continúa cobrando vidas y sembrando terror en cada rincón del estado, los habitantes de Tabasco viven en una angustiosa incertidumbre. El hallazgo del cuerpo decapitado en el amanecer y el ominoso narcomensaje son un sombrío recordatorio de la urgencia de una respuesta efectiva y coordinada por parte de las autoridades. La nación observa con creciente preocupación el desarrollo de los acontecimientos en Tabasco, esperando que se implementen medidas concretas que logren frenar esta escalada de violencia y devolver la esperanza a una sociedad que clama por paz y justicia. El futuro del estado pende de un hilo, y la capacidad del Estado mexicano para hacer frente a este desafío definirá no solo el destino de Tabasco, sino también la credibilidad de sus instituciones en la lucha contra la sombra ensangrentada del crimen organizado.
Fuente: medios locales Tabasco

Nacional
Doble Golpe a Tabasco: Fugas Gemelas en Ducto de Pemex Desatan Crisis Ambiental y Polémica en Torno a Dos Bocas

Una densa capa de crudo ha transformado la paradisíaca costa de Tabasco en un escenario de desolación, luego de que Petróleos Mexicanos (Pemex) confirmara la pesadilla que los habitantes de la región temían: dos fugas simultáneas en un ducto vital, ubicado en las proximidades de la emblemática, y a menudo controversial, refinería de Dos Bocas. La magnitud del desastre se ha revelado con la admisión de que aproximadamente 300 barriles de hidrocarburo han sido vertidos al Golfo de México, extendiéndose a lo largo de varios kilómetros de litoral y sembrando la alarma entre comunidades pesqueras y ambientalistas.
Desde las primeras horas del día, reportes de pescadores y pobladores alertaban sobre manchas oscuras y un fuerte olor a petróleo que invadía el ambiente. Imágenes impactantes, difundidas a través de redes sociales, mostraban la cruda realidad: aves cubiertas de un espeso manto negro luchando por sobrevivir, tortugas marinas intentando desesperadamente escapar de la contaminación y la arena, antes un lienzo dorado, ahora impregnada de un pegajoso residuo oscuro. La biodiversidad local, rica y vulnerable, se enfrenta a una amenaza sin precedentes.
La confirmación oficial, aunque tardía para muchos, llegó de la mano de la virtual presidenta electa, Claudia Sheinbaum, quien aseguró que Pemex ya se encuentra desplegando esfuerzos para contener y remediar la situación. Sin embargo, esta declaración no ha logrado disipar la creciente indignación y la desconfianza que se han instalado en la región. La lentitud en la respuesta inicial, sumada a la opacidad en la información sobre las causas exactas de las fugas y la extensión real del daño, han exacerbado la sensación de abandono y la exigencia de rendición de cuentas.
“Es una catástrofe, una verdadera tragedia para nuestras familias”, lamentaba entre lágrimas Don Manuel, un pescador con más de 40 años faenando en las ahora contaminadas aguas. “Nuestras redes están llenas de petróleo, los peces están muriendo. ¿De qué vamos a vivir ahora?”. Su testimonio es solo uno de los muchos que reflejan la angustia de una comunidad cuya subsistencia depende directamente de la salud del ecosistema marino.
Las preguntas sobre las causas de estas fugas gemelas resuenan con fuerza a nivel nacional. ¿Se trató de un accidente fortuito, de un acto de sabotaje, de una negligencia en el mantenimiento de la infraestructura o, quizás, de un sombrío presagio de los desafíos operativos que podría enfrentar la tan publicitada refinería de Dos Bocas? La falta de respuestas claras por parte de Pemex alimenta la especulación y la exigencia de una investigación transparente y exhaustiva.
Mientras brigadas de trabajadores luchan contra el tiempo para contener la expansión de la “marea negra”, utilizando barreras de contención y equipos de limpieza, el daño ecológico ya es significativo. Expertos en medio ambiente advierten sobre las consecuencias a largo plazo para los manglares, los arrecifes de coral y las diversas especies marinas que habitan la zona. La recuperación del ecosistema podría llevar años, e incluso décadas, con un impacto económico devastador para las comunidades locales.
Organizaciones de la sociedad civil y grupos ambientalistas han alzado la voz, condenando enérgicamente la negligencia de Pemex y anunciando la presentación de acciones legales para exigir justicia y reparación del daño. Recuerdan los amargos precedentes de otros derrames en la región, donde la impunidad y la falta de remediación efectiva han dejado cicatrices imborrables en el medio ambiente y en la vida de las personas.
Este incidente se erige como un desafío temprano y de gran magnitud para el nuevo gobierno que se avecina. La gestión de esta crisis pondrá a prueba su compromiso con la protección ambiental, la transparencia en la información y la capacidad de hacer rendir cuentas a una empresa estatal históricamente marcada por incidentes de este tipo. La mirada de la nación y de la comunidad internacional se posa ahora sobre Tabasco, esperando no solo medidas paliativas, sino una estrategia integral y efectiva para prevenir futuros desastres y garantizar la justicia ambiental para las comunidades afectadas. La doble fuga en Dos Bocas ha desatado una crisis que va más allá de la contaminación, abriendo un debate crucial sobre el futuro de la industria petrolera en México y su relación con el medio ambiente y las comunidades locales.
Fuente: 5to Poder Agencia de Noticias

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