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COLUMNA DEL DIRECTOR:

CANIRAC, en estado de emergencia

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Por Cliserio E. Cedillo G.

Sí. Todos queremos soluciones. Nadie desea que el Covid-19 nos afecte más, como ya lo hace con su simple mención. Es cierto, para mitigar sus lamentables consecuencias, sobre todo en los seres humanos y las economías mundiales, se requiere acción, como lo hace ya el gobierno del estado bajo “la batuta” de Carlos Joaquín. Sin embargo, se requiere la participación de todos, con seriedad y propuestas reales, tangibles, sin sueños, pero si con una gran dosis de técnica y trabajo efectivo.

Sí hay propuestas y muchas para participar en la lucha contra el coronavirus, que no debe ser desdeñado o tomado a la ligera, como lamentablemente lo hace el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador. Consideramos que hay un caso excepcional, se trata de la Cámara Nacional de la Industria Restaurantera y Alimentos Condimentados (CANIRAC), de Cancún – Puerto Morelos, cuyo dirigente, chef Marcy Bezaleel Pacheco, según nos enteramos, se lanza como debe ser un verdadero líder al frente de sus agremiados y propone, de manera formal, lo que será la contribución de este sector ante la emergencia sanitaria.

Se trata de poner en práctica al menos una veintena de medidas preventivas sanitarias que contribuirán, seguramente, a garantizar la salud de sus clientes. Esto con el propósito firme de conservar las fuentes de trabajo, como segundo empleador a nivel estatal y lograr mantener la liquides en las pequeñas y medianas empresas ((PyMES), como son restaurantes, fondas, loncherías, taquerías, entre otras.

Los restauranteros adheridos a la CANIRAC tienen experiencia para afrontar contingencias. Ya lo hicieron en el 2009 con la epidemia de la influenza AH1N1, cuando igual comenzó por suspender actividades específicas para evitar contagios, como ahora se hace con el COVID-19, situación que ya empieza a impactar la economía de diferentes sectores productivos.

Sabemos que los restauranteros han instrumentado diferentes medidas para detectar y evitar el contagio, no sólo con el personal de esta industria sino también con sus comensales y proveedores. Entre esas acciones, según empezamos a observar, se ha evitado la cercanía de las mesas y de los comensales, reduciendo el aforo del restaurante hasta en un 25%, al mantener un espacio de metro y medio, entre las mesas.

De igual forma, ya cuentan la mayoría de restaurantes con surtidores de gel antibacterial con 70% de alcohol, de acuerdo a las recomendaciones sanitarias, colocadas desde la entrada a los restaurantes y en los baños y los insumos necesarios para la higiene de manos. Según nos informan las áreas de trabajo se empiezan a asear con periodicidad de 15 minutos, lo mismo que en las áreas de ingreso a los restaurantes y en los baños, verificando constantemente los niveles de los dispensadores, así como la cantidad de insumos para la higiene de manos, lo mismo que servilleteros, cartas, entre otros.

Afirman que la CANIRAC dispondrá, entre otras acciones, del uso obligatorio de guantes y cubre bocas para todo el personal de cocina. Se usarán manteles y manteletas de papel y sólo se colocarán en las mesas servilletas de papel. También se suspenderá el registro de personal con checadores de acceso con lector de huellas.

También, según nos comentaron, se le tomará la temperatura a todos los empleados de restaurantes previo ingreso a sus labores con un termómetro electrónico a distancia. En caso de fiebre se le enviará al seguro social para su atención médica. Además, aseguran, Se reforzará la higiene del personal operativo para la preparación de alimentos, bebidas y atención del comensal conforme a lo indicado por la NOM-251-SSA1-2009. De igual forma, se empezará promocionar el servicio a domicilio a sus clientes, para que no tengan que asistir al establecimiento. Ya sea que se provea con equipo propio o a través de aplicaciones como Uber Eats, Rappi, etcétera.

