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#Reportaje Detectan “cáncer” de coral caribeño

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CANCÚN, 23 DE DICIEMBRE. –
Durante más de una década, la comunidad científica ha temido que los arrecifes de coral en todo el mundo se “cocinen”, si la temperatura del mar se eleva más de 2ºC, como resultado del calentamiento global, fenómeno que incide en la acidificación del océano y en el blanqueamiento coralino.

Sin embargo, el Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC), prevé que los arrecifes de coral no resistan, si la temperatura asciende 1.5ºC para el 2050, pues prevalece la magnitud de emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI) arrojados a la atmósfera, sin mencionar que hay otros factores que agudizan la degradación del ecosistema coralino, como la contaminación del mar por malas prácticas urbanas, turísticas, pesqueras, agrícolas e industriales.

A ese adverso escenario se suma la aparición de fenómenos emergentes que aceleran la mortandad de los corales y amenazan con extinguir localmente algunas especies que construyen arrecife, tales como el coral pilar (Dendrogyra cilyndrus) y el coral laberinto (Meandrina meandrites), situación que ocurre actualmente en el Sistema Arrecifal Mesoamericano (SAM), cuya longitud de mil 500 kilómetros conecta a Quintana Roo (México), Belice, Guatemala y Honduras.

Científicos, autoridades y organizaciones civiles consultadas por EL UNIVERSAL, alertan sobre el futuro del SAM, considerado el arrecife de coral más grande del Atlántico e identifican dos fenómenos emergentes como causantes de su posible colapso en los próximos 10 o 20 años, antes de que el incremento de la temperatura haga lo suyo.

Uno, es el Síndrome blanco, que mata el tejido vivo de los corales, pudiendo convertirse en la enfermedad coralina más letal jamás registrada, con graves consecuencias para la funcionalidad física de los arrecifes del Caribe, concuerdan.

El otro, es la proliferación del sargazo, una macroalga pelágica, cuya llegada, acumulación masiva y descomposición en las costas, cambia las condiciones óptimas del agua del mar, necesarias para la salud de los corales, animales marinos compuestos por pólipos y un esqueleto de carbonato de calcio, que vive en relación estrecha (simbiosis) con una especie de algas denominadas zooxantelas. 

Los corales construyen arrecife. Tardan 365 días en crecer un centímetro y más de un siglo en alcanzar tallas de gran dimensión, para brindar la totalidad de sus servicios ambientales, como:

La producción pesquera, que da trabajo y alimento a comunidades ribereñas y urbanas; el atractivo turístico y la belleza escénica, que inciden en la economía de las localidades; y la seguridad, pues el arrecife de coral actúa como una barrera natural en contra de huracanes y tormentas, en una región proclive a tales eventos.

Tan solo los arrecifes del Caribe Mexicano sostienen una economía de 9.5 billones de dólares anuales y son cuna de una altísima diversidad biológica, se indica en el Plan de Acción del Síndrome blanco, elaborado en 2019 por la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp), empresarios, académicos y organizaciones civiles.

El Síndrome blanco
Actualmente Quintana Roo es la porción del Arrecife Mesoamericano, más afectada por el Síndrome blanco, como se bautizó a esta desconocida enfermedad detectada originalmente en 2014, en La Florida, Estados Unidos, la cual mata a los corales. En 2018 llegó al Caribe Mexicano y se propagó rápidamente hacia Belice, Jamaica e islas de las Antillas Mayores. En Honduras ya hay brotes.

De acuerdo con la coordinación regional de la Conanp, la enfermedad abarca las zonas arrecifales de toda la entidad, en donde la muerte de especies como el coral pilar y el coral laberinto, se ha acelerado.

“Estás hablando de pérdidas de más del 90%; la especie está, prácticamente, desapareciendo de nuestras costas. Y si esto pasa, tal vez empezaremos a hablar de que hay ciertas especies que están en peligro de extinción. Si sólo es en México, sería local, pero si es en todo el rango de distribución, podríamos hablar de la extinción de la especie”, advirtió el presidente de la Sociedad Mexicana de Arrecifes Coralinos, Lorenzo Álvarez Filip.

El Síndrome blanco provoca la pérdida acelerada del tejido vivo del coral, dejando al descubierto su esqueleto de carbonato de calcio, indefenso ante la recolonización de otros organismos, especialmente de algas. 

