Por Dileri Olmedo

Entre las consecuencias de la pandemia que aquejo al mundo en marzo del año pasado a la fecha una ha sido el impacto en el desempleo, según cifras del INEGI en el primer trimestre de este año el 71% de personas más afectadas en volver al trabajo son mujeres, 2 de cada 3 empleos perdidos durante la pandemia eran realizados por mujeres que ya enfrentaban las peores perspectivas económicas de américa latina agravando la desigualdad crónica y arrastrando el destino del país.

Comparando este momento con los más duros de la pandemia hay un evidente rebote con menos y peores puestos de trabajo, no hay mejora sustancial en términos de generación y calidad de empleo, la diferencia es de 12 millones de trabajos perdidos de los cuales se han ido recuperado gracias a la reapertura de la industria y el levantamiento gradual de las restricciones, lo que abre una brecha de desigualdad, especialmente en los micronegocios que son los mecanismos que han utilizado las mujeres para insertarse en el mercado laboral; a diferencia del año pasado donde el 8.4% de la población estaba disponible para laborar horas extras se incremento a un 13.8% de la población trabajadora, las personas que trabajan más de 48 horas por semana representa un 26.9% a diferencia del 6.7% del año pasado, la población ocupada tiene una reducción de 55,1 a 53 millones de personas.

La brecha de genero se explica igualmente por la caída en el sector de servicios, Quintana Roo es el estado más afectado con una tasa de desocupación del 8.2% ya que el turismo se desplomo en un 46%, le sigue la CDMX con 7.3% y el EDOMEX con un 6.5%, estas dos últimas entidades han sido sumamente golpeadas ambas por los contagios y fallecimientos de COVID-19.

Los anteriores datos nos dejan claro que hay muchas cosas por hacer a favor de la inclusión femenina en el mercado laboral, el desempleo femenino es una de las barreras de desarrollo que tiene México, debido al cierre de escuelas muchas mujeres se han visto forzadas a quedarse en casa con sus hijos, adoptando más responsabilidades en el hogar y teniendo que elegir la familia por sobre sus profesiones. ya que el cuidado de los niños era ya un problema en México mucho antes de la pandemia, debido a que esas mujeres en promedio se les paga menos que a los hombres y son ellas las que tienden a ser las que dejan de trabajar en la pareja.

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Y volviendo al tema anterior cabe mencionar que nuestro país se ubico en el puesto 124 de 153 en un análisis del Foro Económico Mundial sobre las oportunidades económicas de las mujeres en 2019, la economía en México se ha basado en la demanda estadounidense de productos industriales, mientras que el sector de servicios dominado por mujeres ha tenido que valerse por sí mismo, así como las empresas que emplean a mujeres son por lo regular pequeñas y carecen de recursos para superar la recesión provocada por la pandemia; las mujeres ocupan dos tercios de empleos en industrias de servicios en México, que depende en gran medida de mano de obra poco calificada además de muchos trabajos prescindibles en empresas de servicios que requieren presencia física, lo que es sintomático de una desigualdad muy profunda como de perdida de potencial del crecimiento económico.

¿Entonces que papel juegan las mujeres en la economía del país?

Por lo anterior podemos concluir que las mujeres son una fuerza laboral que apoya en su mayor parte a la economía local, y que entre más se le involucre en la economía nacional más se podrá desempeñar en diversos y mejores puestos laborales, dando como resultado una alza en la economía nacional.