Opinión/ Visión Periférica

Por: Cliserio E. Cedillo Godínez

Los malos ejemplos, no cabe duda, pueden más que la rectitud. Ahora resulta que entre periodistas ya hay bandos entre quienes apoyan a Mara Lezama o a Laura Fernández. Ahora resulta que unos a otros se tiran no pedradas, sino insultos y hasta se atreven a pronosticar arrastradas a sus candidatos. Resulta que ayer empezó a circular una lista, supuestamente de la Tesorería Municipal de Benito Juárez, donde se relaciona a varios periodistas que supuestamente reciben mensualmente diversas cantidades de dinero, en este caso entre 70 mil y 600 mil pesos, supuestamente por servicios periodísticos, aunque no lo especifica.

En nuestro caso particular, ni los nombres en esa relación, ni las cantidades son importantes, si lo cobran o no sería asunto de cada quien. Lo preocupante es que entre los mismos periodistas se dividan en fracciones determinadas por sus preferencias electorales y que todavía se les diga “¡brutos!” o “torpes” y se siga al pie de la letra los mismos adjetivos del presidente Andrés Manuel López Obrador, al llamar “adversarios” a los opositores de Mara Lezama, candidata de Morena”.

Esos comentarios nos muestran el nivel del periodismo que algunos colegas practican en Quintana Roo. Es cierto, la política suele ser asquerosa, pero los comunicadores tenemos la obligación de mostrar las diversas opciones con las que puede contar la ciudadanía.

Claro que conforme avanzan las campañas y con menos de 20 día para que termine el trabajo proselitista de los diferentes candidatos se van perfilando las mejores opciones. Algunas son por sus propuestas: claras, factibles o simplemente envueltas en una perorata de buenas intenciones, pues el objetivo es que influyan en el ánimo de los ciudadanos que votarán el próximo 5 de junio.

Y es que todos, periodistas o como simples ciudadanos, quisiéramos lo mejor para nuestro estado, por eso es importante nuestro voto. Queremos avanzar con progreso y con el deseo ferviente de que disminuya la inseguridad que avanza a pasos agigantados. Quisiéramos que todos los habitantes de Quintana Roo marcháramos como uno solo hacia un mejor nivel de vida.

Por eso es importante que los medios de comunicaciones, los periodistas o comunicadores mostremos las diferentes opciones que puedan ser valoradas por los votantes. Es cierto, en todo proceso electorales se sacan los “trapitos o trapotes al Sol”, se dan “hasta con la cubeta” tratando de desvirtuar la trayectoria o el trabajo entre adversarios. Todos se valen de todo, aunque pongan en juego la ética y se luche sin escrúpulos como si se estuviera en el Coliseo Romano.

Se puede decir que quien se ha dedicado a la política siempre tendrá “cola que le pisen” y en campaña electoral siempre saldrá a relucir, exagerado a la enésima potencia, el acto de corrupción sea por uno, mil, o millones de pesos, que para el cuento y como instrumento para afectar es lo mismo.

Se trata de fortalecer las instituciones para vigilar y sancionar la buena o mala aplicación de los recursos. Sabemos que hay gente bien intencionada deseosa de contribuir con sus acciones al progreso de la sociedad, pero también es cierto que muchos de nuestros políticos ignoran cómo llevar una correcta administración, pero para todo hay manuales, reglas y leyes con lo que se justifica el trabajo de años en los cabildos, congresos estatales y federales. 

La Constitución es bien clara en su Artículo 35, al establecer que todo ciudadano o ciudadana tiene derecho a votar y ser votada. No establece que para ello se deba contar con un grado de estudios. Hay que confiar en las buenas intenciones, pero nunca dejar de vigilar y, mucho menos, esperar a que empiecen las campañas para empezar a sacar la supuesta pestilencia de administraciones pasadas. Diría el dicho: más vale malo por conocido que bueno por conocer, en México ya tenemos la experiencia.