Opinión
Columna invitada / La conexión Puerto Rico
Por Raymundo Riva Palacio
La trama involucra a mafias rusas y rumanas, a más de una decena gobiernos, a cárteles de las drogas mexicanas, a guerrillas colombianas, a funcionarios del gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador, al embajador en Canadá y ex gobernador de Quintana Roo, Carlos Joaquín González, y un agente de inteligencia venezolano con ciudadanía mexicana, en una operación tricontinental de lavado de dinero y drogas. Esto no es un thriller, sino una realidad que supera la ficción y que forma parte de una investigación de cuatro agencias de Estados Unidos, que descubrieron en el hackeo de millones de correos de la Secretaría de la Defensa Nacional, la punta de la madeja.
La investigación en curso es llevada en Estados Unidos por la CIA, el FBI, la Agencia para el control del Tabaco, Alcohol y Armas de Fuego, así como por el Departamento de Seguridad Territorial, que están armando un rompecabezas complejo que presume que el lavado de dinero, que tiene como eje a San Juan, Puerto Rico, por la laxitud de sus controles financieros, con ramificaciones importantes en Cancún, Punta Cana (República Dominicana), Los Roques (Venezuela), y en menor medida Belice, Colombia, Nicaragua, Brasil y Panamá, tiene como propósito financiar la llamada revolución bolivariana y acciones terroristas.
Las agencias estadounidenses comenzaron la investigación en 2019 siguiendo las rutas del lavado de dinero, pero hasta que aparecieron los Guacamaya Leaks el año pasado, como se llama al hackeo que realizó un grupo misterioso a la Secretaría de la Defensa Nacional, se alcanzó a ver su dimensión. Una primera fotografía de esta investigación la aportó la reportera María Idalia Gómez en un trabajo dividido en dos partes en Eje Central, donde reprodujo varios de los correos electrónicos del Ejército que muestran cómo en toda esta trama figuran funcionarios del gobierno de López Obrador que están apostando, por dinero o ideología, a los fines bolivarianos chavistas.
Las figuras claves en el caso mexicano son Juan Manuel Calderón Jaimes, nombrado en marzo de 2019 por el presidente como cónsul general en Puerto Rico, y Jorge Luis Brizuela Guevara, a quien se conoce en Quintana Roo como el venezolano, que se presenta como empresario. Previamente a su designación en Puerto Rico, Calderón Jaimes, un diplomático de carrera, fue agregado de Asuntos Políticos y de la Sección Consular de la Embajada de México en Venezuela, donde de acuerdo a los informes de la Defensa, fue “cooptado” por los servicios de inteligencia del gobierno de Nicolás Maduro.
Brizuela Guevara, tiene un pasaporte mexicano expedido por un consulado general de Florida, y de acuerdo con un correo de la Defensa del 4 de agosto de 2020, “es agente del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional” del gobierno de Nicolás Maduro. En ese mismo correo se le identificó como enlace entre los miembros de la mafia rumana en Cancún y los servicios de inteligencia venezolanos, así como el gozne entre el entonces gobernador de Quintana Roo, Carlos Joaquín González, y “organizaciones criminales trasnacionales”.
Otro correo enviado por un coronel de inteligencia mexicano en Belice el 31 de enero de 2022 sobre las operaciones financieras del Belize Bank Limited, mencionó a Brizuela Guevara como el arquitecto de una estructura a través de varios bancos beliceños hacia Puerto Rico con transferencias de ciudadanos mexicanos, beliceños, guatemaltecos, colombianos y rumanos, que servían para “movilizar recursos de procedencia ilícita de las estructuras financieras de organizaciones criminales mexicanas”.
Brizuela Guevara estuvo involucrado en varios problemas violentos en Quintana Roo, aparentemente por un fraude por una subcontratación de carpas Covid, asignada por el entonces gobernador. Nada se ha sabido de esos contratos. Lo único cierto es que pese a los correos de la Secretaría de la Defensa, no hay ninguna investigación sobre Brizuela Guevara, ni afectó para que Joaquín González llegara a Ottawa, pese a las alertas en la Secretaría de Relaciones Exteriores, donde se empezó a recibir información de actividades irregulares e ilícitas de mexicanos y empresas nacionales vinculadas con el gobierno de Maduro que se cruzaban con los venezolanos en la Riviera Maya.
