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Opinión

Carta al Dip. Ricardo Monreal Ávila

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Por: Fernando Martí

Muy Camaleónico y Chapulínico Legislador:

Quiero hacerle una pregunta de primaria. Es una interrogante tan simple que no descarto que Vuestra Ilustrísima vaya a pensar que soy idiota, en la acepción más rigurosa del término, pues la Real Academia define con ese calificativo a quien es ‘tonto o corto de entendimiento’. Tampoco quiero que suponga que no terminé el tercer año o que reprobé civismo, pues a esa materia pertenece la consulta que hoy le hago, la cual podría resumirse así: México, ¿es una república? ¿O es una monarquía

  • Carta al Sr. Ing. Don Félix Salgado Macedonio

Aunque no le voy a presumir que sacaba puros dieces en la escuela, como hacía Vuestra Erudición, mi boleta de calificaciones prueba que fui lo bastante atento para aprender que somos una ‘república representativa, democrática, laica y federal, compuesta de estados libres y soberanos’. Puedo repetir esa frase de memoria y la he dicho millones de veces, pero debo confesarle que traigo un corto circuito en las neuronas, pues cuando escribo estas cartas con frecuencia me traiciona el subconsciente y, donde debo escribir presidente, escribo rey; donde debe decir república, digo reino; donde encaja ciudadano, redacto súbdito; y donde corresponde democracia, coloco monarquía.

Por eso recurro a su Su Autoridad, pues me he informado de sus extensos recorridos por los cielos y los infiernos de la política. Pocos pueden presumir, por ejemplo, su adhesión a cinco partidos, ya que su currículo apunta que de manera escalonada militó en el PRI, el PRD, Movimiento Ciudadano, el PT y ahora en Morena, mudanzas que lo convierten, lo digo con asombro y respeto, en el rey del chapulineo. No ha de ser fácil, digo yo, cambiar de convicciones tan seguido. 

Mas no solo aplaudo su ligereza para cambiar de bando, sino también su destreza para ajustar su discurso. Encontré por ahí, verbi gracia, algunos comentarios suyos muy elogiosos a Carlos Salinas de Gortari y a Ernesto Zedillo, a quienes hoy ubica entre los demonios neoliberales que personifican la derecha y la reacción. Creo que a Vuestra Mudanza le viene como anillo al dedo aquella sentencia de Groucho Marx que a la letra dice: “¡Estos son mis principios! Si no le gustan, tengo otros”…

No vaya que piense que al encomiar el libre flujo de sus convicciones estoy siendo hipócrita o recurro a la ironía. El mismísimo Nicolás Maquiavelo, filósofo del poder, aprobaba que los príncipes fueran taimados, que traicionaran la palabra empeñada, que engañaran a amigos y enemigos, que fingieran a diestra y siniestra, que aparentaran ser devotos del Santo Niño de Atocha y que no fueran fieles más que a sus propios intereses.

Más no todo ha sido política de contentillo en su trayectoria. También me han llegado noticias de su paso inicial por el Congreso cuando, siendo un joven diputado, se le pegó a su maestro de la vida, el consumado legista y respetado priísta José Luis Lamadrid, a quien demostró gran aplicación para adquirir conocimientos en materia constitucional y en práctica legislativa, temas en los cuales muchos conceden que Vuestra Dedicación se volvió un experto.

Todo ello lo califica para opinar, en mi humilde opinión, sobre el sistema político que impera en este país que, por fuerza, tiene que ser comparado con lo que ocurre en otros lares, pues no se vale decir que somos una república y una democracia nomás porque sí, ya que lo mismo dicen la dictadura de derecha de El Salvador, la de izquierda de Cuba, y hasta la teocracia que oprime Irán.

Como le decía, yo a veces me equivoco y escribo que somos un reino. Estoy mal, ya lo sé, porque en los reinos más visibles del mundo, que son los europeos (digamos Dinamarca, un país al que nos parecemos tanto), si bien es cierto que tienen un rey o una reina, no lo es menos que esa cabeza coronada sólo sirve para ofrecer banquetes, recibir las credenciales de los embajadores y salir en la revista Hola!. El poder político de tales soberanos equivale casi a cero, porque el parlamento no los consulta, los ministros no los obedecen, los partidos no los procuran, la prensa no los respeta y la opinión pública los hace trizas, ya que ha llegado a la conclusión de que son unos parásitos que cuestan demasiado.

