Internacional
Renuncian 9 miembros del gabinete de Theresa May

INGLATERRA, 16 DE NOVIEMBRE.- “No pienso renunciar”, advirtió anoche la primera ministra británica Theresa May después de haber sido empujada hasta el borde del abismo por las dimisiones de nueve miembros de su gabinete. Su situación se agravó debido a una rebelión interna de su partido que, al parecer, permitió alcanzar la mayoría para que los 316 parlamentarios del Partido Conservador se pronuncien sobre una moción de censura contra May condenando el acuerdo de 558 páginas sobre el Brexit, alcanzado el martes con la Unión Europea (UE).
Numerosos analistas afirman que la estabilidad de May pende de un hilo.
La protesta de los miembros de su gobierno incluyó las dimisiones de los ministros Dominic Raab (Brexit), Esther McVey (Trabajo) y el secretario de Estado Shailesh Vara (Irlanda del Norte), así como los subsecretarios Anne-Marie Trevelyan (Educación), Suella Braverman (Brexit), Ranil Jayawardena (Justicia), Anne-Marie Travelyan (asistente del subsecretario de Educación, Damian Hinds), Rehman Chrishti (vicepresidente del Partido Conservador) y Niki Da Costa, asistente Theresa May para Asuntos Legislativos).
Pocas veces en la historia británica, un primer ministro sufrió en público una afrenta política de esa magnitud.
Dominic Raab y los otros renunciantes afirmaron que les resultaba imposible apoyar el compromiso con la UE porque el régimen regulatorio que se impondrá a la provincia británica de Irlanda del Norte (Ulster) “representa una real amenaza a la integridad del Reino Unido”. También argumentan que las condiciones establecidas para la llamada “red de seguridad” o “backstop”, pensada para evitar el retorno de una frontera física entre la República de Irlanda y la provincia británica, en la realidad concederáa la UE “un poder de veto en caso de que nuestro país decida abandonar ese sistema”.
El “backstop” prevé que Irlanda del Norte seguirá alineada comercialmente con numerosas reglas de la UE en sectores como productos alimenticios y bienes de consumo. También establecerá un territorio arancelario común, conservando la totalidad del Reino Unido en la unión aduanera.
La “red de seguridad” fue pensada para que rija hasta que la UE y el Reino Unido lleguen a un acuerdo sobre la futura relación post-Brexit, prevista cómo máximo en dos años más. Pero los brexiters detestan la idea de quedar atados a las reglas aduaneras de la UE durante años e, incluso indefinidamente, como temen los más radicales.
“Ninguna nación democrática aceptó jamás estar sometida a un régimen semejante, impuesto desde el exterior, sin tener ningún control democrático sobre las leyes que deben ser aplicadas, ni la capacidad de decidir cuándo abandonarlo”, escribió Raab en su carta de renuncia.
Otros brexiters de primer orden prefirieron no renunciar y, por el contrario, permanecer en el gabinete para evitar que unas elecciones anticipadas faciliten a la oposición del Labour llegar al gobierno. Uno de ellos es Michael Gove, figura emblemática de la campaña por el Brexit. Partidario de una asociación con la UE al estilo de Noruega, Gove exigiría recomenzar las negociaciones sobre nuevas bases.
Esa opción fue categóricamente rechazada por Bruselas. El texto de salida acordado con Londres “no puede ser reabierto, ni por Westminster (el Parlamento británico) ni por los Estados miembros”, aclaró un alto funcionario europeo: “La UE piensa que se han agotado nuestros márgenes de maniobra”, afirmó. “Quienes exigen cambios tendrán que asumir la responsabilidad de los efectos que ello produzca”, advirtió.
Inmediatamente después de esa ola de renuncias, el diputado tory Jacob Rees-Moog—considerado como uno de los partidarios más duros del Brexit—asumió el liderazgo de la rebelión conservadora contra May. Al menos 16 parlamentarios de su partido ya enviaron al presidente del Comité 1922 sus cartas pidiendo un voto de censura contra la primera ministra. Personalidades importantes de la cúpula conservadora indicaron que “fácilmente se llegará a las 48 misivas” necesarias para que hoy (viernes) se vote la moción de censura en un marco restringido a los parlamentarios tories.
El “complot interno”, similar al que destronó a Margaret Thatcher en 1990, permitiría elegir al sucesor de Theresa May en la “cocina interna” del Partido Conservador. Para evitar el riesgo de hacer votar al Parlamento con el riesgo de sufrir una derrota que obligaría a disolver el Parlamento y convocar a elecciones anticipadas, los rebeldes prefieren encargarse ellos mismos de elegir al nuevo líder partidario.
Rees-Mogg afirma que no tiene intenciones de presentarse. Pero citó los nombres de Boris Johnson, David Davis, Esther McVez y Dominic Raab, miembros eminentes del club de renunciantes del gobierno de Theresa May, todos ultra-brexiters.
Durante un extenuante debate de tres horas en la Cámara de los Comunes, May defendió el texto negociado con Bruselas como una leona: “Es este acuerdo o ningún acuerdo. Quienes se opongan, tendrán que asumir las consecuencias”.
Esa frase fue interpretada como la amenaza implícita de un nuevo referendo, al que—hasta ahora—siempre se había opuesto. Un reciente sondeo de Sky News pronostica que 54% de los británicos votarían actualmente por el “no” al Brexit.
Ironía de la historia, el futuro de May parecía depender hasta ahora de la oposición laborista en el Parlamento. Pero esas esperanzas se desmoronaron cuando el líder del Labour, Jeremy Corbyn, advirtió ayer en la Cámara de los Comunes que su partido “no aceptará la falsa opción entre un mal acuerdo y ningún acuerdo”. Calificando el texto obtenido por May de “inmenso y perjudicial fracaso”, Corbyn concluyó: “Este no es el acuerdo que se le prometió al país”.
Fuente El Sol de México

