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Tristeza en la zona Maya

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Por: Wilberth Esquivel

Imagen de Don Abundio Yama’, de 96 años, del poblado de Senior, de la zona maya de Qroo y testigo de la Guerra de Castas, que usaré para anunciar la triste perdida del General José Isabel Sulub Cima, en la localidad de Dzula en la Zona Maya del Caribe Mexicano. Tenía 86 años.

Era el último Jefe Supremo de los Cruzo’ob del centro ceremonial de la cruz parlante.

El termino cruzo’ob fue acuñado por el escritor y periodista Nelson Reed, quien hace un libro a mediados del siglo pasado sobre la que se llamó “la guerra de castas de Yucatán”.

La Guerra de Castas se libró en la Península de Yucatán entre 1847 y 1901.

La colonización de Yucatán tenía como centro a Mérida y una extensa red de caminos y haciendas henequeneras se extendía ampliándose hasta ocupar gran parte del territorio peninsular, dije gran parte, es decir: no todo.

Este sistema colonial basado en la cúpula de poder entre el Alcalde, el Patrón y el Cura funcionó exitosamente para la explotación obrera de indígenas y mestizos desde la fundación de Mérida hasta 1847, es decir, durante más de 300 años.

Fueron 300 años de explotación humana, el obrero maya/mestizo estaba sometido a reglas estrictas, a largas jornadas de trabajo, perdía sus derechos mas elementales, la ley del dueño de la hacienda estaba por encima de cualquier ley y vivía endeudado con el patrón, cada sábado perdía más y más dinero en las listas de raya. Por más que trabajara nunca podría solventar la bondad del patrón. (Sarcasmo).

Y entonces cada domingo después de misa, el alcalde iba a la casa principal del patrón a comer con los nobles del pueblo y llegaba el cura.

Así que el patrón podía someter a sus trabajadores sin piedad, confesarse el domingo y despreocuparse que luego el padre iría hablando uno a uno a los obreros malagradecidos y pecadores (sarcasmo con resentimiento), la ley y la autoridad también la pasaba bien el domingo, el alcalde pasaba al privado del patrón a la hora de la sobremesa y recibía jugosas bolsas de dinero para su próxima camapaña electoral.

Para entender este sistema, basta ir a la plaza principal de un pueblo colonial y observar qué hay un palacio Municipal, una Iglesia, la casa del Encomendero o Alcalde y los portales donde se comercia el producto de la hacienda.

Así funcionaba eficientemente un sistema que enriqueció a numerosos familias de abolengo de la capital Yucateca y que aún hoy se sienten así.

Pero a la altura de Valladolid habia una frontera inexorable, iniciaba la selva maya del Caribe Mexicano.

Estaban Chichimilá, Tepich y Tihosuco, tres poblados alineados formando un muro imaginario impenetrable. Detrás de esta frontera estaba toda la

Zona Maya hasta Chan Santa Cruz (hoy Carrillo Puerto).

Era otro mundo, era el territorio de los Cruzo’ob, donde el sistema era de milpas, de armonía con la naturaleza, donde las tradiciones, usos y costumbres de antaño se conservaban y donde era un Supremo Consejo Maya quien dictaba la vida de las aldeas.

Siempre he sentido un orgullo maya profundo, no por mi origen yucateco, por qué al recorrer la zona, de poniente a oriente, es fácil percatarse que una vez atravesada esa frontera imaginaria, los pueblos de Quintana Roo dejan de tener ese primer cuadro de la ciudad colonial.

Se acaba el patrón por qué se acaban las haciendas, la Iglesias las hay pero funcionan como monasterios, el alcalde simplemente no existe, hay un heredero de linajes mayas y pertenece al supremo consejo.

En fin, la Guerra de Castas fue brutal y sangrienta, en su primera etapa los Cruzo’ob avanzan sobre esa red enorme de haciendas yucatecas saqueado las y matando a quien se opusiera, el producto de los saqueos era tarsladado por la zona maya hasta Bacalar donde se intercambiaba por armas beliceñas procedentes de las colonias inglesas de Jamaica.

