Opinión
Un gran paso contra el alga, Sargazo
“Humanosfera”
Por. Wilberth Esquivel
Les pongo el código de barras para que consulten la Estrategia Integral de Manejo y Aprovechamiento del Sargazo del Estado de Quintana Roo conocida por sus siglas como la EIMAS, para no explicarla y perder la oportunidad de compartirles que estoy muy emocionado de ser parte de este logro y prefiero reflexionar.
Iniciaré con un fragmento del libro de Julio Verne: Veinte mil leguas de viaje submarino
Capitulo XI, Segunda Parte.
Escrito quizá hace 150 años.

“Aquel día, el Nautilus atravesó una zona singular del océano Atlántico. Nadie ignora la existencia de esa gran corriente de agua cálida conocida con el nombre de Gulf Stream, que tras salir de los canales de Florida se dirige hacia el Sptizberg. Pero antes de retornar al Golfo de México, hacia los 44º de latitud Norte, la corriente se divide en dos brazos, el principal de los cuales se encamina hacia las costas de Irlanda y de Noruega, en tanto que el segundo se orienta hacia el sur a la altura de las Azores, para bañar las costas africanas y, desde allí, tras describir un óvalo alargado, volver hacia las Antillas. Este segundo brazo – que es más bien un collar que un brazo – rodea con sus anillos de agua cálida esa zona fría del océano, tranquila, inmóvil, que se llama el mar de los sargazos. Un verdadero lago en pleno Atlántico, las aguas de la gran corriente no tardan menos de tres años en circunvalarlo.”
Con la magistral forma de escribir novelas científicas, que tenía Julio Verne nos dejó un registro más, certero y claro, entre otros, de ¿cómo era el mar de los sargazos y el comportamiento de la corriente marina del Atlántico Norte, que hoy llamamos el cinturón termohalino del Atlántico.
Pero también nos plantea ¿ha cambiado éste comportamiento oceánico?, ¿el cambio climático actual ya es capaz de modificar lo que Julio Verne comenta como “una zona singular del océano Atlántico… Que … Nadie ignora la existencia de esa gran corriente de agua cálida conocida con el nombre de Gulf Stream”?.
Un comportamiento legendario que parecía inamovible en tiempos de Verne, hay registros de tiempos de Cristobal Colón.
¿Se está modificando?
Es probable que si, que esté cambiando la corriente principal y precisamente el estudio y nuestra lucha contra el recale masivo del sargazo sobre nuestras playas nos llevó a pensar y repensar, a monitorear y a tratar de entender éstas corrientes marinas y sus cambios a nivel Atlántico y Caribe.
Durante los últimos 12 años, el Caribe Mexicano ha sufrido el embate despiadado de las islas flotantes de sargazo, dejando la belleza de nuestras playas fuera del alcance de nuestros visitantes.
El mar de los sargazos de Verne, dejó de ser el único hace 6 años, otro segundo mar se formó enfrente de Africa y hoy todo el giro oceánico está plagado de islas flotantes del alga en lo que se conoce a partir del 2020 como el cinturón de sargazo del Atlántico.
Nuestros folletos promocionales turísticos han llegado a parecer una mentira para muchos visitantes que se toman selfies y reclaman frustrados el color de la marea marrón, donde el folleto prometía un azul turquesa.
Pero sin el ánimo de hablar de los efectos negativos ambientales o profundizar en lo económico donde hemos escrito ríos y ríos de tinta, hay que decir que hoy se logró dar un pequeño paso para un grupo de más de 60 esforzados quintanarroenses que podría ser un enorme salto para el Caribe Mexicano, en la lucha contra el sargazo.

Reunidos en el planetario Ka’yok’ de Cancún, nos dimos cita funcionarios, académicos, científicos, empresarios, operadores, limpiadores, ingenieros, industriales, oceanógrafos, biólogos, buzos, activistas ambientales y cuanto guerrero de nuestras playas, pudimos encontrar.
Se presentó la primera edición de la EIMAS que es el resultado de la experiencia de más de 12 años de sus participantes luchando contra los embates despiadados del alga masiva sobre nuestras playas.