En México, por el contrario, no tenemos rey ni reina, pero la Jefa de Estado tiene sometido al Congreso, le viene guanga la Corte (hasta declara no que no acatará sus sentencias), los ministros se le postran, los gobernadores le temen, los empresarios la cortejan, los medios la endiosan y la gente está pendiente de su más mínimo gesto, como si se tratara de una soberana. En su círculo íntimo, de talante palaciego, los cortesanos descansan satisfechos si ella muestra que está contenta, como si de su buen humor dependiera el futuro de la nación.

En 1846, ¡hace casi dos siglos!, el diplomático americano Waddy Thompson publicó un libro bastante recomendable y simpático, Recuerdos de México, donde aseguraba que lo único republicano que tenía el sistema político mexicano era el nombre, porque en todo lo demás el gobierno se comportaba como una corte. A Thompson le tocó encabezar la embajada cuando Santa Anna ejercía de dictador resplandeciente, en un ambiente lleno de oropeles, de tedeums y de bailes de gala. No hay duda que desde entonces las cosas han cambiado en la forma, pero es válido preguntar si han variado en el fondo, o seguimos atenidos al mando unipersonal del tlatoani, el virrey, el caudillo, el dictador o la presidenta.

Como verá, estoy hecho bolas. A eso también ayuda la sentencia del maestro Daniel Cosío Villegas quién, Voacé lo recordará, calificó el sistema como una “monarquía absoluta y sexenal, hereditaria en línea transversal”, pero a esa definición le falta la palabra clave: presidente. Sáqueme Su Sapiencia de la duda: ¿somos república con complejos de reino? ¿Somos monarquía con ropajes de democracia? ¿O somos, como en el caso de la hora del día, lo que diga la señora presidenta?

***  

Tengo una segunda pregunta para Su Elocuencia, pero no es de primaria, sino de licenciatura. Maquiavelo, quien de seguro se cuenta entre sus autores favoritos, decía que hay tres formas no de gobierno, sino de desgobierno: la tiranía, propia de los reyes sin ley; la oligarquía, el abuso chupasangre de los ricos; y la anarquía, el desorden de las repúblicas.

Hasta donde alcanzo a percibir, me parece que en México sufrimos de las tres pero, como diría el pensador florentino, en su fase degenerada y viciosa. O, ¿no encuentra Usía tiránico que el gobierno anule a las minorías, compre votos para controlar el Congreso, oculte desfalcos millonarios y despoje de atribuciones a la Corte? ¿No le suena oligárquico que los ricos sean usureros, monopólicos, mega-multimillonarios, y que el propio gobierno les regale los más jugosos negocios? ¿No tiene por anárquico que los inconformes cierren carreteras, que las leyes se negocien con mordidas, que cacheteen a los policías y que los narcos controlen el territorio?

De ahí mi confusión, Vuestra Serenísima. Pareciera que tenemos un país convulso, polarizado, descompuesto, sin ley, en cierta medida ingobernable, y en medio de este caos se le ocurre a la 4T la reforma judicial y la supremacía constitucional, que anulan uno de los flacos pilares que sostienen al gobierno, el judicial. Me voy a permitir citar de nueva cuenta a Maquiavelo: “El peor ejemplo en una república es hacer una ley y no cumplirla, sobre todo si la inobservancia es por parte de quien la ha hecho”. 

En ese brete estamos, Su Gracia. Gracias a un Congreso oportunista, sumiso y venal, sin capacidad crítica, sin vena pluralista, sin vocación democrática, estamos viviendo el inicio de sexenio más caótico de que se tenga memoria. Claro, tampoco se puede esperar mucho del rebaño, cuando el pastor les ha puesto tan mal ejemplo. Y ahora, si me promete que no me va a salir con la mafufada de que eso ordenó el pueblo el 2 de junio, le haré una pregunta muy compleja: ¿a dónde nos va a llevar tanto desorden? 

