Opinión
¿Ni aeropuerto ni tren?
Opinión / Cicuta del Caribe
• Innecesaria base aérea en Tulum; aún puede ampliarse el de Cancún*
• Enésima suspensión contra Tramo 5 Sur; demanda por 26 mil mdd
• Chapur programa arribo a Punta Cana; ferrocarril prioritario para QR
• Acusan de ecocidio en isla de Cozumel a Gregorio Sánchez Martínez
• Caribe mexicano mariguano; tramita 50% de permisos para consumo
• Hot Sale 2002, del 23 al 31 de mayo; 12% gastarían más de $10 mil
Por: Carlos Águila Arreola
Para pronto: los que no piensan como Andrés Manuel López Obrador son neoliberales, conservadores, casi casi traidores a la patria. Seguramente así calificará en su vaniloquio o diatriba matinal a Daniel Almaguer Núñez y a Adrián Fernando Novelo Pérez; el primero, presidente del Consejo Ejecutivo de la Asociación de Ingenieros en Aeronáutica de México (AIA), mientras que el segundo es el juez primero de distrito del estado de Yucatán… le platico.
En marzo de 2019, recién cumplido su primer cuatrimestre como representante del Ejecutivo federal, en la conmemoración del 213 aniversario del natalicio del prócer Benito Juárez García, “su alteza pequeñísima” declaró que no haría imposiciones. Desde entonces a eso se ha dedicado, y si lo hace entre los inscritos al partido de su propiedad, ¿qué podría esperar el “pueblo bueno”?
Cierto, los gobiernos de antes no fueron lo que queríamos, pero el de ahora no es lo que necesitamos, y en ese sentido resulta que el aeropuerto de Tulum no es necesario, y en el Tren Maya “el engrudo ya se le está haciendo bolas” al inquilino de Palacio Nacional. Desde ahora vaticinamos que se termine o no el ferrocarril, empezará a rodar en diciembre de 2023, igualito que como ocurrió con otro de sus caprichos; el aeropuerto Felipe Ángeles.
David Almaguer Núñez es presidente del Consejo Ejecutivo de la Asociación de Ingenieros en Aeronáutica de México (AIA), considera que antes de construir un aeropuerto en Tulum se debería tomar en cuenta ampliar el de Cancún —“la distancia al lugar donde será edificado el de Tulum es de 118 kilómetros (73 millas)— y revivir la terminal de Cozumel.
El aeródromo de Tulum, como el Felipe Ángeles y el Tren Maya será hecho por la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) y la opacidad que ello implica, operaría a partir de 2024 con capacidad para atender a cuatro millones de pasajeros al año, y el objetivo es detonar el crecimiento turístico, económico y social, dijo el general Gustavo Ricardo Vallejo Suárez, encargado de las obras.
Almaguer Núñez destaca que el de Cancún aún tiene capacidad para atender la demanda; además, fue construido con su ampliación en mente y es preferible la expansión. Tiene cuatro terminales para aviación comercial y una para vuelos privados o el conocido como FBO (Fixed Base Operations u Operaciones de Base Fija), a un costado de la Terminal 1, al noroeste del campo aéreo,.
En 2017 se inauguró la Terminal 4 y se aseguró que permitiría al aeropuerto incrementar su capacidad en 43 por ciento para atender hasta 31 millones de viajeros al año. Cifras del Grupo Aeroportuario del Sureste (Asur) indican que de enero a diciembre de 2021 hubo 22.3 millones de pasajeros nacionales e internacionales, por lo que todavía no llega al punto de saturación.
“Las zonas aledañas al aeropuerto se considera que dan para una ampliación. Hoy tiene cinco terminales, y si con esas se ha cubierto perfectamente la demanda, lo ideal sería ampliarlo porque fue creado con ese propósito. Por ello es que no veíamos necesidad de abrir otro si el que ya existe está proyectado para expandirse”, asevera el ingeniero aeronáutico.
Según David Almaguer, nadie se ha acercado a la AIA o alguna otra asociación o colegio para consultar el punto de vista de otros actores de la industria aeroespacial: “No ha habido acercamiento entre dependencias y agrupaciones para tener ese asesoramiento desde un punto de vista externo”, sostiene el ingeniero… no vaya a pasar como en el tema de los controladores aéreos.

Oootra suspensión
El segundo personaje es el juez primero de distrito de Yucatán, quien el jueves otorgó una nueva suspensión provisional —ya son más de una decena contra el Tramo Cinco Sur— a petición del Consejo Nacional de Litigio Estratégico (CNLE), que dice defender y promover los derechos humanos, la democracia, la legalidad y la competitividad, impulsando procesos de trascendencia.