Imagina lector, que esos 66 experimentados personajes cada uno lleva años enfrentando el sargazo desde su trinchera. En las playas de un hotel, en su planta industrial, en un laboratorio, en su oficina de Zofemat, en el aula universitaria, en una oficina o en la playa misma.
Esos 12 años de lucha de muchos de nosotros, culminaron en un primer documento, que logró ensamblar y coordinar la Agencia de Cooperación Alemana, GIZ.
Documento perfeccionable, que siempre estará inconcluso, que seguro sufrirá de mil transformaciones en el futuro y que ojalá así sea, pero que también logra demostrar que se pueden hacer políticas públicas con participación plena de la sociedad, en forma libre, abierta, transparente y que por más álgidas o difíciles que pudieran ser las discusiones, siempre es posible encontrar el camino de priorizar el Caribe Mexicano sobre nuestros egos, miedos y creencias.
Sin duda un éxito, es como una estación en el largo y arduo camino de proteger la belleza de nuestras playas.
Sabemos que hay mucho aún por descubrir, por probar, por encontrar y por eso no podemos más que estar contentos por el avance que tuvimos y por haber llegado a la impresión del primer documento sin matarnos en el intento, consientes que aún el enemigo a vencer es más fuerte que nosotros.
Aún no sabemos todo sobre la vida de ésta especie, su reproducción, las temperaturas a las que menguan sus poblaciones, cuando se hunde, cuando cambian las corrientes, su capacidad de afectar cuando se descompone en nuestras costas, los daños colaterales al pastizal marino, al arrecife, a los arenales o dentro de la selva, aún no hemos ganado la batalla final.
Eso si, hemos ganado muchas guerrillas, sabemos como pelear contra el monstruo, podemos hacerlo mejor, cierto, pero ya sabemos contenerlo, negarlo, debilitarlo, a veces nos gana, otras veces lo hincamos.
Hemos aprendido a no asustarnos, por el contrario invertimos recursos, ingeniería, equipo y procesos contra él.
La Secretaria de Ecología y Medio Ambiente del Estado, la Ing. Huguette Hernández estaba super contenta y agradecida, se le notaba muy satisfecha con el logro alcanzado y así lo expresó en su discurso. No es para menos, logró convertir la mesa de discusión del sargazo que se hizo para el Plan Estatal de Desarrollo en noviembre pasado en la mesa del sargazo compuesta por más de 66 miembros activos en la misma lucha, desde muy diversas trincheras pero contra el mismo enemigo. Quizá la hazaña de Huguette haya sido, lograr unirnos sin que nuestros egos nos desviaran del objetivo principal.
La presencia del Secretario de Turismo del Estado, Bernardo Cueto en representación de la Gobernadora, que quiso estar con nosotros, pero que por dificultades de agenda no pudo, así como de nuestra Presidente Municipal de Cancún Ana Paty Peralta, fueron el marco ideal para que la firma de un Convenio de Colaboración de todos en la misma lucha contra el alga, subiera de nivel el compromiso a más de 100 firmantes y pusiera las bases a lo que sigue: La implementación en la realidad.

Además, hoy me tocó ser parte de la mesa como Coordinador de la Mesa de Disposición Final por mi empresa de residuos GeoPlan y estoy siendo juez y parte como reportero por mi otra empresa Nukleo Web y este blog, por lo que preferí hacer esta reflexión sobre el compromiso que mis compañeros demostraron en éste esfuerzo e hice a un lado el rigor periodístico, no me importa, estoy feliz.
Le dije a la Gobernadora que la apoyaría y eso estoy tratando de hacer, ayer se lo dije a al Presidente y a Huguette desde el primer día de su gestión.
Los Quintanaroenses hemos enfrentado huracanes y reconstrucciones, vimos caer el flujo aéreo cuando los atentados del 2001 sobre las Torres Gemelas paralizaron el turismo, vivimos la influenza AH1N1 con ocupación cero, la terrible pandemia de Covid 19, hemos sufrido varías crisis económicas como la Subprime del 2008/2009 y mil y un batallas más.
Yo nos veo como: “Guerreros de nuestras playas”.