Un correo del 24 de febrero del año pasado monitoreado por los servicios de inteligencia militares, menciona que Calderón Jaimes le comunicó al subsecretario para Asuntos Latinoamericanos y del Caribe, Maximiliano Reyes, que “existe información muy delicada que indica que Joaquín (N) está usando Facebank para sus operaciones”. Facebank es un banco venezolano que forma parte de las instituciones que son sujetas a la investigación de las agencias estadounidenses sobre el presunto lavado de dinero.
“Joaquín” es Joaquín Leal, propietario de la empresa mexicana Libre Abordo, que a mediados de 2020, junto con una empresa asociada, Schlager Business Group, fueron señaladas por el Departamento del Tesoro de Estados Unidos de estar ayudando a Venezuela a evadir sanciones de esa nación mediante el comercio con petróleo venezolano.
Un correo de la Defensa del 22 de noviembre de 2019, revela la existencia de dos contratos entre México y Venezuela, denominados “Petróleo por Alimentos”, donde le daban 210 mil toneladas de maíz -aparentemente de los faltantes del fraude en Segamlex- y mil cisternas de agua potable, a cambio de dos millones de barriles de petróleo diario, que se incrementó a 30, que fueron transportados por las dos empresas mexicanas, que se convirtieron en los principales clientes de la empresa petrolera venezolana.
La conexión Puerto Rico no parece estar lejos de ser dada a conocer, en todos sus detalles, por las autoridades estadounidenses, donde la vertiente mexicana de todo este entramado criminal va a surgir. Hay un número no precisado de funcionarios del gobierno de López Obrador involucrados, aunque por la vigilancia que tiene inteligencia militar sobre la cancillería mexicana, se presume que la mayoría puedan encontrarse en esa dependencia. Pero no son los únicos. Funcionarios de la Presidencia y de la Secretaría de Gobernación, por el tipo de operación que se realizó con Venezuela, podrían también figurar en la triada criminal, terrorista e ideológica, del entramado que están terminando de armar en Estados Unidos.
Columna Estrictamente Personal, tomada de Eje Central
rrivapalacio@ejecentral.com.mx
twitter: @rivapa
Opinión
NOMÁS MILANDO…
Por Hugo Alday Nieto
La soberanía, según cita el doctor Raúl Contreras en el Diccionario Jurídico se encuentra en la clásica definición de Jean Bodin en su obra Los seis libros de la república es “el poder absoluto y perpetuo de la república“. De igual forma citando a Rousseau “establece que la soberanía consiste esencialmente en la voluntad general, pero ésta no puede ser enajenada ni puede ser representada más que por sí misma. El carácter inalienable de la soberanía va acompañado de la indivisibilidad”.
La soberanía se manifiesta claramente en la capacidad del Estado para dictar sus leyes, dirigir su política interna y externa, y en el reconocimiento de su autonomía y autodeterminación en el ámbito internacional, siempre buscando el bienestar y desarrollo de la sociedad. La soberanía se refiere al poder supremo y absoluto dentro del territorio de un Estado por sus raíces SUPER-OMNIA. Este poder supremo permite al Estado organizar su gobierno, administrar justicia, promulgar leyes, y ejercer autoridad sobre su población y territorio.
En tal virtud existen dos facetas de la soberanía: la interna y la externa. La primera se identifica con la soberanía popular, que hace residir el poder originario, máximo y esencial de una nación, y la segunda, es el poder que tiene el Estado para tomar sus propias decisiones en el concierto internacional de forma autónoma.
Desde las más altas tribunas del poder y las más abultadas transmisiones en Facebook, se han esgrimido una diversidad de mensajes y discursos pro-soberanía por si osare cualquier enemigo, limitar nuestra decisión como Estado, señalando en varias ocasiones al embajador norteamericano como un intervencionista.
Sin embargo, el concepto de soberanía en su fase externa como tal, pareciera no ser ciento por ciento aplicable en nuestra nación, ya que hace unos meses los Estados Unidos llevaron a México a exigir visados a los nacionales brasileños bajo el argumento de que dichos ciudadanos del vecino país se internaban a México con la finalidad de trasladarse a Estados Unidos como indocumentados, y a pesar del gran hueco económico que la falta de turismo e inversión brasileña ha ocasionado en Quintana Roo, y en otros estados del país, las restricciones por mandato del vecino no solo se han mantenido, sino que parecen extenderse a ecuatorianos y colombianos. ¿Y la autodeterminación de los pueblos?