Adrián Fernando Novelo Pérez ordenó, respecto al Tramo Cinco Sur: paralizar cualquier acto que tenga como finalidad la continuación de su construcción, y a la Secretaría federal de Cultura (SC) y al Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), tomar las medidas necesarias para la protección de las zonas y piezas arqueológicas al paso del ferrocarril.
El Juzgado Primero de Distrito en Yucatán —que conoce todo lo relacionado con el Tren Maya— otorgó el miércoles 18 de mayo una nueva suspensión provisional al juicio de amparo indirecto presentado por el CNLE y habitantes de la región, por lo que se prohíbe cualquier obra relacionada con su construcción, infraestructura, remoción o destrucción de la biodiversidad del terreno.
La suspensión fue otorgada por considerar posibles afectaciones al derecho a un medio ambiente sano, pues la ejecución de un proyecto de infraestructura sin una autorización de impacto ambiental es suficiente para sostener que se pone en riesgo el ecosistema, el hábitat donde será construido, lo que incluye a la flora y fauna del lugar.
Además, se evidencian afectaciones al derecho humano a la cultura, pues las autoridades competentes no han realizado investigación, acceso, protección y conservación del patrimonio en la zona, por lo que el CNLE buscará que la suspensión se transforme en definitiva para preservar la legalidad, el medio ambiente y los derechos de los habitantes de la región afectada.
Previamente, una demanda multimillonaria presentada como acción colectiva por responsabilidad civil fue aceptada por un juzgado contra las constructoras contratadas para realizar las obras de los tramos Cuatro y Cinco del Tren Maya. Fue interpuesta por la Organización Nacional de Responsabilidad del Estado (ONRE), liderada por Jesús Alberto Guerrero Rojas.
La demanda “contra el ecocidio” involucra a cinco poderosas constructoras —cuatro mexicanas y una española— y exige la reparación del daño, calculado en 26 mil millones de dólares, por construir sin permisos ambientales, daños en miles de hectáreas de selva. Se trata de Grupo México, del magnate Germán Larrea Mota-Velazco; tres razones sociales de Ingenieros Civiles Asociados (ICA), de Bernardo Quintana Arrioja, y la trasnacional española Acciona.
La demanda fue admitida el 13 de mayo por el Juzgado Octavo de Distrito en Materia Civil, en la Ciudad de México, como la acción colectiva 22/2022, La documentación con la que se integró el expediente demuestra la devastación de 340 hectáreas de selva media y alta subperennifolia y subcaducifolia en excelente estado de salud”, además de “la muerte de unos 20 jaguares”.
Menudencias
José Antonio Chapur Zahoul, patriarca de Palace Resorts, dijo que el próximo hotel de la cadena se construirá en Punta Cana, República Dominicana, un proyecto a tres años. En el foro “Caribe mexicano: del éxito a la prosperidad”, que organizó la agencia española de noticias EFE, el magnate señaló que el Tren Maya es prioritario para Quintana Roo, porque aquí es donde se ofrece mayor rentabilidad por la llegada de miles de turistas al año.
La ambientalista cozumeleña Guadalupe Álvarez Chulim denunció la omisión y “tibieza” de la alcaldesa, la morenista Juanita Alonso Marrufo, así como de las delegaciones de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) y la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) ante la devastación de manglares y humedales del de un proyecto ecocida que lidera el empresario Gregorio Sánchez Martínez, en la playa Palancar.
Sí hay citas para tramitar la visa sin entrevista, de acuerdo con la Embajada de Estados Unidos; empero, se debe considerar que puede tomar hasta un año tramitarla, ya que hay una acumulación mayor de solicitudes; al pagar la tarifa (160 dólares) eso se acepta. Para renovar en el Consulado de Mérida, la fecha más próxima, según la página oficial del Servicio de Citas, es el 4 de agosto de 2022, mientras que para las de primera vez es el 13 de diciembre de 2023
La novena edición del Hot Sale 2022 se realizará durante la próxima semana, del lunes 23 al martes 31 de mayo, y los compradores ya están a la expectativa de encontrar las mejores ofertas para sus compras en línea. De acuerdo con estadísticas de la Asociación Mexicana de Venta Online (AMVO), seis de cada 10 personas gastarán hasta tres mil pesos, 17 por ciento hasta cinco mil y 12 por ciento más de 10 mil pesos.