Cada miembro de la mesa del sargazo plasmó una parte de su vida en esto, más que todos el Hidrobiologo Esteban Amaro Mauricio que nos unió comprometido desde el día 1 y hasta el primer final de ayer, de la Red de Monitoreo del Sargazo de Quintana Roo.
También como quintanaroenses hemos aprendido a luchar, a seguir pedaleando, a no hincarnos ante la adversidad, hemos aprendido que si el mar nos da limones aprendemos a hacer limonada, así hicimos el Caribe Mexicano, convirtiendo la adversidad en desarrollo.
No nos detienen los huracanes, ni las crisis de terrorismo, ni económicas, ni políticas, ni virus, ni pandemias, somos Quintana Roo.
Con ese mismo espíritu seguiremos perfeccionando el Manejo Integral del Sargazo, cada una de sus etapas físicas, las barreras, las sargaceras, las técnicas de monitoreo, el entendimiento del clima costero, la limpieza, el manejo de personal, la logística, los equipos y máquinas, los contenedores y vehículos de transporte, seguro desarrollaremos procesos industriales de aprovechamiento y surgirán más y más productos, mejoraremos los centros de acopio y avanzaremos en la gestión del conocimiento, en el entendimiento de los efectos en la salud humana, en la forma como comunicamos al mundo ésto, seguramente mejoraremos en nuestra cooperación internacional, en la gestión de recursos, haremos más empresas, pondremos más bases.
Seguramente seguiremos sumando voluntades, ideas y experiencia a favor del Caribe Mexicano y de su sustentabilidad.
La Gobernadora dijo: Prosperidad Compartida, cuidemos esa prosperidad controlando el sargazo que nos recala.
Felicidades a todos …
EN LA OPINIÓN DE:
Cuando el trabajo quema: el costo humano y empresarial del Burnout
El burnout agota a las personas, y cuesta millones a las empresas
Conciencia Saludablemente
Por: Psicol. Alex Barrera**
En los últimos años, el burnout o síndrome de desgaste profesional ha dejado de ser una molestia temporal para convertirse en una amenaza silenciosa para la salud mental, física, y la productividad de empresas y empleados. Desafortunadamente la iniciativa privada ha decidido que las necesidades de productividad sean ponderadas sobre las necesidades de bienestar humano, afectando a la sociedad de una manera que aparentemente nadie quiere ver, pero todos resentimos.
En México, cifras recientes reflejan un panorama de urgencia: según el informe Burnout Laboral 2025 de la plataforma Buk (plataforma tecnológica líder en gestión de capital humano), 72 por ciento de los colaboradores ha experimentado burnout al menos alguna vez durante el último año; de estos, 16 por ciento lo vive ocasionalmente y un 12 por ciento lo padece de forma frecuente.
Por otro lado, la consultora Betterfly estima pérdidas por hasta 16 mil millones de pesos anuales para las empresas mexicanas derivadas del ausentismo, la baja productividad y otros efectos del agotamiento laboral, estos datos no son secreto, pues se pueden encontrar publicados en diferentes medios de comunicación, y ocupan espacio en medio de las miles y miles de noticias que, aunque están ahí a nadie parecen alertarle.
Sin embargo, estos números no son meras estadísticas; tienen rostro, cuerpo, mente. El burnout se manifiesta primero como un agobio emocional: ansiedad constante, irritabilidad, dificultad para desconectarse del trabajo. A nivel mental puede dar paso a trastornos más serios como depresión, alteraciones del sueño, falta de concentración, pérdida de sentido de logro y despersonalización (sentir que el trabajo es alienante, que uno se vuelve “un engranaje”).
Y con los trastornos mentales, vienen también los desórdenes biológicos, el cerebro no está bien, ¿cómo el cuerpo lo estaría? El desgaste crónico también pasa factura. El estrés laboral prolongado se asocia con aumento de cortisol, lo que puede desencadenar efectos como hipertensión arterial, problemas del ritmo cardíaco, insomnio, migrañas, disfunciones digestivas (gastritis, colon irritable), debilitamiento del sistema inmune, e incluso alteraciones hormonales. Estas manifestaciones físicas se vuelven una alarma temprana de que el cuerpo ya no tolera más la presión.