Por si fuera poco, el concepto de la soberanía interna que tanto desgaste como nación nos ha costado con la reforma al Poder Judicial, sin duda tendrá repercusiones en lo exterior, ya que, a raíz de la intervención de la Corte Interamericana de los Derechos Humanos, pareciera que impactará de forma directa en los tratados internacionales comerciales que reivindican derechos humanos, o que nos compromete a contar con tribunales especializados para darle certeza a la inversión extranjera.
De momento, al primer llamado de Canadá y de Estados Unidos, México ya se dio cuenta que debe alinearse al sistema comercial internacional y dejar de coquetear tanto con China, ya que el TMEC puede ser condicionado y México es el más necesitado debido a que en promedio el 90% de sus exportaciones dependen de ello.
Así pues, en el mundo posmoderno la soberanía pasa de fronteras y de lenguajes, para centrarse en el consumo. Y si las autoridades nacionales no han llegado a esa deducción bajo el discurso de la soberanía de los 70 que se sigue representando por los caricaturistas de antaño, seguramente vamos a sufrir más descalabros como los recientemente recibidos y estaremos como Penelope en “La Odisea”, de Homero, hilando y deshilando ideas que ya no pertenecen al escenario actual.
Hoy, la soberanía se rige por el comercio de mercancías tangibles e intangibles. Como dice Slavoj Zizek en “El sublime objeto de la ideología”, que “hemos de dar el paso crucial de concebir el significado oculto tras la forma-mercancía, la significación de eso de forma expresa. Hemos de penetrar en el misterio del valor de las mercancías”, para determinar el verdadero papel de los elementos del Estado en este juego, ya no de tronos, sino de consumo. Y mientras no entendamos que el Estado posmoderno tiene reglas nuevas sobre todo cuando se trata de geopolítica, difícilmente podremos transmutar a ser un país desarrollado, y nos quedaremos como el chinito después del jalón de orejas de Trudeau…nomás milando.
Nota:Las opiniones vertidas por nuestros colaboradores son responsabilidad de quienes las emiten.
Opinión
Carta de CLaudia a Trump:
“La Última Palabra”}
Por: Jorge A. Martínez Lugo
- • No es con amenazas ni con aranceles como vamos a atender el tema migratorio y el consumo de drogas en Estados Unidos
Contundente, elegante y diplomática, la carta de Claudia Sheinbaum a Donald Trump, hoy en la mañanera, en respuesta a sus declaraciones de ayer 25 de noviembre.
La presidenta de México fue capaz de ponerle el cascabel al gato. Mientras el canadiense Justin Trudeau, entregado a Estados Unidos, ha permanecido en silencio, cuando la amenaza fue para ambos países.
Sea cual sea el desenlace, Claudia Sheinbaum está sumando un punto a su favor y seguramente su presencia internacional crecerá y su aceptación en México aún más de lo que ya está. Como decía Jesús Reyes Heroles: “lo que resiste apoya”.
“El diálogo es el mejor camino para el entendimiento, la paz y la prosperidad en nuestras naciones” afirmó. ¿Qué podrá responder Trump ante esta respuesta, con el riesgo de que su imagen se derrumbe al interior de Estados Unidos y a nivel global? Cachetada con guante blanco, sin duda.
En el aspecto económico, planteó razones de peso: “Se requiere cooperación y entendimiento recíproco a estos desafíos. La fortaleza económica de Norte América radica en mantener nuestra sociedad comercial” y mencionó algunas de las grandes empresas estadunidenses que se verían afectadas de inmediato.
Una carta de Claudia Sheinbaum a Donald Trump, que marcará agenda en los próximos días y catalizará, de alguna manera, el tono prepotente del presidente electo de Estados Unidos, que seguirá demostrando la decadencia económica y moral de Estados Unidos y la entrada a un mundo multipolar. Usted tiene la última palabra.
Nota:Las opiniones vertidas por nuestros colaboradores son responsabilidad de quienes las emiten.
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Sergio Rubio
15 marzo, 2023 at 10:59 AM
Ideológico es mantener sanciones contra un país con el que Estados Unidos tiene comercio. Ideológico reconocer a las autoridades venezolanas cuando conviene y rechazarlas cuando pretendes mangonear sus recursos. Ideológica es la falsa guerra contra el narco que Estados Unidos encabeza de “dientes para afuera”. Ideológica es la columneja que ve delitos en ese panorama de “leyes” y autoridades que se apoyan en ellas dependiendo de la situación.