En 2022 se han ingresado 12 solicitudes para consumo de cannabis en México, de los que seis permisos fueron tramitados en Quintana Roo. La detención de consumidores con no más de cinco gramos de cannabis es ilegal. El pasado 11 de mayo, la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) avanzó en la regulación de consumo personal al considerar inconstitucional el artículo 478 de la Ley General de Salud
EN LA OPINIÓN DE:
“Vivir con miedo: la huella psicológica de la inseguridad en México”
Los Mexicanos vivimos con miedo y eso es una realidad…
Conciencia Saludablemente
Psicol. Alex Barrera
¡Mexicanos al grito de guerra! Esta es una de las estrofas más fuertes de nuestro himno nacional, cualquier mexicano conoce esta frase, pero cuantos de los habitantes de este país repara en el significado de esta frase que pareciera ser una realidad en estos días, cuantos de verdad se dan cuenta que la violencia en México si indiscutiblemente se ha convertido en una guerra, una que enfrentamos día a día y que se ha enraizado en nuestra sociedad.
Peor aún, ¿cuántos mexicanos si quiera se dan cuenta lo que le hace a su salud mental? La percepción de inseguridad, más allá de cifras, opera como un reflejo trastornador en el bienestar psicológico de la ciudadanía. En México, cuando los titulares de prensa retumban con asesinatos públicos, atrocidades y organismos de seguridad incapaces de contener el escalamiento criminal, lo que se resquebraja no es únicamente la confianza en las instituciones: se fractura la sensación de habitar un entorno protector, lo que repercute directamente en el ánimo, la salud mental y la capacidad de resiliencia de las personas.
Mientras el gobierno actual culpa a los anteriores gobiernos de la herencia de violencia, poco se ocupa de comunicar sus propias estrategias para brindar la certeza que la gente necesita hoy, y es que, si vamos al pasado inmediato, tan sólo en octubre se registraron un par de episodios que ilustran a la vez la crudeza de la violencia y su potencia simbólica.
La violencia ya no solo es violencia, sino que está plagada de un claro mensaje “NO HAY TREGUA”, porque no es solo el hecho de que en el estado de Michoacán, se registrara el asesinato de siete presidentes municipales en menos de cuatro años, si no que el último de ellos haya sido el de Carlos Manzo Rodríguez, alcalde de Uruapan, ejecutado el 1 de noviembre durante un evento público en pleno centro de la ciudad, y no cualquier evento, sino la celebración de Día de Muertos, uno de los eventos más significativos para los mexicanos. ¿Y entonces, no es este un atentado contra la misma sociedad, como podemos no entender esto como un mensaje, no para una persona, no para un estado, sino para un país entero? ¿Cómo puede no ser esto una agresión directa a la sociedad?
Este mismo mes en Culiacán, capital del estado de Sinaloa, se vivió una semana de “limpieza” entre cárteles cuyo resultado fueron 41 muertos en seis días, 12 solamente el 22 de octubre, estos eventos inundan las páginas de los medios de comunicación locales e internacionales, que detallan enfrentamientos sangrientos entre bandos criminales.
Cuando la violencia se vuelve espectáculo —y aún más cuando el blanco son eventos culturales o áreas urbanas frecuentadas—, la inquietud colectiva crece y se instala un estado de permanente alerta emocional. La población no sólo teme por su integridad física, sino por la certeza de que el espacio en el que habita ya no es predecible ni seguro. En este contexto, la evidencia señala que la percepción de inseguridad persiste pese a mejoras estadísticas en homicidios. Por ejemplo, en una nota de El País publicada el pasado 23 de octubre se señala que el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) reportó que, en septiembre de 2025, el 34 % de los mexicanos consideraba que la inseguridad permanecería “igual de mal” en su ciudad los próximos doce meses, y el 23.9 % estimaba que “empeorará”.
Desde la psicología, esos datos no son únicamente indicadores sociales: son síntomas de un clima emocional colectivo afectado. La inseguridad percibida produce estrés crónico, desgaste emocional y una reducción progresiva de lo que se denomina “capital psicológico”. Las personas pueden volverse más reacias a participar, a salir o a confiar en su entorno; aparece la hipervigilancia, la ansiedad, la alteración del sueño, e incluso la evitación de actividades cotidianas. Cuando la amenaza parece constante (aunque en el sentido probabilístico no esté dirigida a cada persona en lo individual) el efecto se propaga y se torna comunitario.
Además, esta erosión de la confianza se reconoce también en la relación entre ciudadanía y Gobierno. Aunque la presidenta Claudia Sheinbaum según publica en su sitio web PolíticoMX mantiene una aprobación del 74 % al cierre de octubre de 2025, mientras que la desaprobación ronda el 25 %, eso no sostiene la percepción sobre la inseguridad que la ciudadanía no aprueba pues el mismo medio publica que otra encuesta hecha entre abril-mayo de 2025 que señala que solo 21.6 % de los mexicanos afirmaron sentirse seguros viviendo en el país, lo que significa que ~78.4 % se siente inseguro.