Internacional
Colapso Mortal en el Corazón de Bangkok: Rascacielos se Derrumba y Saca a la Luz una Red de Corrupción y Negligencia

Lo que debía ser un símbolo del progreso y la modernidad en Bangkok terminó convertido en un monumento a la corrupción, la negligencia y la impunidad. Un rascacielos de 49 pisos, aún en construcción, colapsó repentinamente esta semana, dejando una estela de horror: 92 muertos confirmados, decenas de desaparecidos y cientos de heridos.
El edificio, que iba a ser la nueva sede de la Oficina Estatal de Auditoría, se desplomó a plena luz del día, en medio de una zona densamente poblada de la capital tailandesa. Testigos aseguran que se escuchó un crujido agudo antes de que toneladas de acero y concreto se vinieran abajo en cuestión de segundos. “El suelo tembló como si fuera un terremoto, pero fue el edificio que se tragó a su propia gente”, declaró un obrero sobreviviente, aún cubierto de polvo y sangre.
El Desencadenante: Mucho más que un error estructural
Las autoridades tailandesas iniciaron una investigación urgente que, en menos de 72 horas, reveló una cadena de irregularidades que parece sacada de una novela negra.
El núcleo de ascensores del edificio —pieza clave para su estabilidad— estaba construido fuera de eje. Además, los peritos encontraron que se habían utilizado materiales de baja calidad: varillas de acero reciclado de obras antiguas y concreto sin los aditivos necesarios para soportar el peso de una estructura de ese tipo.
Más grave aún: planos alterados, firmas falsificadas de ingenieros y una red de sobornos que facilitó permisos de construcción en tiempo récord. Todo apunta a una maquinaria de corrupción perfectamente aceitada, donde cada actor —desde inspectores hasta contratistas— tenía un precio.

Caen los peces gordos
En una jugada inesperada, Premchai Karnasuta, uno de los empresarios más poderosos del país y presidente de la firma constructora Italian-Thai Development Co., se entregó a las autoridades junto con 16 altos ejecutivos e ingenieros. Todos enfrentan cargos por homicidio culposo, falsificación de documentos oficiales y corrupción agravada.
La justicia ha negado cualquier posibilidad de fianza, calificando el caso como “una amenaza para la seguridad pública y la credibilidad del Estado”.
Una ciudad que clama justicia
Bangkok está de luto, pero también está furiosa. Miles de personas salieron a las calles con pancartas que exigen el fin de las constructoras intocables y de los funcionarios cómplices por omisión. Las redes sociales tailandesas se han llenado de denuncias anónimas de empleados del sector que describen un patrón común: inspecciones compradas, arquitectos presionados y trabajadores sin protección ni garantías laborales.
“Esto no fue un accidente, fue un asesinato por dinero”, decía una pancarta colocada frente a las ruinas del edificio colapsado.
Un punto de quiebre
El gobierno ha prometido una auditoría masiva de todos los proyectos de gran altura en curso. También se prepara una reforma urgente del reglamento de construcción que incluiría penas de prisión obligatoria para quienes aprueben obras con fallas deliberadas.
Sin embargo, los familiares de las víctimas insisten en que esta vez las promesas no bastan. “Queremos cárcel, no comunicados de prensa”, gritó la madre de un ingeniero que murió bajo los escombros.
Este colapso no solo dejó un agujero en el cielo de Bangkok. Abrió también una grieta profunda en la confianza de una sociedad harta de ver cómo el dinero pesa más que la vida. Las próximas semanas serán cruciales para determinar si este dolor colectivo se convertirá en un punto de inflexión… o en otro escándalo más que cae en el olvido.
Fuente: 5to Poder Agencia de Noticias