Y como en casi la mayoría de los casos, acudimos al médico, quien tiene la solución en la palma de la mano, sintetizada en 100 mgs de algo químicamente probado para solucionar de manera rápida los dolores de tu cuerpo de manera artificial, porque claro está que la vida no puede parar, engaña a tu cerebro, y sigue, sin importar los costos a largo plazo para tu cuerpo que en algunos casos aprende a resistir y en otros colapsa colosalmente, dejando en tu cabeza la pregunta, “¿Cuándo y por qué me pasa esto a mí?”. Por su puesto en la empresa ya tendrán un remplazo, por que como dicen por ahí, “El show debe continuar” o la muy celebre “Nadie es indispensable”. Y entonces nos convertimos en esas máquinas orgánicas cuya principal meta es “Aguantar, aguantas hasta el final”
El impacto económico: pérdidas palpables
Pero no, hay que molestarse en odiar a las empresas o a quienes las encabezan, pues de ese lado las cosas no son mejores; para las empresas, el burnout represente un problema económico de gran escala, pues impacta en la operatividad y producción algunos ejemplos son:
Rotación de personal: las pérdidas de empleados de manera frecuente significan costos de reclutamiento, capacitación e integración de nuevos recursos. En el caso de empresas grandes mexicanas, los reportes indican que la salida anual de decenas de empleados les puede costar hasta 2 millones de pesos por año, lo anterior publicado por Wellhub (plataforma de bienestar corporativo)
Baja productividad y presentismo: cuando un empleado está presente pero desgastado, realiza el mínimo esfuerzo, comete errores, baja la calidad del trabajo. Según un estudio citado por OCC a través de El Economista, el 38 por ciento de los trabajadores reconoce que su productividad baja debido al burnout; el 40 por ciento que la calidad de su trabajo disminuye; el 45 por ciento señala que su compromiso y motivación decaen; y entonces ¿Por qué sigue pasando?
Costo global: a nivel mundial la OMS estima que la depresión y la ansiedad (que con frecuencia conviven o se desencadenan con burnout) representan pérdidas en productividad por aproximadamente 1 billón de dólares al año, sin embargo, las empresas ignoran este tipo de alertas, porque claro, aparentemente es mejor la solución rápida, la sustitución del elemento dañado, como si la empresa fuera un reloj, y el talento humano los engranajes que fácilmente pueden ser sustituidos por piezas nuevas que ayuden a continuar con la operación, porque ¿cuántos millones de engranajes vivientes pululan en el mundo? Sin embargo, como pasa con los mecanismos de verdad las piezas de desecho también ocupan un lugar, peor aún los engranajes humanos se convierten en materiales con los que la sociedad tendrá que lidiar. Porque los seres humanos no somos piezas y la sociedad no es un basurero, donde se puede reciclar u olvidar desechos. Los humanos no se desechan las personas y sus problemas impactan en la sociedad y las patologías mentales tienen un alto costo social que en algunas ocasiones desconocemos y en otras ignoramos.
El futuro ideal, empresas responsables y consientes.
¿Qué pasaría si las empresas jugaran en favor de la humanidad y no la productividad? Los datos también muestran que hay retornos concretos cuando las organizaciones se hacen cargo del bienestar emocional de sus trabajadores.
Programas de salud mental bien diseñados pueden reducir el ausentismo hasta en un 30 por ciento, mejorar la productividad en aproximadamente un 10-12 por ciento según lo publicado por la Revista Zona Libre en donde se mencionan Estudios de la Asociación Americana de Psicología.
Otro beneficio está en la retención de talento: empleados que sienten que su empresa se preocupa por su salud mental tienen menos probabilidad de irse, menor rotación, mejor clima laboral. Esto implica menores costos de contratación, capacitación e indemnizaciones, así como mayor conocimiento institucional retenido en la organización.
Además, hay beneficios indirectos: mejora del ambiente laboral, menos conflictos internos, menores errores, menos accidentes laborales, mayor innovación si las personas están mentalmente sanas y creativas.