Los mexicanos esperan seguridad, efectividad institucional y protección, cuando eso falla, también se quiebra el sentido de que “las cosas están bajo control”. Ese quiebre tiene consecuencias psicológicas: ¡el orden que sostiene la rutina y la confianza se vuelve frágil!
La percepción de que “nadie está a salvo” o que “las autoridades no se dan abasto” abre una fisura emocional que afecta la vida social: las personas se retraen, desconfían, se inhiben. En la práctica clínica, se puede observar cómo en zonas de alta violencia o alta percepción de riesgo, los pacientes presentan mayor vulnerabilidad ante trastornos de ansiedad, alteraciones del sueño, síntomas de hipervigilancia y menos recursos para enfrentar los imprevistos. Cuando se vive con la sensación de que el entorno se volvió hostil, el bienestar se vuelve una meta difícil.
Es imprescindible comprender que, aunque los índices de homicidio puedan bajar en ciertos meses, la experiencia subjetiva de inseguridad no cae de inmediato. El retraso entre la mejora real y la percepción ciudadana deja un vacío de tiempo en que la salud emocional queda expuesta. Y mientras tanto, la violencia, al ser tan visible y tan simbólica, sigue reforzando la sensación de vulnerabilidad.
¿Qué hacer ante este escenario? En primer lugar, desde lo comunitario, es necesario promover espacios de diálogo, reforzar lazos de vecindad, crear plataformas de resiliencia colectiva: porque la inseguridad emocional se enfrenta también socialmente. Pero, en segundo lugar, y no menos importante, desde el ámbito individual, no se puede trivializar el impacto psicológico que tiene vivir bajo la sombra de la violencia. Acudir a servicios de salud mental, recibir contención, comprender que la reacción emocional es lógica, constituye un acto de cuidado.
No solo “sobrevivir” a la inseguridad física, sino preservar el bienestar psicológico, es una tarea urgente, porque la constante percepción de peligro provoca estrés constante, y esto a su vez genera, malestar físico, y más allá de ello fragmenta el bienestar social. Las autoridades tienen la obligación de garantizar la seguridad, pero las personas también tienen el derecho y la necesidad de salvaguardar su salud emocional cuando la protección estatal se ve comprometida.
En un país donde la violencia arremete en plazas públicas, atenta contra autoridades, se infiltra en la vida cotidiana y deja huella en la percepción de la gente, el bienestar psicológico no es un lujo: es una condición para el mínimo sustento de la dignidad humana.
Los mexicanos vivimos con miedo y eso es una realidad, aceptarlo, afrontarlo y en su caso buscar ayuda profesional, hablar con un terapeuta, explorar las formas en que la inseguridad impacta nuestra mente, es tan importante como procurar cerraduras y alarmas. Porque al final del día, tenemos que reconstruir no solo ciudades más seguras, sino experiencias interiores donde no nos sintamos indefensos.
**Además de 10 años de experiencia como comunicólogo, ejerciendo el periodismo. Alex Barrera es también psicólogo por la UNAM con profundización en desarrollo humano.
Actualmente brinda terapia clínica con enfoque Biopsicosocial.
Si desea contactar con los especialistas en terapia y salud puede hacerlo enviando un mensaje
EN LA OPINIÓN DE:
Entre flores y recuerdos: la psicología del Día de Muertos
Colocar un altar nos lleva a encontrar un vinculo en el que se pude sanar la perdida
Conciencia Saludablemente
Por: Psicol. Alex Barrera
En México, la muerte no se esconde; se decora con flores de cempasúchil, se endulza con pan y se acompaña de risas y canciones. El Día de Muertos no es sólo una tradición; es una declaración cultural profundamente humana: la vida y la muerte no son opuestos, sino partes del mismo ciclo. Desde la psicología, esta visión ofrece una lección esencial sobre cómo enfrentamos la pérdida, el duelo y la memoria.
En muchas culturas occidentales, hablar de la muerte sigue siendo un tema prohibido. Se evita mencionar a los fallecidos, se apartan sus objetos, se oculta el dolor tras una aparente fortaleza. Sin embargo, la cultura mexicana, heredera de cosmovisiones indígenas y creencias sincréticas, ha desarrollado una relación distinta con la finitud. Aquí la muerte se sienta a la mesa. Se le invita, se le honra, se le ríe. En lugar de negar su existencia, se le integra como una compañera inevitable.