Internacional
TRUMP ANUNCIA EL FIN DE SANCIONES A SIRIA Y SACUDE EL ESCENARIO INTERNACIONAL

En un giro sorpresivo que ha generado conmoción en los círculos diplomáticos y políticos de todo el mundo, el expresidente de Estados Unidos, Donald J. Trump, anunció su intención de levantar las sanciones económicas impuestas a Siria, en caso de regresar a la presidencia tras las elecciones de noviembre.
El anuncio fue realizado durante un multitudinario mitin en Houston, Texas, donde Trump reafirmó su postura de priorizar una política exterior “basada en el pragmatismo, no en la intervención”. Según sus palabras, las sanciones impuestas durante años por administraciones anteriores “han sido un fracaso rotundo que solo han causado sufrimiento al pueblo sirio sin debilitar al régimen de Bashar al-Ásad”.
“Lo que estamos haciendo en Siria no funciona. Estamos empobreciendo a una nación entera mientras China y Rusia se llenan los bolsillos con acuerdos de reconstrucción. Eso se acabó. Conmigo, volveremos a liderar, no a castigar sin sentido”, declaró el exmandatario ante una audiencia que lo ovacionó de pie.

Reacciones internacionales
El anuncio de Trump no tardó en encender reacciones en todo el mundo. En Bruselas, la Unión Europea expresó profunda preocupación por un eventual levantamiento unilateral de sanciones sin un proceso diplomático previo. Funcionarios europeos advirtieron que la medida podría debilitar la presión internacional sobre el régimen sirio para rendir cuentas por las violaciones a los derechos humanos cometidas durante más de una década de conflicto armado.
Desde Damasco, el gobierno sirio celebró las declaraciones de Trump. En un comunicado oficial, el Ministerio de Asuntos Exteriores sirio calificó la promesa como un paso valiente hacia la restauración de relaciones constructivas entre ambas naciones y una muestra de que algunos líderes estadounidenses aún comprenden la importancia del respeto mutuo.
Opiniones divididas en EE.UU.
Dentro de Estados Unidos, la noticia ha generado un intenso debate político. Mientras figuras del Partido Republicano apoyan la idea como parte de una estrategia para enfocar los recursos en asuntos internos y reducir la influencia iraní y rusa en la región, legisladores demócratas han condenado la propuesta, señalando que el levantamiento de sanciones sería una concesión sin condiciones a un dictador brutal.
La senadora demócrata Elizabeth Warren declaró:
“Levantar las sanciones a Siria sin una hoja de ruta clara para la transición democrática es una traición a los principios fundamentales de derechos humanos y justicia internacional”.
Sin embargo, algunos analistas creen que la movida de Trump podría resonar entre votantes cansados de intervenciones en el extranjero y preocupados por la situación económica doméstica. Este anuncio refuerza su narrativa de ‘América Primero’, pero aplicada a la diplomacia. Es una jugada arriesgada, pero calculada, explicó el profesor Mark Delaney, experto en relaciones internacionales.

¿Un cambio de paradigma en Medio Oriente?
Desde el inicio de la guerra civil en Siria en 2011, Estados Unidos ha mantenido un complejo sistema de sanciones económicas contra el régimen de Bashar al-Ásad, acusándolo de represión sistemática, crímenes de guerra y uso de armas químicas. Las sanciones han incluido bloqueos financieros, restricciones comerciales y la congelación de activos de funcionarios del gobierno sirio.
Si bien las sanciones buscaban presionar al régimen para iniciar una transición política, muchos organismos humanitarios han denunciado que también han obstaculizado el acceso a medicinas, alimentos y recursos básicos para la población civil.
Trump ha argumentado que la mejor manera de influir en Siria es a través del comercio, los acuerdos bilaterales y la inversión en infraestructura. Su equipo ya habría iniciado conversaciones informales con actores clave de la región, incluyendo Emiratos Árabes Unidos y Arabia Saudita, para coordinar posibles planes de reconstrucción conjunta si se concreta el levantamiento de las sanciones.
Una promesa que cambia las reglas del juego
Con este anuncio, Donald Trump ha vuelto a centrar la atención mediática en su campaña, reavivando la discusión sobre el papel que Estados Unidos debe desempeñar en los conflictos internacionales. Mientras sus detractores lo acusan de poner en riesgo el orden global, sus seguidores lo aplauden por atreverse a romper con políticas que consideran obsoletas y dañinas.
Fuente: 5to Poder Agencia de Noticias