***

Si me lo permite Su Señoría, voy a rematar estas líneas con una tercera pregunta, pero le advierto que es de doctorado. Antes, espero que convenga conmigo en que, aunque vayan para largo, los días de la 4T están contados. Eso también lo dijo su gurú de cabecera, Maquiavelo: “Es evidente que la existencia de todas las cosas en este mundo tiene un término inevitable.” Pues bien, cuando eso suceda, ¿entiende la 4T que con la misma vara que mide será medida?

Vea lo que le pasó al PRI: se creyeron invencibles, aprobaron una indebida sobre-representación del 8 por ciento, y luego no pudieron parar a Morena, que con la misma ley se autoaprobó el 20 por ciento y se agandalló la mayoría calificada. Ojo, pues eso de aprobar barbaridades es una espada de doble filo, pues los jueces de partido dominante y la corte sin poderes de revisión algún día pueden volverse en su contra.

Por lo demás, comprendo que esa remota posibilidad no inquiete a Su Serenidad. De llegar a darse, Usía percibirá con anticipación que ha cambiado la dirección del viento, volverá a mudar de convicciones y estará de nuevo del lado de los poderosos. 

Que Dios nos de vida, a Usía para vivirlo y a mí para creerlo, es la intención más ferviente y el deseo más acomodaticio de Fernando Martí

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Opinión

Cárteles inmobiliarios; corrupción multicolor

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“La Última Palabra”

Por: Jorge A. Martínez Lugo

  • • Félix, Borge y Joaquín se acabaron las 39,600 hectáreas de Fidecaribe.

El despojo inmobiliario es el modelo de negocio en auge de políticos de todos los colores. Cuando escuchamos la palabra, la referencia inmediata es el “cártel inmobiliario” del PAN en la Ciudad de México.

Pero no solo es uno, ese de la Cdmx, son varios cárteles inmobiliarios panistas en diferentes estados de la república donde han gobernado o gobierna la corrupción azul.

Tampoco es corrupción exclusiva del PAN. Es transversal a todos los colores.

SE ACABARON LAS 39 MIL HAS. DE FIDECARIBE
Por ejemplo, en Quintana Roo el modelo de negocio comenzó con Joaquín Hendricks Díaz, quien recibió del gobierno de Mario Villanueva Madrid 39 mil 600 hectáreas, que éste a su vez recibió de la federación con el Fideicomiso Caleta Xel Há y del Caribe (Fidecaribe).

Hendricks dio los primeros pasos del despojo de terrenos públicos de alta plusvalía, pero quienes se refocilaron bonito en este esquema de saqueo patrimonial fueron Félix González Canto y Roberto Borge Angulo, que llevaron a niveles de delirio la posesión masiva de terrenos, tanto, que ahora tienen empresas inmobiliarias.

Carlos Joaquín González Canto no cantó mal las rancheras y salió “más cabrón que bonito” al grado que él fue quien acabó con lo que quedaba de las 39 mil 600 hectáreas de Fidecaribe. Hoy, Agepro, no cuenta ni con medio metro de playa patrimonial. Entre Félix, Borge y Joaquín, se las acabaron. Bastaría con hacer una ligera investigación para conocer la ruta de los terrenos del Fidecaribe.

EL DESPOJO A PARTICULARES VULNERABLES
Pero como la corrupción es una adicción de los grupos en el poder, llegaron los niños verdes y se sublimaron en el despojo. Como ya se habían acabado los terrenos patrimoniales, comenzaron a despojar a propietarios y propietarias de terrenos, casas y departamentos.

En esta transición “histórica”, el niño verde fue cómplice con Carlos Joaquín, quien también despojó a ejidatarios, mujeres y personas-familias vulnerables jurídicamente, con la participación de la familia Joaquín-Rejón, que se fueron locos de contento con su cargamento a Canadá y Yucatán a disfrutar el botín.

NUEVA GENERACIÓN DE DESPOJO
Entonces, los cárteles inmobiliarios por lo que son conocidos los panistas, encabezados por Jorge Romero Herrera y Marko Cortés Mendoza, diseñaron una nueva ingeniería de despojo, que sólo se puede hacer en los estados donde gobiernan. Las mafias desde el poder operan con un sistema que requiere la complicidad de diversas áreas de gobierno: Registro Público de la Propiedad, notarios/as, Fiscalía General del Estado, jueces y magistrados/as, comisiones claves de los congresos como Hacienda y Justicia principalmente y de las mismas Jugocopos.