En menos palabras, en cuanto a la calidad e higiene de los alimentos y servicio a clientes se reforzarán todas las acciones que lo hagan una realidad. De ser así, indudablemente, obtendrán buenos resultados, pero –desde luego- habrá una disminución de clientes, algo que no se puede negar en este tipo de contingencias. Por tal razón, y con el fin de conservar la plantilla laboral y mantener los niveles necesarios de liquidez que lo permitan, sabemos que los restauranteros se han dirigido en una carta al presidente de la República a quien, con base en sus facultades que la Ley le otorga, en caso de epidemias, le solicitan:

“…condonar o eximir parcial o totalmente el pago de las contribuciones y sus accesorios, autorizar su pago a plazo diferido o en parcialidades, cuando se haya afectado o trate de impedir que se afecte la situación de algún lugar o región del país, una rama de actividad, la producción o venta de productos, o la realización de una actividad…”

Es buena la intención, ya que el objetivo es evitar la pérdida de empleos y activar la economía al mantener abiertos los establecimientos mercantiles formales de esta industria, aún en contingencia. Ahí está la petición. Los restauranteros de Cancún y Puerto Morelos confían en el presidente López Obrador, pero ni ellos, ni el que esto escribe sabemos si habrá respuesta y, en un símil de como reza “el cuento de la preguntona”: a la mejor y ahora sí le cae el veinte al presidente y aprueba el contenido de esta carta cargada de buenas intenciones… o seguirá pensando que el petróleo es la panacea. Ojalá y no, ayer la mezcla mexicana de crudo, cayó a 22.36 dólares por barril, cuando fue proyectado por el gobierno en 49 dólares. Imagínense, cada dólar a la baja significa para México 13 mil millones de pesos menos al presupuesto federal. Un duro despertar con efectos catastróficos para la Cuarta Transformación.

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COLUMNA DEL DIRECTOR:

EL PODER TRAS DEL PODER

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“Visión Periférica”
Por Cliserio E. Cedillo Godinez*

En el México post revolucionario, digamos en 1935, más de un analista de la economía contemporánea decía que: “los políticos son títeres que responden a los movimientos que imprimen a sus cordeles los banqueros”. Seguramente cierto, y es que el poder económico tenía tal fuerza que nada se podía hacer sin el aval ni las directrices de las instituciones crediticias. Según las crónicas, los emprendedores carecían de autonomía, aunque estuvieran sobrados de ingenio e iniciativa.

El poder lo tenían los bancos y los militares victoriosos de la lucha revolucionaria convertidos en latifundistas, en tanto que los caciques o hacendados de abolengo, ahora con menos hectáreas por su aportación forzosa o voluntaria para el “reparto de tierras a la harapienta tropa”, siguieron conservando en su poder varios miles de hectáreas en compensación por sus aportaciones a la causa revolucionaria.

No se puede negar que la Revolución Mexicana trajo consigo grandes beneficios a los campesinos y naciones indígenas del país, como el reparto de tierras, aunque no las mejores, sino en aquellas zonas despreciadas por los caciques que se ostentaban como dueños de almas y haciendas. Es de reconocer también que la lucha revolucionaria dio plena validez a los derechos culturales, lingüísticos y de autonomía, aunque para muchos mexicanos siguen siendo un sueño, por su lenta evolución.

Es cierto, desde el 5 de febrero de 1917 cuando se promulgó la Constitución, que por primera vez en el mundo incluye reformas sociales, como la agraria y la nacionalización del suelo y subsuelo han pasado 108 años, pero para muchísimos campesinos han sido interminables años de espera a que se cumpla en la práctica lo que se lee en el papel que, conforme avanza el tiempo, se antoja más irreal y peor ahora con la presencia del crimen organizado que por sus acciones delictivas los obliga a abandonar tierras y comunidades, como sucede sobre todo, en Guerrero y Chiapas, según consignan los medios.

Y es que el narco, como denunció Carlos Manso, el alcalde de Uruapan, Michoacán, que murió asesinado cobardemente, toma control sobre la vida y el destino de las comunidades. Se puede decir que, tal como los hacendados de antaño, se ha ganado a base de amenazas, acciones coercitivas y secuestros la ilegal autoridad sobre los productores de limón y aguacate y no solo sobre ellos, sino de las legítimas autoridades que sucumben a su poder.

Si antes de estallar la gesta revolucionaria se decía que los caciques eran dueños de almas y haciendas, ahora el crimen organizado es el que ejerce el control y dominio casi absolutos, no sólo sobre la vida laboral y económica de los trabajadores y la gente del pueblo y es posible que también sobre sus vidas personales, familiares y hasta espirituales, como ha quedado de manifiesto en Chiapas y Chihuahua.