Lo que empresa considera un gasto debería ser considerado una inversión ya que, en comparación, lo que las empresas invierten en programas de atención psicológica (por ejemplo, asesoría, terapia breve, talleres, mindfulness, pausas activas, capacitación en manejo de estrés) suele ser mucho menor que lo que pierden por rotación, errores, bajas laborales y disminución de productividad. El retorno de inversión puede ser alto: hasta 4 dólares de retorno por cada dólar invertido en algunos estudios internacionales; lo anterior publicado en lhh.com
Somos humanos no engranes
Mientras la empresa ve pérdidas cuantificables, la persona afectada sufre consecuencias que van más allá del trabajo, muchas de las cuales no tienen una justificación biológica y por tanto no serán tomadas en cuenta como riesgo de trabajo por los seguros médicos, y mucho menos si estos últimos son del orden gubernamental, por ejemplo, IMSS o ISSSTE.
Mentales: ansiedad, depresión, trastornos del sueño (insomnio, dificultad para dormir), deterioro en la autoestima, sensación de inutilidad, distanciamiento emocional de familiares y amigos, dificultad para concentrarse o disfrutar de actividades que antes eran gratificantes.
Físicos: fatiga crónica, dolores de cabeza, migrañas, malestares gastrointestinales, problemas como gastritis, hipertensión, alteraciones inmunológicas, trastornos hormonales. A largo plazo, un burnout no tratado puede aumentar el riesgo de enfermedades cardiovasculares, metabólicas, e incluso daño cognitivo por el peso del estrés mantenido.
Las personas también pagan con calidad de vida: relaciones personales deterioradas, ocio reducido, insatisfacción general y, en casos extremos, riesgo de otros trastornos psiquiátricos o ideas suicidas; a fin de cuentas, todo se convierte en un círculo sin salida en el que individuo y por ende la sociedad porque el individuo con Burn Out no es un miembro funcional de la sociedad lo cual desencadena malestar en su círculo social, el estrés que no es bien manejado puede incluso provocar en las personas secuestros emocionales que a menudo terminan en escenas violentas, la depresión tiene fuerte impacto en la familia de quien la sufre y ya ni hablar de los efectos del suicidio a nivel comunidad.
Cuando la psicología encuentra su uso en medio de la vida
La psicología no solo diagnostica, también ofrece herramientas concretas para prevenir, identificar y tratar el burnout. Un buen psicólogo o una intervención psicológica empresarial ayuda en varios frentes:
En el tema de la psicología organizacional representa una de las herramientas más poderosas para fortalecer el bienestar y la productividad dentro de las empresas. Su enfoque permite comprender cómo piensan, sienten y actúan los colaboradores en el entorno laboral, ayudando a crear climas organizacionales saludables, mejorar la comunicación interna y prevenir conflictos. Además, mediante estrategias de selección, desarrollo y motivación, la psicología organizacional favorece la retención del talento y el compromiso, incrementando la eficiencia y reduciendo el ausentismo.
Por la parte clínica la psicología enseña habilidades de regulación emocional, manejo del estrés, estrategias de afrontamiento reales, trabajando la conciencia de los límites (saber cuándo decir no, priorizar y delegar).
Acompañamiento psicológico combinando en sus dos ramas, permite que la persona reconecte con sus motivaciones, valores, y recupere un sentido de propósito en su trabajo; ayuda a reconstruir autoestima dañada por la exigencia constante y el agotamiento.
En lo biológico, técnicas psicológicas como la terapia cognitivo-conductual, mindfulness, relajación y otras prácticas ayudan a reducir cortisol, mejorar patrones de sueño, disminuir la tensión física, disminución de síntomas psicosomáticos.
Para las empresas, ofrecer servicios psicológicos) no solo es un gesto humanitario sino una inversión estratégica. Al cuidar la mente de sus colaboradores, cuidan la productividad, reducen costos y construyen organizaciones más sostenibles.
En definitiva, si como sociedad aceptamos que trabajar hasta quemarse no es sinónimo de eficacia sino de desgaste, estamos reconociendo nuestro derecho a cuidarnos. El éxito no debe tener como costo la salud del individuo, la abundancia económica ni la efectividad productiva deberían ser indicadores de una vida valiosa, porque ningún KPI (Indicador de desempeño) vale más que la salud integral de quienes hacen posible la empresa: mente y cuerpo incluidos, no somos engranes en una máquina, somos seres humanos cuya finalidad en la vida no debería ser el éxito de la empresa a la que pertenecemos, sino el bienestar integral de la sociedad a la que pertenecemos, la cual tampoco debe depender de la industria sino de lograr una ecología social donde el humano pueda sentirse en equilibrio.