COMPLICIDAD MATA MILITANCIA
Hay casos en donde el factor de sucesión en un estado, se da más por la complicidad inmobiliaria y demás corrupción entre políticos, que traicionan a los candidatos/as de su propio partido, para favorecer al de oposición, porque les garantiza impunidad, no así el candidato/ta de su propio partido, con quien muchas veces están enfrentados.

Tal es el caso de Yucatán, donde Rolando Zapata Bello (PRI) prefirió apoyar a Mauricio Vila Dosal (PAN) y, luego éste mismo, prefirió apoyar a Joaquín “Huacho” Díaz Mena (Morena), que a su correligionario Renán Barrera Concha (PAN), porque predominó en ambos casos los intereses de corrupción inmobiliaria.

Tanto Rolando Zapata como Mauricio Vila, están denunciados penalmente por encabezar sus respectivos cárteles inmobiliarios. Pero la 4T no alcanza a hacer justicia, porque tampoco mal cantan las rancheras.

En esta nueva generación de enriquecimiento centenario ilícito a través de la política, los priistas fueron los maestros, pero los alumnos azules, verdes, amarillos y hasta guindas (veremos), superan a sus maestros. Usted tiene la última palabra.

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La trilogía morenista para 2027

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“Caminos del Mayab”

Por Martín G. Iglesias

Conforme avanzan los meses, los pronósticos y el futuro de las y los políticos quintanarroenses se va aclarando; algunos ya buscan al menos, estar en las encuestas que lanzará el partido de moda, el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), para elegir a quienes serán sus abanderados para el Gobierno del Estado, las presidencias municipales, las diputaciones federales y las locales.

Les platicaré sobre las aspiraciones a la gubernatura, de al menos tres morenistas, que por la posición que tienen en el cargo que ostentan, se les abre la oportunidad de ser considerados en las encuestas que hará la dirigencia Nacional del partido guinda.

Por ejemplo, quienes suenan como candidateables son el senador Eugenio Segura Vázquez, quien ya ha abierto diferentes casas de gestión en los cuatro distritos federales electorales con los que cuenta Quintana Roo; además de colgarse de los programas federales como el “sembrando vida” y el de protección a los animalitos; quiere aparecer en las encuestas de su partido; solo falta que sus operadores puedan realizar su trabajo a nivel de cancha, o como dice la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo: más territorio, menos escritorio.

No va solo, pues salen poco a poco los perfiles de quienes no solamente tienen el capital económico, sino el capital político, como el caso de la actual alcaldesa de Benito Juárez, Ana Patricia Peralta de la Peña, quien “pian pianito” avanza en la preferencia de las y los benitojuarenses, quienes representan la mitad de la elección para Gobernador.

Quien se suma a esta selecta lista, es la actual presidenta municipal de Solidaridad, Estefanía Mercado Asencio, quien está respaldada por los sectores empresariales y de la sociedad civil, que ven en ella el potencial de gobernar Quintana Roo a partir del 2027, porque no solo es la sociedad solidarense la que ya empezó a mirarla como una candidata fuerte para las próximas elecciones, sino que también en todo Quintana Roo tiene una estructura informal que recuerda su trabajo como diputada en la XVII Legislatura. Ahí se las dejo…

SASCAB
Hoy los mexicanos celebramos el ciento catorce Aniversario del inicio de la Revolución, que dio origen a una nueva era que está apunto de concluir, pues los que supuestamente representaban los ideales de aquella justa, ahora están en la lona.

Hoy, ante una revolución de las conciencias iniciada en 2018 desde el gobierno federal encabezado entonces por Andrés Manuel López Obrador, entramos en la era del Humanismo Mexicano, que ha traído el fortalecimiento de las instituciones del Estado, pero una lucha soterrada con el crimen organizado que aún no se detiene.

Hay mucho que hacer en ese tema de la seguridad, porque a ellos no les ha llegado el mensaje de la Cuarta Transformación y menos la revolución de las conciencias. Al tiempo…

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