Aunque queramos, no se puede ocultar que el crimen organizado avanza a pasos agigantados por todo el país causando muerte y terror. No es exagerado decir que está tomando el papel de los viejos hacendados que, al margen del gobierno, ejercían su propia Ley. ¿Será que la IV Transformación (4T) se inicie realmente cuando aparezca un émulo de Emiliano Zapata? No olvidemos que la conseja popular rara vez se equivoca: “a grandes males, grandes remedios”.

*Periodista con 50 años de trayectoria, XX Premio México de Periodismo “Ricardo Flores Magón” 2024 por Géneros Periodísticos

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AUTORIDADES, ENTRE EL MIEDO Y EL CHANTAJE

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“Visión Periférica”
Por Cliserio E. Cedillo Godinez*

Hay veces pienso que nuestros gobiernos empezando por la presidencia de la República, de los estados y los municipios estuvieran dirigidas por naturalistas, como Charles Darwin cuando sostenía en 1859 su idea de la selección natural al publicar su exitoso libro El origen de las especies. Y es que, mientras decenas de pueblos en todo el país van quedando desiertos al huir sus pobladores de las extorsiones, secuestros y sobre todo de la metralla de las guerrillas urbanas por la preeminencia de los cárteles de la droga, pareciera que el gobierno solo espera que se destruyan entre sí mientras miran impávidos, pues pensarán que es más fácil luchar contra el que quede que contra decenas que actúan como plagas ponzoñosas.

Desafortunadamente esta es una cruda verdad que hoy se confirma con algunas series televisivas que, con personajes ficticios, pero fieles interpretes de los reales, nos muestran las complicidades de altísimos, altos y medianos funcionarios de las diferentes estructuras de gobierno, como las propias presidencias de la República, del Ejércitos y demás autoridades federales, lo mismo que los gobiernos de los estados y sus policías estatales, tal como se narra en la serie de El Chapo que se puede ver por Netflix. Tal vez pueden tener algo de ficción, pero los hechos nos demuestran que por episodios hay veces se quedan cortos.

En esa serie, resalta uno de los capítulos donde El Chapo, que desde los años 80 se perfilaba como gran empresario del narco, se consolida como tal a partir del 2001, tras su fuga del Penal de Puente Grande, Jalisco, cuando convocó a una cumbre de capos en Monterrey a la que asistieron “lo más destacado del crimen organizado”, como los hermanos Beltrán Leyva, Juan José Esparragoza Moreno, El Azul, Ignacio “Nacho” Coronel e Ismael “El Mayo” Zambada (que recién se declaró culpable de varios delitos relacionados en Estados Unidos), entre otros. Su objetivo era planear la expansión del cártel de Sinaloa en todo el territorio nacional y más allá, además de acabar con la hegemonía de la familia Carrillo Fuentes, exterminar al cártel de Tijuana y restarle todo poder al grupo armado de Los Zetas.

A partir de entonces, la historia casi todos la conocemos, aunque no a profundidad, pero hay que destacar que, en todas las series televisivas con mucho o algo de ficción, pero con base en fuentes y declaraciones directas, siempre se habla de la participación de cómplices gubernamentales plenamente identificados, por los rasgos físicos de los intérpretes, como los grandes corruptos. Así se puede reconocer a ex presidentes de la República, secretarios de estado, senadores, diputados, jefes policiacos y hasta militares.

Claro, son series televisivas en las que se tiene el cuidado de disfrazar un poco a los personajes, sin borrar del todo su imagen, pero ahora es muy diferente con la captura y proceso de Ismael “El Mayo” Zambada, quien a cambio de la sentencia de muerte por una cadena perpetua, estuvo dispuesto a declararse culpable de narcotráfico, de dirigir una empresa criminal y de haber sobornado a policías y políticos mexicanos, al tiempo de aceptar devolver 15 mil millones de dólares en efectivo y en propiedades.

Mientras eso sucede en Nueva York, en Sinaloa (y otros estados como Guanajuato y Chihuahua) continúa la lucha sin cuartel entre cárteles por la preminencia del más fuerte. Es la selección natural a la que le apuestan las autoridades del país: es mejor pelear contra uno que contra muchos. Sin embargo, el asunto no termina ahí: qué pasaría si “El Mayo” ya dijo quienes del gobierno fueron sus cómplices… cuidado, porque si no los exhibe Estados Unidos para que los capture el gobierno mexicano, podrían ser para el presidente Donald Trump una poderosa arma de chantaje… ya lo veremos… ojalá y no.

*XX Premio México de Periodismo “Ricardo Flores Magón” 2024; director general de 5to Poder Periodismo ConSentido.

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