Sin tejido vivo, el coral se vuelve una piedra que será erosionada naturalmente con el tiempo, hasta quedar plano o desaparecer, proceso que tampoco será de la noche a la mañana, pero es un escenario previsible y temido, agrega.


Los corales tardan hasta un año en crecer un centímetro y más de un siglo en alcanzar las tallas de gran dimensión.

¿De dónde proviene esta enfermedad coralina?
El sorpresivo embate de estos fenómenos -precedido por otros, décadas atrás- tomó desprevenidos a diversos sectores y a la población en general en la región, sin marcos regulatorios adecuados, sin recursos financieros para hacerles frente y sin capacidad técnica para contener y remediar sus consecuencias, admite Cristopher González Vaca, quien fungió como coordinador regional de la Conanp hasta noviembre pasado.

“Definitivamente es algo que no tiene precedentes; no se tenía registro de esta enfermedad o infección, todavía no se define qué es. Es un fenómeno emergente que surge de manera casi súbita; aunque teníamos el antecedente de La Florida, su velocidad en el Caribe Mexicano nos agarró a todos en curva”, enfatiza.

La comunidad científica no ha identificado aún el patógeno, virus, bacteria o causa de la enfermedad. Hay más dudas, que respuestas, reconoce el Doctor Eric Jordán Dahlgren, investigador del Instituto de Ciencias del Mar y Limnología (ICMyL) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), al sur de Cancún.

“Desde los 80’s, 90’s tenemos epidemias letales, muy potentes, que han estado afectando a los corales que construyen el arrecife; su origen es muy complejo; son una serie de fenómenos emergentes, algo nuevo en intensidad, proporción o que nunca se había producido.

“Nos agarra totalmente desprevenidos, sin el conocimiento suficiente. Y aunque lo tuviéramos, ¿qué hacemos? Aquí en el mar, suponiendo que supiéramos de qué se trata y cómo combatirlo, ¿irías a cada coral?, ¿cómo los aíslas? Sería extraordinariamente costoso y probablemente impráctico”, reflexiona, Jordán.

El investigador documentó que entre 1980 y 1990, otras enfermedades como la Banda blanca, mataron del 80 al 90% de corales cuerno de alce (Acropora palmata) y cuerno de siervo (Acropora cervicornis) en el Caribe Mexicano. Ambas están sujetas a Protección Especial (PR), dentro de la Norma Oficial Mexicana (NOM-059-Semarnat-2010)

Para 1985, en Puerto Morelos, Akumal y Mahahual había una cobertura de coral estrella (Orbicella annularis) superior al 60 por ciento en el fondo, pero para el 2005 apenas llegaba al 10 por ciento, según su registro. Esa especie de coral, junto con los Acroporas, son los principales generadores de arrecife, al igual que los pilares.

“En 20 años perdimos el 50 por ciento de corales constructores de arrecife, por enfermedades que no eran el Síndrome blanco”, evoca Jordán.

Cementerios de coral
Álvarez Filip, también investigador de la Unidad Académica de Sistemas Arrecifales del ICMyL, revela datos actualizados que estremecen y que presentó el 4 de diciembre pasado, ante el Consejo Asesor del Parque Nacional Arrecife de Puerto Morelos, área natural protegida afectada por el Síndrome blanco.

Hasta mayo de 2019 se sabía que de las 45 especies de coral existentes en Quintana Roo, la enfermedad mató, de junio a diciembre de 2018, a un 30 por ciento de las más de 20 especies de coral afectadas. La cifra es equivalente a los corales que perdió el estado en los últimos 40 años.

Sin embargo, minutos antes de su presentación, el científico -abrumado e impactado- se refirió al mar quintanarroense como un “cementerio de corales”.

“La historia no es alentadora. Los efectos del Síndrome blanco han sido devastadores. No afecta por igual a todas las especies de coral, pero algunas están casi en problemas de extinción local; uno de los ejemplos más clásicos o más carismáticos es el coral de pilar (Dendrogyra cilyndrus), el cual forma estructuras similares a catedrales submarinas y puede medir de 5 a 6 metros de alto.

“Básicamente, en los últimos seis meses nos hemos dedicado a encontrar cadáveres de este coral. El 3 de diciembre fuimos a Tulum para atender el reporte de una Dendrogyra, viva; en Cozumel han podido mantener viva a una colonia, pero la triste realidad es que el 99% de los corales de esta especie han muerto en todo el Caribe Mexicano, con excepción de Banco Chinchorro”, subraya.