**Además de 10 años de experiencia como comunicólogo, ejerciendo el periodismo. Alex Barrera es también psicólogo por la UNAM con profundización en desarrollo.
Actualmente brinda terapia clínica con enfoque Biopsicosocial.
Si deseas contactar al especialista o necesitas ayuda terapéutica puedes comunicarte vía Whats App
EN LA OPINIÓN DE:
El 10 de octubre: un llamado urgente en favor de la salud
Salud Mental el talón de Aquiles de la sociedad
Conciencia Saludablemente
Por:Psicol.Alex Barrera**
La salud mental se ha convertido en nuestros días en uno de los temas que poco a poco toma la relevancia que se merece, y si sin miedo a ser señalada de exagerada, y es que para quien esto escribe, el cuidado de la salud mental es sin lugar a duda la llave que reduciría en un alto porcentaje los dos grandes problemas de la época, las enfermedades cronicodegenerativas y la violencia.
Así pues, aprovecho el espacio para recordar que cada 10 de octubre se conmemora el Día Mundial de la Salud Mental, una fecha instituida en 1992 por la Federación Mundial de Salud Mental (World Federation for Mental Health) para sensibilizar sobre las enfermedades mentales, reducir el estigma y promover el acceso a servicios de atención psicológica y psiquiátrica. Esta jornada no es una simple efeméride: es un recordatorio de que la salud mental —tan crucial como la salud física— exige atención colectiva y políticas concretas.
En 2025, la temática propuesta para el Día Mundial de la Salud Mental enfatiza “Acceso a servicios: salud mental en catástrofes y emergencias”. Con ello, la Organización Mundial de la Salud (OMS) y sus organismos aliados pretenden poner foco en la resiliencia colectiva, especialmente en contextos de crisis —pandemias, desastres naturales, desplazamientos y guerras—, donde el bienestar psicológico se vuelve aún más frágil como lo aclara el ya mencionado organismo mundial.
Pero ¿por qué hacer tanto énfasis en esta fecha? Porque no es marketing, ni un invento, mucho menos es una moda. Los números nos dicen que el riesgo está aquí, ahora, y para muchos expertos se encuentra en incremento.
El pulso inquietante de las estadísticas
En México, los datos más recientes desnudan una emergencia silenciosa. En 2022 se registraron 8 mil 123 suicidios, frente a los 6 mil 494 de 2017 —una tasa que pasó de 5.3 a 6.3 muertes por cada 100 mil habitantes en ese lapso según datos proporcionados por el Inegi
Para 2023, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) apuntó que se registraron 8 mil 837 suicidios, lo que representa el 1.1 % del total de muertes del año. En 2024, la cifra alcanzó los 8 mil 856 suicidios, manteniendo una tasa nacional de 6.8 por 100 mil habitantes.
La brecha de género también es alarmante: para 2023, el 81.1 % de las muertes por suicidio correspondió a hombres y solo 18.9 % a mujeres. En este sentido, los hombres se enfrentan a presiones culturales que muchas veces inhiben su acceso al apoyo emocional.
Para los jóvenes no es diferente: en México, el porcentaje de adolescentes entre 10 y 19 años que alguna vez pensaron en suicidarse pasó de 5.1 % en 2020 a 7.6 % en 2022, según datos publicados por el propio gobierno de México. Las niñas adolescentes destacan por su vulnerabilidad, con tasas casi dobles frente a los varones del mismo rango.
Asimismo, en México se estima que 3.6 millones de personas adultas padecen depresión, con al menos 1 % de los casos considerados severos según los servicios de atención psiquiátrica del gobierno. Esto significa que la depresión no es una excepción: es un rostro cotidiano que muchos viven sin ser vistos.