Esta actitud, lejos de ser una mera expresión folklórica, tiene profundas implicaciones psicológicas. Aceptar la muerte —propia y ajena— es aceptar la impermanencia de todo. Es reconocer que la pérdida forma parte de la vida, y que el dolor, cuando se vive con consciencia, puede transformarse en gratitud. Desde la psicología existencial, este reconocimiento no conduce a la desesperanza, sino a una mayor plenitud: saber que el tiempo es finito nos empuja a vivir con sentido, a cuidar los vínculos y a encontrar propósito en cada día.
Pero el Día de Muertos no solo nos enseña a pensar en la muerte; también nos enseña a recordar con amor. El altar, corazón simbólico de la celebración, se convierte en un espacio terapéutico. Al colocar una fotografía, una vela o el platillo favorito del ser querido, no solo evocamos su presencia: actualizamos el vínculo. Recordar no es aferrarse al pasado, sino mantener viva la conexión emocional que sigue existiendo más allá de la ausencia física.
En psicología del duelo, esto se conoce como el vínculo continuo. Lejos de promover el olvido, se alienta a las personas a encontrar formas sanas de mantener esa relación interior con quienes ya no están. El altar cumple exactamente esa función: da forma, color y orden al dolor. Permite hablar con los que se fueron, agradecerles, perdonarlos o simplemente compartir un instante simbólico de convivencia. Es, en términos terapéuticos, una representación externa del proceso interno de sanar.
Cada objeto en el altar cumple una función emocional: las flores representan el ciclo de la vida, la comida evoca el cuidado, las velas guían el camino y las fotografías preservan la memoria. A través de este acto ritual, la persona que recuerda también se reconstruye. Como en cualquier proceso terapéutico, el ritual ofrece estructura, contención y sentido: tres elementos fundamentales para elaborar el duelo.
La psicología contemporánea reconoce que los rituales —ya sean religiosos, culturales o personales— facilitan la transición emocional tras una pérdida. Funcionan como puentes entre el dolor y la aceptación, entre el caos y la calma. En ese sentido, el Día de Muertos puede entenderse como una forma colectiva de terapia: una jornada en la que la sociedad entera legitima el dolor, lo comparte y lo transforma en celebración.
Sin embargo, bajo el colorido de las ofrendas y la alegría de las calaveras, también laten silencios profundos. No todos los duelos son iguales ni todas las pérdidas se procesan del mismo modo. Hay quienes, tras la muerte de un ser querido, sienten que la vida pierde sentido, que el vacío es demasiado grande o que la tristeza se ha vuelto una compañera constante. En esos casos, el acompañamiento psicológico puede marcar una diferencia vital.
Hablar del duelo en terapia es un acto de valentía. Es reconocer que, aunque la cultura ofrezca rituales para honrar la muerte, a veces el dolor necesita otro espacio: un lugar donde ser escuchado, comprendido y trabajado con herramientas profesionales. La psicoterapia ayuda a darle forma a la ausencia, a integrar el recuerdo y a reconstruir la vida sin negarla, es iniciar el camino hacia una nueva forma de coexistir con el dolor y afrontarlo de manera que no se convierta en un trauma.
Así, el Día de Muertos no es sólo una tradición que mira hacia el pasado, sino una invitación a mirar hacia adentro. Nos recuerda que el amor y la pérdida son inseparables, y que recordar no duele: lo que duele es callar. Cada altar que encendemos es una forma de iluminar nuestra historia, de reconciliarnos con lo inevitable y de encontrar sentido en el recuerdo.
Quizás por eso, entre el aroma del copal y la luz de las velas, comprendemos que no se trata de vencer a la muerte, sino de aprender a convivir con ella, y entender que la vida es sólo el camino que nos lleva inevitablemente hacia el final. Y en ese aprendizaje, la psicología tiene mucho que aportar: ayudarnos a aceptar, a transformar y, sobre todo, a vivir con conciencia.
Porque así como los altares se llenan de flores cada noviembre, también nuestra mente y nuestro corazón pueden renovarse. A veces, solo hace falta dar el primer paso: hablar con alguien, pedir ayuda, acudir a terapia.
La vida como el altar, se enciende de nuevo cuando nos atrevemos a mirar la sombra y convertirla en luz en este ciclo cuya belleza se encuentra en tomar conciencia de que un día se va terminar.
**Además de 10 años de experiencia como comunicólogo, ejerciendo el periodismo. Alex Barrera es también psicólogo por la UNAM con profundización en desarrollo humano.
Actualmente brinda terapia clínica con enfoque Biopsicosocial.
Si desea contactar con los especialistas en terapia y salud puede hacerlo enviando un mensaje
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