Otra especie en esa condición es el coral laberinto (Meandrina meandrites); 98% por ciento de sus colonias se han perdido en Quintana Roo.

“Es realmente impactante ver estas mortalidades tan altas. Como ejemplo, imagínate que estás en un estadio de futbol con 100 mil personas y, de repente, 99 mil 999 personas se mueren y queda una viva… Esta es la magnitud de lo que estamos viendo con estas especies de coral.

“A futuro ¿qué pasa si en este estadio de futbol queda solo una persona viva? No estás garantizando que la especie continúe, porque no tiene con quien interactuar, con quien reproducirse. Es una persona que queda en medio de la nada. Eso es lo que estamos viendo para algunas de las especies de coral”, alerta.

Contando cadáveres
Hasta antes de julio pasado, investigadores del Laboratorio de Biodiversidad y Conservación Arrecifal de la UNAM se concentraron en detectar y evaluar colonias de coral enfermas en arrecifes de Puerto Morelos, Cozumel y Tulum. Ahora cuentan colonias muertas.

“Lo que encontramos son cementerios, un montón de corales muertos. Ya no vemos la enfermedad, porque muchos de los corales que enfermaron, murieron. Básicamente estamos contando lo que nos quedó. Las colonias que se iban a morir, ya se murieron”, narra.

La mortandad del arrecife -aclara- pasa inadvertida, excepto para quienes saben identificar a un coral muerto de uno vivo o enfermo con posibilidades de sanar, como ocurre con el resto de especies no afectadas por este síndrome o aquejadas por enfermedades como el blanqueamiento, que es reversible y es un padecimiento distinto.

“Si tu no pones atención ves un arrecife sin evidencias de que haya habido una enfermedad; si tú pones atención y ves, vas a encontrar un montón de montículos que eran colonias de coral y ahora están muertas; otras, en proceso de erosionarse y de irse cubriendo de algas… es muy fuerte esto”, expresa, al mencionar que los efectos de lo que se vive hoy, se verán en 10 ó 20 años.

El impacto económico La industria turística en las costas del estado -oficialmente compuesta por 107 mil cuartos hoteleros, bares y restaurantes que dependen esencialmente de playas saludables y aguas prístinas- será económicamente la más afectada si el arrecife de coral sigue en declive.

La arena blanca y fina es generada por la descalcificación natural del coral y por la interacción de los peces loro, que viven en el arrecife, se comen su esqueleto y luego de un proceso digestivo, literalmente, defecan granos de arena que van formando playa. 

La venta de excursiones para bucear y nadar por los arrecifes, que representa millonarios ingresos para prestadores de servicios náuticos y fuentes de empleo, se vería igualmente impactada, lo mismo que el turismo de buceo especializado, segmento liderado por Cozumel.

De acuerdo con un estudio elaborado por la Conanp, mantener el arrecife cozumeleño en su mejor estado, tiene un valor de 5 mil 493 millones de pesos (304 millones de dólares) al año, para 1.8 millones de turistas que visitan la isla.

El valor económico de sus arrecifes, en términos de protección contra eventos climáticos extremos, es de 596 millones de pesos (32.8 millones de dólares) anualmente.

Rodrigo Navarro Benítez, miembro del Consejo Asesor del Parque Nacional Arrecifes de Cozumel, indica que es el arrecife lo que atrae a los vacacionistas a la isla. Si continúa la degradación de los corales, el 12 por ciento de turistas dejaría de visitarla, provocando una pérdida anual para la economía local de mil 500 millones de pesos (83 millones de dólares), según ese estudio.

El también director de la Ocean Futures Society “Jean-Jean Michel Cousteau”, recuerda que en octubre pasado, el Consejo Asesor -conformado por autoridades, empresarios, organizaciones civiles y académicos- decidió cerrar parcialmente, y hasta el 15 de diciembre, 11 sitios de más de 20, dentro del Parque Nacional, para dar descanso a los corales, reducir su estrés y ayudar a que fortalezcan sus defensas ante el Síndrome blanco.

Pese a ello, la medida no impidió que la enfermedad se colara, así que prevén el cierre de toda el área protegida, una vez al año, revela.