Terrible es poner en la mesa el tema sobre los propios especialistas de la salud quienes también enfrentan niveles elevados de desgaste, angustia y suicidio en comparación con la población general y entonces: ¿Quién podrá salvarnos?
Estas cifras no deben leerse como estadísticas frías: son vidas que gritan por ayuda, comunidades donde el silencio se convierte en prisión.
¿Qué busca visibilizar el 10 de octubre?
- La urgencia del problema: romper el tabú de la salud mental y reconocer que muchos sufren en soledad.
- Promover acciones concretas: no basta con discursos; hace falta inversión en atención psicológica accesible, capacitación de personal de salud y protocolos de emergencia.
- Generar solidaridad comunitaria: apoyar a quienes viven dificultades, enseñar herramientas preventivas y fomentar redes de escucha.
- Presionar políticas públicas: que el derecho a la salud mental quede inscrito en políticas estatales, municipales y nacionales con presupuestos adecuados, y que se exija por medio de la legislación a la iniciativa privada establecer protocolos para cuidar la salud mental de sus colaboradores.
En regiones afectadas por desastres climáticos, conflictos sociales o migraciones forzadas, el Día Mundial se convierte en una herramienta crucial para atender no solo el trauma físico, sino el impacto psicológico prolongado.
La urgencia de cuidarse más
Cuando hablamos de salud mental, la prevención no es un cliché: es esencial. No es suficiente saber que es urgente atenderla, es necesario pasar del pensamiento colectivo a la acción individual, en el que exista una narrativa en la que se deje de lado el sólo pensar para poner en práctica, y lo que es mucho más importante abandonar la doble moral en la que aceptamos que la salud mental es importante, pero evitamos el existir socialmente como “anormales” por acudir a los servicios de psicología o psiquiatría.
En ese orden de ideas una buena salud mental no necesariamente habla de una enfermedad grave que debe ser atendida, por el contrario, habla de la responsabilidad de mantenernos adecuadamente para evitar un problema de índole mayor como el burn out, la depresión o algún tipo de neurosis. Así pues para cuidar la salud mental se pueden abordar tres áreas fundamentales:
- Autocuidado diario: hábitos de sueño, ejercicio, alimentación equilibrada, desconexión digital, momentos de ocio y contacto con personas queridas.
- Atención temprana: detectar signos tempranos como el desinterés persistente, alteraciones de sueño, irritabilidad, aislamiento o pensamientos negativos constantes. Pedir ayuda o acompañamiento cuando estos síntomas duren semanas.
- Apoyo profesional: psicoterapia, atención psiquiátrica o terapia de apoyo pueden marcar la diferencia entre una crisis temporal y una enfermedad crónica.
En un contexto donde los suicidios aumentan, los síntomas depresivos y la ansiedad se hacen cotidianos en jóvenes, y muchas zonas no cuentan con profesionales suficientes, el mensaje del Día Mundial de la Salud Mental retumba con urgencia: no se vale descuidarse.
Un llamado colectivo
El 10 de octubre no conmemoremos ignorando la herida, sino iluminándola. Que no sea solamente un cartel con “Salud mental importa”, sino un punto de partida para una transformación real: que escuelas integren educación emocional, que empresas cuiden el bienestar psicológico de sus trabajadores, que gobiernos destinen recursos para la red de apoyo psicológico comunitaria.
Cada vez que alguien decide no hablar, no buscar ayuda o callar su dolor, construimos una cultura silente que mata. Pero cada vez que rompemos el tabú, abrazamos al otro, ofrecemos un espacio seguro, abrimos la puerta a un camino de sanación.
El 10 de octubre es más que una fecha: es una invitación a vernos, escucharnos y cuidarnos con la urgencia que nos reclama la estadística, la experiencia y la dignidad humana. Porque la mente no puede seguir siendo el terreno sin defensa de la salud pública y mucho menos ignorada por la sociedad.
**Además de 10 años de experiencia como comunicólogo, ejerciendo el periodismo. Alex Barrera es también psicólogo por la UNAM con profundización en desarrollo humano.
Actualmente brinda terapia clínica con enfoque Biopsicosocial.
Si deseas contactar al especialista o necesitas ayuda terapéutica puedes comunicarte vía Whats App
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