Y llega un momento en el que la rebelión maya llega a rodear Mérida, en el que cientos de familias salían por la ruta del norte para embarcarse por el puerto de Sisal, un momento en el que los Cruzo’ob querían exterminar a toda persona no indígena que estuviera en el territorio. Pero los mayas se retiraron y perdonaron la escaramuza final.

Después Jacinto Pat, General del Supremo Consejo en ese momento, le jugó a la política y firmó los Tratados de Tzucacab, que básicamente le daban el título de Gobernador de los territorios mayas, cosa que no le gustó a Cecilio Chi que era el más aguerrido y cruel, ni a Venancio Pec que negociaba con las armas y terminaron matándose entre ellos. (Otra entrega). Alguien mató a Cecilios Chi, un sicario a sueldo tal vez, luego Venancio mató a Jacinto para quedarse con el control de la guerra.

El Historiador hará parecer más bonita la armonía entre los dirigentes mayas, no vale la pena meter relajo.

Después de aquel episodio que aún los historiadores no logran explicar, la guerra entró a una larga etapa de combates, emboscadas y atrincheramiento de los rebeldes en la selva maya.

Pasaron muchos años, más de 40 en los que ambos sistemas se atacaban y mataban.

Al final murió ese espíritu maya rebelde y hoy es triste recorrer los pueblos de las zona maya y verlos hacer un viacrucis importado de la cultura española que está muy lejos de sus tradiciones y cultura, ancestrales.

Hoy no son combativos y son muy pacíficos, rayando en el conformismo total…

Si te interesa saber más visita: https://www.humanosfera.blog

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EL ALECCIONADOR CASO DE COZUMEL

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“El Minotauro”
Por Nicolás Durán de la Sierra

o ocurrido hace poco a la entrada de la base militar de Cozumel, donde una muchedumbre en protesta por el posible ataque a una menor, quemó una garita y luego saqueó la tienda local de la Sedena; lo sucedido es grave pues evidencia no sólo un hondo hartazgo social entre los isleños, sino también el recelo que existe en general hacia la impartición de la justicia.

Los linchamientos -este en esencia lo fue- tienen tintes justicieros sólo en Fuenteovejuna, obra de Lope de Vega, pues en la vida real la ira ciega lejos está de la propia justicia y muchas veces cobra vidas inocentes y de ello sobran ejemplos. Más allá de si ocurrió o no el ataque a la menor, debe resaltarse la prudencia de los militares al enfrentar a la turba sin hacer uso de la fuerza.

Debe investigarse todo el suceso, tanto el posible abuso que dio paso a la agresión al cuartel, como el ataque al mismo y el posterior saqueo de la tienda militar isleña. Debe explicarse por qué las policías estatal y municipal no intervinieron, como era su deber, para contener a la muchedumbre, aun cuando sabían lo que ocurría por las redes sociales que captaron los hechos.

No se citará aquí con amplitud a José Luis Chacón, el edil cozumeleño, porque banalizaría la glosa, pero para él “no debe estar sola a una menor un sábado de noche, pues la gente ya tomó sus tragos’ y “si ven a menores vendiendo en la calle -la niña en cuestión lo hacía- no ya les compren para no ocasionar que hayan más”; su razonamiento da vergüenza ajena.

El caos sucedido es en parte resultado de la obvia falta de poder municipal. Si ven un alcalde así, no le ayuden con su voto, para que no haya más. Razón tiene María Hadad Catillo, subsecretaria de gobierno, al acusar al edil de revictimizar a la posible agredida y advirtió que ello es sancionable y en especial si se trata servidores públicos, como en este caso.

Del tintero: Hace unos días, en Cancún, murió Mario Ramírez Canul, diputado constituyente estatal y uno de sus referentes políticos. Abogado de la UNAM cuando Quintana Roo era territorio, junto con los diputados de la legislatura inicial creó muestro primer marco legal. Había el decreto del otrora presidente Luis Echeverría que creaba el Estado, pero era preciso darle sustancia y personalidad legal interna, y ese fue parte de su legado.