Fuente El Universal

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Chetumal

🌡️ QUINTANA ROO: ALTAS TEMPERATURAS Y BOCHORNO MARCAN EL 5 DE JUNIO

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Chetumal, Q. Roo, 5 de junio de 2025 — El estado de Quintana Roo enfrenta este jueves una jornada marcada por el calor extremo, alta humedad y cielos parcialmente nublados. Las temperaturas alcanzarán hasta los 38 °C y las sensaciones térmicas podrían superar los 42 °C en algunas zonas, acompañadas de lluvias aisladas y ráfagas de viento de hasta 60 km/h.

📍 Temperaturas y sensación térmica por municipio

  • Benito Juárez (Cancún): 32 °C / sensación térmica 36 °C
  • Lázaro Cárdenas: 34 °C / sensación térmica 37 °C
  • Isla Mujeres: 33 °C / sensación térmica 36 °C
  • Cozumel: 30 °C / sensación térmica 33 °C
  • Solidaridad (Playa del Carmen): 32 °C / sensación térmica 35 °C
  • Tulum: 32 °C / sensación térmica 35 °C
  • José María Morelos: 35 °C / sensación térmica 38 °C
  • Felipe Carrillo Puerto: 35 °C / sensación térmica 38 °C
  • Othón P. Blanco (Chetumal): 34 °C / sensación térmica 37 °C
  • Puerto Morelos: 34 °C / sensación térmica 37 °C
  • Bacalar: 34 °C / sensación térmica 37 °C

El calor no da tregua en Quintana Roo. Se recomienda evitar la exposición prolongada al sol, mantenerse bien hidratados y seguir las recomendaciones meteorológicas, especialmente ante la posibilidad de lluvias con actividad eléctrica. El bochorno será el gran protagonista del día, así que más vale sombrero, agua y sombra.

Fuente: 5to Poder Agencia de Noticias

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Economía y Finanzas

PESO MEXICANO RESISTE PRESIONES EXTERNAS MIENTRAS LA BOLSA MEXICANA CIERRA SEMANA CON GANANCIAS

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Ciudad de México, 5 de julio de 2025 — En una jornada marcada por la cautela y la expectativa ante tensiones comerciales globales, el peso mexicano mostró una ligera apreciación frente al dólar estadounidense, mientras la Bolsa Mexicana de Valores (BMV) cerró la semana con ganancias acumuladas, pese a movimientos marginales en la sesión de este viernes.

💵 TIPO DE CAMBIO Y COTIZACIÓN DEL DÓLAR

El tipo de cambio FIX publicado se ubicó en 18.7540 pesos por dólar, reflejando estabilidad relativa impulsada por el diferencial de tasas de interés y la entrada de capitales de corto plazo.

📋 COTIZACIÓN DEL DÓLAR EN BANCOS MEXICANOS (5 DE JULIO DE 2025)

  • Banco Azteca: compra 18.45, venta 20.15
  • BBVA: compra 18.94, venta 20.11
  • Banorte/Ixe: compra 18.60, venta 20.15
  • Citibanamex: compra 19.19, venta 20.32
  • HSBC: compra 18.85, venta 20.32
  • Santander: compra 18.70, venta 20.40
  • Inbursa: compra 19.20, venta 20.20
  • Monex: compra 18.85, venta 20.84
  • Banco Base: compra y venta 19.65
  • BanCoppel: compra 18.87, venta 20.35
  • BX+: compra 19.19, venta 20.41
  • CiBanco: compra 18.85, venta 20.33

📈 BOLSA MEXICANA DE VALORES: GANANCIAS CON RESERVAS

El índice S&P/BMV IPC cerró la jornada en 58,048.56 puntos, con un avance marginal de 0.27% respecto al día anterior. Aunque el volumen de operaciones fue bajo debido al feriado del 4 de julio en Estados Unidos, la bolsa mexicana logró acumular una ganancia semanal del 1.1%.

Este comportamiento se da en un contexto de incertidumbre internacional, especialmente por las amenazas arancelarias del presidente estadounidense Donald Trump, quien fijó el 9 de julio como fecha límite para imponer nuevas medidas proteccionistas. A pesar de ello, los inversionistas han mantenido la calma, apostando a que se trata de una estrategia de negociación más que de una acción inminente.

🔍 PERSPECTIVAS

Analistas advierten que, aunque el peso y la bolsa han mostrado resiliencia, la economía mexicana sigue expuesta a factores externos. La concentración de exportaciones hacia Estados Unidos y la volatilidad de los flujos de capital representan riesgos latentes. Se espera que el Banco de México mantenga una postura vigilante ante cualquier signo de volatilidad.

Fuente: 5to Poder Agencia de Noticias

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