Opinión / Visión Periférica

Por: Cliserio E. Cedillo Godínez

Generalmente quienes nos hemos dedicado al periodismo diario, como en mi caso desde hace 47 años, nos convertimos en críticos severos de todo aquello que se convierte en noticia por provenir de errores, descuidos o como resultado de actos de corrupción. Difícilmente señalamos las cosas buenas de las que son capaces de hacer los servidores públicos de todos los niveles. Esto por dos razones fundamentales, la primera por la crítica abyecta a quienes redactamos por parte de algunos de nuestros lectores que piensan que solo lo que se paga merece buenos comentarios y, segunda, porque son escasos los buenos funcionarios.

Sin embargo, ayer quedó claro que en Quintana Roo hemos tenido una administración gubernamental de excelencia encabezada por un gobernador técnicamente experto en cuestiones contables y financieras, Carlos Joaquín González, que fue capaz de conjuntar un gran equipo para enfrentar y salir avante de una situación casi de quiebra, encabezado por la diputada electa y ex secretaria de Administración y Finanzas, Yohanet Torres Muñoz.

Y esto no solo lo decimos nosotros, lo confirma la presentación del Estudio de la Génesis de la Administración Pública del Estado de Quintana Roo de 1975 a 2022, con la presencia de expertos en el tema, como León Lizárraga, presidente del Consejo Directivo del Instituto de Administración Pública del Estado de Quintana Roo, A.C.; Alejandro Carrillo Castro, director general de la Fundación Miguel Alemán, A. C.; Sergio Arredondo Olvera, secretario General de la Federación Nacional de Municipios de México; Luis Miguel Martínez Anzures, presidente del Instituto Nacional de Administración Pública (INAP), entre otros no menos importantes.

En este evento al que asistieron también exgobernadores de Quintana Roo, diputados en funciones y electos, regidores, funcionarios estatales y municipales, así como presidentes de los Consejos Directivos del Instituto de Administración Pública en los estados del país, el gobernador Carlos Joaquín dijo que su administración empezó con un gran problema que desmoralizó a muchos de los servidores públicos y que “terminó por provocar una especie de quiebra de las finanzas que hipotecó al estado”.

Añadió que al inicio de su administración encontró problemas estructurales en la política de ingresos y egresos, debido a que los egresos crecieron a mayores tasas que los ingresos, generando problemas de déficit y estructurales, aunado a la baja recaudación tributaria “que, en sintonía con todo el país, ha sido muy inferior respecto al promedio de América latina y el Caribe”.

Destacó el gobernador que lo más problemático fue reestructurar la deuda en mejores condiciones, lo que les permitió tener ahorros muy importantes al disminuir las tasas de interés e incrementar los flujos de liquidez que permitieron, con recursos propios, enfrentar los enormes gastos que ocasionó la pandemia, pese a que en 2020 prácticamente no hubo ingresos.

La estrategia financiera implementada, hay que resaltarlo, permitió no solo reducir el pago del servicio de la deuda contraída que era de 85 centavos por cada peso, por lo que impedía todo proceso de desarrollo, sino que también hizo posible un ahorro de casi 3 mil millones de pesos; en tanto que permitió disminuir la deuda por cada habitante de 15 mil a 13 mil pesos, como se demostró en la exposición que bien podría llamarse “Génesis del Endeudamiento y soluciones a la crisis financiera de Quintana Roo”. Honor a quien honor merece.