“Éramos muy jóvenes, incluido Pedro Joaquín Coldwell, que luego sería gobernador, y recorrer el Estado era una odisea: sin caminos ni comunicaciones, íbamos casi a la aventura para integrar municipios y todo lo pagábamos nosotros. Nuestras leyes originales se inspiran en las de la Ciudad de México, que allí fue donde nació nuestra actual soberanía” me contó alguna vez en entrevista…

Descanse en paz Don Mario Bernardo Ramírez Canul, hombre bondadoso de fino trato…

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NUEVA CORTE OBLIGADA A NO FALLAR

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“La Última Palabra”
Por: Jorge A. Martínez Lugo.

• Entra con aceptación de 64%; vieja Corte se va con 61% de rechazo.
• ¿De Corte fifí a Corte del pueblo?

Mientras la presidenta Claudia Sheinbaum alcanza un 79% de aprobación el día de su primer informe (Enkoll), las ministras y ministros de la nueva Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) llegan con 64% de aprobación (Milenio).

La reforma al Poder Judicial es una de las más profundas del proyecto de nación que nació en 2018, por lo que las ministras y ministros están obligados a no fallarle al pueblo y al movimiento que representan. Junto con la SCJN tomaron posesión ayer 881 mujeres y hombres jueces y magistrados, la mitad de todo el Poder Judicial federal.

NO ENTIENDEN EL MENSAJE DE LOS RITUALES
La cultura conservadora derrotada en las urnas y contraria a la 4T, ve con reprobación y hasta ridiculizan el simbolismo con el que comienza la nueva SCJN.

La ceremonia ancestral en Cuicuilco, la entrega del bastón de mando, la toga con bordados indígenas, todo ello les causa profundo escozor e indignación.

¿ACTOS RELIGIOSOS?
Margarita Zavala, por ejemplo, considera estas costumbres indígenas culturales como actos religiosos, lo cual le mereció una reprobación absoluta y amenaza con interponer denuncia judicial para prohibirlas; de ese tamaño son su obcecación e ignorancia; tanto, cuanto ella misma es católica confesa y se ufana en terminar sus discursos con “bendiciones” o “vayan con dios”, lo cual sí es un discurso religioso.

Los rituales que impulsa el nuevo ministro presidente de la Corte, Hugo Aguilar Solís, son ceremonias patrimoniales; acciones afirmativas de orgullo prehispánico que marcan la impronta de la nueva era en la Corte; con apego a los que menos tienen; dejar de estar al servicio de una élite; búsqueda de equilibrios en la impartición de justicia.

Claro, la sociedad eso espera, porque es lo que se ha prometido; la nueva Corte tiene el gran desafío de cumplir esa misión esperada. Tienen ante sí, el desafío de cumplir con sus sentencias.

Tan es así, que el relevo en la Suprema Corte de Justicia de la Nación, recibe a las nuevas y nuevos togados con una aprobación del 64%, contra una desaprobación espejo a la Corte creada por Ernesto Zedillo en enero de 1995, que alcanza 61% en negativos.

En las redes sociales, los ministros que se van arrastran el desgaste de años de enfrentamientos con el poder presidencial, mientras que quienes llegan irrumpen con un aire de legitimidad por el voto en las urnas, con datos de MilenIA Central de Datos e Inteligencia Artificial de Multimedios.

Una de las razones de tal aprobación es la llegada de un nuevo togado presidente de origen indígena, el primero después de 168 años, cuando Benito Juárez ocupó ese mismo cargo en 1857.

Pero si la oposición continúa con esa cerrazón, sin causas propias, sin construir un proyecto de país, continuarán abajo en las encuestas, con números cercanos al diez por ciento, mientras el morenismo está por encima del 45%.

Parece que no entienden que no entienden, lo cual genera una falta de contrapesos reales, malo para la democracia, porque hay grupos y tribus dentro de la 4T que hacen y deshacen, velando por sus propios intereses, confiados en el bono democrático del obradorismo. Usted tiene la última palabra.
ooOoo

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